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Al pasar las horas. Lo mejor del Blog de Miguel Ángel Núñez
Al pasar las horas. Lo mejor del Blog de Miguel Ángel Núñez
Al pasar las horas. Lo mejor del Blog de Miguel Ángel Núñez
Libro electrónico295 páginas4 horas

Al pasar las horas. Lo mejor del Blog de Miguel Ángel Núñez

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Información de este libro electrónico

En cada minuto se juega la eternidad. Todo lo que los humanos hacen, tiene impacto y como un gran efecto dominó desencadena miles de situaciones nuevas.

En este nuevo libro de Miguel Ángel Núñez, se compilan 40 ensayos publicados en su blog Al pasar las horas. Reflexiones, así, a la vera del camino, en la vorágine del transitar en esta vida que no nos da respiro.

Los lectores encontrarán en las páginas de este texto pensamientos desafiantes, incluso heterodoxos, que a nadie dejarán indiferente, tal como lo saben los que ya son lectores de este prolífico escritor chileno.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento3 ene 2020
ISBN9780463351437
Al pasar las horas. Lo mejor del Blog de Miguel Ángel Núñez
Autor

Miguel Ángel Núñez

El Dr. Miguel Ángel Núñez. Tiene nacionalidad chilena y argentina.Ha enseñado en universidades de Chile, Argentina, México, Perú y España. Además ha sido profesor visitante para universidades de Ecuador, Colombia, Rusia, El Salvador, Venezuela y EE.UU.Doctor en Teología Sistemática (Univ. Adventista del Plata); Magister en Teología (Univ. Adventista del Plata); Licenciado en teología (Univ. Adventista de Chile y Univ. Adventista del Plata); Licenciado en filosofía y educación (Univ. de Concepción, Chile); y, Orientador familiar (Univ. Católica del Norte, Chile). Actualmente cursa una Maestría en Mediación y Conflicto y otra en Sexología clínica.Especialista en Ética, Investigación cualitativa, Antropología, Educación y Orientación Familiar.Conferenciante internacional, solicitado normalmente para dictar seminarios para jóvenes, docentes, empresas y matrimonios. Dedica buena parte de su tiempo a escribir; editar; realizar terapia online; y dar clases en postrgrado.CEO y editor de FORTALEZA EDICIONES y de sus sellos subsidiarios: TORRE FUERTE EDICIONES; CRÍTICA CRISTIANA EDITORIAL; TESIS EDITORIAL; LETRA DE COLORES EDICIONES; POÉTICA EDICIONES; VIDA SALUDABLES EDICIONES; GRACIA EDICIONES.CEO de SERVICIOS EDITORIALES FE, que brinda servicios editoriales a autores que precisen publicar.

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    Vista previa del libro

    Al pasar las horas. Lo mejor del Blog de Miguel Ángel Núñez - Miguel Ángel Núñez

    AL PASAR LAS HORAS

    Lo mejor del blog de

    Miguel Ángel Núñez

    Prólogo

    Dr. Juan Francisco Altamirano

    Fortaleza Ediciones

    FORTALEZA EDICIONES

    www.fortalezaediciones.com

    librosfortaleza@gmail.com

    Copyright © Miguel Ángel Núñez, 2018

    Corrección: Mery Thomann Muñoz

    Núñez, Miguel Ángel

    Al pasar las horas: Lo mejor del blog de Miguel Ángel Núñez. Valencia: Fortaleza Ediciones, 2020. Segunda edición.

    Ensayos. 2. Reflexiones. 3. Blogs.

    800.9 Núñez

    Fotografía de la portada: https://pxhere.com

    Prólogo © Juan Francisco Altamirano.

    Fortaleza Ediciones

    La Retoresa 18, CP 46515

    Quart de les Valls Valencia

    España

    Todos los derechos reservados. Prohibida la reproducción total o parcial de esta publicación (texto, imágenes y diseño), su manipulación informática y transmisión ya sea electrónica, mecánica, por fotocopia u otros medios, sin permiso previo y por escrito del editor.

    Dedicado a

    Miguel Ángel Rodríguez

    Un maestro, como los de antes, aquellos que no sólo daban clases, sino que te hacían pensar y proyectaban tu vida al futuro

    Contenido

    Prólogo

    ¿Cómo leer este libro?

    Introducción

    1. Diferir

    2. Elogio de la persecución

    3. La cultura de la condena

    4. Reflexiones en torno a un día triste

    5. Sólo los servidores lo entienden

    6. Carta al padre ausente

    7. Miopía

    8. Reflexiones por Sor Cristina: La voz de Italia

    9. Nunca es tarde

    10. El peligro de una historia única

    11. Cautivo de la verdad

    12. Claves para entender al macho alfa

    13. ¿Les han preguntado a las esposas?

    14. Carta abierta a Jalin

    15. Reflexiones de navidad: los obsequios

    16. Reflexiones de navidad: los pastores

    17. ¿Negación, triunfalismo, miedo o soberbia?

    18. ¡Culpable

    19. Vivir la gracia

    20. Jesús no es un villano

    21. Teología chatarra

    22. Jesús, bullying y Facebook

    23. Etiquetas

    24. El Jesús que nos cuesta conocer

    25. Guías de ciegos

    26. El pecado de pensar diferente

    27. El fin... no justifica los medios

    28. La neutralidad otorga

    29. Traficantes

    30. Verdad y comunión

    31. El nombre, Dios y la intimidad

    32. Monólogo con Dios

    33. Contradicciones y paradojas

    34. El modelo encarnacional

    35. La locura de la fe

    36. Sermones que matan

    37. Perdón, no condena

    38. ¿Será que la gracia es barata?

    39. El perfeccionismo amarga, mata y maltrata

    40. El onceavo mandamiento

    Bibliografía

    PRÓLOGO

    La palabra pasar está muy cerca a la palabra pesar, del acto de poner algo sobre la balanza, así también del verbo lamentar/ pesar. No se pasa bien el tiempo sin saber su peso, el significado que cada quien es capaz de agregarle. No aprovecharlo bien es causa de pesar. El tiempo es el elemento común tanto a los constructores de la vida como a quienes la ven pasar sin inmutarse. Es el valor intangible más preciado que enriquece a ricos como a pobres por igual.

    Al pasar las horas es producto de quien hace que el tiempo tenga peso, no pesar. Tiene peso saber diferir, porque como la vida misma, la verdad, cualquiera que ésta sea, debe estar constantemente abierta al escrutinio, al análisis, a la reflexión, a la crítica de sus bases ideológicas, y a la introspección profunda de los ideales que la conforman. Ir al encuentro con la verdad es un acto iluminado, una gesta libertaria. Por esta misma razón, este libro debe ser leído con una mente acuciosa e inquisidora, dispuesta a ser sacudida y a disentir con el autor. Él estimula ese diálogo franco y abierto. No hacerlo así con un libro hecho para pensar, es anti natura, una negación de la auténtica lectura. Resístete a ser amaestrado y léelo alerta, explorando entrelíneas dispuesto a ver otros horizontes. No hacerlo así, subestima estas letras capaces de sembrar un acucioso desasosiego. Pero una cosa es juzgar las ideas y otra muy opuesta, juzgar a las personas; cometer este tropiezo es desconocer "a Cristo mismo quien dijo: Yo ‘no juzgo a nadie’, (Juan 8:15).

    Al pasar las horas nos convoca a ser justos, sin ser políticamente correcto, porque el cristianismo exige no ser neutral... No se puede ser neutral ante la desaparición de personas…, no se puede ser neutral frente a la tortura, no se puede ser neutral frente al asesinato impune; no se puede ser cristiano y a la vez neutral, la neutralidad se contrapone con la esencia del cristianismo.

    Los ensayos que vas a leer no solo desafían la mente, también el corazón; en ellos hay estímulos suficientes para dar lo mejor de nosotros al otro, porque después de todo, lo mejor de la existencia es la relación, el vínculo, las personas con las que te abrazas y enlazas.

    Al pasar las horas es el diario de un viajero que no transita indiferente por la vida; Miguel ríe y también se indigna, comparte lo que lo entusiasma y lo inquieta; pero, sobre todo, él es cálido y sensible, y defiende que es posible dejar ver a Cristo a través de una sonrisa, (p. 72). Se identifica con el Jesús que ríe con los niños y bromea con ellos, con el Cristo que extiende su brazo de misericordia y toca al leproso… porque sabe que el primer paso para la restauración total es tocarlo, volverlo humano con el roce de la piel.

    El estilo del autor provoca desafiar sus postulados y asumir la misma posición suya: no creer sus ideas porque las diga alguien que tiene autoridad, (pp. 83, 84). El doctor Núñez agradecerá la retroalimentación para enriquecer futuras ediciones, porque ningún ser humano es dueño de la verdad. El único absoluto es Dios.

    Recomiendo este impresionante legado para lectores que aman la libertad, la libertad de la ignorancia, la libertad de los demonios de la religión tóxica. Este libro, además de afirmar la libertad, fomenta la espiritualidad saludable porque exalta la sensibilidad y compasión humanas.

    Son cuarenta ensayos imprescindibles para darle peso al tiempo, y no tener que lamentar su paso. Te dejo entonces Al pasar las horas en compañía de su autor, el Dr. Miguel Ángel Núñez, buscador incansable de la verdad, seguidor comprometido con el Jesús de Nazaret, un cristiano defensor del librepensamiento.

    Dr. Juan Francisco Altamirano

    Caldwell, Idaho, EE.UU.

    ¿CÓMO LEER ESTE LIBRO?

    Cada libro, como un hijo, es distinto. Los escritores, tenemos la tendencia a no querer dejar solos a quienes hemos parido. Cada vez que me dispongo a publicar un libro, vivo el mismo nivel de ansiedad preguntándome si lo habré terminado de escribir o si dije todo lo que tenía que decir. La realidad es que los libros no se terminan, sólo se nos agota la paciencia para seguir corrigiendo una y otra vez.

    Este libro tiene la particularidad de ser inconexo. Pero yo lo veo como una gran fuente de frutas diversas con matices y colores diferentes. Así es cada escrito que contiene este volumen.

    Por lo tanto, si alguien quiere leer de principio a fin, porque esa es su forma de abordar un libro, pues, adelante. Sin embargo, si otro quisiera leerlo de manera temática, entonces, el índice de contenidos nos indicará cuál es el mejor camino de nuestro interés, y en ese caso la invitación es leer el ensayo que les apetezca y que esté conforme con la individualidad de cada uno. Los escritores somos felices de tener lectores, y sé que estos escritos han sido leídos por miles, y confío en que, en este formato de libro, muchos más puedan acceder a la Escritura.

    INTRODUCCIÓN

    Me convertí en bloguero casi por casualidad, y digo casi, porque nada sucede por azar. Comencé a escribir un blog por la necesidad que tenía de comunicarme, especialmente con una generación que no iría a mis conferencias ni leería mis libros. La experiencia ha tenido episodios muy positivos y otros no tanto... Lo mejor ha sido comunicar a un público más extenso, que ha alcanzado lugares y personas inesperadas.

    También, sé que algunas de mis reflexiones han sido traducidas al español, al inglés, al ruso y al portugués... lo que me habla del poder de las comunicaciones. Algunas han sido reproducidas en revistas en formato papel y electrónicas y otras, han aparecido incluso en diarios de circulación nacional, lo que me llena de alegría, porque de alguna manera, lo que uno escribe en privado trasciende fronteras y plataformas.

    Lo poco agradable de escribir en un blog es que he conocido de cerca a los Trolls, esa palabra de origen inglés que describe a personas que se dedican a ofender, maltratar, e insultar a quienes no comparten sus puntos de vista. Lo más lamentable, es que muchas de esas personas son cristianos conversos que cada semana se reúnen en alguna congregación, pero en la semana no tienen ningún empacho de ofender y maltratar a otra persona que no tiene sus mismos conceptos. Es una especie de esquizofrenia ideológica, porque por una parte dicen ser cristianos con todo lo que eso significa en términos de aceptación de algunos principios bíblicos y una forma de vida a tono con Jesús, pero, por otro lado, se comportan como el peor de los no creyentes que agreden, maltratan y difaman. En el último tiempo y facilitado por la tecnología de las redes sociales, pareciera que ese tipo de cristianos han aumentado de manera exponencial.

    La mayoría de los escritos reunidos en este libro han nacido en un contexto social o cultural, por lo tanto, tienen el sabor de la circunstancia. No obstante, aunque las situaciones que dieron origen a muchas de las reflexiones son temporales, los conceptos vertidos pretenden ser universales y permanentes.

    Al poner estos escritos en un libro lo hago con el propósito de alcanzar a toda aquella gente que no tiene acceso a Internet o no le interesa, y prefieren, a la antigua, leer directamente de un libro, con tapas y hojas de papel.

    Agradezco a quienes con sus comentarios me han animado a reunir estos escritos en un sólo libro.

    Dr. Miguel Ángel Núñez

    Quart de les Valls España

    ¹ DIFERIR

    Si difieres de mí, hermano, lejos de perjudicarme, me enriqueces (Antoine de Saint-Exupery).

    Cuando se sataniza y se crean mecanismos de culpabilidad para el diferir y hacia quien difiere, entonces, estamos en la antesala de una dictadura. Todos los movimientos religiosos y políticos a través de la historia que han sucumbido a la tentación del fundamentalismo extremo y de la tiranía de las ideas, lo primero que han destruido o eliminado es la facultad de diferir. Cuando eso ocurre, ciertamente, se ciernen nubarrones negros sobre la humanidad y la razón.

    Asistimos en este momento de la historia humana, probablemente, al más espeluznante y difícil pasaje de toda su trayectoria. Algunas de las garantías básicas que se han ganado con sangre, sudor y lágrimas, comienzan a ser cuestionadas por grupos religiosos y políticos que creen que la sociedad avanzará mejor con criterios uniformes y eliminando la posibilidad de la deliberación, la crítica de las ideas, el análisis de las ideologías, y aún más, la examinación profunda de conceptos religiosos y políticos.

    Soy creyente, pero nunca he creído que las ideas en las que he creído no ameriten el ser examinadas de manera inteligente, lógica y racional. La reflexión y la crítica a las propias ideas está en la base de la inteligencia personal y colectiva.

    Cuando era estudiante de filosofía, en la Universidad de Concepción, en Chile, el profesor con el que tenía más conflictos, no sólo para comprender sus ideas, sino para aceptar su toma de posición en este mundo era el catedrático que enseñaba la clase de Filosofía Medieval. Se había empapado tanto de las ideas de este período histórico que no aceptaba que nadie osara rebatir alguno de los conceptos expuestos. Mientras todas las demás asignaturas eran deliberantes, críticas y reflexivas, la de él más bien parecía un salón de un convento medieval donde los alumnos sólo tenían que repetir las ideas de algunos grandes pensadores medievales, pero cuyos conceptos me parecían como la clase, medievales.

    Los exámenes eran ensayos que había que redactar. Dicho ejercicio duraba varias horas y uno gastaba una media de 10 a 15 páginas en escribir una o dos preguntas que solía hacer, pero que había que desarrollar hasta el más mínimo detalle.

    En uno de dichos ejercicios evaluados escribí todo lo que se me solicitaba, unas 12 páginas, y luego, redacté una refutación de otras 10 páginas de algunas de las ideas que expresaban el autor del cual se nos había preguntado. Cuando llegó la hora de la calificación, aun cuando tenía toda mi respuesta correcta me puso la nota mínima con una nota que decía:

    —Usted no tiene ni la capacidad ni la calificación para refutar a tan grandes pensadores, y dudo que alguna vez alguien tenga esa capacidad, incluyéndome.

    Hice un reclamo formal al decano de la facultad. Cuando vio mi examen me felicitó y envió un memorándum al docente para que me pusiera la calificación máxima, cosa que hizo. El profesor de filosofía medieval nunca más se dirigió a mí en clases, y dejé de levantar la mano para opinar, porque para él, simplemente, dejé de existir. Me había atrevido a diferir.

    El peligro de un discurso único

    Todos los movimientos extremos pretenden tener un discurso único. Se castiga a quien se atreve a encontrar fisuras en un entramado doctrinal o ideológico, o a quien ose expresar no estar de acuerdo con una idea.

    Hace poco veía un vídeo de ISIS, el grupo extremista islámico que tanto daño está haciendo en Siria e Irak, asesinando a algunos de sus correligionarios que habían osado diferir y expresado su voluntad de abandonar el grupo. Para los dirigentes de este grupo no hay cabida para pensar por sí mismo y la única salida es la muerte.

    Es cierto. En muchos grupos cristianos no se asesina a quienes difieren, al menos, físicamente. Pero, se suele aislar, dejar de considerar un interlocutor válido y desaparecerlo dentro del movimiento, simplemente, por atreverse a plantear algo distinto al grupo en cuestión. Es una especie de asesinato virtual y social, con el fin de no escuchar a quien tiene algo que decir, pero que difiere de la masa global del grupo religioso, o a veces, simplemente, de sus dirigentes.

    Cuando en una congregación religiosa se da un sólo punto de vista que no admite análisis ni reflexión, que se lo impone como el único discurso válido, entonces, se está ante las puertas del fundamentalismo más extremo, de la dictadura de pensamiento y de una cultura de imposición. El que no se somete, corre riesgo de ser expulsado, excomulgado, defenestrado, aislado, exiliado y en casos más extremos, asesinado, tal como ocurrió en las comunidades cristianas que huyeron de la persecución europea de sus ideas, y terminaron en lo mismo en el llamado nuevo mundo, que en la práctica fue un refinado antiguo mundo en otro lugar.

    La ciencia, las humanidades, la tecnología y las más diversas áreas del saber avanzan no por mantener un pensamiento único y pétreo, sino por atreverse a ventilar diferencias, por exponer dudas, por plantear teorías, por exponerse a ir más allá de lo conocido. Si existe un pensamiento único, entonces, no hay avance, al contrario, lo que queda es estancamiento, frustración en quienes quieren aprender y anquilosamiento del saber. Se elimina el análisis y la reflexión. Se acaba la investigación y la exploración.

    Cuando eso ocurre en las religiones nos enfrentamos al caos del fundamentalismo, la miopía de la literalidad, la perversión del fanatismo y la vesania de la persecución a los que no apoyan la visión monolítica de sus creencias y prácticas.

    Para mantenerse sanos, desde el punto de vista psicológico y emocional, pero también desde la perspectiva doctrinal, una religión debe estar constantemente abierta al escrutinio, al análisis, a la reflexión, a la crítica de sus bases ideológicas, y a la introspección profunda de los ideales que la conforman.

    Verdad progresiva

    Hay dos formas de encarar la verdad. Los grupos fundamentalistas, con tintes fanáticos y cerrados, conciben la verdad como un conjunto de dogmas y doctrinas que no se pueden discutir, analizar ni examinar críticamente. Sus ideas son inamovibles y se persigue y moteja a cualquiera que se atreva a siquiera sugerir un pequeño cambio en el entramado doctrinal. Religiones de este estilo han sido las causantes del retraso científico en el pasado, pero, además, de las más aberrantes formas de persecución y destrucción de quienes piensan distinto, algo como lo que vive ISIS en oriente medio.

    La otra perspectiva, la menos común, pero la más sana es entender que la verdad es absoluta, que pertenece al ámbito de la divinidad, y los seres humanos sólo pueden acceder a ella por medio de vislumbres. Eso implica que la verdad siempre está abierta para ser descubierta.

    La comprensión de esa verdad absoluta es progresiva, y siempre fuera del alcance total de la humanidad. No se trata de un conjunto de ideas y doctrinas monolíticas e inamovibles, sino una actitud de humildad que se trasunta en la frase: Es lo que conocemos hasta hoy, la verdad presente, pero dejando abierta la puerta para seguir conociendo y aprendiendo. Establecer la lógica de que la verdad absoluta siempre está un paso adelante de todas las verdades que conozcamos.

    La primera perspectiva fomenta el orgullo denominacional, la vanidad corporativa, la mezquindad del exclusivismo, el irrespeto a quienes piensan diferente y una actitud que impide conocer más. La verdad está cerrada en un conjunto de doctrinas y dogmas que no admiten análisis de ningún tipo.

    La segunda perspectiva contribuye a la humildad de quienes participan del grupo, nadie se siente dueño de la verdad, tampoco actúan de manera sectaria y exclusivista, y sostienen el respeto por todos los seres humanos, que de una forma u otra pueden llegar a conocer verdades que contribuyan a conocer esa gran verdad absoluta que sólo es prerrogativa divina.

    El diferir sólo es posible en esta última perspectiva. Sí creo que la verdad que tengo es última, absoluta y que no admite análisis de ningún tipo, entonces el diferir se convierte en un acto subversivo y rebelde. Por el contrario, sí creo que la verdad es progresiva y que tenemos como humanos sólo vislumbres de la verdad, entonces, el diferir se convierte en una herramienta de

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