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De la Civilización al Humanismo Superior
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Libro electrónico366 páginas9 horas

De la Civilización al Humanismo Superior

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El libro “De la Civilización al Humanismo Superior” intenta resumir el proceso evolutivo de la humanidad a lo largo de la era de la civilización. La reconoce holísticamente asentada en el predominio del poder a lo largo de los distintos modos productivos que la suceden.
La presencia del poder implica la existencia de la condición fallida como característica creciente de la crisis de dicha era. Culmina con el agotamiento definitivo de la era de explotación y al mismo tiempo genera crecientemente las condiciones que dan forma a la nueva sociedad, constituyendo la era del Humanismo Superior. Reemplaza el poder por el desarrollo de las cualidades humanas del ser como marco hegemónico de la sociedad sustentada por la democracia de las bases.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento16 dic 2018
ISBN9780463550519
De la Civilización al Humanismo Superior
Autor

Darío Alvaro Jordán Medrano

Darío Alvaro Jordán Medrano nació en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra. Se graduó, en el 1964, como Ingeniero Químico en la Universidad Nacional de Tucumán de la República Argentina. Realizó posgrados en la Universidad de Chile, en la Universidad de Puerto Rico, en la Universidad Mayor de San Andrés de La Paz y en la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno de Santa Cruz. Ejerció como catedrático en la Universidad Mayor de San Andrés y en la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno, donde se jubiló en su condición de Director de la Unidad de Investigación de la UAGRM. Ejerció Cargos Ejecutivos en Empresas Estatales y Privadas. Ha colaborado activamente con la prensa, radio y televisión local y nacional en campos de la difusión científica y del ensayo social, histórico y político. Es autor del libro: Kandire, origen y evolución del llano boliviano, publicado el 2005. Es autor del libro: De la Civilización al Humanismo Superior, publicado el 2018.

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    De la Civilización al Humanismo Superior - Darío Alvaro Jordán Medrano

    Introducción

    "De la Civilización al Humanismo Superior" es un resumen de la evolución de la humanidad, particularmente de la Era de la civilización, intentando abarcar la praxis de la crisis terminal de la Era y esbozar los elementos constitutivos de la nueva sociedad que se va conformando con el desarrollo de la conciencia, el crecimiento del conocimiento, la experiencia y que la hemos diferenciado con el nombre de Humanismo Superior.

    Se ha inspirado en los valores desarrollados por la ancestral cultura kandirense¹, especialmente vivida en los pueblos protegidos por la naturaleza en aquellos lugares no penetrados por la cultura Occidental en el agreste Amazonas y el inhóspito Chaco Boreal; es la cultura de la transición del humanismo primitivo a la era de la civilización, de fuertes contenidos espirituales, de rasgos religiosos similares y una estructura social y económica común, asentados en principios de reciprocidad y muy poco reconocida por el mundo científico, que abarcó los valles y llanos del rio Amazonas y del Rio Del Plata, se extendió por el Orinoco, El Caribe e incluso compartieron los nativos de Norteamérica.

    Se han hecho esfuerzos por recoger los valiosos aportes de la historia de otros pueblos que han transitado por la evolución de la humanidad, particularmente de la cultura Occidental, con lo que se logra esbozar un futuro refulgente para el género humano, que hemos llamado Humanismo Superior en reemplazo del apocalíptico final que se empeña en sostener el sistema de poder hegemónico de la civilización.

    Es un intento por resumir la experiencia vivida por la humanidad a lo largo de su existencia en el afán humano de vislumbrar la esperanza tan ansiada por el género humano en un grito por un horizonte multifacético de culturas y convivencias humanas en paz y amor.

    Humanismo

    Tradicionalmente el humanismo se reconoce como un movimiento intelectual de carácter filosófico, científico y cultural iniciado en Florencia, Venecia y Roma, que luego se extendió al resto de Europa, a partir del siglo XIV, de recuperación del pensamiento grecorromano clásico, por lo que también es conocido como humanismo renacentista.

    Fue una reacción del pensamiento libre ante la censura permanente ejercida por la Iglesia a todo intento de renovación intelectual al margen de los dogmas teologales exigidos por la Inquisición.

    Con el humanismo, se impuso el antropocentrismo, es decir que se rescató al ser humano como centro del interés, actividad y pensamiento del mismo ser, frente al teocentrismo religioso, que reconoce a Dios como causa de todas las cosas.

    A partir del Renacimiento se usó y todavía se usa el nombre de humanidades para distinguir materias del área del pensamiento clásico, reconocidas por su contenido humano, frente a las de los antiguos profesores de los dogmas teologales autorizados por la Iglesia.

    El movimiento humanista estuvo en el centro de la discusión del pensamiento filosófico. La Iglesia intentando renovar su imagen construyó interpretaciones "humanistas" cristianas y sectarias tratando de ocultar el genocidio ejecutado por los españoles, portugueses, ingleses y otros europeos contra los pueblos de América, África, Asia y Oceanía. Los comunistas lo construyeron endiosando a los trabajadores mientras el partido los esclavizaba y dirigía los genocidios contra los campesinos, clases medias y pueblo en general que se resistía a la imposición dictatorial del partido.

    El humanismo renacentista, pugnando por superar el oscurantismo vertical adquirió un carácter crítico y rebelde, defensor de cambios sociales, económicos y políticos profundos en busca del bienestar individual y social como fueron: la reforma luterana, calvinista, anglicana, la contrarreforma, la Ilustración, el fortalecimiento de los nacionalismos europeos, la revolución industrial, la revolución francesa; continúa y continuará rompiendo estructuras en la búsqueda de la dignificación del individuo y de los pueblos, conculcada por 12.000 años de imposición del poder, director de la civilización, procurando la ansiada sociedad humanista.

    El irracional contenido del comportamiento de la sociedad, a nivel mundial, expresa los condicionamientos antihumanos frente al humanismo de la sociedad, incluyendo las interpretaciones filosóficas, que hacen los sabios del pensamiento cosmogónico desde el comienzo mismo de la existencia humana.

    A los filósofos griegos correspondió el privilegio de acompañar tempranamente la interpretación teórica de la evolución social de la antigua cultura europea conformada desde los orígenes del neolítico, la que constituyó el antecedente protohistórico de la civilización occidental.

    La filosofía de la naturaleza del humanismo primitivo fue recogida por los filósofos presocráticos con el reconocimiento de la materia como punto de partida de su incipiente especulación y su reflexión sobre la naturaleza y el ser. Con la introducción del agua como primer principio de la naturaleza, por Tales de Mileto, ampliado por Anaxímenes con la introducción del aire, luego por Heráclito con la introducción del fuego y finalmente Empédocles de Agrigento que introdujo un nuevo principio o raíz, la tierra.

    Esta doctrina, de los cuatro elementos: agua, aire, fuego y tierra, constituyeron los componentes básicos del universo, indestructibles y eternos, cuyas cualidades fueron simbolizadas por los dioses: Zeus, Heras, Aidoneo y Nestis, respectivamente.

    Empédocles también introdujo la existencia de dos fuerzas originarias y opuestas, que actúan en la naturaleza humana. Dos fuerzas supremas: el Amor y el Odio, expresiones de origen natural y divino a la vez. El primer concepto favorece las fuerzas unificadoras, de amistad y amor, integradoras y de unión; el segundo es una fuerza de dispersión, de desunión, de hostilidad. De esta manera Empédocles (490 – 430 a.n.e.²) reconocía las esencias del ser humano, rectoras de la era de la civilización, antecedentes presocráticos de lo que aquí identificamos como el humanismo y el poder.

    ¿Por qué Humanismo Superior?

    El humanismo es la esencia del ser humano y ha estado presente en él desde los inicios de la era de la humanización. Ha sido y es la fuerza directriz de este proceso hasta la actualidad.

    Estas cualidades distinguieron al ancestro primigenio del género Homo, común con el ancestro primigenio del género Pan, del actual chimpancé y bonobo. Se fue complejizando en forma creciente a lo largo de su evolución. Cualidades que varían según el grado de desarrollo psíquico, biológico y del potencial que le ofrece la naturaleza, la que, con el desarrollo de la técnica y la ciencia a lo largo del tiempo, adopta diferentes formas de expresión.

    A lo largo de la historia moderna, cada línea de pensamiento, cada movimiento ideológico y/o filosófico, cada partido, ha construido su propuesta "humanista" de interpretación cosmogónica, por supuesto, acorde con su objetivo particular de poder, en función de un interés sectario, en el que los que comparten el pensamiento pertenecen a su círculo, los otros son marginados e incluso condenados a desaparecer.

    Estas coyunturales y variadas interpretaciones, que le han dado las diferentes tendencias del pensamiento, hacen necesario revalorar el humanismo posmoderno, que va naciendo en remplazo de las diversas interpretaciones del poder para que no sea confundido por las manipulaciones anti humanistas construidas verticalmente, falsamente auto identificadas como humanistas.

    Para distinguir la visión totalizadora de esta sociedad emergente, centrada en el ser humano, en equilibrio con la naturaleza, de carácter abierto, generada por el ser más avanzado en su condición humana, por incorporar los adelantos de la ciencia y la tecnología acumulados hasta la fecha y por corresponder a la etapa más avanzada de la humanidad, es que se ha propuesto diferenciarla con el nombre de Humanismo Superior.

    Por ahora, sólo digamos que el principio fundamental del Humanismo Superior se sustenta en la voluntad de las bases de los pueblos, como expresión dialogal de los elementos comunitarios, donde se expresa y compatibiliza simultáneamente los intereses individuales con los de la comunidad, es donde se determinan libremente los contenidos del Humanismo Superior. Es una expresión de la auto dignificación humana, a diferencia de los planteamientos sectarios y elitistas que pretenden tozudamente continuar con su imposición vertical.

    Más adelante se desarrollan otros aspectos de elementos y valores que surgen en la sociedad que muere y anuncian algunas cualidades de la sociedad que nace, identificada con el Humanismo Superior. De cualquier modo, todo será revalorizado por los consensos de las bases humanas.

    Evolución del Ser Humano

    La Identidad del ser humano está determinada por la condición humana del ser. La que, según Jorge Riechmann, se caracteriza por la corporalidad, la animalidad y la cultura. Otros pensadores incorporan el espíritu, para unos de origen natural y para otros de origen divino. Se presenta en su sistema interno, en la morfología de sus órganos, su funcionamiento, su estructura, su acumulación genética, histórica y cultural, que se expresan en su relación con otros seres y en general con el entorno, que condiciona su existencia.

    Fueron los desequilibrios provocados por los cambios de la naturaleza en el planeta tierra los que dieron origen a la vida, a los procesos evolutivos y a la selección natural, en una relación caótica del sistema interno del ser por establecer condiciones compatibles con las del sistema externo que las condiciona, en las que, la aparición de una variante progresiva trae aparejada muchas variantes regresivas, que la selección natural se encarga de decantar, mientras que las variantes progresivas se multiplican y saturan el medio, entrando a una etapa de competencia, donde, de acuerdo con la opinión de Charles Darwin, expuesta en la "El origen de las especies", se impone el más apto, ya sea psíquica o biológicamente. Es la expresión del equilibrio dinámico alcanzado entre el sistema interno del ser y el sistema externo, que lo condiciona.

    Cuando el sistema interno de la especie humana no logre mantener sus variables ajustadas armónicamente con las de la naturaleza, el sistema externo, el ser humano desaparecerá como ya lo han hecho infinidad de otras especies.

    La evolución del ser humano responde a un proceso de cambios continuos en el acervo genético, cuyo resultado es el desarrollo de la condición humana. Según los cambios encontrados en los hallazgos antropológicos se han ordenado tres etapas evolutivas, ya completadas, y una en gestación, las que son:

    1. Era de la Humanización.

    2. Era del Humanismo Primitivo.

    3. Era de la Civilización.

    4. Era del Humanismo Superior.

    En la actualidad la humanidad se encuentra terminando la era de la civilización, en la transición hacia la cuarta era, que ante la falta de claridad interpretativa de la tendencia que nace, solo por ser posterior a la moderna la han identificado como posmoderna. En realidad, se trata de una nueva era cuyas características se encuentran bien definidas y conforman lo que aquí llamamos e identificamos como la 4ª Era, la Era del Humanismo Superior.

    Se puede resumir diciendo que la evolución del ser humano y de la humanidad en su conjunto pasó por una era de humanización del ser, de más o menos de 7 millones de años, una era del humanismo primitivo de 200.000 años, ambos en directo equilibrio dinámico con la naturaleza, y una era de la civilización de 12.000 años, sostenida por el poder, en la que los parámetros de la naturaleza son afectados en forma creciente por la actividad humana hasta lograr la capacidad de la eliminación de la misma especie.

    A lo largo de la civilización el humanismo ha sido permanentemente la fuerza impulsora del crecimiento, del conocimiento y de los cambios en busca de mejores condiciones de vida para los pueblos, sin embargo, el poder, encumbrado por la riqueza, impone coercitivamente la hegemonía de los ricos, explotadores del pueblo, de la mujer, de la naturaleza y resiste permanentemente las aspiraciones humanistas.

    El poder es el anti humanismo en la sociedad, es el origen de la corrupción y de toda degradación humana, la que, parafraseando a Lord Acton³, se puede resumir diciendo que: "el poder corrompe, el poder absoluto corrompe absolutamente y los dueños del poder son hombres malos".

    Era de la Humanización

    Esta era se distingue por haber sido en ella que se inicia la diferenciación entre el ser irracional y el ser humano, con el surgimiento de una inteligencia extraordinaria y de valores espirituales identificados con el amor, inicio del proceso de humanización, que va direccionando la evolución biológica, conocida como proceso de hominización, la que a su vez crea condiciones para una mayor evolución psíquica y así continúa evolucionando hasta alcanzar la capacidad y cualidades del Homo sapiens.

    Es el proceso que comprende la evolución del ser humano iniciado con el ancestro común, que compartió con el antepasado de la familia homínido hace aproximadamente entre los 15 y 4 millones de años atrás extendiéndose hacia las sucesivas muestras del género Homo, hasta alcanzar la condición del Homo sapiens hace aproximadamente 200.000 años. (Las diferencias referenciales sólo expresan los distintos criterios asumidos por los investigadores, ya que los cambios se consolidan en procesos muy largos y lentos, no tienen fecha de nacimiento).

    Esta evolución se inició en la extraordinaria exuberancia del Gran Valle del Rift del África Oriental, también conocido como cuna de la humanidad, donde existió una infinita variedad ambiental, en árboles con su inmensa riqueza de frutos hojas y maderas, animales en una indescriptible diversidad, condiciones inimaginables de montañas, valles, ríos, lagos, vientos, lluvias y catástrofes naturales que generaron las condiciones indispensables para el surgimiento, sobrevivencia y multiplicación humana.

    El proceso es el resultado del desarrollo iniciado con una incipiente bipedación en los pre-australopitecos, hace aproximadamente 7 millones de años. Un ágil e inteligente primate de 130 a 140 cm. que saltaba entre las ramas de los árboles y el suelo escondiéndose de animales superiores a él en la búsqueda de su alimento.

    Hace alrededor de 3 millones de años habría vivido el Australopiteco africano en el África del Sur, origen del género Homo, con una capacidad craneana de 500 cm3 y con postura bípeda de 140 cm.

    La separación del linaje Homo del de los homínidos se encuentra en las sucesivas muestras que recogen los antropólogos en sus investigaciones. La primera especie homo identificada apareció 2,8 millones de años atrás, el Homo habilis, cuyo nombre se originó por su habilidad para fabricar herramientas de piedra y por poseer un volumen craneal de 600 cm³.

    El Homo erectus apareció 1,5 millones de años atrás, alcanzó 170 cm de altura, tenía una capacidad craneal de 1100 cm³ y se caracterizó por el dominio del fuego, permitiéndole ocupar las zonas gélidas y mejorar su alimentación. Vivió principalmente en África, pero existieron variantes en Asia y Europa.

    El Homo neandertal, surgió y evolucionó en Europa, Oriente Medio y África del norte, hace 250.000 años, sobrevivió hasta los 30.000 años a.n.e. Tenía una contextura robusta, con 160 cm de alto y una capacidad craneal de 1.500 cm³. Sus restos fósiles fueron descubiertos en el valle de Neander (Alemania) pero también se los han encontrado en Francia, Palestina y África del norte, entre otros.

    Homo sapiens, es el nombre científico de la especie humana actual. Los restos más antiguos se encontraron en Etiopía con una antigüedad de 195.000 años. Se distinguió por el mejoramiento en la obtención de alimentos, así como en la adaptación de la organización social, de la religión y de las expresiones culturales, tienen capacidad abstracta, de inventar, aprender, planificar, etc. A partir de África pobló los distintos continentes. En Europa coexistió con el hombre de Neandertal, el que fue desplazado por el Homo sapiens por poseer una inteligencia superior y un órgano fonético más avanzado para el dominio del lenguaje. Algunos especialistas sostienen que, con él se habría producido algún intercambio genético.

    Las diferenciaciones básicas de las distintas etnias actuales son el resultado de adaptaciones a nichos ecológicos regionales, las que, identificadas como variantes raciales, comúnmente se presentan como razas morenas, negras, blancas, etc., pero todas tienen un origen único, en el continente africano.

    Era del Humanismo Primitivo

    La era del humanismo primitivo⁴, por la que han pasado todos los pueblos del planeta, se distingue por haber heredado la condición humana desarrollada a lo largo de la era de la humanización, con la singularidad de la presencia distintiva del Homo sapiens. Inicialmente se concretó en África, lugar desde el que se produjo su posterior dispersión por el resto del planeta.

    En la etapa primitiva, la actividad más importante estaba determinada por la búsqueda de alimentos necesarios para la sobrevivencia, que se recogían directamente de la naturaleza ya sea recolectándolos o cazándolos, condición determinante de su cualidad nómada. Los alimentos se consumían inmediatamente por no existir ninguna posibilidad de conservarlos acumulados.

    En este afán debían competir continuamente, día a día, por el espacio y evitar convertirse en alimento de las fieras, las que estaban mucho mejor dotadas, tanto en fuerza y agilidad, como en la posesión de defensas naturales como garras, colmillos y una piel muy resistente, entre otras cualidades, inexistentes en el humano. Estaban obligados a organizarse colectivamente para enfrentarlas con éxito. Por lo tanto, era una necesidad existencial la consolidación del grupo para confiar la vida de los unos en los otros. Este fue el origen del fortalecimiento de las relaciones de reciprocidad, con las que conformaron la sociedad del humanismo primitivo, continuado a partir de la era de la humanización.

    La sociedad primitiva, en sus inicios estaba constituida por agrupaciones naturales de parentesco. En su interrelación con la naturaleza logró desarrollar comportamientos, que en conjunto se pueden identificar como las de una sociedad de avanzados contenidos espirituales. El humano estaba integrado a ella, material y espiritualmente, lo que dio origen a distintas formas religiosas. Consolidaron relaciones, que Dominique Temple llama de reciprocidad por ser ésta la base del intercambio en forma de regalos. Una sociedad articulada por valores y principios centrados en el ser humano, definidos como las bases del humanismo primitivo.

    Estas relaciones, horizontales, desarrolladas por la inteligencia individual y colectiva, orientada por la búsqueda de la armonía con la naturaleza se identifican como relaciones naturales, asentadas en la racionalidad de los usos y costumbres, ahora reconocidas como derecho consuetudinario, que modernamente el derecho reconoce como una de sus ramas más importantes, el derecho natural, y por su carácter universal han sido incorporadas por la Organización de las Naciones Unidas como parte sustancial de la Declaración Universal de Derechos Humanos, firmada en París, en diciembre del 1948.

    Siguiendo el pensamiento de Dominique Temple: "Los valores humanos nacen, justamente de la reciprocidad con el otro y con la naturaleza", aseveración que nos permite asegurar que se está frente a sociedades con relaciones horizontales de fuerte contenido humano ya sea con una estructura grupal, familiar, tribal o comunitaria.

    La economía de la reciprocidad distribuye solidariamente los alimentos mediante el regalo; visto así es una relación entre el donante y el receptor, si bien es una obligación moral establecida por los usos y costumbres, es un derecho natural, es un sentimiento guiado por principios de equidad; por lo que no hay razón para pensar en una distribución igualitaria como sostiene el marxismo, salvo algunas comunidades, que saliendo del humanismo primitivo, ya habían ingresado a la consolidación de la autoridad, cualidad distintiva de la civilización, y pudieron intentar imponer una distribución igualitaria, que al margen del poder, siempre fue un fracaso.

    Los pueblos amazónico-platenses, de organización horizontal, consideraban a la naturaleza como una hermana ya que el humano surgió como parte de la misma naturaleza, proveedora de la subsistencia, por lo tanto el humano se hacía la obligación de cuidarla con mucho cariño en compensación por los regalos recibidos, estos pueblos la respetan como su "Hermana Naturaleza"⁵. Es necesario reconocer que posteriormente en las sociedades con relaciones verticales, en la civilización, le asignan la condición de "Madre Naturaleza".

    En la sociedad del humanismo primitivo hubo una supremacía de la mujer sobre el hombre, dentro de relaciones de reciprocidad. La familia se nucleaba alrededor de la mujer por su condición de madre, o del grupo de la madre. La función básica del hombre era la procreación y algún aprovisionamiento de alimentos, pero generalmente estaba fuera del grupo familiar. La alimentación y los cuidados de los niños a cargo de la madre o del grupo de la madre hicieron que se impongan relaciones matrilocales, también matrilineales o francamente matriarcales⁶, en las que el hombre correspondientemente jugó distintos papeles.

    La existencia de un fuerte relacionamiento horizontal de las bases, nos permite identificarla como una sociedad humanista, que conjugada con el abastecimiento de sobrevivencia, esto es de recolección de

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