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Insumisas: Poesía crítica de mujeres
Insumisas: Poesía crítica de mujeres
Insumisas: Poesía crítica de mujeres
Libro electrónico347 páginas2 horas

Insumisas: Poesía crítica de mujeres

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Insumisas es una antología de poemas críticos de mujeres poetas con un espectro amplio de voces y matices, diversa estéticamente, plural en su composición; siempre beligerante e inconformista. Agrupa poemas de cuestionamiento, de impugnación, de denuncia, que miran de frente los mecanismos, causas y consecuencias de la desigualdad social de un sistema ideológico y económico excluyente, ecocida y heteropatriarcal. Sin pretender acotar ningún terreno, subraya la existencia y el vigor de unas posiciones políticas y poéticas relevantes, que abren e impulsan vías para la reflexión, el debate y la puesta en marcha de prácticas para la emancipación con sus versos. Aspira a ser un punto de partida, un refuerzo y un impulso; una obra que aporte y que refleje la fortaleza de la poesía crítica escrita por mujeres en castellano en el Estado español en la actualidad. Y que pueda servir, si es necesario, como documento de trabajo y como acompañamiento. Que sea, en definitiva, una herramienta más en una lucha con distintos frentes que no podemos eludir.
Autoras de la antología:
Begoña Abad / Rosana Acquaroni / Pilar Adón / Gracia Aguilar Almendros / Mada AldereteVincent / Maribel Andrés Llamero / Pilar Astray Boadicea / Martha Asunción Alonso /Vanessa Basurto / Carmen Beltrán Falces / Carmen Ruth Boillos / Beatrice Borgia / Paloma Camacho Arístegui / Montserrat Cano / Laura Casielles / Sofía Castañón / María Castrejón / Olalla Castro Hernández / Nieves Chillón / Bibiana Collado Cabrera / Isla Correyero / María Eloy-García / Eva Gallud / Ana Gálvez / Esther Garboni / Ariadna G. García /Txus García / Berta García Faet / Belén García Nieto / María García Zambrano / Diana García-Bujarrabal / Laura Giordani /Alba González Sanz / Sara Herrera Peralta / Milagros López / Laia López Manrique / Inma Luna / María Ángeles Maeso / Juana Marín / Ana Belén MartínVázquez / Alicia Es. Martínez / Erika Martínez / Ángela Martínez Fernández / Marián Martínez-Osorio / Andrea Mazas / Elena Medel / Isabel Miguel / María Monjas Carro / Nares Montero / Ángeles Mora / Cristina Morano / Esther Muntañola / Marta Navarro / Patricia Olascoaga / Leire Olmeda /Arantxa Oteo / Julia Otxoa / Katy Parra / María José Pastor / Ana Pérez Cañamares / María Ángeles Pérez López / Isabel Pérez Montalbán / Inés Ramón / Miriam Reyes / Ana Rosetti / Nuria Ruiz DeViñaspre / Regina Salcedo / Milagros Salvador / Sonia San Román / Marifé Santiago Bolaños / Marta Sanz / Ana Tapia / Ruth Toledano / Julieta Valero / Eva Vaz / Raquel Vázquez / AnaVega / AnaVidal Egea.
Selección y edición de Alberto García-Teresa
IdiomaEspañol
EditorialBaile del Sol
Fecha de lanzamiento23 oct 2019
ISBN9788417263676
Insumisas: Poesía crítica de mujeres

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    Insumisas - Varias Autoras

    Insumisas

    Poesía crítica contemporánea de mujeres

    Selección y edición de

    Alberto García-Teresa

    Begoña Abad

    (Villanasur del Río Oca, Burgos, 1952)

    obra poética:

    Begoña en ciernes (4 de agosto, Logroño, 2006); La medida de mi madre (Olifante, Zaragoza, 2008); Cómo aprender a volar (Olifante, Zaragoza, 2012); Musarañas azules en Babilonia (Babilonia, Navarrés, 2012); Palabras de amor para esta guerra (Baile del Sol, Tenerife, 2013); A la izquierda del padre (La Baragaña, Palma de Mallorca, 2014); Estoy poeta (o diferentes maneras de estar sobre la Tierra) (Pregunta, Zaragoza, 2015); El hijo muerto (Babilonia, Navarrés, 2016); Diez años de sol y edad. Antología 2006-2016 (Pregunta, Zaragoza, 2016); El techo de los árboles (Pregunta, Zaragoza, 2018).

    Si algún día vienes a mi vida,

    tendré que explicarte que eres una diosa.

    Que nadie tiene derecho a olvidarlo.

    Que nadie tiene permiso

    para tratarte como otra cosa.

    Te enseñarán a leer, a escribir.

    Aprenderás a contar, a manejar los cubiertos,

    a vestirte, a caminar,

    pero todo deberás hacerlo

    sin olvidar que eres una diosa única,

    irrepetible, valiosa

    y que sólo saber eso te hace libre.

    No necesitas sino de ti, para aprenderlo,

    pero yo te lo repetiré cada noche

    para que no lo olvides,

    porque quizás un día

    un príncipe azul te quiera para él

    y entonces tendrás que saber

    que los príncipes azules no existen

    y que las diosas no tiene dueño.

    (De Cómo aprender a volar; 2012)

    Bajo qué bandera tendré que esconderme

    cuando te mire muerto,

    cuando tenga que sujetar tu cuerpo

    el resto de los días de mi vida,

    que sólo serán tu ausencia.

    Con qué uniforme abrigaré mi pena

    que me justifique

    el absurdo ciclo de haberte parido,

    para entregarte luego a una causa perdida.

    Qué ejército, de qué lugar,

    defenderá mi miedo a seguir viva,

    la angustia de mirar a otras madres,

    la procesión insufrible de ataúdes,

    la indecente firma de otras paces

    que construyan sobre nuestros huesos

    un futuro en el que no cabemos.

    (De La medida de mi madre; 2008)

    Escucho a un político explicar

    cómo cerrará una empresa

    y dejará a mil doscientas personas en la calle.

    Sus palabras hábiles, elegidas, complicadas y equívocas,

    me hacen dudar sobre si cerrará la empresa

    o nos está salvando la vida.

    Pienso si yo seré capaz de decir a mis hijos,

    con la misma habilidad,

    que esta noche ya no hay nada que cenar

    y que mañana se me termina el paro.

    (De Palabras de amor para esta guerra; 2013)

    En la fila de hormigas

    el único horizonte posible

    es la hormiga que camina delante.

    (De Palabras de amor para esta guerra; 2013)

    Estudia, estudia

    o terminarás fregando escaleras.

    Desde niña la amenaza, el miedo.

    Ahora, que sí friego escaleras

    porque lo elegí, parece,

    miro alrededor y veo

    a muchos de los que entonces estudiaron

    en qué vertederos andan metidos.

    Otros aparecen en la prensa salmón,

    es cierto, es cierto,

    pero no sé cuál de las dos cosas

    me parece más triste.

    En las escaleras que friego

    me puedo mirar la cara.

    (De Estoy poeta (o diferentes maneras de estar sobre la tierra); 2015)

    Rosana Acquaroni

    (Madrid, 1964)

    obra poética:

    Del mar bajo los puentes (Rialp, Madrid, 1988); El jardín navegable (Torremozas, Madrid, 1990; Reed, 2017); Cartografía sin mundo (Ayuntamiento de Cáceres, Cáceres, 1994); Lámparas de arena (Comunidad de Madrid, Madrid, 2000); Discordia de los dóciles (Olifante, Zaragoza, 2011); La casa grande (Bartleby, Madrid, 2018).

    LOS MUERTOS PREMATUROS

    Vosotros

    que vivís sosegados,

    que regresáis a casas

    iluminadas y humeantes,

    que fingís inquietud ante el fracaso,

    anclados a la duda razonable.

    Vosotros

    que sois depositarios del ciego bienestar

    y surcáis cada noche

    los océanos blancos

    en barcos de pereza.

    Vosotros

    vientres acorazados,

    contemplad este fango que corrompe,

    el sórdido aleteo que profana.

    Hincad el corazón,

    asomaos a la vida,

    y veréis todo aquello que se esconde

    bajo esa claridad amontonada

    que cubre vuestro mundo.

    (De Discordia de los dóciles; 2011)

    DESAPARECIDOS, 2

    Tras los muros de esta ciudad insomne

    se ocultan unos cuerpos

    unos nombres

    que no sobrevivieron

    a alguna despedida.

    Bajo la piedra

    se esconde un cauce oculto

    un manantial de cal itinerante,

    un corazón talado

    que sangra todavía.

    (De Discordia de los dóciles; 2011)

    Fue el año en que los dóciles

    conciliaban el sueño acariciando

    sus mantas de penuria.

    Había mercaderes

    que expoliaban la ruta de los sueños.

    Se secaba la lengua de los hombres.

    Se inauguraban centros comerciales,

    fugaces paraísos

    para la sedación y la codicia.

    Escaseaba el encuentro entre los dóciles,

    esos seres que fueron clausurados,

    demolidos,

    que solían apagar sus soledades

    girando para siempre

    entre franquicias,

    en grandes delfinarios,

    o en pequeñas cabinas

    donde apenas sí cabe un solo hombre.

    (De Discordia de los dóciles; 2011)

    CON DISTINTOS COLLARES

    Una vez que ha cesado la tormenta,

    el rebaño se aquieta

    y los perros

    reagrupan a los corderos rezagados.

    Lejos de las cañadas,

    en las hondas pedrizas,

    queda un cordero blanco,

    que come en la maleza.

    Prefiere magullarse

    andar sobre los riscos

    –abriendo nuevas sendas–,

    antes que diluirse entre el ganado.

    Sus guardianes vigilan la distancia.

    Cuando rompa la noche

    soltarán a los perros.

    Hurgarán las heridas.

    Someterán su cuerpo a los alambres.

    Su áspero balido

    rasgará cada cielo

    de la aldea global.

    Vertedero de ángeles:

    diréis que no escarmienta todavía.

    Tropas del exterminio

    con distintos collares.

    (De Discordia de los dóciles; 2011)

    DÓNDE QUEDÓ TU SEXO

    desleído derramado en qué cóncavo silencio en qué pozo anegado

    por la lluvia sobre qué urna dormido incandescente

    dónde quedó tu sexo floreciendo en qué bandeja de canapés variados

    en qué concilio bajo qué lavatorio en qué bidé sonámbulo

    tapiado por la seda de la consolación.

    Corsés y limaduras brotando como hímenes.

    Cautiva y desarmada

    una vagina envuelta en un sudario blanco.

    Doméstica y pequeña

    confinada al fantasma de la aurora.

    Cancelación de un cuerpo

    libertario.

    Todo llega por qué

    todo se en

    cien

    de

    (De La casa grande; 2018)

    Pilar Adón

    (Madrid, 1971)

    obra poética:

    Con nubes y animales y fantasmas (EH Editores, Jerez, 2006); De la mano iremos al bosque (4 de agosto, Logroño, 2010); La hija del cazador (La Bella Varsovia, Madrid, 2011); Mente animal (La Bella Varsovia, Madrid, 2014); Las órdenes (La Bella Varsovia, Madrid, 2018).

    Ellos no lo advierten

    pero arrastramos un rencor en los genes

    heredado de cada mujer.

    Su hacha clavada en el cuerpo,

    integrada en él. Donde persiste.

    Observadoras y observadas.

    Actuando a solas y ante el mundo.

    Ansiando un descanso

    sin saber descansar.

    Acusando un odio que no se cura

    por palabras que no tendrían que existir

    Sin responder tal sin comportarnos cual,

    aprovechando más.

    Sin enfrentarnos a.

    (De Las órdenes; 2018)

    Regalarlo todo. Cada prenda. Cada adorno.

    Con mentalidad de pobre. Los dedos de harina

    calentando el mismo tazón

    y la sonrisa rota hacia la mesa

    sin frutas ni flores en la fuente.

    Sin estrenar nada, sin ambición de refugio.

    Habiendo perdido la energía

    y el asombro.

    Queriendo decir: «¿Por qué no vuelves a casa?»

    Cuando lo sabe. Que volver a casa es el miedo.

    Que la huida del día es el miedo.

    La tapia de ladrillo y la llamada al timbre sin prever

    si podrá entrar.

    Cada mirada de hembra.

    Cada preñez. El miedo.

    El cuerpo que no se acostumbra

    y que, lejos de aumentar,

    reduce su tamaño y se parte en dos.

    (De Las órdenes; 2018)

    LIGADURAS

    El afán de cuidar. Lo irremediable de cuidar.

    En el tiempo de cada mujer que se apresura.

    Que no descansa, que lo hace todo.

    Ahogándose en sí misma.

    Que se levanta cuando los otros se agitan en su espacio

    y enflaquece cuando los otros dejan de comer.

    Cada paso adiós, cada separación,

    un desamparo que niega el reposo.

    Que se aplasta contra el esternón y se sostiene

    en los años pasados y en la incertidumbre: ¿habrá más?

    La piel pálida como madera de puerta

    y las manos en asfixia

    mientras cortan la carne.

    (De Las órdenes; 2018)

    No descuido la escritura,

    sino a mí misma

    (Ingeborg Bachmann)

    ¿Quién me va a cuidar cuando sea vieja?

    ¿Quién me va a esperar, feliz de verme?

    Cabello de nudos. Sin cepillados nocturnos.

    Peines y espejos de plata.

    Sola en mi sillón. Harta del cansancio y los sermones.

    Sin hijos que me bañen,

    me cocinen asado con puré,

    me traigan jerséis de talla grande,

    me laven los pies y las axilas

    cuando queden ya pocos motivos para existir.

    Vencida por los razonamientos

    sobre aquello de recoger lo que se ha sembrado.

    Celebraciones, cumpleaños y fiestas

    en perspectiva de una soledad redonda.

    ¿Quién va a venir a verme

    los fines de semana?

    Si no soy madre.

    Si vivo sin reconocer la devoción, el auxilio.

    La ternura. Las visitas a los amigos dolientes.

    Entre evasivas, papeles y libros,

    alejada del sentimiento original.

    Escapando de la llamada primera.

    Sin saber qué es la entrega.

    Qué la piedad. Qué la delicadeza

    de los niños fotocopia. Su mente dulce y sencilla

    como trozos de manzana asada. Como bolsas de osos Haribo.

    ¿Quién va a abrazarme cuando sea vieja?

    Y esté sola. Y no haya quien quiera hablarme. Y las cortinas se prendan fuego

    y las llamas asciendan hacia el techo. Y nadie pueda acercarse

    al teléfono. Para llamar al servicio de extinción de incendios.

    (De Las órdenes; 2018)

    Gracia Aguilar Almendros

    (Albacete, 1982)

    obra poética:

    Libérame, Domine (Pre-Textos, Valencia, 2018).

    Di adiós al sudor por estrés de nivea

    Hace meses que huelo a miedo,

    ácida, corrosiva.

    Nivea puede hacer que cambie,

    puede ponerme

    una máscara aséptica

    de risas rubias

    y blancas sábanas.

    Nivea sabe

    que si salgo a la calle

    reconozco por el olor,

    como los animales,

    a toda una generación.

    Somos Hansel y Gretel

    perdidos en el bosque.

    Nivea sabe

    que el mundo es más real,

    sucio y oscuro, ahora.

    Sabe de mi asustado cuerpo.

    Pero no sabe

    que me voy a quedar aquí,

    muy lejos del decoro,

    a levantar mi casa

    en esta tierra negra

    repleta de lombrices.

    (De Libérame, Domine; 2018)

    CAPITALISMO

    Masa, relleno, masa,

    masa, relleno, masa.

    Ciento ochenta rollitos

    de primavera.

    Un día entero de trabajo,

    a cuatro con cincuenta euros la hora.

    Reservas de rollitos

    artesanales

    para semanas.

    Masa, relleno, masa,

    masa, relleno, masa,

    ritmo, obsesiones.

    Y los versos salvándome,

    los poemas que acuden

    a mi cabeza,

    la palabra árbol

    pájaro, luz, azul.

    Otra cadencia,

    saber que existe,

    respirar hondo

    y pasar al siguiente.

    (De Libérame, Domine; 2018)

    Mada Alderete Vincent

    (Madrid, 1959)

    obra poética:

    La ciega tiene boca (Crecida, Ayamonte, 1997); La casa de la llave (Poemas de la educadora) (Baile del Sol, Tenerife, 2007); La hembra te da permiso (Baile del Sol, Tenerife, 2010).

    en mi primer día

    del trabajo nuevo

    me han colgado un puñado de llaves del cuello

    y me han dejado sola

    tengo encerradas a seis mujeres

    a sus hijas y a sus hijos

    no es una cárcel

    solo cuido de que sus amantes

    no las quieran demasiado

    (De La casa de la llave; 2007)

    LA MUÑECA RUSA (2) LA LISTA MACABRA (1)

    se sienta a mi lado

    para hacer la entrevista

    «en profundidad»

    que tiene también una larga

    y macabra lista

    de posibilidades

    patadas

    mordiscos

    empujones

    bofetadas

    estrangulamientos

    puñaladas

    violaciones

    ...

    ella me va diciendo sí o no

    con la cabeza agachada

    dice casi todo sí

    (De La casa de la llave; 2007)

    cuando algún ex

    hace de las suyas

    las demás son una

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