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Filosofía y Sociedad hoy: Una conversación
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Libro electrónico179 páginas5 horas

Filosofía y Sociedad hoy: Una conversación

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Convocados de manera independiente por Contraste Editorial para responder un breve cuestionario en torno a la situación y perspectivas de la filosofía contemporánea, los destacados profesores aquí reunidos terminan por desarrollar ante el lector, en realidad, una conversación. Se trata, en sentido estricto, de una conversación filosófica, es decir, de una conversación crítica, propositiva y comprometida con los más altos valores humanos. En los tiempos que corren, la razón de lo anterior debiera resultar evidente: la encrucijada moral y política que vivimos reclama reflexión profunda y, sobre todo, respuestas audaces.
Una reflexión imprescindible en la actualidad, las colaboraciones originales aquí presentes constituyen una muestra significativa del pensamiento filosófico actual en España, Canadá, Inglaterra, Alemania y México. En su conjunto, el libro es una reivindicación del punto de vista filosófico, sus posibilidades y futuro, en un mundo donde las ideas son las que debieran encaminar la transformación que urge emprender para dar lugar a sociedades verdaderamente humanas.
Colaboran: Gabriel Amengual, Ronald Beiner, Mauricio Beuchot, John Dunn, Otfried Höffe, María Pía Lara, Sergio Pérez, Francisco Piñón, Viridiana Platas, Jorge Rendón, Roberto R. Aramayo y Gabriel Vargas.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento11 feb 2021
ISBN9786079761707
Filosofía y Sociedad hoy: Una conversación
Autor

Varios autores

<p>Aleksandr Pávlovich Ivanov (1876-1940) fue asesor científico del Museo Ruso de San Petersburgo y profesor del Instituto Superior de Bellas Artes de la Universidad de esa misma ciudad. <em>El estereoscopio</em> (1909) es el único texto suyo que se conoce, pero es al mismo tiempo uno de los clásicos del género.</p> <p>Ignati Nikoláievich Potápenko (1856-1929) fue amigo de Chéjov y al parecer éste se inspiró en él y sus amores para el personaje de Trijorin de <em>La gaviota</em>. Fue un escritor muy prolífico, y ya muy famoso desde 1890, fecha de la publicación de su novela <em>El auténtico servicio</em>. <p>Aleksandr Aleksándrovich Bogdánov (1873-1928) fue médico y autor de dos novelas utópicas, <is>La estrella roja</is> (1910) y <is>El ingeniero Menni</is> (1912). Creía que por medio de sucesivas transfusiones de sangre el organismo podía rejuvenecerse gradualmente; tuvo ocasión de poner en práctica esta idea, con el visto bueno de Stalin, al frente del llamado Instituto de Supervivencia, fundado en Moscú en 1926.</p> <p>Vivian Azárievich Itin (1894-1938) fue, además de escritor, un decidido activista político de origen judío. Funcionario del gobierno revolucionario, fue finalmente fusilado por Stalin, acusado de espiar para los japoneses.</p> <p>Alekséi Matviéievich ( o Mijaíl Vasílievich) Vólkov (?-?): de él apenas se sabe que murió en el frente ruso, en la Segunda Guerra Mundial. Sus relatos se publicaron en revistas y recrean peripecias de ovnis y extraterrestres.</p>

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    Filosofía y Sociedad hoy - Varios autores

    Derecho)

    Presentación

    Convocados de manera independiente para responder vía correo electrónico un breve cuestionario en torno a la situación y perspectivas de la filosofía contemporánea, los profesores-doctores aquí reunidos terminan por desarrollar ante el lector, en realidad, una conversación. Se trata, en sentido estricto, de una conversación filosófica, es decir, de una conversación crítica, propositiva y comprometida con los más altos valores humanos. En los tiempos que corren, la razón de lo anterior debiera resultar evidente: la encrucijada moral y política que vivimos reclama reflexión profunda y, sobre todo, respuestas audaces.

    Así, al llamado a integrar un libro en torno al estado actual de la filosofía que fuera al mismo tiempo diálogo, memoria y diagnóstico, respondió de manera entusiasta un grupo de destacadas voces filosóficas de nuestro tiempo: Gabriel Amengual Coll, Ronald Beiner, Mauricio Beuchot Puente, John Dunn, Otfried Höffe, María Pía Lara Zavala, Sergio Pérez Cortés, Francisco Piñón Gaytán, Viridiana Platas Benítez, Jorge Rendón Alarcón, Roberto Rodríguez Aramayo y Gabriel Vargas Lozano. Si bien, como el propio profesor Beiner hace énfasis en su colaboración, la filosofía no tiene ciudadanía y supone más bien una vocación universal, esta muestra de profesores de Alemania, Canadá, España, Inglaterra y México resulta representativa de las preocupaciones comunes que hoy en día atañen a esta disciplina del pensamiento. Las preguntas planteadas, como podrá verse enseguida, tienen que ver con la filosofía del siglo XX, las perspectivas de la reflexión filosófica en un mundo signado por la realidad virtual, el escepticismo generalizado y de Estados nacionales que tienden a cerrarse y, por último, la situación de la filosofía en su país y sus propias preocupaciones intelectuales actuales.

    Cabe señalar que hemos decidido organizar las respuestas recibidas sin necesidad de volver a presentar las preguntas y tan solo señalando el número al que corresponde, excepción hecha de los profesores Dunn y Pérez Cortés, quienes decidieron enviarnos su colaboración en términos de un testimonio general de su experiencia filosófica. En ambos casos el lector no tendrá dificultades para encontrar también allí las respuestas a nuestras preguntas. En la mayoría de las colaboraciones, como editores nos hemos tomado además la libertad de organizar el índice destacando la idea que en términos generales consideramos sintetiza la perspectiva filosófica del autor en cuestión.

    Toda disciplina del pensamiento de cuando en cuando se detiene para reconsiderar sus presupuestos y modificarlos o reafirmarlos. Los grandes descubrimientos científicos, por ejemplo, siempre representan un hito renovador en las llamadas ciencias de la naturaleza. Con respecto a las ciencias del espíritu lo anterior ocurre con (y contribuye también a) los cambios de época. En este caso, nuestra preocupación en torno al presente y futuro de la filosofía tiene que ver con las condiciones actuales que tiene que enfrentar esta forma de reflexión: un mundo social donde parecen imponerse los dictados del yo, el pensamiento no elaborado y un tiempo humano que parece volcado al presente y ajeno a toda permanencia. La influencia de la tecnología y las nuevas formas de comunicación acelerada son desde luego un factor importante en esta experiencia y representan un reto para una forma del pensamiento —la filosofía— que solo puede desplegarse con efectividad en los tiempos largos y desde las sustancias humanas.

    El cierre político del siglo XX significó, por otra parte, el fin de las ideologías, pero también —nos parece— de toda utopía y, con ello, de aspiraciones humanas legítimas. Se canceló así, como afirma la profesora Lara, la idea de futuro. Lo anterior en nombre, por un lado, de supuestas realidades políticas establecidas, pero además —tenemos que señalarlo— como resultado de la exigencia de una asepsia del pensamiento que terminó por vaciarlo de contenido humano. Ocupadas sobre todo en los métodos y procedimientos más que en los contenidos, algunas de las corrientes filosóficas más destacadas del siglo terminaron por constituirse, creemos, en un reto para la reflexión misma.

    Las reflexiones aquí presentadas terminan en todos los casos por rebasar el ámbito de la disciplina meramente académica para adentrarse en el presente y futuro de las sociedades actuales. Y es que, en efecto, si bien la literatura indaga en el alma de los seres humanos y las sociedades, la filosofía lo hace en sus razones, de forma tal que las voces filosóficas aquí reunidas terminan inevitablemente por expresar también su preocupación por la crisis política y moral que vivimos y se plantean posibles formas de enfrentarla. La actitud, en todos los casos, es una actitud filosófica. Como bien se sabe el propio Kant, sin duda uno de los filósofos más ocupados en lo relacionado con el rigor y la sistematicidad de la disciplina, en alguna ocasión señaló que las preguntas de la filosofía (¿Qué puedo saber? ¿Qué debo hacer? ¿Qué cabe esperar?), en realidad podían resumirse en una sola: ¿Qué es el hombre? La filosofía es pues en primer lugar, y sobre todo, autoconocimiento.

    Luego de un siglo violento y enfrentado ideológicamente que ha dado lugar al desencanto ciudadano, la crisis de las democracias y la quiebra moral que vivimos, urge recuperar los derechos de la razón para empezar a construir un mundo distinto. Habrá de ser una razón que, por supuesto, aprenda de la experiencia del siglo XX pero que, al mismo tiempo, sea capaz de recuperar su capacidad crítica y la confianza en sí misma con el objetivo de hacer valer una reflexión trascendental de carácter humano.

    Por último, un libro como éste, una idea concebida en México y cuyo tema central es el presente y futuro de la filosofía, no puede dejar de tener presente al Dr. Luis Villoro, cuya autenticidad intelectual y diálogo valiente con los clásicos del pensamiento filosófico es y seguirá siendo un ejemplo para todos quienes desde este país aspiran a desempeñarse en la disciplina. Villoro, como recordamos, también se ocupó del futuro de la filosofía y al respecto señaló en 1993: El siglo XXI será, sin duda, el de un nuevo pensamiento ético. Esta afirmación, lejos de ser un sueño de la razón, tenía su sustento en la idea práctica con la que Villoro cierra su reflexión en ese mismo texto: Porque si ha de advenir una nueva época, tendrá el rostro que nosotros mismos proyectemos.¹

    No podemos concluir estas líneas sin reiterar nuestro profundo agradecimiento a todos y cada uno de los destacados pensadores que aceptaron nuestra invitación a colaborar y han hecho posible el presente libro.

    Suzanne Islas Azaïs

    Contraste Editorial

    Preguntas

    1. ¿Cuál es su balance de la filosofía del pasado siglo XX?

    2. En un mundo como el actual signado por la realidad virtual, el escepticismo generalizado y de Estados nacionales que tienden a cerrarse para enfrentar las crisis alejándose así de la idea kantiana de una sociedad cosmopolita, ¿Qué lugar considera usted que tiene la reflexión filosófica? Y, en este sentido, ¿Cuáles cree que deben ser los temas, autores y problemas de los que preponderantemente tendría que ocuparse la filosofía en este siglo XXI?

    3. ¿Podría usted ofrecernos una idea de la situación de la filosofía en su país?

    4. ¿Cuáles son sus preocupaciones y proyectos filosóficos actuales?

    Filosofía y evolución social, Gabriel Amengual Coll

    ²*

    1. Cuando a finales de los años sesenta del siglo XX José Ferrater Mora (1912-1991) quiso trazar el panorama de la filosofía de mediados de siglo XX,³ lo hizo usando aquella metáfora de los tres continentes, cada uno de los cuales se dedicaba al cultivo de una determinada forma de filosofía: el europeo, dedicado a la fenomenología; el soviético, al marxismo; y el angloamericano a la filosofía analítica.

    Recuerdo que para unas jornadas de filosofía a principios del siglo XXI me pidieron que hablara sobre el Futuro de la filosofía e hice alusión a este panorama trazado por Ferrater. En aquel momento afirmé que la clasificación, si no totalmente exacta, era, no obstante, sugerente y reflejaba unas grandes líneas, aunque existían posibles contaminaciones y trasvases de un continente a otro y que esta clasificación, en cambio, ya dice muy poco sobre la situación de hoy, no solo porque las fronteras entre estos continentes se han vuelto borrosas, sino porque los continentes se han desfigurado o hasta han desaparecido. La filosofía marxista, si queda, es más bien residual, en todo caso, presente como telón de fondo, como es el caso de la Escuela de Frankfurt, que hoy posiblemente es más estudiada dentro del nuevo departamento de pensamiento judío que no dentro del marxista. De la filosofía analítica no se puede decir que no exista, pero ya tan mezclada con la hermenéutica, la literatura o la ciencia, que ya poco tiene de aquella analítica primera, sobria y austera, precisa y desconfiada, rigurosa y cazafantasmas, más cerca de la sintaxis y, por tanto, de la lógica que de la semántica y la pragmática, a la que finalmente la condujo el mismo Wittgenstein en su segunda época. La fenomenología seguramente es la que sigue más firme, aunque también con derivaciones hermenéuticas de todo tipo, derivaciones metafísicas y antimetafísicas, existenciales y lingüísticas, irenistas y deconstructoras.

    Actualmente me inclino a pensar que el esquema de Ferrater sigue siendo sugerente por el esfuerzo de esquematizar y trazar compendiosamente unas líneas generales de todo el panorama y cuáles son las fuentes de las que se nutren las diferentes corrientes, obviamente enriquecidas por la conexión con otros afluentes y otros campos. Lo único que varía es que todos estos continentes se han visitado y revisitado por sus respectivos vecinos foráneos, se han establecido conexiones y préstamos, de modo que cada continente se ha transformado desde dentro. Ya en aquel momento Ferrater los presentaba no como islas, sino como continentes o imperios con fronteras borrosas, a veces incluso muy porosas, como en el caso del continente europeo, en comunicación de unos con otros, y que ninguno de ellos —quizás con la excepción de la URSS— tenía un monocultivo en exclusiva.

    En concreto la filosofía analítica ha dejado de pretender aclarar el lenguaje mediante la sintaxis y la lógica y se ha abierto a la complejidad del lenguaje y especialmente a la pragmática e, incluso, a la hermenéutica. Además ha llevado a cabo una profundización en su cercanía

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