Propuesta educativa para prevenir y erradicar la violencia y el acoso escolar

Por Cecilio Gurrola Navarrete

La violencia y el acoso escolar son fenómenos que se han incrementado en los últimos años en todos los países del mundo, como se documenta con estudios e investigaciones presentados en esta obra.

Organismos internacionales como la UNESCO, el UNICEF y la OMS, hacen un llamado a los gobiernos y los países para que tomen medidas eficientes y

• Idioma: Español
• Editorial: ibukku, LLC
• Fecha de lanzamiento: 11 mar 2021
• ISBN: 9781640868199

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PROPUESTA EDUCATIVA PARA

PREVENIR Y ERRADICAR

LA VIOLENCIA Y EL ACOSO ESCOLAR

Un enfoque integral-participativo

· Propuesta para docentes

· Propuesta para padres de familia

El reto para el gobierno mexicano de izquierda progresista:

Construir el nuevo modelo educativo y reestructurar

el sistema educativo nacional

CECILIO GURROLA NAVARRETE

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Publicado por Ibukku

www.ibukku.com

Diseño y maquetación: Índigo Estudio Gráfico

Copyright © 2020 Cecilio Gurrola Navarrete

ISBN Paperback: 978-1-64086-818-2

ISBN eBook: 978-1-64086-819-9

Índice

PRÓLOGO

INTRODUCCIÓN

CAPÍTULO I. PRESENTACIÓN DE LA PROPUESTA: OBJETIVOS, ENFOQUE Y METODOLOGÍA.

1.1. Objetivo de La Propuesta

1.2. El enfoque integral: una visión multifactorial del problema

1.3. Metodología: investigación-acción participativa, actores activos en el proceso de trabajo.

CAPÍTULO II. DEFINICIÓN Y CONCEPTOS IMPORTANTES SOBRE EL TEMA DE LA VIOLENCIA ESCOLAR

2.1. Violencia escolar.

2.2. Acoso Escolar o bullying.

2.3. Ciberbullying.

CAPÍTULO III. ANÁLISIS DEL PROBLEMA DE LA VIOLENCIA

3.1. Violencia social.

a) Violencia social en el contexto internacional

b) La violencia social en México

3.2. La violencia escolar

a) Violencia escolar en el contexto internacional

a.1) Antecedentes sobre la prevención y tratamiento de la violencia escolar en el ámbito internacional.

b) Violencia escolar en México

b.1) Antecedentes sobre la prevención y tratamiento de la violencia escolar en México

c) La violencia y acoso en la escuela donde se aplicó la Propuesta Educativa: análisis del problema.

CAPÍTULO IV. MARCO TEÓRICO-CONTEXTUAL Y NORMATIVO SOBRE EL PROBLEMA DE LA VIOLENCIA ESCOLAR

4.1. Marco teórico-contextual

a) Contexto escolar complejo: nuevos objetivos y estrategias de solución.

b) El entorno familiar, inicio de la conducta agresiva

c) El deber de los padres de familia en la educación familiar.

d) Combatir la violencia escolar para combatir la violencia social

e) La comunicación con los padres de familia para crear ambientes de buena convivencia escolar.

f) Métodos de enseñanza que fomentan la violencia

g) Métodos de enseñanza que no fomentan violencia

h) De la violencia escolar a la conducta antisocial

i) La urgencia en México de un nuevo modelo educativo en tiempos de cambio con un gobierno progresista.

4.2. Marco normativo

CAPÍTULO V. PROPUESTA EDUCATIVA PARA PREVENIR Y ERRADICAR LA VIOLENCIA Y EL ACOSO ESCOLAR

5.1. EL CONSEJO DISCIPLINARIO

a) ¿Cómo se integra?

b) ¿Cuántas personas lo integran?

c) ¿Cuándo se integra?

d) ¿Cada cuándo se reunirá?

e) ¿En qué deben capacitarse sus integrantes?

f) ¿Qué tareas específicas realizará?

5.2. El reglamento escolar disciplinario

a) Pasos a seguir para su elaboración

b) Ejemplo de un reglamento de disciplina escolar para fomentar la convivencia escolar basado en el respeto a los derechos humanos.

5.3. Protocolo de actuación para un incidente de violencia o acoso escolar.

a) ¿Qué es el Protocolo de Actuación para un incidente de violencia y cómo se elabora?

b) Ejemplo de un Protocolo de Actuación para un incidente de violencia o acoso escolar.

5.4. El buzón escolar

5.5. El Expediente disciplinario

CAPÍTULO VI. RESULTADOS OBTENIDOS EN LA APLICACIÓN DE LA PROPUESTA EN UNA ESCUELA SECUNDARIA

6.1. Desarrollo de la propuesta educativa al aplicarla en un periodo escolar

6.2. Casos que fueron resueltos mediante esta propuesta educativa.

Caso No 1

Caso No 2

CAPÍTULO VII. PROPUESTA PARA PADRES DE FAMILIA: CÓMO PREVENIR Y ERRADICAR LA VIOLENCIA EN EL HOGAR, Y CÓMO INTERVENIR SI SU HIJO SE VE INVOLUCRADO EN ACTOS DE VIOLENCIA O ACOSO ESCOLAR

7.1. Cómo prevenir las conductas violentas en los hijos.

a) Educar con el ejemplo.

b) Lazos de amistad y convivencia familiar.

c) Educación y estilo de crianza no autoritarios.

d) Aconsejar y orientar, antes de prohibir o castigar.

e) inculcar valores y buenos hábitos.

7.2. ¿Cómo detectar en el hogar si su hijo es violento o acosador en la escuela?

7.3. ¿Cómo debemos atender en el hogar a un hijo que es violento o acosador en la escuela?

7.4. ¿Cómo detectar en el hogar si su hijo sufre de violencia o acoso escolar?

7.5. ¿Cómo se debe atender en el hogar a un hijo que sufre de violencia o acoso escolar?

A N E X O S

Formato 1.

Ejemplo de cuestionario para el diagnóstico sobre la situación de violencia o acoso en la escuela.

Formato 2.

Acta de incidente escolar

Formato 3.

Acta de acuerdos y compromisos

Formato 4.

Constancia de que el problema de mal comportamiento ha sido superado.

Formato 5.

Constancia de que el alumno ha recibido las dos asesorías por parte de los profesores.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

A mis cinco hijos: Anton Misael, Iván, Vladimir, Pável y Omar; y mi esposa María Eugenia, por su gran apoyo moral en la realización de este trabajo.

A los grandes educadores revolucionarios que entregaron gran parte de su vida y esfuerzo por lograr un enfoque diferente de la educación al revolucionar su significado e incidir en la conciencia de los hombres para crear sociedades más igualitarias, democráticas y libres: Paulo Freire, María Montessori, Antón Makárenko, Amílcar Cabral, Antonio Gramsci y muchos otros más.

A todos los educadores que luchan incansablemente a diario en todo el mundo, dentro y fuera de las escuelas, en los frentes de resistencia contra la política neoliberal y del orden mundial capitalista, que han pretendido deshumanizar el acto de educar y despojar a la escuela pública de la verdadera misión que es servir al interés público.

A los docentes y directores de escuela que se esfuerzan en su quehacer educativo para que sus alumnos gocen de un ambiente cálido, favorable y de sana convivencia.

A todos los niños y niñas del mundo víctimas de la violencia doméstica y escolar que necesitan del apoyo de sus padres y profesores.

PRÓLOGO

Desde niños empezamos a cuestionarnos todo. El mundo se nos hace que está hecho para los adultos y con fines ajenos a nuestra niñez. Creemos por un momento que son ideas nuestras y con frecuencia las hacemos a un lado, pero regresan pocos años después en la adolescencia. Es en la adolescencia donde desechamos o no aquellas presunciones que teníamos; contrastamos experiencias y concluimos que algo verdaderamente está mal. Nos da miedo admitirlo, pero lo hacemos: Existe la violencia y bien podemos ser víctimas y/o victimarios.

Para aquellos adolescentes que éramos, no les bastaba reconocer que la violencia existía. Buscábamos un trato digno y no nos rendíamos con facilidad. El autoritarismo de nuestros padres nos maltrataba tanto como el de nuestras escuelas y no sabíamos qué hacer para resolver el problema. Lamentablemente, el manejo del problema estaba muy lejos como para ser controlado por los más jóvenes. El autoritarismo abarcaba todos los límites del cuadrante e impedía la participación de los más jóvenes en la toma de decisiones en la escuela y en el hogar.

Tampoco nuestros profesores sabían cómo lidiar con el problema. Sus puntos de referencia eran los métodos coercitivos; sus herramientas pedagógicas eran el castigo y el premio. Sin embargo, aquellos maestros nuestros sabían que algo estaba mal. No era que ellos quisieran resolver la violencia a golpes de regla (léase con anfibología), sino que ni siquiera el mismo sistema ayudaba a la resolución de los problemas.

El sistema, que aún quedan muchos restos de éste, ha obstaculizado mucho del desarrollo humanístico en las escuelas. Pero hablar de sistema no significa señalar una parte de la sociedad como responsable de la situación. El sistema en sí somos todos nosotros y nuestros actos. La manera en cómo nos relacionamos, los derechos que abandonamos, la pereza ética, la indiferencia, y otros, son parte de lo que se llama sistema. Con un sistema así la violencia es inmanejable.

Nuestros padres tampoco sabían qué hacer ante los casos de violencia. Para muchos de nosotros la violencia en casa estaba normalizada y era tan habitual como una comida del día. A algunos de nosotros les tocaban puniciones físicas, a otros les tocaban vejaciones. Ahora sabemos que esta conducta nace frecuentemente del autoritarismo. Si nuestros progenitores y profesores hubiesen leído La Pedagogía del Oprimido de Freire, seguramente se hubiesen percatado de lo malo que es ser autoritario, y no sólo para el oprimido, ¡sino también para el opresor!

Entonces, si en casa había violencia, ¿cómo podíamos querer que no la hubiese en la escuela? Para los adolescentes que éramos sólo nos quedaban las calles, que también incluían su buena porción de violencia. Ahora podemos reflexionar y contrastar nuestras experiencias con la época actual y podemos percibir los cambios (si los hay) en el manejo de la violencia.

Es precisamente esto lo que Gurrola observa: El tratamiento de la violencia. El autor se percata que no basta con los reglamentos prediseñados y la vieja burocracia pedagógica, pues son ambas autoritarias. Sabe dónde está la raíz del problema: La autoridad. Evidentemente, no significa que toda la violencia nace directamente del autoritarismo. De hecho, el autor afirma que es un problema multifactorial. Sin embargo, el autoritarismo tiene la cualidad de crear herramientas deshumanizantes para su propia existencia. Gurrola, pues, encuentra que sólo puede hacer frente a la situación mediante la participación entera de la Comunidad Educativa. Para un problema multifactorial se necesitan muchas cabezas y puntos de vista que propongan de forma democrática soluciones y recomendaciones.

Esa es la función de la Comunidad Educativa. Pero, ¿quiénes la conforman? Todos. Aunque parece obvio, es algo en lo que insiste el autor. Se necesita de cada miembro de la Comunidad: El director, los maestros, los prefectos, los padres de familia, los administrativos y los alumnos. No están listados, claro, en ningún orden, porque el autor les da una importancia equitativa a todos los miembros de la Comunidad.

El lector podrá encontrar rápidamente que la propuesta promueve el trabajo en equipo y que esto es su basamento. La equidad es un tema importante para Gurrola y tiene sus fundamentos en los derechos humanos. Ahora es claro para el lector que encontrará un enfoque humanista en el tratamiento de la violencia.

Esta alternativa metodológica que propone Gurrola ayuda por su sencillez y factibilidad de aplicación. En realidad, no se necesita hacer gastos lujosos para implementar el programa y echar a andar el Consejo Disciplinario. Lo único que se necesita es la colaboración de la Comunidad Educativa.

Si el lector es un profesor o un padre de familia. Inclusive si el lector es un adolescente (¡yo creo que sería aún mejor!), puede promover el uso de esta propuesta. Aquí, entre más interesados estén los participantes, mejor. El lector encontrará que tanto el estudiante, como el padre de familia y el personal docente y administrativo, tienen libertad de expresión y encuentran sus derechos reconocidos dentro del Consejo Disciplinario.

Hay algo que quizá sea lo más interesante de la propuesta de Gurrola, y es que su metodología pretende trascender las aulas. O sea, implica que los participantes cambien y esos cambios los llevarán a cualquier parte que vayan. En efecto, el lector no encontrará aquí un libro de recetas mágicas de cómo evitar la violencia o cómo dejar de ser el blanco de las humillaciones. Lo que el lector encontrará es una propuesta que posibilita un cambio real si la Comunidad Educativa se compromete a dar el salto.

De lograrse, esta propuesta debería también traer como consecuencia un debilitamiento del autoritarismo de todas las partes. De los maestros hacia con los alumnos, de los padres hacia con sus hijos, de los directores hacia con los profesores, etcétera. Se alcanza, según Gurrola,