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Kik ten Boom, El nieto del relojero.
Kik ten Boom, El nieto del relojero.
Kik ten Boom, El nieto del relojero.
Libro electrónico330 páginas7 horas

Kik ten Boom, El nieto del relojero.

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Información de este libro electrónico

El 10 de mayo de 1940, en el contexto de la Segunda Guerra Mundial, los Países Bajos (Holanda) fueron invadidos por la Alemania nazi. Durante los cinco años que duró la ocupación, los holandeses vivieron a la sombra del miedo y adoptaron diferentes posturas ante el saqueo y la opresión del Tercer Reich: una gran mayoría decidió adaptarse a la situación, una vergonzosa minoría decidió colaborar con el enemigo y una honrosa minoría decidió resistir.

Christiaan Johannes (Kik) ten Boom (1920-1945), inspirado por la espiritualidad y la ética social de su abuelo, asumió el riesgoso desafío de sumarse al movimiento de resistencia. Como trabajador de las organizaciones clandestinas LO-LKP y respondiendo al pseudónimo Phylax, desempeñó un rol decisivo junto a su tía Corrie ten Boom en el liderazgo del Grupo BJ: una red secreta integrada por toda su familia, su novia, muchos amigos y decenas de compañeros anónimos.

Fue en aquella red, con sede en las ciudades de Haarlem y Hilversum, donde más de ochocientos judíos y disidentes políticos perseguidos encontraron no sólo escondites, documentos de identidad falsificados y tarjetas de racionamiento robadas para sobrevivir, sino también una comunidad afectiva y solidaria que los ayudó a encarar la vida y aun la muerte desde la sabiduría del amor, el bien común y la paz.

KIK TEN BOOM, EL NIETO DEL RELOJERO es un relato verídico que rescata del olvido a un detenido-desaparecido del nazismo y héroe de la resistencia holandesa. Muy oportuna lectura para quienes, disconformes con el engañoso sistema de injusticia que oprime al mundo, buscan paradigmas alternativos que contribuyan a la construcción individual y colectiva de un auténtico buen vivir.

AUTOR
Guillermo Font nació y vive en Argentina, donde ejerce su profesión de consultor psicológico (Psychological Counselor) y su arte de escritor. Es socio activo de la Asociación Argentina de Counselors (AAC) y miembro profesional de la International Association for Counselling (IAC). Es creador, facilitador y profesor de Acompañamiento Dialógico de las Relaciones Humanas (Counseling Relacional), y fundador y director de Pacificarnos - Centro de Acompañamiento Dialógico de las Relaciones Humanas. Tiene amplia experiencia en brindar sus servicios profesionales a individuos, parejas, familias, empresas, comunidades y organizaciones hispanohablantes de diferentes países del mundo. Cursó estudios superiores en tres disciplinas: Periodismo, concentrándose en Escritura y Edición Literaria; Teología, enfocándose en Espiritualidad, Psicología Pastoral y Consejería Pastoral (Pastoral Counseling); Consultoría Psicológica (Psychological Counseling), focalizándose en Desarrollo Personal, Transformación de Conflictos y Construcción de la Paz. Se especializó en cuatro propuestas teóricas, prácticas y vivenciales de maestros muy significativos para su vida personal y profesional: «Espiritualidad de la Liberación / Espiritualidade da Libertação» (Dr. Leonardo Boff), «Enfoque Centrado en la Persona / Person-Centred Approach» (Dr. Carl Rogers), «Comunicación No Violenta / Nonviolent Communication» (Dr. Marshall Rosenberg) y «Reducción del Estrés Basada en Mindfulness / Mindfulness-Based Stress Reduction» (Dr. Jon Kabat-Zinn). A lo largo de veinticinco años se desempeñó como consejero pastoral (Pastoral Counselor) en cuatro comunidades religiosas y como consejero (Counselor) en dos organizaciones sociales. Simultáneamente fue colaborador periodístico y editorial de dos revistas argentinas durante doce años y director de una editorial y una revista latinoamericanas en el transcurso de ocho años. Ha cumplido roles de coordinador grupal, conferencista y docente en Argentina y varios países de América Latina, África y Europa.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento22 feb 2021
ISBN9789878679990
Kik ten Boom, El nieto del relojero.

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    Maravilloso, me ha tocado profundamente leer estas líneas, la historia de Kik es para nunca olvidar, sus tías, opa Casper y toda su familia un ejemplo de ese amor al prójimo que no se mide por dinero ni por razas, ese amor que dejó Jesús en nuestros corazones, admirable su lucha.

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Kik ten Boom, El nieto del relojero. - Guillermo Font

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Guillermo Font

Kik ten Boom

El nieto del relojero

Segunda Edición Revisada

en Español

pacificarnos

Kik ten Boom

El nieto del relojero

Segunda Edición Revisada en Español

Copyright © 2021 Guillermo Font

Editor

Luis Ángel Sánchez

Diseño de Portada

Gisela Bainotti

Diagramación

Julio Zani

Este libro fue publicado por

Pacificarnos - Programa de Acompañamiento Dialógico

de las Relaciones Humanas, una experiencia de aprendizaje

intra-inter-trans-personal diseñada para desarrollar

armonía y plenitud existencial en la vida cotidiana

y contribuir al buen vivir de la humanidad y el planeta

desde la sabiduría del amor, el bien común y la paz.

Augusta Rella 19 - X5107 Agua de Oro

Provincia de Córdoba - Argentina

www.pacificarnos.org

Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, almacenada o transmitida de manera alguna ni por ningún medio, sea electrónico, químico, mecánico, óptico, deo de fotografía, sin el permiso previo y escrito del editor.

Hecho el depósito que ordena la Ley 11.723

Todos los derechos reservados - All rights reserved

A la memoria de

Enrique (Quique) Carreño,

uno de los 30.000 detenidos-desaparecidos entre «la noche y la niebla» de la dictadura cívico-militar durante los años 1976-1983 en Argentina.

La sangre de todos ellos, como la de Kik ten Boom, clama al cielo y a la tierra por justicia.

Tantas veces me mataron,

tantas veces me morí,

sin embargo estoy aquí,

resucitando.

María Elena Walsh

Este libro es un homenaje a Kik ten Boom en el umbral del 100° aniversario de su nacimiento. Fue escrito originalmente en español, publicado por primera vez en inglés y presentado por su autor el domingo 5 de mayo de 2019 en la antiquísima y emblemática Singelkerk [Iglesia de la calle Singel] de la ciudad de Amsterdam, Países Bajos (Holanda). El acto fue parte del programa cultural organizado por el Amsterdams 4 en 5 Mei Comité [Comité 4 y 5 de Mayo de Amsterdam] en ocasión del Nationale Dodenherdenking [Día Nacional de la Memoria] y el Bevrijdingsdag [Día de la Liberación]. La primera edición en español fue presentada en el Archivo Provincial de la Memoria de la ciudad de Córdoba, Argentina, el jueves 31 de octubre de 2019.

Índice de contenido

Kik ten Boom. El nieto del relojero. Portada

Página de título

Créditos / Legales

Dedicatoria

Presentación

Contenido

Introducción

Autor

Prefacio

Palabras del bisnieto del relojero

Prólogo

Un largo camino hacia el corazón de Kik

Capítulo 1

Theodotion

Capítulo 2

Ochenta y cuatro años

Capítulo 3

La chispa y la llama

Capítulo 4

Phylax

Capítulo 5

El escondite

Capítulo 6

Tú eres mi sol

Capítulo 7

Golpes a la puerta

Capítulo 8

Veinticuatro años

Capítulo 9

Noche y niebla

Capítulo 10

Volveré

Epílogo

Carta de Hanneke

Invitación

Introducción

El 10 de mayo de 1940, en el contexto de la Segunda Guerra Mundial, los Países Bajos (Holanda) fueron invadidos por la Alemania nazi. Durante los cinco años que duró la ocupación, los holandeses vivieron a la sombra del miedo y adoptaron diferentes posturas ante el saqueo y la opresión del Tercer Reich: una gran mayoría decidió adaptarse a la situación, una vergonzosa minoría decidió colaborar con el enemigo y una honrosa minoría decidió resistir.  

Christiaan Johannes (Kik) ten Boom (1920-1945), inspirado por la espiritualidad y la ética social de su abuelo, asumió el riesgoso desafío de sumarse al movimiento de resistencia. Como trabajador de las organizaciones clandestinas LO-LKP y respondiendo al pseudónimo Phylax, desempeñó un rol decisivo junto a su tía Corrie ten Boom en el liderazgo del Grupo BJ: una red secreta integrada por toda su familia, su novia, muchos amigos y decenas de compañeros anónimos.  

Fue en aquella red, con sede en las ciudades de Haarlem y Hilversum, donde más de ochocientos judíos y disidentes políticos perseguidos encontraron no sólo escondites, documentos de identidad falsificados y tarjetas de racionamiento robadas para sobrevivir, sino también una comunidad afectiva y solidaria que los ayudó a encarar la vida y aun la muerte desde la sabiduría del amor, el bien común y la paz.  

Kik ten Boom, El nieto del relojero es un relato verídico que rescata del olvido a un detenido-desaparecido del nazismo y héroe de la resistencia holandesa. Muy oportuna lectura para quienes, disconformes con el engañoso sistema de injusticia que oprime al mundo, buscan paradigmas alternativos que contribuyan a la construcción individual y colectiva de un auténtico buen vivir.  

Autor

Guillermo Font nació y vive en Argentina, donde ejerce su profesión de consultor psicológico [Psychological Counselor] y su arte de escritor. Es socio activo de la Asociación Argentina de Counselors (AAC) y miembro profesional de la International Association for Counselling (IAC). Es creador y director de Pacificarnos - Programa de Acompañamiento Dialógico de las Relaciones Humanas. Tiene amplia experiencia en brindar sus servicios profesionales a individuos, parejas, familias, empresas, comunidades y organizaciones hispanohablantes de diferentes países del mundo. Cursó estudios superiores en tres disciplinas: Periodismo, concentrándose en Escritura y Edición Literaria; Teología, enfocándose en Espiritualidad, Psicología Pastoral y Consejería Pastoral [Pastoral Counseling]; Consultoría Psicológica [Psychological Counseling], focalizándose en Desarrollo Personal, Transformación de Conflictos y Construcción de la Paz. Se especializó en cuatro propuestas teóricas, prácticas y vivenciales de maestros muy significativos para su vida personal y profesional: «Espiritualidad de la Liberación / Espiritualidade da Libertação» (Dr. Leonardo Boff), «Enfoque Centrado en la Persona / Person-Centred Approach» (Dr. Carl Rogers), «Comunicación No Violenta / Nonviolent Communication» (Dr. Marshall Rosenberg) y «Reducción del Estrés Basada en Mindfulness / Mindfulness-Based Stress Reduction» (Dr. Jon Kabat-Zinn). A lo largo de veinticinco años se desempeñó como consejero pastoral [Pastoral Counselor] en cuatro comunidades religiosas y como consejero [Counselor] en dos organizaciones sociales. Simultáneamente fue colaborador periodístico y editorial de dos revistas argentinas durante doce años y director de una editorial y una revista latinoamericanas en el transcurso de ocho años. Ha cumplido roles de coordinador grupal, conferencista y docente en Argentina y varios países de América Latina, África y Europa.  

Prefacio

Palabras del bisnieto del relojero

Mi nombre es Jim Streefkerk. Según la costumbre en varios países de habla española, yo tendría un doble apellido, Streefkerk-ten Boom, porque mi madre era Hemmie ten Boom, nieta del relojero Casper ten Boom y hermana de Kik ten Boom, mi tío. Por la parte de mi abuelo Willem ten Boom, mi hermana Joke y yo somos ahora los únicos descendientes directos de la familia. Muchos murieron durante la ocupación de la Alemania nazi a los Países Bajos (1940-1945) o poco después. Mi madre Hemmie murió en 1950, cuando yo tenía dos años y medio. Durante muchos años tuvimos una relación muy cercana y cálida con nuestra tía Nolly ten Boom, hermana de mi madre y de mi tío Kik. Ella no tuvo hijos, murió en 1983 y fue quien nos transmitió casi todo lo que sabemos sobre la historia de Kik y la familia Ten Boom.   

En 2017 Guillermo Font se contactó con Joke y conmigo para contarnos sobre su investigación para este libro y preguntarnos si estábamos dispuestos a compartir con él nuestras memorias familiares. Nos sorprendió que un argentino desconocido estuviera tan interesado en la familia Ten Boom, principalmente en mi tío Kik. Desde su adolescencia, Guillermo sentía una admiración especial por Kik, por el valiente rol que desempeñó en el movimiento clandestino de resistencia holandés. También lo conmovía sobremanera su dramática desaparición en manos del nazismo. Durante varios años buscó y finalmente encontró a Hanneke, el gran amor con quien Kik quería compartir su futuro después de la guerra. Hanneke todavía está viva y, naturalmente, quedó muy sorprendida por la investigación de Guillermo acerca del pasado de su ex novio.   

Al sumergirnos en la historia de Kik y la familia Ten Boom siguiendo el libro de Guillermo, Joke y yo hemos revivido experiencias sorprendentes y dolorosas. Nos llena de asombro la solidez con que Guillermo ha construido su relato. Consultó todas las fuentes que pudo encontrar y corroboró los datos, incluso las condiciones climáticas durante aquellos difíciles años, otorgándole mucho realismo a la trama. Estoy agradecido a Guillermo por reconstruir mi propia historia familiar de una manera que yo nunca hubiera podido hacerlo.  

Kik ten Boom es un héroe de la resistencia reconocido en los Países Bajos. A lo largo de los años, su vida y misión ha sido recordada, entre otras cosas, por el Museo Ten Boom en Haarlem, por la calle y la escultura que llevan su nombre en Hilversum, y ahora por este libro que recomiendo de todo corazón.  

Jim Streefkerk-ten Boom  

Santpoort-Zuid, Países Bajos  

Martes 3 de diciembre de 2019  

Prólogo

Un largo camino

hacia el corazón de Kik

«Corritembúm». Así sonaba en mis oídos una expresión que escuché muchas veces durante mi infancia en conversaciones familiares en la casa del abuelo José, muy cerca del Parque Independencia, en la ciudad de Rosario, Argentina. Cada vez que yo la escuchaba, mi mentalidad infantil me llevaba a fantasear con que «Corritembúm» era el nombre de un hombre joven africano, de piel oscura, que corría maratones.   

Un sábado a la tarde de mayo de 1976 fui a la casa del abuelo José. Aunque había fallecido hacía dos años y allí vivía mi tía Becky con su familia, siempre nos referíamos a esa casa como «del abuelo José». En el patio grande encontré a mi prima Débora, tres años mayor que yo, sentada en un sillón. Parecía muy concentrada en la lectura de un libro. Cuando me acerqué a ella para saludarla, le pregunté qué estaba leyendo.   

El refugio secreto, de Corritembúm —escuché de sus labios.   

—¡Ah, Corritembúm! —le respondí.  

Débora se acomodó en el sillón y me miró con entusiasmo.  

—¿Así que vos sabés quién es ella?  

—¿Ella?  

Esa tarde, dialogando con Débora, descubrí con asombro que «Corritembúm» no era aquel joven africano de piel oscura que mi imaginación había creado sino una mujer holandesa, ya muy anciana, cuyo nombre era Corrie ten Boom.   

Débora me dijo que Corrie ten Boom y toda su familia habían trabajado con el movimiento de resistencia y salvado a muchas personas del genocidio nazi en Holanda durante la Segunda Guerra Mundial.  

—¡Ella es una sobreviviente de los campos de concentración, Guille! —exclamó Débora emocionada.   

—¡Como el abuelo José!   

—Sí, como el abuelo José. La diferencia es que él estuvo preso en un campo de concentración durante la Primera Guerra Mundial.   

¿Movimiento de resistencia? ¿Genocidio nazi? ¿Campos de concentración? ¿Guerras mundiales? ¿Cuánto sabía yo a mis diez años sobre todo eso?   

Lo que sí me resultaba conocido era la palabra «Holanda». Cuando mis padres se casaron, mi mamá había elegido un modelo típico holandés para su tocado de bodas y mi papá había escogido un característico paisaje holandés para un gran cuadro que mi tía Esther pintaría como regalo de casamiento y que, a lo largo de los años, ocuparía un lugar prominente en el comedor de nuestra casa. Desde mi niñez temprana, ese cuadro y ese tocado me llamaron mucho la atención, además de la canción sobre los molinos y los tulipanes de Holanda que mi mamá me cantaba con frecuencia.

Al anochecer de ese día, después de tomar la merienda con Débora y sus hermanos, emprendí el regreso a mi hogar. Cuando pasé por la Plaza Sarmiento, me encontré con una situación aterradora a pocos metros de mi casa. La calle San Juan entre Mitre y Entre Ríos estaba cortada por dos autos: un Ford Falcon verde oscuro cerca de una esquina y un Renault Torino negro cerca de la otra. Varios hombres con ametralladoras en sus manos impedían que la gente se acercara y transitara. ¿Eran policías? ¿Militares? ¿Por qué no tenían uniformes? Otros hombres, encapuchados, salían de la casa de Ema, una vecina que alquilaba habitaciones a estudiantes universitarios en el piso superior. Llevaban por la fuerza, con palabras y gestos violentos, a media docena de hombres jóvenes con los ojos vendados y los obligaban a subir a aquellos autos. ¿Hacia dónde los llevaban?   

Cuando terminó el operativo y finalmente pude entrar en mi casa, me di cuenta de que mi cuerpo temblaba sin parar y que sentía una mezcla de miedo y de tristeza. Corrí hacia los brazos de mi madre que estaba preparando la cena y lloré profundamente sobre su pecho. Mientras mi mamá secaba mis lágrimas con un pañuelo blanco, recordé la conversación de esa tarde con mi prima Débora y volví a llorar con mucha angustia pensando, extrañamente, en la familia holandesa Ten Boom.  

Aquel día todavía yo no sabía que había sido testigo directo, en la misma puerta de mi casa, de una política de terrorismo de estado muy similar a la del régimen nazi en Europa durante la Segunda Guerra Mundial, que ordenaba exterminar cualquier intento de oposición o resistencia. Desde el 24 de marzo de 1976, Argentina había perdido una vez más el estado democrático y estaba padeciendo una nueva dictadura cívico-militar, la más sangrienta de su historia, comandada por el Teniente General Jorge Rafael Videla. Los tanques de guerra en las calles, los camiones que transportaban soldados con ametralladoras en sus manos, las amenazas, las traiciones, los allanamientos, los exilios obligados, los asesinatos y, especialmente, las detenciones-desapariciones forzadas y el robo de bebés, hijos de desaparecidos o asesinados, fueron parte del terrorífico paisaje cotidiano. ¿Por qué toda esa violencia en contra del pueblo?   

Durante ocho largos y difíciles años, los medios de comunicación hegemónicos, controlados por la dictadura, tal como sucedió con el nazismo, sistemáticamente ocultaban la verdad y creaban argumentos fraudulentos sobre lo que realmente estaba sucediendo en nuestro país. La mayoría de la población, movida consciente o inconscientemente por el miedo, vivía a la sombra de esa manipulación mediática y de sistemas de creencias que legitimaban la opresión. Sin embargo, un creciente grupo de madres de desaparecidos y de abuelas de bebés robados, junto a defensores de los derechos humanos, tuvieron el coraje de organizar un movimiento de resistencia no violenta. Las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, movidas por el amor a la vida, contribuyeron decisivamente a la concientización del pueblo, a la caída de la dictadura y al comienzo de una nueva etapa democrática a partir del 10 de diciembre de 1983.  

En medio de esos años dolorosos, un sábado a la noche de noviembre de 1981 se estrenó en Rosario la película El refugio secreto [en inglés, The Hiding Place], versión cinematográfica del libro homónimo de Corrie ten Boom. Obviamente, un mes antes mi prima Débora organizó una campaña publicitaria casera entre familiares y amigos. ¡Todos debíamos ir a ver la película! Sin embargo, yo no fui.   

Dos días después, el lunes a la tarde, a la salida de su clase de inglés, vino a visitarme mi prima Silvana, hermana de Débora.  

—¡Guille! ¿Qué te pasó? ¿Por qué el sábado no fuiste a ver El refugio secreto? Te estuvimos esperando...  

Mientras Silvana me hablaba, yo sentía un poco de envidia por su entusiasmo y me producía vergüenza transparentar mi desmotivación.  

—Eh... Me quedé dormido. Cuando me desperté, ya era muy tarde...  

—¡Oh Guille, qué lástima! Te perdiste una película maravillosa.   

—¿De qué trataba?  

—La historia verídica de la familia Ten Boom.  

—Ah sí, claro... Hace unos años Débora me contó.   

—Una familia holandesa, verdaderamente cristiana, llena de amor por el prójimo. Pero amor en acción, con hechos concretos, no como muchos que van a la iglesia todos los domingos y no hacen nada.  

—¿Está filmada en Holanda?  

—Sí, más o menos la mitad de la película transcurre en Holanda. Todo sucede en una típica casita holandesa con una relojería en la planta baja. El abuelo Ten Boom era relojero. Allí vivía con sus hijas Corrie y Betsie. Tenía otra hija, Nollie, que no aparece en la película, y un hijo que se llamaba como vos...  

—¿Se llamaba Guillermo?  

—¡No! Se llamaba Willem, en holandés, que en español significa Guillermo.  

—Willem... ¡Me gusta cómo suena mi nombre en holandés!  

—Y Willem tenía un hijo que se llamaba Kik…  

—¿Cómo dijiste?  

—Kik, K-i-k. Un verdadero héroe del movimiento de resistencia...  

—Me perdí. ¿Quién era Kik?  

—Kik era el nieto del relojero.  

—Ah... El nieto del relojero... ¿Y qué pasó con Kik?  

—Bueno, Guille. No te voy a contar toda la película. ¡Tenés que verla! O leer el libro. Débora te lo puede prestar.  

En la Navidad de ese año nos reunimos toda la familia en la casa del abuelo José. Cantamos villancicos navideños y Silvana nos acompañaba con el piano.   

—Willem, tu voz de tenor suena muy bien. Pero creo que te falta aprender a respirar mejor cuando cantás —me señaló Débora en voz baja.  

Hacía un par de meses que habíamos empezado un juego con Débora y Silvana. En alusión a la familia Ten Boom, yo las llamaba Corrie y Betsie y ellas me llamaban Willem. Me gustaba que me llamaran así.   

Aquella tarde de Navidad, después de cantar el último villancico, sin ningún anuncio previo, Silvana empezó a tocar una música muy bella que yo nunca había escuchado y que me llevó a sentir una mezcla de nostalgia, tristeza y esperanza. Se hizo un profundo silencio en la sala mientras ella nos acariciaba con aquella melodía.   

—¿Qué está tocando? —le pregunté en voz baja a Débora.  

—Es la música de la película El refugio secreto. Silvana logró tocarla de oído después de ver la película.  

En ese preciso momento nació en mi corazón un deseo muy profundo de ver esa película y de leer ese libro.  

A la noche, antes de que regresáramos con mi familia a nuestra casa, Débora me regaló Cada nuevo día, un libro de lecturas diarias escrito por Corrie ten Boom. Me recomendó que lo leyera diariamente. Decidí comenzar a leerlo a partir del Año Nuevo. El 1 de enero de 1982 leí el texto correspondiente a ese día, una lectura sencilla y profunda que me inspiraría durante todos los años de mi vida hasta hoy:  

En nuestra casa de la ciudad de Haarlem, en Holanda, en los primeros minutos del Año Nuevo, papá tenía la costumbre de leer el Salmo 91 y luego orar. En forma consciente entrábamos en el Año Nuevo tomados de la mano del Señor. ¿Temes lo que puede acontecer en este Año Nuevo? Haz lo que hizo papá. Confía en que en los días venideros el Señor será tu refugio.

El 2 de abril de 1982 se sumó una nueva tragedia a nuestro país: una sorpresiva guerra entre Argentina y Gran Bretaña en nuestras Islas Malvinas, que duró sólo setenta y tres días y produjo, entre los argentinos, 649 muertos, 1.300 heridos, 11.313 prisioneros y 454 suicidados, y entre los ingleses, 255 muertos, 775 heridos y 264 suicidados. En Rosario toda la población fue convocada a hacer ensayos de oscurecimiento de la ciudad para estar preparados para posibles bombardeos nocturnos de la aviación inglesa. En esas noches, al tiempo que sonaba una sirena estremecedora que señalaba el comienzo del oscurecimiento, yo recordaba una y otra vez las palabras de Corrie ten Boom: «¿Temes lo que puede acontecer en este Año Nuevo? Haz lo que hizo papá. Confía en que en los días venideros el Señor será tu refugio».  

Como un hambriento que finalmente encuentra comida, durante los dos meses y medio de guerra continué leyendo Cada nuevo día, leí tres veces El refugio secreto y también los otros seis libros de Corrie ten Boom traducidos al español hasta ese momento. Decididamente, yo quería vivir como había vivido la familia Ten Boom, con sus valores y prioridades. Quería ser como ellos, tener la fe, el amor y el coraje de Opa [abuelo] Casper, de sus hijas Betsie, Nollie y Corrie, de su hijo Willem, de su nieto Kik…  

En ese tiempo comencé a tener un sueño recurrente: en una imagen borrosa que provenía del pasado, aparecía un hombre joven que yo entendía que era Kik, algunas veces solo y otras veces junto a una mujer joven, con una expresión de dolor o de sufrimiento en su rostro, como si estuviera pidiéndome ayuda.   

Entretanto, Corrie ten Boom se fue convirtiendo para Débora y para mí en Tante [tía] Corrie, como a ella le gustaba que la llamaran, y empezamos a difundir sus libros entre nuestros familiares, amigos y vecinos, que a su vez los circulaban entre sus familiares, amigos y vecinos, y así sucesivamente. No sólo El refugio secreto y Cada nuevo día. También El Cristo de mi cautiverio, Amor, asombroso amor, Misión ineludible, En la casa de mi padre, Cartas desde la cárcel y Casper ten Boom, varón de Dios.   

A medida que los libros llegaban a nuevas manos, observábamos que sucedía algo misterioso: los nuevos lectores se enamoraban de la familia Ten Boom, por la espiritualidad sencilla y profunda expresada en su manera de ser comunidad afectiva y solidaria. La gran mayoría de ellos, desafiados por ese testimonio, empezaban a tomar decisiones que implicaban cambios positivos para sus vidas. La querida Hilda Ruiz, a quien familiares y amigos llamamos Chiquita, fue la primera persona a la que le presté los libros de Tante Corrie. Inspirada por la práctica del amor de la familia Ten Boom, Chiquita comenzó un proceso de profunda transformación de su existencia que, a lo largo de los años, influyó en cientos de personas a las que ella iluminó con sus acciones y palabras amorosas.  

Algunas veces prestábamos nuestros libros, otras veces sacábamos fotocopias y, ocasionalmente, cuando disponíamos del dinero suficiente, regalábamos libros nuevos. Ante la continua demanda de los libros de Corrie ten Boom, con mis escasos dieciséis años hice un acuerdo con una librería para ser vendedor free lance de sus libros. Mi prima Verónica, hermana de Débora y Silvana, fue mi compañera en esta aventura.   

Así, después de la guerra de las Islas Malvinas y ya en el último tramo de la dictadura, quizá como un signo de humanización posterior a tanta deshumanización, se fue generando lo que Débora llamaba «el fenómeno Ten Boom»: una creciente comunidad afectiva y solidaria compuesta por personas de muy diversas edades y condiciones sociales que fuimos encontrando en la familia Ten Boom un nuevo paradigma humanizante para construir nuestras vidas y reconstruir el país.  

Junto a amigos queridos de esa comunidad sin nombre, Débora y yo nos propusimos un objetivo muy ambicioso para nosotros en aquel momento: organizar una gran reunión para exhibir la película El refugio secreto. Para publicitarla, solicitamos información por correo a la productora de la película en Estados Unidos. Cuando recibimos la respuesta, supimos que se trataba de una superproducción cinematográfica protagonizada por la gran Julie Harris y la prometedora Jeannette Clift, coprotagonizada por actores consagrados como Eileen Heckart y Arthur O’Connell, secundados por un reparto internacional muy destacado y la participación de más de dos mil extras, musicalizada por Tedd Smith y dirigida por James Collier. En el material que nos enviaron, nos impactó leer que, cuando se estrenó originalmente la película en la primavera de 1975, Corrie ten Boom había dicho: «La película es tan realista que, cuando yo la vi, sentí que estaba atravesando ese período de mi vida por segunda vez».   

Con la contribución económica de varias personas logramos contratar un equipo de exhibición de la película que viajó desde Buenos Aires hasta Rosario. El sábado 24 de septiembre de 1982 más de doscientas personas nos reunimos para ver El refugio secreto. Fue un evento inolvidable para todos los que participamos. Veinte años antes, en 1962, la misma Corrie ten Boom había visitado

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