Del natural
Por W.G. Sebald
4/5
()
Información de este libro electrónico
En este poema en prosa, W. G. Sebald hizo de su amor a la Naturaleza, pero también de su temor a ella, su tema decisivo: Del natural, una obra maestra del lenguaje sobre la vida de tres personajes que sintieron dolorosamente, cada uno a su manera, el conflicto entre Hombre y Naturaleza, es un libro insólito de un escritor que sólo escribió libros insólitos.
Subtitulado «poema rudimentario», encarnación de un género que no es poesía libre ni prosa poética sino, simplemente, literatura, Sebald no llegó a verlo editado, pero tenía las pruebas de imprenta en su correo cuando ocurrió el accidente que en 2001 acabó con su vida. Lo asombroso es que este libro, probablemente el primero que escribió Sebald, muestra a un autor increíblemente maduro, dueño ya de todos sus recursos (Kafka, Robert Walser o Bernhard son sólo una presencia lejana) y de una erudición desconcertante. Del natural merece más de una lectura para descubrir el complejo juego de relaciones entre los tres personajes que retrata. Sebald no hace nunca concesiones, pero un lector avezado reconocerá quizá un guiño a Wordsworth aquí o una alusión a las profecías de Alois lrlmaier allá.
Sin embargo, no hace falta tener una cultura tan inmensa como la del propio autor para dejarse arrastrar y cautivar. Leyendo este libro se comprende muy bien por qué se dice siempre que W. G. Sebald produce adicción.
W.G. Sebald
W. G. Sebald (1944-2001) nació en Wertach, Alemania. Después de acabar sus estudios universitarios vivió en Suiza, y luego se trasladó a Inglaterra. Desde 1970 fue profesor en Norwich. Entre sus galardones figuran el premio Joseph Breitbach, el Heinrich Heine y, en 2002, el Independent Foreign Fiction por Austerlitz. En Anagrama se han publicado Del natural, Vértigo, Pútrida patria, Los emigrados, Los anillos de Saturno, Sobre la historia natural de la destrucción, Austerlitz y Campo Santo.
Autores relacionados
Relacionado con Del natural
Títulos en esta serie (100)
El laberinto sentimental Calificación: 3 de 5 estrellas3/5El diario de Edith Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Usos amorosos de la postguerra española Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Crímenes imaginarios Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Ese dulce mal Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La máscara de Ripley Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Un antropólogo en Marte: Siete relatos paradójicos Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Extraños en un tren Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Trilogía sucia de La Habana Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Mi tío Oswald Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El grito de la lechuza Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl talento de Mr. Ripley Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Che Guevara: Una vida revolucionaria Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Cabeza de turco Calificación: 4 de 5 estrellas4/5De mujeres con hombres Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Abierto toda la noche Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Incendios Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Un pedigrí Calificación: 3 de 5 estrellas3/5El subdesarrollo social de España: Causas y consecuencias Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesTrainspotting Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La celda de cristal Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Veo una voz Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El temblor de la falsificación Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La vida, el universo y todo lo demás Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Los desnudos y los muertos Calificación: 4 de 5 estrellas4/513,99 euros Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Bienestar insuficiente, democracia incompleta Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAda o el ardor Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El almuerzo desnudo Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Porno Calificación: 4 de 5 estrellas4/5
Libros electrónicos relacionados
Instantáneas Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Mendelssohn en el tejado Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El corto verano de la anarquía Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Los anillos de Saturno Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El sueño de una cosa Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesPerorata del apestado & Argos el ciego Calificación: 4 de 5 estrellas4/5En cualquier lado Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Carus Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesJosefine y yo Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El gabinete de un aficionado Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Los perros negros Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Berlín y el artista Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa amante de Wittgenstein Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesGeorge Steiner en The New Yorker Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Habla, memoria: Una autobiografía revisitada Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Correspondencia desde dos rincones de una habitación Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Congresos de amor: entrevistas sobre los italianos y el sexo, 1963 Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesRey, dama, valet Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Bouvard y Pécuchet Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesPálido fuego Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Opiniones contundentes Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCosas vivas Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Cada día es del ladrón Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El cementerio marino: Edición bilingüe Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl ruido de una época Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Amar a Lawrence Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl mal absoluto: En el corazón de la novela del siglo XIX Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Noviembre Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Yo estoy vivo y vosotros estáis muertos Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Catedral Calificación: 4 de 5 estrellas4/5
Poesía para usted
Valentía II Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Kamasutra (texto completo, con índice activo) Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La divina Comedia: Clásicos de la literatura Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Valentía Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Mero Cristianismo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5100 Maneras distintas de decir te quiero Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El Paraíso Perdido: Clásicos de la literatura Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La Iliada: Clásicos de la literatura Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Huellas del Amor Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Mariposas rotas Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Las cosas que dije en silencio Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Poemas de amor Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Emocionario Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Sabines a la mano: Poesía escogida Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Crea Tu Mejor Año Un Día a La Vez: Una Guía Poética Para Inspirar Paz Y Conseguir Este Año Lo Que Mas Quieres Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLibro de oro frases celebres Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Corazón de miel. Poemas de amor. Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Cantar de los cantares. (Anotado): Traducción Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl pequeño libro de la vida de Rumi. El jardín del alma, el corazón y el espíritu Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Poemas Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Cantar de mío Cid: Clásicos de la literatura Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Colección de Gustavo Adolfo Bécquer: Clásicos de la literatura Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Aforismos Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Antología poética Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La belleza oculta de las palabras cotidianas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesPodría estar hablando de ti Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Hojas de hierba Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Mis suicidas predecesores Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Antología poética Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Antología poética para jóvenes Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Categorías relacionadas
Comentarios para Del natural
71 clasificaciones4 comentarios
- Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Sebald's first book, published posthumously, is a short and beautiful three-part narrative about a German painter, an exploring who sailed with Bering, and a version of Sebald himself (very Sebald). The text is lineated like poetry but the prose reads like his later work. There is less density to After Nature than Sebald's later novels, but the text still provokes wonder through the arresting use of significant detail and distillation of language.
- Calificación: 4 de 5 estrellas4/5If you enter the reading of this book as prose, and focus on not noticing the format, and just take in the words, it becomes obvious rather fast that this is a well-written piece of literature. I began by imagining all the words as verse collected instead into paragraphs, and by the last third it did not matter any longer that the text looked like poetry. I suppose this collection was called poetry because it was so lyrical and beautiful. Max Sebald, or another, shaping these words into "blank verse" also added to its claim of being poetry. Having the Poet Laureate of England write a blurb for the back of the dust jacket also acknowledges, and in some ways, confirms its claim of being poetry. But nonetheless and regardless, poetry it is or is not, but instead the beginnings of a too-short career in making historical artifacts that never cease to amaze. W.G. Sebald has a way of making any subject interesting just because he himself is so taken by it. He has a gift that engages even the most hateful and doubtful readers among us. And the more one reads and discovers of Sebald the better prepared to tackle these different types of formats as I had to learn the hard way. It is best not to stereotype in all of life but instead to look upon our journey as an unveiling.
- Calificación: 3 de 5 estrellas3/5This book is the english translation of the first literary work of Sebald, Nach der Natur. Ein Elementargedicht. It is an extended prose poem divided into three parts. The first is about the German Renaissance painter Matthias Grünewald, opening with his triptych on the alter of Lindenhardt parish church. The second part centers on the German naturalist Georg Wilhem Steller, a member of the Vitus Bering second Kamchatka expedition that landed in Alaska in the summer of 1741. The last part is centered on Sebald himself. The common theme that seems to run through the three parts of the book is that of human suffering, but also of the efforts of people in their quest for meaning, from which an order arises, in places beautiful and comforting, though more cruel, too, than the previous state of ignorance. A difficult book. Beautiful.
- Calificación: 3 de 5 estrellas3/5The book consists of three long poems that are thematically related. The strongest is the first, an extended ekphrastic poem on a German artist named Matthew Grunewald. The third section takes up themes of wandering that are familiar from Sebald's novels. Though the poems have some striking images, you can tell that his real interests are in narrative and character. The novels of his that I have read are much stronger than this poetry collection.
Vista previa del libro
Del natural - W.G. Sebald
Índice
Portada
Como la nieve en los Alpes
I
II
III
IV
V
VI
VII
VIII
Y si me quedara junto al mar más remoto
I
II
III
IV
V
VI
VII
VIII
IX
X
XI
XII
XIII
XIV
XV
XVI
XVII
XVIII
XIX
XX
XXI
La noche oscura hace una incursión
I
II
III
IV
V
VI
VII
Créditos
Como la nieve en los Alpes
Or va, ch’un sol volere è d’ambedue:
tu duca, tu segnore e tu maestro.
Così li dissi; e poi che mosso fue,
intrai per lo cammino alto e silvestro.
(Ve pues, que una es nuestra voluntad:
tú guía, tú señor y tú maestre.
Eso dije; y, al tomar él prioridad,
entré por el camino alto y silvestre.)
DANTE, Inferno, Canto II
I
Quien las alas del altar
de la iglesia parroquial de Lindenhardt
cierre y las talladas figuras
guarde en su nicho,
tropezará en el panel
izquierdo con San Jorge.
En primer plano, al borde del cuadro,
un palmo sobre el mundo
y a punto de atravesar
el umbral del marco. Georgius Miles,
hombre de torso de hierro, redondo pecho
de bronce, pelo rojo dorado y plateados
rasgos femeninos. El rostro del desconocido
Grünewald aparece una y otra vez
en su obra, como testigo
del milagro de la nieve, eremita
en el desierto, compasivo
del Escarnio de Munich.
Por último, al resplandor de la tarde
de la biblioteca de Erlangen, brilla
en un autorretrato, con tiza blanca realzado
y luego, por mano ajena, con pluma y aguada
destruido, de un pintor de cuarenta a cincuenta años. Siempre la misma
bondad, la misma carga de aflicción,
la misma irregularidad en los ojos, velados
y hundidos lateralmente en la soledad.
El rostro de Grünewald reaparece también
en un cuadro de Basilea, de Holbein
el Joven, de una santa coronada.
Son casos, curiosamente disfrazados,
de semejanza, escribió Fraenger,
cuyos libros quemaron los fascistas.
Sí, parecía como si en las obras de arte
los hombres se respetaran como hermanos
y uno a otro se levantaran monumentos
allí donde sus caminos se cruzaban. Sin duda
también por eso en el centro del ala derecha
del altar de Lindenhardt, preocupada,
la ojeada al mozalbete del otro
lado de aquel hombre mayor, al que yo mismo
encontré hace años, una mañana de enero,
en la estación de ferrocarril de Bamberg.
Es el santo Dionisio
con la cabeza cortada bajo el brazo.
A él, su protector elegido,
que en medio de la vida lleva
su muerte, Grünewald da el aspecto
de Riemenschneider, al que el obispo de Wurtzburgo
veinte años después, en el tormento,
hizo quebrar las manos. Mucho antes de entonces
penetra ya el dolor en su pintura.
Ése es el precepto, el pintor lo sabe,
que en el altar se une
a la compañía demasiado escasa
de los catorce auxiliadores. Todos ellos,
los santos Blas, Acacio y Eustaquio;
Pantaleón, Egidio, Ciríaco, Cristóbal y
Erasmo, y el realmente hermo-
sísimo San Vito con el gallo,
miran cada uno en dirección
distinta, sin que sepamos
por qué. Las tres auxiliadoras,
Bárbara, Catalina y Margarita, en cambio,
al borde del panel izquierdo,
detrás de la espalda de San Jorge,
juntan sus uniformes cabezas orientales
en conspiración contra los hombres.
También la desgracia de los santos
es su sexo, la terrible
separación de los sexos que Grünewald
sintió en su propia carne. El diablo
exorcizado que Ciríaco, no sólo por
la estrechez del espacio, sino
como emblema, sostiene en alto,
es un ser femenino
y procede, como muestra
de la forma más drástica una