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Ahora y en la hora de nuestra muerte: Ultimos rescoldos de unas vidas que se apagan
Ahora y en la hora de nuestra muerte: Ultimos rescoldos de unas vidas que se apagan
Ahora y en la hora de nuestra muerte: Ultimos rescoldos de unas vidas que se apagan
Libro electrónico102 páginas1 hora

Ahora y en la hora de nuestra muerte: Ultimos rescoldos de unas vidas que se apagan

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Información de este libro electrónico

Uno de los retratos más delicados que jamás se hayan escrito sobre el desposeimiento.

En este libro, Susana Moreira Marques se rebela contra una máxima que repetía su abuelo: que solo los ricos parecen ostentar el derecho a dejar historia. La periodista portuguesa acompaña durante meses a un equipo de cuidados paliativos en una zona rural del norte de Portugal para rescatar los últimos rescoldos de unas vidas que se apagan. Ahora y en la hora de nuestra muerte es un libro que eleva el periodismo a una altura poco común. No solo por su brillante juego de planos entre unas vidas y un territorio exhaustos, sino también porque, con unos oídos tremendamente generosos y unos ojos solícitos, Susana Moreira Marques nos brinda uno de los retratos más delicados que jamás se hayan escrito sobre el desposeimiento.

Descubren un libro que eleva el periodismo a una altura poco común acompañando durante meses a un equipo de cuidados paliativos en una zona rural del norte de Portugal.

FRAGMENTO

El tumor me lo descubrieron en la mesa de operaciones, yo cuando entré en el quirófano era para una intervención pequeña de apéndice, tenía mucho dolor, pero creían que era apendicitis, y el médico dijo, es una intervención de nada, tanto fue que me desperté en plena operación, tuvieron que ponerme otra vez anestesia, la operación duró seis horas, y el médico que había dicho que era una intervención de nada… fue en Bragança, el médico que me operó fue uno que se murió a los dos días de haberme operado, una historia de una avioneta que se estrelló y el médico desapareció, no llegaron a encontrar el cuerpo, por entonces dio mucho que hablar, porque hasta se dijo que había sido una treta del médico porque tenía problemas personales y quería desaparecer, el cuerpo no llegó a aparecer… el que empezó la operación fue ese médico, solo que se encontró con más de lo que esperaba encontrar, entonces tuvo que llamar a otro, que era un español, porque él ya no podía con todo, y cuando le estaba explicando al otro médico lo que pasaba, fue cuando me desperté yo, y oí en la operación como él le decía, era una pequeña intervención de apéndice, pero esto se está complicando, tiene un tumor, solo que el tumor ya se ha infiltrado, esto se está complicando, tenemos mucho que hacer aquí, colega, después no sé si me moví, no lo sé, solo sé que dijo, rápido que la paciente se está despertando, se le está pasando la anestesia, tenemos que ponerle otra vez anestesia, pero póngasela reforzada porque esto está complicado, no sé cuánto tiempo más durará la operación, y yo oyéndolo todo… creo que fueron los peores días de mi vida…

LO QUE PIENSA LA CRITICA

Valiente, luminoso y lleno de delicadeza. - Leslie Jamison

EL AUTOR

Susana Moreira Marques (Oporto, 1976) vive en Lisboa, donde trabaja como escritora y periodista independiente. También vivió en Londres, donde fue corresponsal del periódico Público y trabajó en la BBC World Service. Su trabajo se ha publicado en Granta, Tin House, Lettre International, Feuilleton y en otras publicaciones en varios idiomas. Ha ganado algunos premios de periodismo, entre ellos el Premio de Periodismo de Derechos Humanos e Integración, otorgado por la UNESCO en Portugal. Ahora y en la Hora de Nuestra Muerte es su primer libro.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento10 ago 2018
ISBN9788416001934
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    Vista previa del libro

    Ahora y en la hora de nuestra muerte - Susana Moreira Marques

    AHORA Y EN LA HORA DE NUESTRA MUERTE

    SUSANA MOREIRA MARQUES

    Traducción de María Alonso Seisdedos

    Título original: Agora e na hora da nossa morte

    primera edición: junio de 2018

    © Susana Moreira Marques, 2012

    Publicado originalmente en 2012 con el título Agora e na Hora da Nossa Morte, por Ediçoes Tinta da China, Lisboa, Portugal.

    La versión española se publica con la autorización de And Other Stories Publishing y Casanovas & Lynch Literary Agency.

    © Libros del K.O., S.L.L., 2018

    Infanta Mercedes, 92 - Despacho 511

    28020 - Madrid

    © de la traducción: María Alonso Seisdedos, 2018

    isbn: 978-84-16001-93-4

    depósito legal: M-16700-2018

    código bic: 1DSP, DNJ, VFJB,

    ilustración de portada: Manuel Marsol

    maquetación: María O’Shea Pardo

    corrección: Ana Doménech

    Para László

    En 2009 la Fundación Calouste Gulbenkian puso en marcha un proyecto de cuidados paliativos domiciliarios en el altiplano mirandés, en Trás-os-Montes.

    De aldea en aldea, una médica, enfermeros y otros profesionales de la salud ayudan a decenas de enfermos de diferentes edades, condiciones sociales y circunstancias familiares a pasar el final de la vida con el mayor bienestar posible y a morir, acompañados, en casa.

    Este libro es el resultado de varias visitas, entre junio y octubre de 2011, a ese proyecto y a esas personas.

    Notas de viaje sobre la muerte

    ¿Va todo el camino serpenteando cuesta arriba?

    Sí, hasta el mismísimo final.

    Christina Rossetti, «Cuesta arriba».¹

    […] Y la Muerte es un águila

    cuyo grito nadie describe.

    Cecília Meireles, «Canción póstuma».²

    ¹ Does the road wind uphill all the way? / Yes, to the very end. Christina Rossetti, «Uphill».

    ² […] E a Morte é uma águia / cujo grito ninguém descreve. Cecília Meireles, «Canção Póstuma».

    Hay cosas sobre las que ya no se puede escribir como siempre se ha escrito. Algo cambia. Primero los ojos, luego el corazón —o los nervios o aquello que los antiguos llamaban alma— y, por último, las manos.

    *

    Las primeras notas que tomo son sobre un hombre que nació, creció, trabajó, se casó, tuvo una hija, envejeció y murió en la misma aldea. En realidad, las notas no son sobre el hombre ni sobre su vida, sino sobre su muerte. Así:

    Toda la vida doméstica y familiar se desarrolla en esta estancia de la planta baja, de un frescor y oscuridad agradables, en la que hay una mesa grande con su escaño —el típico banco corrido de madera de Trás-os-Montes—, una cocina y una puerta que da a la despensa en la que se guardan los productos de la tierra.

    Era abril, el hogar no estaba encendido, pero era junto a él donde solía contar el hombre historias y las contó esa noche, animado de pronto. Se despidió de la familia —su hija y su nieta habían venido de la ciudad—, les dio las buenas noches. A la mujer con la que había estado casado sesenta años le dijo que no se olvidase de tomar las medicinas.

    La aldea donde este hombre nació, creció, trabajó, se casó, tuvo una hija, envejeció y murió es bonita, con sus casas de piedra recuperadas y un precioso crucero esculpido. Está adecentada, limpia. Está tranquila, muy vacía. Parece un museo.

    La viuda, con su pañuelo negro y el rostro hermético, se mueve despacio, encorvada por la artrosis. Camina por las calles como una sombra. Sabe que vive el fin de una época, de un modo de vida. «Cuando nos hayamos ido todos —dice, refiriéndose a los viejos, a las sombras—, lentamente las casas, desiertas, se desmoronarán, y dejará de haber aldea».

    *

    «Tenemos una gran historia. Tenemos el mejor clima del mundo. Tenemos a las mejores personas del mundo —dice un oyente por la radio—. Vamos a levantar el país».

    La carretera prosigue, cansada. Se ven los caminos viejos, a lo lejos la frontera. Cada vez más, una sensación de isla. Fue más fácil llegar de lo que será irse.

    *

    Casa de A. o lugar donde duerme: cama sin hacer, mesilla de noche con objetos amontonados, radio, ropa sucia; una sábana colgada de una cuerda separa la habitación de un inodoro y del resto del espacio abierto sin revestir ni en el techo ni en el suelo.

    A., un hombre de paso por la vida: visera de béisbol, anorak, mejillas encarnadas por la bebida, mirada fija, las manos que lían un cigarrillo, una venda que le cubre la parte inferior de la cara destrozada por un cáncer.

    *

    Manual de supervivencia:

    1. Detenerse. Escuchar cómo late el corazón. Contemplar los cerezos silvestres cargados de fruto.

    *

    Las golondrinas ya han hecho nido sobre la puerta de atrás; así cae H. en la cuenta cada año de que ha llegado la primavera. Son pájaros útiles y, además, bonitos, por los cuales ha sentido siempre predilección. Pero ahora se para a mirar a las golondrinas como nunca las había mirado, porque tal vez no vuelva a vivir otra primavera.

    *

    Sin embargo, no es la idea de lo desconocido lo que asusta: es la idea de que no haya desconocido; fin y se acabó.

    *

    En la plaza principal de la aldea —donde hay un pequeño espacio ajardinado— estaba el antiguo cementerio.

    Se quedó pequeño para tantas muertes y se hizo otro. Los muertos permanecieron donde habían sido enterrados y en el jardín nuevo, también una especie de fosa común, se colocó una pequeña placa de piedra:

    Oh, vosotros, los que aquí entráis,

    acordaos de vuestros

    antepasados, padres,

    abuelos y amigos que

    aquí fueron sepultados

    *

    Después de muchos, muchos kilómetros, las aldeas son solo una.

    *

    Se levanta por la mañana, toma la leche con su marido, se sienta a hacer encaje, después prepara la comida, come con su marido; por la tarde, cuando puede, baja por el valle en el tractor que su marido conduce, se ocupa de la huerta, si no puede, coge de nuevo el encaje; cena con su marido, habla por teléfono con sus hijos, ve un poco la televisión, con la labor de encaje en el regazo.

    La mesa del comedor está decorada con un camino blanco, encima un candelero y una figurita con tres delfines azules. También los sofás tienen pañitos de encaje en el respaldo. Todo está limpio y arreglado. Ella sonríe todo el tiempo. Hay quien dice que en ella la sonrisa es defecto. Incluso cuando se oye estrepitoso el ruido de la bolsa de las heces en el comedor impecable, ella sonríe.

    *

    Paliativo: 1. Que sirve para paliar. 2. Remedio que no cura pero que mitiga la enfermedad. 3. Recurso para atenuar un mal o retardar una crisis; postergación. 4. Enmascaramiento.

    *

    Está encamado desde hace tantos años que la muerte ha dejado de ser novedad. Tiene la piel de un blanco finísimo y desde la cama insiste en que le dejen siempre la ventana abierta. En primavera, llegan ecos de alegría.

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