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Capitalismo Humano, niños del Mundo con responsabilidad social
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Capitalismo Humano, niños del Mundo con responsabilidad social
Libro electrónico154 páginas1 hora

Capitalismo Humano, niños del Mundo con responsabilidad social

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Información de este libro electrónico

La riqueza más importante de la Tierra es la calidad que tenemos los humanos que la habitamos pero, preferentemente, la que posee su niñez, de ahí que para aumentar su cuantía, tengamos que hacer el esfuerzo descomunal como familia, país y sociedad a fin de lograr que la totalidad de los niños del Mundo, sin ninguna excepción, reciban la educación e instrucción que sus capacidades demanden, sin pretexto de raza, color, religión, género, capacidades especiales, posición sexual, condición económica o cualquier otra diferencia.
También se afirma, que para que todos los niños del Mundo aumenten su riqueza personal, tienen que ser educados e instruidos en un tiempo perentorio para que sean autosuficientes, productivos, competentes, preocupados, profundos, sencillos y honestos y tenga como visión preservar la vida en el Planeta y su misión sea ayudar incondicionalmente a todo ser vivo, es decir, sean niños con responsabilidad social
Este libro explica un planteamiento atrevido, pero con profundo sentido común: la naturaleza es nuestra maestra y si hacemos lo que día a día nos está indicando, es seguro que resolveremos los graves problemas que nosotros mismos nos estamos ocasionando. La naturaleza, en su inconmensurable biodiversidad, tiene un hilo conductor aplicable a todas las circunstancias: la armonización de intereses. En el presente volumen se tratan temas como el advenimiento del Capitalismo Humano, como consecuencia natural del desarrollo de la sociedad debido al increíble avance científico y tecnológico que se está presentando. La presencia de la etapa cooperativa o sinérgica de la Humanidad es inevitable, a menos que la estulticia de los amos del Mundo no genere antes una hecatombe mundial que termine con la Tierra.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento15 abr 2016
ISBN9789895157846
Capitalismo Humano, niños del Mundo con responsabilidad social
Autor

Pedro Martínez

A la edad de trece años, Pedro Martínez se escapó de su casa por seis meses para ir a trabajar como pescador al puerto de Veracruz. A su regreso, realizó sus estudios de secundaria en escuelas nocturnas para trabajar de día como peón de albañil. Egresó de la Escuela Nacional para Maestros como maestro rural. Posteriormente cursó la carrera de Psicología Educativa en la Normal Superior. Fue maestro de primaria y secundaria, época en la que implementó en una zona escolar un sistema desescolarizado con el método de lectura. Su primera obra creativa, es parte de los materiales pedagógicos que actualmente utiliza la Escuela Creadora de Riqueza México. Fue asesor de Dinámica de Grupos en cursos de nivelación pedagógica para directores de escuelas comerciales de toda la Republica Mexicana; Asesor del Instituto Federal de Capacitación del Magisterio, en Chiapas; Asesor de Pedagogía en la Universidad Pedagógica Nacional; Director Técnico de la Escuela Comercial Administrativa y, posteriormente, propietario de una escuela comercial incorporada a la Secretaría de Educación Pública, donde prosiguió su intento de divulgar el aprendizaje como el mejor método escolar. Trabajó en prisiones como maestro de aprendizaje, y a su egreso, se convirtió en capacitador en ventas y mercadotecnia de aseguradoras y afores con metodología autodidáctica. También empezó a preparar a pequeños microempresarios para el manejo eficiente de sus empresas. Estuvo tres años en Estados Unidos trabando como cleaner y capacitando a niños en la lectura escritura del Español. Actualmente dirige una pequeña escuela particular. Pedro Martínez es autor de varias obras de diferente índole, aunque esta es su primera publicación.

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    Capitalismo Humano, niños del Mundo con responsabilidad social - Pedro Martínez

    AGRADECIMIENTO

    Estoy profundamente agradecido a mi editora, Lucía N. Marín, a quien entregué un documento mal pergeñado. Ella, por medio de su pasión por los libros, inteligencia y profesionalismo, lo ha transformado en una obra que a usted, estimado lector, corresponde juzgar su calidad.

    ACLARACIONES PRELIMINARES

    Estimado lector, me sentiría muy afortunado si usted, como yo, está preocupado por la casi inminente desaparición de la vida humana en el planeta y está dispuesto a realizar algún esfuerzo para evitarlo, algo así como la construcción de un frente amplio mundial, con la finalidad de preservar la vida en la Tierra.

    Con el propósito de no hacerle perder su tiempo en la lectura de este material, le aclaro de antemano que lo escribí con la única intención de divulgar una serie de temas que, a mi entender, están íntimamente ligados a la preservación de la vida en el planeta. Destaco en él la gran amenaza que representa el deterioro que está sufriendo la conducta humana por la deficiente educación e instrucción elemental que reciben gran parte de los niños del mundo. Obviamente, no poseo la preparación suficiente que demanda este tema central y todos los que están relacionados con él; de ahí mi invitación a que acepte enriquecer con sus propios talentos y conocimientos este propósito, ya que sólo una visión holística y bien informada acerca del problema nos podrá guiar hacia su solución definitiva.

    Este documento tiene como destinatarias a todas las personas, sin excepción; pero en vista de la magnitud del problema y de las estrategias (primero, lo primero, primero, los primeros, y lo que hace la mano, hace la tras, al principio es necesaria la participación de las más brillantes personas honestas del mundo, ya partan de los mundos de la política, la economía, las finanzas, las ciencias, la tecnología, el arte, la religión, los medios de comunicación, etcétera, para que, evitando las diferencias y posiciones antagónicas, busquemos el camino hacia la solución, tomando como base el aspecto educativo e instructivo, una de las pocas herramientas útiles capaces de evitar la grave amenaza que se cierne sobre nuestro planeta. Usted estará de acuerdo en que sólo un intento multidisciplinario mundial y de alto nivel podrá tener éxito…

    Quizá ni a usted ni a mí nos toque definir el destino de nuestro amado planeta, pero la humanidad la constituimos una infinidad de personas, muchas de ellas excepcionalmente creativas. Serán los bloques internacionales como los BRICS, la Unión Europea, la OTAN o quizá Estados Unidos, China y Rusia sean los que en última instancia decidan lo que se debe hacer para evitar la destrucción de la vida en el planeta, pero las medidas que tomen los dirigentes de estas coaliciones o países tendrán que nutrirse inevitablemente de lo que produzca la luminosa inteligencia colectiva de la sociedad; es decir, modestia aparte, de nosotros, las personas que nos estamos identificando ahora y que, de alguna forma, conservamos nuestra capacidad de pensar para crear.

    Una cuestión que deseo dejar sentada, aunque claramente salta a la vista, es que ninguna idea de las que aporta este documento es de mi autoría; todas ellas tienen un padre que las llevó a la fama y muchos comentaristas que las han divulgado. No menciono autores y mucho menos incluyo citas. En primer lugar, porque no tengo el tiempo ni la capacidad académica para realizar un trabajo de tal magnitud, y en segundo (el de mayor importancia), lo hago con la sola intención de que las afirmaciones se sostengan por sí mismas y no con el lustre de su creador. Tampoco es mi propósito hacer propio lo ajeno. Por otra parte, el lector avezado tendrá la ocasión de reconocer fácilmente la genealogía de los conceptos aquí expuestos.

    Ninguna de las ideas que aporto en este documento, por muy descabelladas, impropias o extrañas que parezcan, carecen de sentido. Quizá algunas estén sólo colgadas al entramado principal y, por excusa de mi impericia e ignorancia no pueda explicar adecuadamente las conexiones íntimas que posean; sin embargo, todas ellas pueden ser observadas de alguna forma en la naturaleza, en la evolución de la sociedad o en la infinita riqueza que presenta el quehacer humano. Además, pretendo que todos los conceptos estén avalados por el sentido común; es decir, el pensamiento recto, sin recovecos, y sea éste, el que, en última instancia, dictamine su posible viabilidad. ¿Estaría usted interesado en darle claridad a estos puntos oscuros y con ello ser parte de un cerebro colectivo de los muchos que están formándose a nivel universal?

    Aquí debo aclarar que la mayor parte de mis 74 años de vida los he pasado en la Ciudad de México, y que, por lo tanto, mi experiencia, de alguna manera, sólo es local y reducida al ámbito personal, ya que hasta ahora no pertenezco a ningún grupo, partido o academia; así que, cuando me refiero a lo internacional, me apoyo en lecturas de libros y en toda la información que puedan aportarme internet o los diferentes medios de comunicación. Por tanto, deben ustedes tomar mis extrapolaciones a lo global con todas las reserva del caso.

    La mayor riqueza que el planeta encierra no es el petróleo o cualquier otra riqueza de las que nos aporta su subsuelo; tampoco la producción agraria; ni siquiera el agua, la fauna o la flora, por muy valiosas y hermosas que nos parezcan, sino la calidad de los seres humanos que la habitamos. Luego entonces, el concepto de niños del mundo nos convoca al hecho de que debemos responsabilizarnos del hecho de que la totalidad de los niños, sin excepción, puedan asistir a los más altos centros educativos de cualquier parte del planeta, sin importar su origen ni ninguna otra condición, más que la capacidad y entusiasmo que pudieran tener. Todo ser humano es una creación única de la naturaleza; luego entonces, la familia, la sociedad y los gobiernos deben asumir el compromiso de allanar el camino para que los niños, expandan al máximo todas sus potencialidades, para con ello, acrecentar al máximo la riqueza del planeta que nos alberga y dar la bienvenida al concepto de capitalismo humano.

    Otro concepto, el de niños con responsabilidad social, pretende que la educación e instrucción que reciba la niñez de cualquier parte del globo obedezca al estándar de calidad: Niños autosuficientes, productivos, competentes, profundos, preocupados, sencillos y honestos, que estén capacitados para trabajar en equipo y sepan ser agradecidos, sentir orgullo o vergüenza y posean la misión de ayudar para que los ayuden.

    Por otro lado, inevitablemente, tendrá que atender a mi estilo, porque para ser ameno y apropiado se necesita talento y oficio, ninguno de los cuales poseo, pero si usted lo desea y considera que puede ayudar en la forma y fondo de alguno de los aspectos que contiene este documento o de todos, ¡adelante!, porque los subsecuentes lectores se lo agradecerán.

    Por último, si usted es padre estimulador, maestro del aprendizaje, empresario de inversión, político de altura, líder o sine qua non, le recomiendo que lea, estudie, reflexione y cuestione el material de principio a fin, porque de seguro le resultará útil e interesante, aunque, si es un padre afligido, un maestro preocupado o una persona sin trabajo o con cualquier otra necesidad, le sugiero que primero aborde los temas que le ayuden de inmediato a resolver su problema y después vaya leyendo las partes que considere tengan alguna relación con los temas que ya consultó previamente.

    INTRODUCCION

    Si la Tierra te tiró, apóyate en ella para levantarte

    (Leído en 1987, en la pared de una celda de la penitenciaría de Santa Martha Acatitlan.)

    La Tierra está en crisis; ninguna persona se salva de las amenazas que están por destruirla. El cambio climático, la acumulación del capital en unas cuantas manos, la pérdida de la biodiversidad y el aumento alarmante de la población sin responsabilidad social son calamidades que pueden acabar en un corto espacio de tiempo con la vida del planeta.

    Estas cuatro amenazas con capacidad para destruir la vida en el mundo las ha propiciado el hombre mismo; luego entonces, está en sus manos conjurar su peligro. De alguna forma lo ha estado haciendo. Cada día es más fuerte el clamor contra el

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