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Mercados en común.: Estudios sobre conexiones transnacionales, negocios y diplomacia en las Américas (siglos XIX y XX)
Mercados en común.: Estudios sobre conexiones transnacionales, negocios y diplomacia en las Américas (siglos XIX y XX)
Mercados en común.: Estudios sobre conexiones transnacionales, negocios y diplomacia en las Américas (siglos XIX y XX)
Libro electrónico1013 páginas13 horas

Mercados en común.: Estudios sobre conexiones transnacionales, negocios y diplomacia en las Américas (siglos XIX y XX)

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Desde fines de los años 1980, a raíz de la firma de tratados de comercio en diversas partes del mundo, los temas relativos a la globalización y sus efectos han estado presentes en periódicos y publicaciones académicas, así como en los debates de políticos, gobernantes y de la sociedad civil. Si procesos de globalización han tenido lugar en diferent
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento24 jul 2019
Mercados en común.: Estudios sobre conexiones transnacionales, negocios y diplomacia en las Américas (siglos XIX y XX)

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    Mercados en común. - Maria-Aparecida Lopes

    Primera edición, 2016

    Primera edición electrónica, 2016

    DR © EL COLEGIO DE MÉXICO, A.C.

    Camino al Ajusco 20

    Pedregal de Santa Teresa

    10740 México, D.F.

    www.colmex.mx

    ISBN (versión impresa) 978-607-462-947-7

    ISBN (versión electrónica) 978-607-628-138-3

    Libro electrónico realizado por Pixelee

    ÍNDICE

    PORTADA

    PORTADILLAS Y PÁGINA LEGAL

    DEDICATORIA

    PRESENTACIÓN Y NOTAS INTRODUCTORIAS: LECTURAS TRANSNACIONALES. Maria-Aparecida Lopes y María Cecilia Zuleta

    Los textos y las problemáticas

    I. FLUJOS, MERCADOS Y NEGOCIACIONES DE COMERCIO

    1. LA DIVERSIFICACIÓN DEL COMERCIO DE EXPORTACIÓN LATINOAMERICANO, 1870-1913. LOS CASOS DE ARGENTINA, CHILE Y PERÚ. Marc Badia-Miró, Anna Carreras-Marín y Agustina Rayes

    Introducción

    La distribución geográfica de las exportaciones argentinas, peruanas y chilenas

    Composición por producto de las exportaciones de Argentina, Perú y Chile

    Conclusiones

    2. CARNE PARA LAS MASAS HAMBRIENTAS. INTERCONEXIONES DEL COMERCIO DE GANADO VACUNO EN EL ATLÁNTICO NORTE, 1884-1914. Maria-Aparecida Lopes

    Introducción

    Demanda urbana, tecnología ganadera y de transportes, Gran Bretaña y Estados Unidos

    Geografía y Genética Ganadera en América del Norte

    Complementariedad y Competencia en el Intercambio Norteamericano de Ganado

    Consideraciones Finales

    3. POLÍTICA MONETARIA Y DIPLOMACIA DE LA PLATA EN EL NEW DEAL. ESTADOS UNIDOS, CHINA Y MÉXICO, 1933-1940. Paolo Riguzzi

    Introducción

    1. Plata y Gran Depresión

    2. Multilateralismo restringido. El acuerdo internacional de 1933

    3. Acción unilateral. La Ley de compras de plata estadounidense y su impacto sobre China y México, 1934-1935

    4. El ajuste doméstico en China y México

    5. Las negociaciones bilaterales

    5.2. Plata, petróleo y guerra, 1938-1940

    Conclusiones

    4. LECTURAS PLATISTAS DE LA DEPRESIÓN, MÉXICO Y ESTADOS UNIDOS. Luis Anaya Merchant

    Flujos y usos monetarios en la era del oro

    Mercados de la plata: los consumidores asiáticos

    Otros consumidores importantes

    Mercados de la plata: los productores en América

    La plata y la opinión pública en México

    La incertidumbre áurea y el regreso de la plata

    Comentarios finales

    5. EL TRATADO COMERCIAL DE 1942 ENTRE MÉXICO Y ESTADOS UNIDOS Y EL FLUJO COMERCIAL BILATERAL (1943-1950). Isabel Avella Alaminos

    Introducción

    Las concesiones arancelarias del Tratado

    La trayectoria del comercio México-Estados Unidos entre 1943 y 1950

    Una ponderación general del efecto del Tratado en el comercio bilateral

    Conclusiones

    6. LA FIEBRE AFTOSA EN MÉXICO Y LA DISPUTA POR EL CONTROL SANITARIO Y EL MERCADO DEL GANADO ENTRE ESTADOS UNIDOS Y AMÉRICA LATINA EN LOS AÑOS DE LA POSGUERRA MUNDIAL. Octavio Herrera Pérez

    Etiopatogenia y transmisión hacia el Continente Americano

    Primeros brotes de fiebre aftosa en México

    La chispa que estalló la emergencia sanitaria continental: los cebúes brasileños

    Un nuevo embargo norteamericano y primeras acciones del gobierno alemanista

    La comisión binacional para el combate de la glosopeda: la CMAPEFA

    La decisión diplomática del rifle sanitario y la consecuente crispación social

    El nuevo método de la vacunación masiva

    La situación se estabiliza y se observa la otra orilla de la crisis

    7. LA CADENA DE LÁCTEOS EN BRASIL DESDE EL MERCOSUR: TEMAS PARA UNA HISTORIA TRANSNACIONAL. José Lannes

    Introducción

    Integración regional y el marco regulatorio: tarifas aduaneras

    Integración regional y vinculación internacional: las normas de calidad

    Restructuración Industrial: la IED en la industria láctea

    Consideraciones finales

    II. LA DIPLOMACIA: DINÁMICAS Y ACTORES

    8. MÉXICO Y ESPAÑA: MEDIADORES INTERAMERICANOS DE LA SOCIEDAD DE NACIONES (1932-1935). Fabián Herrera León

    Introducción

    El Chaco y Leticia

    Tratamiento diplomático de los conflictos

    La Sociedad de Naciones: los asuntos sudamericanos como punto de encuentro para México y España

    Conclusiones

    9. DEMARCANDO UNA ESTRATEGIA LATINOAMERICANA: LAS INICIATIVAS DEL SECTOR PRIVADO CANADIENSE EN COLOMBIA, 1905-1953. Stefano Tijerina

    Introducción

    Contacto con Colombia

    Los negocios en la Banca

    Las inversiones en petróleo

    El periodo de entreguerras y las misiones comerciales

    Conclusiones

    10. AMÉRICA AUSTRAL ANTE LA EXPROPIACIÓN PETROLERA MEXICANA: NEGOCIACIONES E INTERESES, 1938-1940. María Cecilia Zuleta

    Introducción

    La expropiación petrolera y su difusión:

    Sudamérica y los hidrocarburos

    Los hidrocarburos en Uruguay y Chile: regulación, consumo, intereses

    Los devaneos por mercados: la diplomacia mexicana en Uruguay

    Diplomacia mexicana y política chilena: conexiones progresistas y desencuentros mercantiles

    Consideraciones finales

    11. SEARS COMO AGENTE DE DIPLOMACIA COMERCIAL EN LATINOAMÉRICA. Julio E. Moreno

    Sears como agente diplomático comercial en Latinoamérica

    El nacionalismo económico y la mercadotecnia de Sears

    Conclusiones

    12. EL DESPEGUE DE ARICA Y SUS INSTITUCIONES EN LA DÉCADA DE 1950 EN EL MARCO DE LAS RELACIONES ENTRE CHILE Y PERÚ. José Antonio González Pizarro

    Introducción

    La política de los gobiernos peruanos en la década de 1950 y el desarrollo de Tacna

    La situación de Arica y la creación del puerto libre en 1953

    El desarrollo turístico de Arica y las atracciones aduaneras. La rectificación estatal y la creación de la Junta de Adelanto de Arica en 1958

    El progreso de Arica, como polo de desarrollo industrial y zona turística internacional. La acción regionalista de la Junta de Adelanto de Arica entre 1958-1962

    Conclusiones

    13. CONTRATOS PETROLEROS, INTERVENCIÓN ESTATAL Y SANTO DOMINGO: TRES PUNTOS ÁLGIDOS EN LAS RELACIONES ARGENTINA-ESTADOS UNIDOS (1963-1966). María Cecilia Míguez y Leandro Morgenfeld

    Introducción

    La relación bilateral tras la revolución cubana (1959-1963)

    El gobierno de Illia: contexto político y económico

    La anulación de los contratos petroleros: primer conflicto bilateral

    La presión de los Estados Unidos respecto de la política económica

    Santo Domingo y el desarrollo de la relación bilateral hasta el golpe de 1966

    Conclusiones: el golpe de estado

    14. ECONOMÍA POLÍTICA DE LA ENERGÍA EN CLAVE REGIONAL. UNA PROPUESTA ANALÍTICA Y UN ESTUDIO DE CASO HISTÓRICO. Reto Bertoni y Emiliano Travieso

    Introducción

    Algunos hechos estilizados

    Un breve recorrido histórico

    Una estrategia analítica

    Un estudio de caso: la creación de LA OLADE

    Conclusión

    FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA

    Archivos y bibliotecas

    Prensa y publicaciones periódicas

    Fuentes publicadas

    Bibliografía

    Entrevistas

    Fuentes digitales

    ÍNDICE DE NOMBRES DE LUGARES

    ÍNDICE DE NOMBRES DE PERSONAS

    ÍNDICE DE NOMBRES DE INSTITUCIONES, ORGANIZACIONES Y EMPRESAS

    ÍNDICE DE CUADROS, FIGURAS, GRÁFICAS Y MAPAS

    Cuadros

    Figuras

    Gráficas

    Mapas

    DE LOS AUTORES

    COLOFÓN

    CONTRAPORTADA

    Para Laura Nater, in memoriam

    Por su amistad, y por abrir tantos cruces

    y encuentros de caminos,

    con nuestro recuerdo agradecido

    PRESENTACIÓN Y NOTAS INTRODUCTORIAS: LECTURAS TRANSNACIONALES

    [1]

    Mercados en común reúne un conjunto de textos que exploran una parcela relevante de la historia de América relativa a las relaciones económicas, la diplomacia y negociaciones comerciales a escala continental, campos que convergen y cuyo estudio convoca a especialistas de varias disciplinas, principalmente la historia económica y las relaciones internacionales.[2] Catorce estudios examinan las relaciones, conexiones y dinámica transnacional de las economías y sociedades americanas en perspectiva histórica, en un lapso temporal secular, desde fines del siglo XIX a fines del siglo XX.

    Los capítulos, diversos en metodología y materia de estudio, comparten el propósito de examinar la dinámica histórica de vinculación e interrelación de economías vecinas del continente americano, asimétricas en población, geografía, recursos, riqueza y poder, entre sí y en sus conexiones con el viejo continente (Europa y en menor medida, Asia). Nos muestran que en estas relaciones han intervenido tanto actores públicos, gubernamentales y empresariales, como intergubernamentales y supranacionales,[3] al lado de organizaciones no gubernamentales de alcance mundial, como las de acreedores, las organizaciones sindicales, y religiosas, entre otras.

    Sobre la base de investigaciones fundadas en muy diversas fuentes primarias, los capítulos de este libro proporcionan análisis originales acerca de los flujos comerciales y financieros de mercancías, capitales y tecnologías; acerca de las modalidades de conexión e interacción trasnacional de actores, empresas y agencias (gubernamentales y no gubernamentales), y también observan diferentes dinámicas de diplomacia económica bilateral, multilateral y trasnacional. Al lado, varios de los capítulos brindan evidencia empírica y propuestas metodológicas para el estudio de los procesos de integración económica en diversos espacios del continente: en Norte y Sur América, así como en el espacio Noratlántico.

    El problema de estudio es precisamente la articulación y entrecruzamiento de economías domésticas con otras globales, en el marco de delimitaciones de espacio flexibles, que desbordan el tradicional perímetro del Estado-nación, y como es lógico, la política exterior de los Estados y los intercambios comerciales entendidos como comercio exterior. El común denominador de los capítulos es la lectura transnacional, concebida no como un método sino como un ángulo o perspectiva de análisis flexible que posibilita estudiar los flujos de mercancías, capitales, tecnologías, conocimientos e ideas relativas a la producción, circulación y vida material de las sociedades americanas, así como las interconexiones creadas por estos flujos en escalas espaciales diversas.[4] Esta aproximación permite cambiar la percepción de fenómenos considerados exclusivos, particulares de cada país, para observar colaboraciones, congruencias y/o disparidades, al igual que conexiones y procesos de integración regional y suprarregional, pero incluso el aislamiento coyuntural. El conjunto de nuestros ensayos muestra estas conexiones no sólo en las Américas, sino también entre este continente y otras partes del globo.

    La perspectiva transnacional nos condujo además a reconsiderar los parámetros cronológicos y de periodización generalmente establecidos en la literatura disponible.[5] La materia de una buena parte de las contribuciones que forman este volumen nos llevó a detenernos en la discusión de conceptos claves de la historia diplomática y de las relaciones internacionales, como diplomacia económica, financiera y comercial, y pública, en contextos globales; así como en el debate en torno a la diplomacia triangular, entendida como las relaciones y negociaciones entabladas entre dos o más gobiernos y las compañías multinacionales.[6]

    Los capítulos exhiben, como conjunto, gran riqueza en el juego con las escalas: local, regional, así como nacional, binacional, supra regional, o transfronterizo. Incluso el enfoque histórico regional alcanza dimensiones transnacionales, por ejemplo cuando las economías regionales son examinadas como resultado de procesos y dinámicas de interconexión transfronterizas. Otros capítulos se preocupan por examinar en perspectiva histórica procesos de integración supra regional amplia, sobre un vector conector, como el energético, por ejemplo. Lejos de ignorar las fronteras, varios ensayos las problematizan, sin considerarlas como un dato fijo.

    Conviene agregar más precisiones acerca de la delimitación espacial de los estudios aquí reunidos. Nos preocupa estudiar la historia económica contemporánea de las Américas, ello comprende tanto América Latina como los Estados Unidos y Canadá. Nos parece fundamental superar la distancia entre la historia de América Latina y la historia de parte de América del Norte, que ha marcado nuestra disciplina. Pese a no contar con un capítulo dedicado exclusivamente a Estados Unidos, los actores, las empresas, los organismos públicos y el gobierno de esta república están presentes en la mayoría de los textos. En el siglo XX ese país consolida su posición como primera economía mundial, con una presencia indudable en el ámbito diplomático, primero americano, luego en otros continentes. En esta obra, Estados Unidos está presente no como modelo de desarrollo ni tampoco en virtud de una supuesta excepcionalidad histórica sino a través de actores, agencias, organizaciones e instituciones. Así, se matizan las dicotomías norte/sur, al priorizarse los ámbitos de colaboración e intercambio entre actores y entidades a lo largo de las Américas.

    A partir de la evidencia empírica presentada nuestro volumen contribuye a plantear una escala americana para la historia económica. Nos parece que el paradigma de una historia latinoamericanista centrada en sí misma y en oposición a Estados Unidos, modelo vertebrado por el análisis de la brecha de crecimiento infranqueable respecto del vecino del norte, se vería enriquecido por nuevos estudios que consideren la escala americana antes que latinoamericanista.[7] Los ensayos e investigaciones se ubican en un territorio historiográfico que excede el ámbito de las historias nacionales, para situarse en un espacio transnacional, alentados por intereses convergentes. Desde una matriz de análisis histórico, los autores estudian los flujos de productos y factores en las Américas –y de éstas en el ámbito mundial–. Varios de los textos analizan la configuración de muy diversas articulaciones financieras y comerciales y los procesos de integración económica, sin perder de vista las negociaciones económicas ni las interrelaciones político-diplomáticas bilaterales como multilaterales. Coinciden en resaltar, además, la importante conexión de los contextos doméstico y global, y evidencian las limitaciones de los análisis centrados en la política exterior o interior exclusivamente.

    Como conjunto, los estudios subrayan la insuficiencia de marcos de análisis centrados en el Estado nación, y reflejan un desplazamiento en la pauta de delimitación espacial (y de escala), desde la historia económica nacional y de la región latinoamericana (como estudio del desempeño regional y trayectoria doméstica en el conjunto de la región),[8] hacia espacios construidos ad hoc: comparativos, suprarregionales o transfronterizos. Además de los flujos de mercancías, los patrones de comercio, la diplomacia económica y las relaciones internacionales económicas (entre Estados, entre estos Estados y organizaciones multilaterales y/o supra nacionales), los capítulos de este volumen demuestran que en cada contexto histórico surgieron estructuras de interrelación que atravesaron el límite de las fronteras políticas nacionales: productivas, comerciales, financieras, culturales y científicas, también, religiosas y simbólicas.[9] Nuestros capítulos, además de demostrar la complejidad de las vinculaciones y conexiones institucionales y económicas a escala continental en el periodo, se abren al ámbito global (occidente y también oriente). Cabe señalar, sin embargo, que no pretenden ofrecer soluciones generales para los problemas metodológicos de delimitación de escala y espacios, abordándolos sólo desde el ámbito empírico: investigaciones que demuestran la adecuación del enfoque transnacional.[10] Consideramos todo ello un aporte original de nuestros trabajos.

    En lo que respecta al marco cronológico, la delimitación temporal de este volumen es flexible: si bien la mayor parte de los textos se concentra en el siglo XX, con el propósito de precisar el contexto general se incluyen capítulos que explican las transformaciones del último tercio del siglo XIX, cuando se consolidó la vinculación americana a la economía atlántica, profundizándose la interconexión de América con los procesos de transformación europea.[11] De estos procesos resultaron flujos de inversiones, bienes, instituciones, know-how y tecnologías, migraciones, e intercambios culturales y científicos, que pueden ser mejor comprendidos en una perspectiva trasnacional.[12] La discusión sobre la temporalidad del siglo XX es amplia y conocida. Mientras se reconoce generalmente una corta centuria, algunos estudiosos apuntan a un largo siglo XX que comenzaría, más bien, con el despegue de la primera globalización capitalista (aproximadamente a partir de 1870), y finalizaría al comenzar el último tercio del siglo XX.[13] Más allá de este debate, que excede por su complejidad los alcances de este volumen, cabe resaltar que los dos últimos ensayos se adentran en la transición entre el siglo XX y los comienzos del XXI, una nueva etapa de la globalización, que para algunos autores debería considerarse como una nueva época en la historia mundial, marcada por la interconexión e interdependencia a escala planetaria, que seguiría a las etapas de la historia moderna y contemporánea: la historia global.[14]

    Ahora bien, es de hacer notar que la cronología y periodización resultante de varios de los capítulos marca cierta diferencia con las clásicas periodizaciones de la historia política y económica latinoamericana. La historiografía económica latinoamericanista ha coincidido en resaltar la importancia de los choques externos en el desenvolvimiento de trayectorias económicas diferentes para cada país o región (la crisis de 1890, las dos guerras mundiales, la crisis de 1930, la crisis de deuda de los ochenta). En esa línea, originalmente, al comienzo de nuestro proyecto colectivo habíamos subrayado la relevancia del contexto de la primera guerra, el periodo de entre guerras y crisis de 1930, y de la segunda guerra y los años subsecuentes como momentos en que las dinámicas políticas, económicas y socioculturales se articularon claramente con otras extra continentales. Ello había determinado, en nuestra percepción inicial, los contactos diplomáticos, el intercambio de bienes y productos; impactando de manera importante a los mercados internos; creando áreas de colaboración internacional; e incentivando el desarrollo y difusión de nuevas tecnologías. Empero, si algunos de los ensayos reflejan la profundidad del impacto de estos choques externos y los posteriores (como la crisis energética de 1973), otros plantean una periodización no marcada por dichos fenómenos. Creemos que ello merece una reflexión puntual a futuro.

    Resultado de una labor que en sí misma representó un esfuerzo de comunicación e intercambio entre investigadores procedentes de diferentes latitudes del continente americano (y europeo), el trabajo aquí presentado es tributario de la notable revitalización impresa en las últimas décadas a la historia económica y empresarial de América Latina y Estados Unidos en el marco de la última globalización, así como de la historia de las relaciones internacionales y diplomática, en pleno resurgimiento desde hace algo más de una década, tanto en Estados Unidos y Europa como en Latinoamérica.[15]

    En este aspecto este libro se vincula con la larga tradición historiográfica latinoamericana, que ha estado preocupada por resaltar parámetros comunes de identidad y desarrollo, trascendiendo de cierto modo a las fronteras de los Estado nación. Al lado, las investigaciones de historia y ciencias sociales publicadas al sur del río Bravo han atendido y explicado el peso de las dinámicas internacionales en el desarrollo histórico de cada nación en particular, y de la región como un todo. En los estudios económicos que impulsaron Comisión Económica para América Latina (CEPAL) y los estructuralistas, como poco después las investigaciones inspiradas en la teoría de la dependencia, y en una muy amplia bibliografía en el campo de las ciencias sociales, América Latina ha tendido a ser observada como un conjunto –si bien heterogéneo– frente a los procesos globales. Varios de los capítulos de este libro se han elaborado teniendo presentes estas tradiciones latinoamericanistas, pero reconsiderándolas y tomando distancia de aquéllas. En primer lugar, se ha buscado romper con el esquematismo norte/sur, teniendo presente los diversos vínculos e interacciones entre ambos extremos del continente.[16] En segundo lugar, en nuestros textos hemos destacado, al estudiar otras interacciones significativas, la densidad de las relaciones y conexiones económicas internacionales –multiplicidad de actores, organizaciones, e instituciones interactuantes– intentando aportar matices y nuevos temas a la historiografía que trata las relaciones de Latinoamérica con las potencias europeas y Estados Unidos.[17]

    Considerados como estudios de historia de las relaciones internacionales, los capítulos contribuyen al debate en torno a la nueva historia internacional y la diplomacia pública. Parafraseando una fecunda publicación sobre el tema, puede decirse que los textos se enfocan más sobre las interacciones entre gobiernos, organizaciones y actores antes que en las políticas exteriores de los estados.[18] Integran al análisis de las relaciones internacionales diversas dimensiones: económica, ideológica, cultural, y social, mostrando así la profundidad de la expansión de la agenda de investigación de la historia internacional latinoamericanista. En suma, nuestro trabajo no se realizó en un vacío historiográfico, y atendiendo a ello hemos optado por incorporar a la investigación las categorías de lo transnacional y global de forma instrumental, con flexibilidad y al mismo tiempo cierta heterodoxia.[19]

    LOS TEXTOS Y LAS PROBLEMÁTICAS

    Mercados en común contiene estudios que iluminan en perspectiva histórica diversos aspectos de la oferta y demanda de bienes, observando también los problemas y obstáculos a la comercialización y circulación de productos, y de flujos de capitales en el continente americano. La movilidad de factores y de productos concentra la atención de los ensayos, así como la intensificación y la ampliación (o restricción) de los intercambios, antes que los procesos de formación y determinación de los precios de las mercancías intercambiadas. Los productos son protagonistas de buena parte de los ensayos (bienes primarios exportables, antes que los productos de importación), principalmente agropecuarios y minerales.

    Proponemos que la política tuvo un papel relevante y central en la formación de los mercados y en el desenvolvimiento de los flujos de mercancías que conectaban economías especializadas en producciones diversas y complementarias. En particular la diplomacia es considerada aquí como un campo crucial de las conexiones e interconexiones entre las economías del continente, y a su vez en el contexto global. Los estudios de este volumen demuestran cómo la política y la diplomacia económica –política de comercio, diplomacia comercial, y financiera, con sus estímulos, barreras y sanciones– incidieron claramente en esas conexiones, sugiriendo que en el espacio americano de los siglos XIX y XX las relaciones comerciales no se han definido únicamente por el interés en las mercancías. En la primera parte, los capítulos examinan los flujos de mercancías y sus patrones de concentración, así como las negociaciones de comercio que se entablaron entre compradores (importadores) y exportadores. Los ensayos de la segunda parte, más centrados en el ámbito de la historia diplomática, buscan aportar a la historia económica de las relaciones internacionales americanas, profundizando aspectos novedosos de procesos ya conocidos, e identificando nuevos problemas de estudio. Demuestran la complejidad de los móviles, preferencias, expectativas, necesidades y estrategias de cada país y sus actores en la arena internacional –determinados por la configuración de fuerzas y grupos de interés domésticos e internacionales en cada coyuntura–, y arrojan luz sobre su influencia en la definición del mapa de oportunidades y posibilidades de las conexiones económicas, financieras y comerciales.

    En la primera sección Flujos, Mercados y Negociaciones de Comercio se presentan ensayos que examinan diversos aspectos de la base material de los intercambios americanos. Sin duda, la reconstrucción cuantitativa de las series de comercio es esencial en cualquier estudio histórico de los mercados y flujos comerciales. Los capítulos que inician esta primera sección, proporcionan –con diferente metodología y alcance– una reconstrucción de la circulación de mercancías en y desde América entre los siglos XIX y XX.

    Como ha explicado un vasto cuerpo de literatura en historia económica de América Latina, desde el último tercio del siglo XIX, durante la denominada primera globalización capitalista, la región latinoamericana se insertó en el mercado mundial como exportadora de materias primas y alimentos.[20] La dinámica exportadora y sus efectos económicos han sido ampliamente debatidos por diversas generaciones de estudiosos, particularmente desde mediados del siglo XX.[21] Una de las cuestiones que más ha atraído la atención, al lado de los términos de intercambio marcados por los precios, ha sido la composición de las exportaciones, y su elevada concentración en unos pocos productos, tanto agrícolas y pecuarios como minerales, cuestión puesta de relieve ya por los contemporáneos y examinada detenidamente por la historiografía económica.

    El primer capítulo La diversificación del comercio de exportación latinoamericano, 1870-1913. Los casos de Argentina, Chile y Perú es resultado de la fértil colaboración entre tres investigadores, Marc Badia-Miró, Anna Carreras Marín y Agustina Rayes. Los autores ofrecen un análisis original y novedoso, tanto en enfoque como en la notable reconstrucción estadística que presenta, para examinar el grado de diversificación/concentración de las exportaciones latinoamericanas, entendido como el número de productos y de países compradores con un peso relevante en la estructura comercial de las economías de aquéllos. El grado de diversificación de las exportaciones sudamericanas se estudia aquí sobre la base de un notable y multiarchivístico esfuerzo de reconstrucción del comercio exterior, en un análisis comparativo que considera las remesas de Argentina, Chile y Perú en el período 1870-1913. A partir de la construcción de índices de concentración/diversificación se examinan las exportaciones, tanto desde una perspectiva geográfica (de la geografía comercial, la variedad y pluralidad de los compradores) como en la composición de la canasta de los productos remetidos. Estos índices elaborados por los autores posibilitan el análisis comparativo entre los tres países estudiados y permiten la identificación, sobre la base de estimaciones precisas de su dinámica comercial externa, las similitudes y singularidades en sus patrones de especialización exportadora.

    Si uno de los principales aportes del estudio consiste en ofrecer información cuantitativa detallada, homogénea y comparable entre los tres países escogidos –Argentina, Chile, y Perú–, iluminando cuestiones de central relevancia en el comportamiento comercial de Sudamérica antes de la Primera Guerra Mundial, su contribución a este volumen estriba en su atención a los mercados de productos y su funcionamiento del lado de la oferta. Otra importante aportación de este trabajo reside en su propuesta de análisis comparativo.

    Los mercados de productos de la América del Norte en la época de la primera globalización son estudiados a continuación por Maria-Aparecida Lopes en Carne para ‘las masas hambrientas.’ Interconexiones del comercio de ganado vacuno en el Atlántico norte, 1884-1914, otro original trabajo que, a partir del seguimiento del flujo de unas mercancías –como son las carnes y el ganado vivo–, consigue explicar la compleja interconexión del comercio de productos cárnicos entre Canadá, México y los Estados Unidos, por un lado, y el mercado británico, por otro. La autora analiza las modalidades de inserción de Canadá y México en el mercado de ganado vacuno vivo de Estados Unidos, consiguiendo identificar por medio de una notable reconstrucción estadística elaborada a partir de las series de comercio de Estados Unidos y México, no sólo los patrones de este comercio sino además su periodización entre las últimas décadas del siglo XIX y primera década del siglo XX.

    El estudio reconstruye flujos de vacunos y cárnicos y caracteriza el lugar y función de cada uno de estos mercados dentro del Atlántico Norte en el periodo previo a la Primera Guerra Mundial. Así, explica que mientras Canadá diversificó sus remesas y destinatarios enviando ganado no sólo a su vecino del sur sino a Gran Bretaña, México se especializó en criar ganado para engordar en Estados Unidos, país que se convirtió en su único comprador vacuno por ventajas como el bajo precio de sus semovientes.

    Además de examinar el surgimiento y dinámica de un comercio subcontinental de ganado y carnes (México, Estados Unidos y Canadá) posibilitado por la integración del paisaje agro ganadero y el trazado de la red ferroviaria que integró a la América del Norte, este texto estima la incidencia de privilegios arancelarios en el flujo de carnes y ganado entre estas tres economías, y en la oferta de cárnicos al principal mercado europeo, la Gran Bretaña. Así, en una escala que sobrepasa no sólo las fronteras nacionales sino también continentales, muestra cómo a finales del siglo XIX la demanda británica configuró un mercado de bienes pecuarios que integró el comercio canadiense, el estadounidense y el mexicano a partir de la especialización productiva y mercantil. De esta forma, este capítulo consigue explicar el funcionamiento del mercado de carnes en América del Norte, en conjunción con las necesidades noratlánticas del producto. Esta lectura trasnacional de la historia de la ganadería mexicana, que brinda contundente evidencia empírica para renovar el estado actual del conocimiento dentro de ese campo temático, logra iluminar las especificidades de la ganadería y agro industrias ganaderas de México al lado de las sudamericanas, que hasta la fecha habían recibido mayor atención de la historiografía.[22]

    En el siguiente capítulo, "Política monetaria y diplomacia de la plata en el New Deal. Estados Unidos, China y México, 1933-1940", Paolo Riguzzi indaga los efectos del ejercicio del poder monetario y financiero estadounidense sobre las economías de China y México en un periodo donde la desestructuración de los mercados abrió paso a la politización de las relaciones económicas a escala global. El texto demuestra ampliamente cómo las economías americanas del periodo de entreguerras se hallaban interconectadas con China a través de una mercancía, como es la plata, de circulación preponderante en esta nación, y también en India.

    Riguzzi parte del contexto particular de la economía estadounidense en la época de crisis de los años treinta y señala que las políticas del gobierno Franklin D. Roosevelt produjeron uno de los casos más representativos de intervención estatal y politización, transformando el mercado de la plata y provocando el surgimiento de tensiones diplomáticas y controversias internacionales. Estas políticas tuvieron un alcance trasnacional, al conectar las economías que empleaban la plata en su sistema monetario, siendo los más afectados el mayor exportador mundial de este metal (México) y en el mayor tenedor (China). En el marco de circunstancias de orden político-diplomático (el primero) y militar (el segundo), sus relaciones monetarias se cruzaron con la diplomacia y poder financiero de Estados Unidos, tornándose potencialmente sujetas su control de la comercialización de la plata.

    A la luz de un estudio contrastado de las decisiones monetarias estadounidenses y su impacto y respuesta en México y China, el capítulo propone una secuencia de cuatro etapas en esta interacción transnacional entre las tres economías en el ámbito monetario. Al final concluye que, si bien entre 1933 y 1940 la política de Estados Unidos sobre la plata generó repercusiones muy considerables sobre los sistemas monetarios y la estabilidad financiera de China y México, manifestándose en las manipulaciones del valor de la divisa y de las existencias de plata, los Estados Unidos desplegaron un ejercicio benévolo de su poder monetario (y financiero) a escala global. Para el autor la configuración de fuerzas nacionales e internacionales en cada coyuntura, el momento y oportunidad de cada una de las negociaciones comerciales y financieras entre los tres países antes mencionados; así como las ideas, instituciones e intereses de facciones y grupos políticos y económicos, definieron en cada ciclo de la negociación los alcances y resultados de esta interacción. Mediante un análisis histórico preciso, se demuestra la rigidez de visiones deterministas: no existieron mecánicas predeterminadas favorables a la subordinación del más débil. Las negociaciones estudiadas evidencian que los intentos de modificación de los regímenes comercial y financiero no representaron simples imposiciones directas ni tampoco una ineludible manifestación de potencia y control de Estados Unidos sobre México y China. Así, al lado de enriquecer nuestro conocimiento sobre los mercados de la plata en el siglo XX, el texto brinda una propuesta de método para el análisis de las interacciones de diplomacia económica a escala triangulada, en un contexto global.

    Otra contribución al estudio de los flujos de mercancías y cuestiones monetarias es el capítulo Lecturas platistas de la depresión, México y Estados Unidos, de Luis Anaya, donde se revisa el problema de las relaciones financieras entre Estados Unidos y México a la luz de los usos monetarios del oro y de la plata. Este ensayo propone un análisis de los patrones monetarios antes que de los mercados de la plata y el oro durante la gran depresión, y es una invitación a reconsiderar la historia monetaria como campo para debatir acerca de las conexiones y relaciones económicas y financieras a escala global. Asimismo, contribuye al estudio de las políticas de los gobiernos posrevolucionarios mexicanos en torno a la plata, al presentar los grandes términos de los debates en el país en torno al metal, sus funciones económicas domésticas y sus intercambios internacionales, desde el fin de la etapa armada de la revolución mexicana de 1910.

    El análisis de las relaciones económicas y financieras internacionales de México encuentra en estos dos capítulos una fuerte conexión y continuidad con el de Isabel Avella Alaminos, quien, siguiendo un itinerario que vincula los flujos de mercancías con las negociaciones de diplomacia económica, examina en, El tratado comercial de 1942 entre México y Estados Unidos y el flujo comercial bilateral (1943-1950) las negociaciones de política de comercio y su impacto en el tráfico comercial bilateral mexicano-estadounidense durante la Segunda Guerra. Con base en estadísticas gubernamentales mexicanas, estudia las negociaciones de diplomacia comercial alrededor del tratado comercial entre México y Estados Unidos firmado en diciembre de 1942. La autora presenta una reconstrucción minuciosa de la forma y contenidos de los regateos comerciales previos a la aprobación del tratado, analiza puntualmente el perfil de los privilegios que ambos países se concedieron a través del acuerdo a la luz del patrón de comercio y transacciones bilaterales durante el período 1943-1950, mientras el tratado estuvo vigente, con el propósito de confrontar sus concesiones respecto a los bienes favorecidos por el acuerdo. El trabajo contribuye con información y análisis novedoso al esclarecer la negociación comercial bilateral mexicano-estadounidense en el contexto de la Segunda Guerra, y las especificidades de su dinámica de interacción en el contexto americano con posterioridad a la Tercera Conferencia de Ministros de Relaciones Exteriores (Rio de Janeiro, enero de 1942).[23] Al lado, precisa la composición del comercio entre ambas economías en el periodo bélico y primeros años de posguerra, demostrando que la canasta del comercio México-Estados Unidos estaba compuesta por bienes primario-exportables de consumo alimenticio, al lado de los bienes de consumo durables y bienes de capital, y los minerales y combustibles, que ocuparon también un lugar muy relevante en el tráfico comercial bilateral. El capítulo plantea dos cuestiones fundamentales: ¿en qué medida el tratado fue un instrumento parcialmente provechoso para México durante su vigencia?; ¿los cambios que experimentó la estructura comercial bilateral mexicano-estadounidense entre 1942 y 1950 se explican por el contexto internacional de guerra y postguerra, o por la firma del tratado? Así, en el marco de la literatura sobre la economía de guerra que vertebró al continente entre 1941 y 1945, este texto constituye una importante contribución para contextualizar la diplomacia de una política de comercio mexicana frente a la de sus vecinos sudamericanos, quienes igualmente entablaron negociaciones con Estados Unidos sobre el comercio de bienes estratégicos (caucho, estaño, cobre, y otros minerales de uso industrial) y enfrentaron el racionamiento de bienes alimenticios, industriales e hidrocarburos.

    En el capítulo La fiebre aftosa en México y la disputa por el control sanitario y el mercado del ganado entre Estados Unidos y América Latina en los años de la posguerra mundial, Octavio Herrera presenta una síntesis documentada y una lectura transnacional de los impactos de la fiebre aftosa después de la Segunda Guerra Mundial en México, específicamente entre 1946 y 1954, y sus repercusiones de orden político, social, diplomático y económico.

    Corresponde señalar la dimensión transnacional de las plagas, enfermedades y epizootias, ya sea en lo que respecta a su propagación y difusión como a su combate, defensa y erradicación. Las rutas del comercio condujeron la enfermedad a tierras mexicanas, en una primera ocasión, en la década de 1920, y el brote de mediados de la década de 1940 sobrevino precisamente en una coyuntura compleja en el ámbito interno mexicano, continental y global, estando precisamente alterado el tráfico de productos cárnicos tanto en el Atlántico Norte, al interior de la Commonwealth, y del Atlántico Sur hacia Europa, con motivo del fin de la Segunda Guerra Mundial. Con un análisis que considera varias escalas –locales, nacionales y transnacionales– el autor muestra varios acontecimientos encadenados entre sí después del periodo bélico, caracterizados por la reactivación de la economía en la región del Atlántico, que impulsó proyectos en Argentina y Brasil para acceder al mercado de Estados Unidos con productos cárnicos y animales en pie. Estos sucesos provocaron el surgimiento y expansión de la fiebre aftosa en México, la posterior formulación y los planes para combatirla (de la matanza de ganado a las campañas de vacunación y prevención emprendidas finalmente por el gobierno mexicano).

    Sin duda, la historia de las plagas agropecuarias mexicanas ha sido, hasta hace poco, un campo escasamente roturado por los estudiosos.[24] Por ello, este capítulo contribuye a renovar la historiografía mexicana de una de las plagas internacionalmente más amplias y mejor estudiadas, la fiebre aftosa, enfermedad y epizootia vacuna originaria del viejo continente, que afectó recurrentemente desde mediados del siglo XIX el comercio mundial de bienes pecuarios. Octavio Herrera profundiza en la dinámica de relación de México con Brasil y Estados Unidos y en las implicaciones nacionales, regionales y locales de los mecanismos planteados para combatir la epizootia. En particular Estados Unidos logró controlar los brotes de aftosa desde 1915, inicialmente por medio del reforzamiento del Bureau of Animal Industry, siendo las agencias del gobierno federal impulsoras de la generación de nuevas normas sanitarias, así como de la difusión internacional de políticas de sanidad animal.[25] Con ello se afectó el flujo internacional de productos pecuarios, particularmente los bienes ganaderos procedentes de Sudamérica (especialmente Argentina, Uruguay y Brasil), y Alemania.[26]

    El último capítulo de esta sección La cadena de lácteos en Brasil desde el Mercosur: temas para una historia transnacional, de José Lannes, trae a debate el problema de la innovación y transferencia de tecnologías en los sectores agropecuario y de la industria láctea, en el marco de los procesos de integración económica regional del Mercosur, a partir de fines de la década de 1980. Original en su materia y enfoque, esta investigación contrasta las visiones de la historiografía tradicional que veía el proceso de refinamiento ganadero como un mero trasplante de tecnología, dirigido e impulsado por la oferta de nuevas técnicas foráneas y por la demanda internacional.[27] El autor demuestra la importante transferencia de capitales y tecnología extranjera durante las décadas de 1990 al 2000, que, si bien respondía a condicionamientos globales, fue recibida por una importante vanguardia de empresarios y productores, así como de investigadores y científicos insertos en el sistema educativo y organización burocrática de los gobiernos federal y estadual brasileños, quienes al compás de un desenvolvimiento institucional favorable hicieron posible la incorporación y adaptación de nuevas tecnologías pecuarias y de la industria láctea. En suma, se analizan un conjunto de procesos que no son vistos como un mero trasplante tecnológico, sino como innovación adaptativa. Así, este estudio demuestra cómo en Brasil tuvo lugar, al par de la apertura económica e integración al Mercosur, la recepción, adaptación y difusión de técnicas productivas procedentes de países de mayor desarrollo agropecuario e industrial: principalmente Canadá, y otras naciones ex colonias británicas, integrándose mediante la innovación a las condiciones reales del campo y regionalización de la ganadería y mercados brasileños. Las transformaciones productivas de la ganadería y cadena de la industria láctea fueron de la mano con el desenvolvimiento de una estructura científica e institucional gubernamental que impulsó una expansión del mercado interno de lácteos al lado de una creciente dinámica exportadora de estos bienes, modificando así la balanza agroindustrial (de lácteos) del Brasil y del Mercosur en su conjunto.

    El texto aporta una mirada transnacional a la historia de las industrias láctea y ganadera brasileñas: al lado de un estudio empírico de estos cambios agroindustriales enmarcados en el proceso de integración regional de la América Austral, el autor brinda elementos para la discusión acerca del importante peso de la cooperación científica internacional (en este caso, Brasil-Canadá) en el desenvolvimiento de las agroindustrias en América del Sur, y en el desarrollo de nuevas orientaciones y patrones de consumo en estas poblaciones. Si la literatura sobre la inversión de compañías multinacionales es muy rica y abundante, la originalidad de este trabajo estriba en que consigue resaltar no sólo los cambios en la cadena de lácteos y la oferta de nuevos productos promovidos por la inversión extranjera, sino además aportar elementos para el estudio del consumo y los consumidores en la historia reciente de Brasil. Junto con ello, este capítulo logra integrar un factor importante como lo es la cooperación científica internacional y la regulación sanitaria transnacional como instrumentos impulsores de procesos de modernización productiva, comercial, y de consumo. Puede decirse que J. Lannes presenta aquí una aproximación muy original a la integración económica en el marco general de la globalización de los tiempos presentes, enfocándola desde un ángulo preciso: la innovación y adaptación de tecnologías en el sector agropecuario brasileño, y su impacto tanto en la oferta y patrones de consumo de lácteos en el mercado interno del Brasil, como en la canasta de sus exportaciones dentro del Mercosur.

    En la segunda sección, La Diplomacia: Dinámicas y Actores, varios estudios contribuyen con mirada renovadora a la historia internacional y diplomática mexicana y sudamericana, arrojando luz sobre procesos ya conocidos e identificando nuevos problemas que merecen atención en próximas investigaciones. Los artículos resaltan el cruce de actores públicos y privados en las relaciones diplomáticas, y sobre todo, destacan la interconexión de la política y la economía en las interacciones internacionales estudiadas. Hasta hace unas cuatro décadas, la historiografía diplomática tendía a observar los conflictos fronterizos e intervenciones militares extranjeras en Latinoamérica –por ejemplo, la Intervención Tripartita, las guerras del Pacífico, de la Triple Alianza, del Chaco, y de Leticia– desde enfoques predominantemente localistas y de política exterior, a veces con una impronta nacionalista y militante.[28] Los estudiosos se concentraban en examinar las relaciones entre las naciones latinoamericanas y las potencias europeas, las dinámicas de intervención e interferencia de los Estados Unidos, así como las interacciones con potencias medias regionales (Argentina-Brasil-Chile).[29] Más recientemente han alcanzado relieve en los estudios los actores, intereses y dinámicas de interacción socio cultural, intelectual y empresarial. A la vez, se ha destacado el papel del sistema internacional (La Haya) e interamericano en la negociación diplomática en los conflictos, al igual que la formación de economías regionales que trascienden las fronteras territoriales difusas heredadas de la época de las guerras de independencia,[30] teniendo en cuenta las dimensiones territoriales-geoespaciales,[31] socio demográficas y eco ambientales en la constitución de sociedades y regiones de frontera, así como de economías transfronterizas.[32]

    La colección de capítulos que forman esta sección es botón de muestra de la confluencia entre las nuevas tendencias de los estudios internacionales y la extensa tradición de estudios históricos sobre las relaciones latinoamericanas, centradas fundamentalmente en las interacciones de política exterior con las potencias. Pero, al lado de las potencias, están presentes aquí otros actores: gobiernos latinoamericanos que se conectan entre sí, gobiernos europeos, organismos internacionales como la Sociedad de Naciones, la Unión Panamericana, la Organización de los Estados Americanos (OEA) y la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE), así como empresas y corporaciones empresariales, entre ellas la banca, las grandes compañías, y los almacenes departamentales, como Sears. Los trabajos muestran que los conflictos y negociaciones, así como la cooperación, se encauzan en múltiples dimensiones: la económica, la geopolítica, y especialmente la ideológica, y sociocultural. Consiguen explicar la compleja vinculación y conexión entre actores públicos y privados, revelando las muy diversas formas de articulación entre las dinámicas domésticas y las internacionales. Proporcionan también nueva información y análisis sobre momentos importantes de la historia internacional de las Américas: la Primera Guerra Mundial, el impacto del New Deal a escala global, la política del buen vecino y sus alcances geopolíticos, económicos y culturales en la década de los treinta, la difícil gestación de una diplomacia económica en la segunda guerra mundial, los procesos de integración económica regional y sus altibajos. Algunos estudios desarrollan diversos temas de la Guerra Fría en América del Sur, ofreciendo nuevos datos y discutiendo los márgenes de autonomía y profundidad de los debates anticomunista y desarrollista en el Sur de América, frente a las políticas hemisféricas impulsadas por Estados Unidos, como la Alianza para el Progreso. Creemos que ello constituye una aportación del volumen.

    En el estudio México y España: mediadores interamericanos de la Sociedad de Naciones, 1932-1935 Fabián Herrera León analiza la interacción y colaboración de las diplomacias de México y España, en el ámbito de los esfuerzos de mediación de la Sociedad de Naciones. La interacción mexicano-española no concernía tanto a cuestiones económicas, como a asuntos militares, cartográficos y de negociaciones de paz. Si bien las vinculaciones diplomáticas españolas-mexicanas en el ámbito de la Sociedad de Naciones eran de orden político-diplomático, los aspectos económicos se encuentran suficientemente representados en la descripción de los intereses que influyeron en los conflictos del Chaco y Leticia.

    La investigación consigue identificar y explicar cómo las naciones latinoamericanas, en particular México, fueron logrando creciente peso en ámbitos multilaterales como fue la Sociedad de Naciones, mismos que significaban el surgimiento de una esfera de gobernanza global después de la Primera Guerra Mundial. Demuestra cómo la resolución del conflicto contó con actores geográficamente ajenos al Chaco y Leticia: dos naciones exógenas al ámbito regional e incluso sudamericano (México), y una nación europea otrora potencia colonial, devenida en factor secundario en el escenario internacional desde fin del siglo XIX (España). El trabajo innova en el contexto de literatura mexicanista disponible, que solía interpretar el acercamiento del México cardenista y la España republicana como consecuencia del derrocamiento del gobierno republicano, el desarrollo de la guerra civil española y la orientación antifascista del gobierno de Lázaro Cárdenas. Se demuestra aquí que la conexión y acercamiento mexicano-español datan de tiempo atrás. Otro punto original, que vale la pena destacar es la participación de Francisco Castillo Nájera como operador fundamental de la diplomacia mexicana. El texto contribuye a la historia de este personaje clave.

    En Demarcando una estrategia latinoamericana: las iniciativas del sector privado canadiense en Colombia, 1904-1953 Stefano Tijerina estudia un tema poco explorado en los estudios latinoamericanistas: el análisis panorámico de las relaciones económicas y conexiones comerciales y financieras que conectaron a Canadá con Colombia en la primera mitad del siglo XX.[33] Durante dicho contexto, las relaciones se desarrollaron bajo la ausencia de intercambios diplomáticos y sin una clara oficialización de acuerdos, mediante interacciones determinadas por los intereses e iniciativas del sector empresarial privado de Canadá.

    El capítulo explica cómo las empresas e inversionistas canadienses en Colombia y el resto de América Latina fueron factores determinantes del diseño y las características de la política exterior canadiense hacia la región, al igual que sus intereses comerciales y de negocios. El caso de las relaciones con Colombia sirve para ilustrar esta tesis, pues en este país las compañías canadienses lograron llenar vacíos dejados por las potencias europeas y –atentas a la marcha de sus negocios en otras economías de mayor importancia comercial–, mientras que, por lo menos hasta la Primera Guerra, las relaciones con Estados Unidos se encontraban crispadas debido a la secesión de Panamá. Se muestra que la cooperación y la convergencia entre los sectores público y privado canadienses posibilitó la superación de la barrera impuesta en la región por los intereses estadounidenses y británicos, resultando beneficios recíprocos para ambas economías, la colombiana, como receptora de inversiones en la banca y sistema financiero, y la canadiense, en la medida en que obtuvo mercados para comercializar sus exportaciones, importar recursos para el desarrollo de su economía y reducir su dependencia del mercado estadounidense.

    En América Austral ante la expropiación petrolera mexicana: negociaciones e intereses, 1938-1940, María Cecilia Zuleta trata un tema muy visitado, como es la expropiación petrolera mexicana de 18 de marzo de 1938 durante el gobierno de Lázaro Cárdenas, con un enfoque que desborda las historiografías estrictamente nacionales, y que contribuye tanto a la historia sudamericana como a la mexicana. A raíz de la expropiación, la diplomacia mexicana y sus operadores desarrollaron gestiones en Sudamérica orientadas a colocar los combustibles mexicanos en mercados como Chile, Argentina y Uruguay, importadores de petróleo, con motivo de la retracción de sus tradicionales compradores europeos y estadounidenses debido al conflicto con las compañías expropiadas. El texto brinda un panorama general sobre los flujos de combustibles entre México y Sudamérica en las primeras décadas del siglo XX, y sobre la demanda de hidrocarburos por parte del Cono Sur.

    Se sugiere que el esfuerzo diplomático mexicano de 1938-1940 para colocar el combustible en Uruguay y Chile tuvo un trasfondo complejo. Por un lado, intentaba reproducir, desde el lado de México, los flujos de comercio de combustible de la época del primer auge petrolero exportador, durante 1913 a 1923, cuando los hidrocarburos mexicanos se vendían en los puertos sudamericanos. Por otro, buscaba convocar adhesiones en favor de la expropiación, para su legitimación ante el contexto adverso que enfrentaban las relaciones económicas de México por causa de la medida expropiatoria de las propiedades de las compañías petroleras. Al lado, demuestra, con base en amplia documentación diplomática y periodística, que si la diplomacia de los mexicanos obtuvo éxitos exiguos en el terreno comercial, en cambio, la cuestión de la expropiación petrolera logró amplia difusión en la opinión pública sudamericana. El trabajo propone una lectura transnacional como enfoque para analizar uno de los episodios nacionalistas más estudiados de la historia mexicana y latinoamericana del petróleo.

    Julio Moreno, en el capítulo siguiente, consigue poner de relieve la importancia del estudio del sector empresarial para una cabal comprensión de los actores, instrumentos e intereses de las relaciones económicas en las Américas. En Sears como agente de diplomacia comercial en Latinoamérica, examina dicha compañía como agente de diplomacia comercial en México y Latinoamérica en la segunda posguerra. A partir de una rigurosa investigación edificada sobre fuentes diplomáticas y empresariales, este texto trata el problema de la creación de nuevos patrones de consumo como componentes vertebradores de los procesos de industrialización, cuestión insuficientemente explorada por la literatura.

    El capítulo es original e innovador en enfoque, temática y fuentes, asentándose sobre tres vectores principales: la cultura empresarial estadounidense en México, su adaptación a las orientaciones nacionalistas del gobierno y los consumidores mexicanos en pleno proceso de modernización económica de este país, y las tendencias de la diplomacia estadounidense. Así –a partir del caso del México posrevolucionario en la década de los cuarenta– consigue discutir acerca de las funciones del Estado, de los intereses privados extranjeros y nacionaales y de las interacciones diplomáticas que enmarcaron los inicios de la Guerra Fría en la construcción de una nueva cultura del consumo, que dio sustrato al modelo de crecimiento económico industrial de la posguerra.

    El texto ilumina las orientaciones cambiantes de la diplomacia estadounidense hacia México en el contexto continental y los intereses políticos y estratégicos que enmarcaron la expansión de Sears en México. También arroja luz sobre el rol impulsor y regulador del Estado mexicano, así como, de forma novedosa, acerca de la dinámica de inversión y las estrategias de mercadeo, publicidad y manejo del personal de la compañía, que consiguió adaptarse al contexto político y del consumidor mexicano, forjando una nueva cultura de consumo dentro de los sectores medios urbanos en ascenso. Así, el capítulo no sólo brinda una importante contribución a la historia de América y México en los ámbitos de la historia empresarial e historia diplomática, sino a la historia cultural del consumo.

    Por su parte, José Antonio González Pizarro en el capítulo El despegue de Arica y sus instituciones en la década de 1950 en el marco de las relaciones entre Chile y Perú proporciona un estudio novedoso de las políticas públicas, relaciones económicas y desarrollos empresarial y productivo de dos ciudades hermanadas: una ciudad puerto en Chile, Arica, vecina inmediata de otra ciudad, Tacna, en Perú, ambas comprometidas en una compleja dinámica de competencia por el liderazgo económico regional. Hacia 1950, después de décadas de litigios diplomáticos consecuencia de la guerra del Pacífico (1879-1884), conflicto que modificó los linderos territoriales de varios países en América del Sur, tanto Tacna como Arica se hallaban igualmente alejadas de los centros políticos y económicos de sus respectivas naciones. El texto muestra cómo estas dos ciudades y su hinterland se encuentran por razones tanto históricas como comerciales y demográficas, pero al mismo tiempo se distancian por asimetría económica, razones político-diplomáticas, geopolíticas y de seguridad fronteriza. Todo ello, en un contexto más amplio como lo es la dinámica de interacción internacional –diplomacia política, relaciones económicas, de seguridad y potencia marítima y militar, flujos demográficos y relaciones culturales– entre Chile y sus países vecinos (Perú, Bolivia y Argentina).

    El trabajo analiza los debates acerca de políticas públicas de incentivo y fomento de la actividad económica para la región de Arica en Chile, y la de Tacna en Perú. Estas discusiones se nutrieron de las confrontaciones ideológicas, políticas y de grupos de interés económico de ambos países acerca del rezago económico y demográfico en la zona fronteriza común. En ese marco, la puesta en marcha del proyecto de puerto libre se inscribió en un debate más amplio acerca de la intervención del Estado y el rol de los capitales extranjeros en el desarrollo productivo, discusión que confrontaba ideológicamente a los actores políticos chilenos tanto como a los peruanos. José A. González Pizarro brinda un planteamiento de mucha actualidad, presentando un haz de problemáticas entrelazadas, como lo son los problemas de poblamiento e integración geoespacial, de constitución de fronteras políticas y de tráficos transfronterizos, de diplomacia y geopolítica, y de diplomacia migratoria y comercial, y específicamente, de desarrollo económico y socio cultural latinoamericano. Todo ello esclarece el desempeño de actores e instituciones no muy estudiados en la historiografía económica contemporánea, como las Juntas de Fomento, que convocaron a empresarios y a organizaciones de gobierno que habían surgido en épocas previas, como la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo), 1939. Al lado, el texto demuestra la densidad de los vínculos entre las ciudades de Arica y Tacna, al margen de las fronteras político territoriales establecidas formalmente, así como las interconexiones entre las dinámicas local y regional y el escenario internacional, iluminando su complejidad. En este capítulo se demuestra también con amplitud cómo los factores estratégicos y geopolíticos alcanzaron fuerte incidencia en las interacciones de Arica con Tacna, al igual que el debate en torno a una política de desarrollo para la región.

    Los dilemas sudamericanos de la década de 1960 en torno al arreglo de políticas de desarrollo y las disyuntivas internacionales que se planteaban a la luz de confrontaciones ideológicas globales se discuten en Contratos petroleros, intervención estatal y Santo Domingo: tres puntos de tensión en las relaciones Argentina-Estados Unidos durante el gobierno de Illia (1963-1966), trabajo elaborado por María Cecilia Míguez y Leandro Morgenfeld. En este capítulo, los autores presentan información y análisis original y novedoso acerca de un tema hasta hace poco no muy visitado por la historiografía, como es la historia de las relaciones internacionales posterior a la caída del peronismo, en el curso de la segunda mitad del siglo XX. Es este un estudio de historia de relaciones internacionales –político-diplomáticas y económicas– que consigue conectar a Argentina con la América del Norte y el Caribe –Estados Unidos, la República Dominicana– a través de su participación en el Sistema Interamericano.

    Los autores se enfocan en la dinámica de interacción de Argentina y Estados Unidos en la década de 1960, demostrando que sufrió interferencias de distintos grupos de presión y estuvo determinada por las crecientes necesidades financieras del país sudamericano, experimentando altibajos. Un tercer factor fundamental en los desacuerdos entre la Casa Blanca y la Rosada fue la posición frente al conflicto de Santo Domingo. La negativa del gobierno argentino a enviar tropas, pese a las presiones del Departamento de Estado, impulsó a diversos elementos internos a contribuir al clima destituyente que fue aumentando, hasta derivar en un anunciado golpe de estado en junio de 1966.

    Míguez y Morgenfeld logran exponer un muy interesante juego de contrastes entre el análisis de dos conflictos que suscitan polémica en el escenario político interno argentino: uno de orden interamericano (República Dominicana) y otro de orden estrictamente interno (la firma de varios contratos petroleros). Estos últimos contribuyen a antagonizar el escenario político argentino debido a la cisura ideológica y penetración de los antagonismos de la Guerra Fría entre los actores políticos de la argentina de la época, así como a crispar las relaciones con Estados Unidos, tanto económicas como diplomáticas y militares. El problema de las inversiones extranjeras en el sector petrolífero, controlado principalmente por la empresa estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales, y la decisión del presidente Arturo Illia de suspender los contratos petroleros convenidos por un gobierno anterior, funcionó como un disparador de los conflictos diplomáticos con Estados Unidos, en el terreno de la geopolítica hemisférica, y en el de la diplomacia económica (comercial y financiera). En cuanto al ámbito local, sectores económicos dominantes manifestaron su oposición a esa medida y centraron su campaña opositora en el cuestionamiento a los proyectos de mayor intervención económica del Estado que propiciaba el nuevo gobierno, creando reticencias en diversos sectores estadounidenses, en el marco de la política de Alianza para el Progreso y contención del comunismo.

    El artículo invita así a reflexionar en torno a las interacciones de dos ámbitos distintos en la historia argentina reciente: el nacional y el internacional interamericano, y las conexiones e influencias recíprocas entre ambos, con peso en el desenvolvimiento y estabilidad del gobierno de Arturo Illia, de corta duración, en el marco de antagonismos políticos y fluctuaciones institucionales y políticas. Al brindar un cuadro de matices y claroscuros donde no todo lo que acontece es previsible ni explicable por el imperialismo estadounidense, este estudio muestra la insuficiencia de otros enfoques que todo interpretan como resultado del peso de la política exterior de Estados Unidos en los países de la región. Asimismo, el trabajo demuestra la insuficiencia de los estudios de historia política estrictamente nacional que encerrándose en debates en torno a las debilidades programáticas y de capital político de los gobiernos, simplifican el contexto y conexión transnacional de sus trayectorias políticas y económicas.

    Finalmente, para cerrar el trayecto temático y cronológico de este volumen, el último capítulo brinda contribuciones sustantivas al análisis histórico de los procesos de integración económica del último tercio del siglo XX en América del Sur, iluminando las conexiones de los mercados de factores y de productos en la integración económica y el papel fundamental de la demanda interna de Brasil como motor de esta integración.

    Economía política de la energía en clave regional. Una propuesta analítica y un estudio de caso histórico, Reto Bertoni y Emiliano Travieso cierran este volumen con una investigación de historia económica que recoge e integra tanto debates de las ciencias políticas como de los estudios especializados en energéticos y economía de la energía. Los autores consiguen combinar el análisis histórico y transdisciplinario, nutrido en la ciencia política y en la economía de la energía de forma muy sugerente. El trabajo argumenta que la demanda energética de Brasil ha sido el motor de la integración sudamericana en este sector. Esto es claro en términos del peso de esta economía en el volumen total de importaciones de combustibles de la región, mientras Venezuela se ha impuesto (aunque con altibajos) del lado de la oferta en las exportaciones (tal como se ve en las gráficas y cuadros).

    El estudio incorpora el concepto de comunidad de seguridad energética como marco analítico para abordar los problemas de la integración energética regional. La formulación del modelo continuum complejo-comunidad de seguridad energética es una aportación sustantiva y original del trabajo. Al lado, el texto discute acerca de los procesos de integración en América del Sur, en particular el ámbito/sector energético y a partir de investigación original cualitativa y cuantitativa propone un modelo de análisis innovador,[34] identificando los factores que han condicionado –y condicionan– los procesos de integración energética regional en el área del Mercosur ampliado, desde la perspectiva de Uruguay. La discusión teórico metodológica que estructura este trabajo se complementa con un examen empírico: por un lado, de la demanda energética en Sudamérica, y por otro, de la secuencia de esfuerzos de integración energética desde la década de 1970 al presente, centradas en el análisis puntual de la constitución y desempeño de la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE). Finalmente, se explica cómo el proceso de constitución del Mercosur afectó, limitó, o potenció el funcionamiento de la OLADE como vehículo de integración energética, y se plantean cuestiones relevantes al proceso de integración regional de la América del Sur.

    * * *

    Como conjunto, los estudios aquí reunidos plantean un racimo de cuestiones de relevancia en la historiografía actual. Creemos que con ellos abonamos a la explicación de fenómenos nacionales con respecto a sus dimensiones transnacionales;[35] logrando subrayar la interacción e interconexión entre sociedades. Algunos de nuestros trabajos consiguen, también, identificar, comparar y contrastar patrones de desarrollos históricos comunes o divergentes en diferentes sociedades.[36] La mayor contribución al debate y estado actual del conocimiento de los capítulos de este volumen, nos parece, es su intención de realzar los flujos de productos en los mercados y la interacción en el ámbito de los intercambios de comercio de los agentes históricos, en las Américas (instituciones, agencias gubernamentales y no gubernamentales, actores individuales o colectivos). Bajo ese aliento, se ha conseguido dibujar nuevas geografías que desafían a las fronteras político-institucionales, y demarcar cronologías diferentes, específicamente apropiadas a ciertos tópicos, que suplantan a las cronologías canónicas nacionales, generalmente definidas en términos de la historia política.[37]

    Una última salvedad refiere a elementos en común en nuestros ensayos. Diferentes formas de historia trasnacional se han venido planteando desde comienzos del siglo XX. Como se mencionó en los párrafos anteriores, se han cimentado debates en las academias europea y estadounidense que inspiran formas de pensar la historia y de enfocar el análisis y narrativa histórica con énfasis en los flujos, conexiones, cruces e interdependencias de factores, productos, y bienes, entre y a través de sociedades.[38] Pese a la fertilidad de este debate, que ha alimentado nuestras discusiones, cabe señalar un rasgo aglutinador de nuestros ensayos: el Estado-nación no se ha desvanecido en nuestros textos.

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