La guerra es espiritual

Por Tirso González

Le doy las más sinceras gracias a mi Señor Jesucristo por toda las cosas logradas en nuestra vida, y por todo lo que hará cada día para gloria de su hermoso nombre. Amén.

La guerra espiritual la podríamos definir como la lucha persistente que tenemos, la cual viene con fines de destruir nuestros objetivos en Dios. Pero la ganar

• Idioma: Español
• Editorial: ibukku, LLC
• Fecha de lanzamiento: 5 nov 2020
• ISBN: 9781640867130

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Publicado por Ibukku

www.ibukku.com

Diseño y maquetación: Índigo Estudio Gráfico

Copyright © 2020 Pastor Tirso González

ISBN Paperback: 978-1-64086-712-3

ISBN eBook: 978-1-64086-713-0

Índice

DÓNDE COMENZÓ LA GUERRA

CUÁL ES TU GUERRA

QUIÉNES SON ESTOS PRINCIPADOS, GOBERNADORES, POTESTADES Y LAS HUESTES.

QUIÉN ES UN PRINCIPADO

CONOCIENDO EL MUNDO ESPIRITUAL

QUIÉN ES DIOS

QUIÉN ES EL ESPÍRITU SANTO

EL CAMPO DE BATALLA ES LA MENTE

CUÁL ES TU LLAMADO

RENUNCIANDO A LAS DESCENDENCIAS GENERACIONALES

CÓMO RENUNCIAR O DESLIGARNOS

TESTIMONIOS DE PERSONAS QUE FUERON LIBERTADOS

Le dedico este libro, primeramente a las tres personas que más amo:Al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Y luego a cada persona que lea este libro. Espero que cada persona que lea este libro sea edificada y transformada para la gloria de nuestro Señor Jesucristo.

VIVIMOS EN UN MUNDO FÍSICO

PERO LA GUERRA ES ESPIRITUAL.

Porque este mundo en el que vivimos es controlado por el mundo espiritual.

Somos controlados por Dios o somos controlados por Satanás y sus demonios.

Ahora yo te pregunto, ¿por quién eres controlado, por Dios o por Satanás y sus demonios?

Porque no hay lugar intermedio, como dicen algunas religiones, ni purgatorio, como dicen muchos que no tienen el conocimiento de Dios.

Tenemos que pertenecer a uno de los dos partidos, a Dios o a Satanás y sus demonios, porque solamente hay dos caminos y tenemos que estar en uno de los dos.

Estamos con nuestro Señor Jesucristo o estamos con Satanás y sus demonios,

¿Con quien tú estás, con el camino que te lleva a la vida, o con el camino que te lleva a la muerte?

Deuteronomio 30:15-16,19,

Mira, yo he puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el mal; porque yo te mando hoy que ames a Jehová tu Dios, que andes en sus caminos, y guardes sus mandamientos, sus estatutos y sus decretos, para que vivas y seas multiplicado, y Jehová, tu Dios, te bendiga en la tierra a la cual entras para tomar posesión de ella.

A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida para que vivas tú y tu descendencia.

Juan 14:6,

Jesús le dijo: Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre, si no es por mí.

Debemos de escoger el camino que nos lleva a la vida eterna, para que vivamos una vida de gloria por toda la eternidad delante de nuestro Padre Celestial.

DÓNDE COMENZÓ LA GUERRA

La guerra no comenzó en el Edén, donde estaban Adán y Eva.

La guerra comenzó en el cielo, cuando Satanás y los ángeles se revelaron contra Dios.

Allá en el cielo fue donde comenzó la guerra, no fue aquí en la tierra, como muchos piensan.

La guerra comenzó con estos seres espirituales, que fueron creados por Dios, llamados ángeles.

Todos estos ángeles eran perfectos, ninguno de ellos tenía pecado, eran fieles delante de Dios.

Hasta el día en que se rebelaron contra Dios, haciéndole la guerra al Creador.

Dios no creó a Satanás, sino a Lucifer, que era perfecto en todos sus caminos, hasta el día que se halló en él maldad.

Ezequiel 28:14-18,

Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas.

¹⁵ Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad.

¹⁶ A causa de la multitud de tus contrataciones fuiste lleno de iniquidad y pecaste, por lo que yo te eché del monte de Dios, y te arrojé de entre las piedras del fuego, oh querubín protector.

¹⁷ Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor; yo te arrojaré por tierra; delante de los reyes te pondré para que miren en ti.

¹⁸ Con la multitud de tus maldades y con la iniquidad de tus contrataciones, profanaste tu santuario; yo, pues, saqué