Gané todo y no gané nada

Por Danilo H. Gomes

Esta es la historia de un joven nerd excluido de la sociedad que recibe una gran oportunidad de cambiar su vida. En este libro veremos como la ambición, la fama y el poder son capaces de cegar nuestra mente y alejarnos de Dios. Pero todo lo que fácil viene, fácil se va, veremos como la suerte de este joven vuelve a cambiar tras otro gran acontecimiento...

• Idioma: Español
• Editorial: BadPress
• Fecha de lanzamiento: 1 dic 2022
• ISBN: 9781667420479

Danilo H. Gomes

Danilo Henrique Gomes, brasileiro, marido de Débora Gomes, nasceu em Araçatuba/SP no ano de 1993. É cristão desde o berço, apaixonado por Jesus e fascinado pela arte de escrever. Em meados de 2016, dois anos após o início de uma forte crise financeira que assolou o Brasil, foi demitido pela primeira vez em sua vida. Desempregado e com poucos recursos, mas cheio de ideias, escreveu seu primeiro livro sem ao menos saber qual seria o futuro daquele projeto. Seu projeto teve sucesso. Desde então não parou de escrever e publicar livros que já alcançaram vários países ao redor do mundo. Segue sua vida como escritor independente e fiel cristão. Site oficial: www.danilohgomes.com Instagram: @danilo.h.gomes Youtube: Danilo H. Gomes Telegram: t.me/danilohgomes

Vista previa del libro

Gané todo y no gané nada

Danilo H. Gomes

––––––––

Traducido por Nyx Margot Paez 

Gané todo y no gané nada

Escrito por Danilo H. Gomes

Copyright © 2022 Danilo H. Gomes

Todos los derechos reservados

Distribuido por Babelcube, Inc.

www.babelcube.com

Traducido por Nyx Margot Paez

Diseño de portada © 2022 Danilo H. Gomes

Babelcube Books y Babelcube son marcas registradas de Babelcube Inc.

Gané todo y no gané nada

---

¿Qué harías si tuvieras todo lo que quisieras?

Danilo H. Gomes

Gané todo y no gané nada, por Danilo H. Gomes

Edición/Tapa: Danilo H. Gomes

Traducción: Nyx Paez

Tema: Ficción

Publicado en Brasil en 2016.

www.danilohgomes.com

Todos los derechos reservados.

Queda prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio sin la previa autorización por escrito del autor.

––––––––

1121.g2.e1

Índice

¿Puedo volverme rico?

Yo quiero escribir mi historia

Encontré mi lugar

Tomas, llegó su oportunidad

¡Funciono!

Grandes cifras por todas partes

Mi propia empresa

¡Kelly, te necesito!

El hermano de Judas

La reunión de la verdad

¡Cuanto menos, mejor!

La revuelta

Nada es para siempre

¡Nada más importa!

Gané todo y no gané nada

Abuelo Pedro, ¡Volví!

En busca de lo que fue perdido

¡Cuenta más!

Sobre el Autor

¿Puedo volverme rico?

––––––––

El celular se encendió nuevamente con la dulce música Galopeira de Chitãozinho y Xororó. Como odiaba esa música. Yo sé que esto es muy bizarro para un joven de dieciocho años, pero para levantar a alguien perezoso de la cama como yo, no existía una mejor alternativa.

En aquel viernes me vi en uno de aquellos días en que estamos desanimados con todo. Abrí mi cajón de pantalones y había dos excelentes opciones. Un pantalón rasgado en aquella parte trasera – si es que me entienden- y una totalmente despintada, más blanquecina que el cabello de un anciano. Mi día había comenzado mal. Elegí la blanquecina. Mejor un pantalón viejo de uno que muestre mi parte trasera.

- Buen día – dijo mi abuelo Pedro. Su cara arrugada no disminuía la fuerza de su contagiosa sonrisa.

- Buen día – respondí tan cabizbajo que hasta un payaso lloraría al verme.

El tiempo estaba tan feo. Había pocas nubes en el cielo y los rayos anaranjados del sol rasgaban todo por donde pasaban. No había motivos para entristecerse, pero nunca tuve un corazón tan ingrato como en los días de mi juventud.

Tomé mi café con pan, agarre mi mochila también rasgada, me calce los zapatos que por suerte todavía eran nuevos y fui a la escuela.

Mi vida no era nada fácil. Estar en el último año escolar y ser levemente rellenito (para no decir gordo), usar anteojos, tener ropas viejas y ser el más inteligente de la clase eran motivos más que suficientes para ser burlado por todos. Lo peor de todo era que

ni las cocineras de la escuela perdían una oportunidad de reírse de mí.

- ¡Anda con calma David o acabaras tornándote un Goliat! – todos los días eran así. Soltaban el mismo chiste de mal gusto que origino mi famoso apodo: Goliat.

Aun siendo cristiano yo andaba más con los alumnos ateos, pues muchos de ellos no conocían la historia bíblica de David y Goliat y así casi nunca entendían el chiste.

- Pero ¿por qué Goliat? – dijo Tomas, mi mejor amigo de la escuela. Como siempre curioso.

- A decir verdad ¡no tengo idea! – tuve que mentir. No quería un nombre más en mi lista de insoportables de la escuela.

Andábamos de a tres en la escuela. Tomas, Kelly y yo. Tomas era un poco más alto que yo. Bueno... tal vez no sea tan poco así. Veinte centímetros de diferencia ¿es una gran diferencia? Dejemos esa discusión para después ¿ok?

Éramos los más excluidos de la escuela, con excepción de Kelly que, por ser una chica bonita, siempre llamaba la atención de los chicos, principalmente de los mayores. No puedo dejar de admitir que ella también llamaba mi atención. Aquel cabello largo negro y aquella sonrisa encantadora no pasaban desapercibidos por ningún lugar. Creo que por la descripción de ella que acabe de hacer se hace evidente que lo que yo sentía por ella era mucho más que una simple amistad.

Volvamos a hablar de aquel largo viernes. Tomas y yo conversamos sobre las novedades de la tecnología porque no entendíamos muchos sobre ningún otro asunto. Éramos realmente nerds.

- Eh, Goliat – gritó Eduardo, el famoso hackercito popular de la escuela – Te tengo una propuesta.

- ¿Propuesta? – ¿qué quería el nerd que tuvo suerte de tornarse popular en la escuela con otro nerd que tuvo la mala suerte de ser un fracaso total como yo?

- ¡Si! Preste atención. Yo tuve la gran idea de desarrollar una aplicación para celular que puede hacernos muy ricos.

- ¿Puedo participar también? – dijo Tomas con una enorme sonrisa en el rostro.

- No.

La sonrisa de Tomas desapareció.

- Decidí convocar un equipo de personas que entiendan mucho sobre informática y me acorde de ti Goliat. ¿Qué tal?

- ¡Puedes contar conmigo! – jamás podría perder una oportunidad como esa. ¿Volverme rico? ¿haciendo lo que me gusta? Parecía demasiado bueno para ser verdad. Finalmente yo sería notado en el mundo.

- Ok entonces. Pasa por mi casa el lunes después de las clases. Te paso la dirección después por Facebook.