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Jesus Salvame Que Perezco
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Libro electrónico356 páginas6 horas

Jesus Salvame Que Perezco

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El contenido de este libro son las experiencias y
vivencias de la biografa su autora Dra. Miriam
Valencia. Este tomo tiene: drama, romance, y
accin. Drama de su niez y matrimonio por
la violencia domestica y abusos emocionales y
fsicos que experimento. Romance, los abusos de
fraudes que se llevaron a cabo por la inexperiencia
e ingeniosidad de creer en un romance a travs
de la tecnologa, y accin por la experiencia
vivida cuando estuvo su vida en peligro de
muerte. Tambin contiene un minucioso estudio
de guerra espiritual ya que fue envuelta por
una doctrina falsa en la cual por inexperta
recibi abusos de seres espirituales demoniacos.
El propsito de este contenido es: Dar conocimiento
a muchos afi cionados a la literatura para
darle una nueva experiencia a su vida y su alma y
espritu y puedan encontrar la paz que necesitan.
Vivimos en una era de grandes cambios, donde
la necesidad del conocimiento apremia, los libros
pueden envejecer; pero la razn es apremiante
de adquirir el conocimiento de otros. Lo triste es
cuando se ha llegado al pensamiento de que ya se
aprendi todo; Y cuando refl exionamos nos damos
cuenta que apenas comenzamos, y as lo. Estableci
el Seor Dios todo poderoso en las sagradas
escrituras: Mi pueblo fue destruido, porque le falto
conocimiento, yo te echare del sacerdocio; y porque
olvidaste la ley de tu Dios, tambin yo me olvidare
de tus hijos. (Oseas 4:6).
Con todo respeto espera que El Dios Altsimo
creador, a travs de su Hijo Jess con la comunin
de su Santo Espritu llene de bendicin, de amor
y de paz su vida; son mis grandes deseos para todo
lector.
Dra. Miriam Valencia
IdiomaEspañol
EditorialPalibrio
Fecha de lanzamiento23 may 2014
ISBN9781463376536
Jesus Salvame Que Perezco
Autor

Miriam Valencia

Dra. María Castillo autora de “Jesús sálvame que perezco”. Ella es una mujer escogida por Dios, Nació el 24 de mayo del 1958, en la ciudad de Cotija en el estado de Michoacán México. La Dra. María castillo, a pesar de los obstáculos y circunstancias que atravesó, Dios la levantó de donde se podía creer que ya no había esperanza para su vida. Después de su desintegración familiar, se entregó por completo a la obra misionera y a sus estudios teológicos y psicológicos para el servicio del Señor y de la sociedad en la cual vivimos hoy en día. La Dra. María castillo, tuvo el privilegio de cursar en la Universidad Teológica: CCU. Cristian University California, donde se graduó y obtuvo su diplomado, bachillerato y doctorado en teología; después de que vio la necesidad en los problemas internos en los seres humanos, ella ingresó a: Strong Tower University y continuó sus estudios graduándose con un diplomado y una licenciatura en psicología pastoral.

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    Jesus Salvame Que Perezco - Miriam Valencia

    MIRIAM VALENCIA

    Mujer escogida por Dios, a pesar de los obstáculos y circunstancias que atravesó, Dios la levantó de donde se podía creer ya no había esperanza para su vida.

    Después de su experiencia de desintegración familiar, se entregó por completo al servicio del Señor Jesucristo y a su causa.

    Esta historia traerá gran bendición a la vida del lector, experimentando que siempre hay una respuesta, para cuando se cree que ya todo está perdido.

    Respuesta que viene directamente de ese Dios Todopoderoso y el poder de Su hijo Jesucristo que le restauró la vida salvándola de la muerte, Él mismo que también tiene una esperanza para su vida.

    Al leer cada página de este tomo, sentirá como el Dios que emanó en vida, le envolverá en su presencia, como con un manto de justicia; su vida nunca volverá a ser igual, sintiendo como el Espíritu Santo le llenará y colmará de bendición su vida, como sólo Él sabe hacerlo, permítale que Él haga un milagro como lo hizo en ésta mujer.

    DEDICATORIA

    Dedico este libro al gran arquitecto,

    mi Padre Celestial que envió a Su Hijo Unigénito

    para ofrendar Su vida en la cruz del calvario para mi propia

    salvación y la de toda la humanidad,

    Al Hijo de Dios que Se entregó

    y dio Su vida por mí, tomando el lugar que

    me correspondía, viviendo muerta en delitos y pecados.

    Quien por Su gran amor y misericordia

    le plació alcanzarme, salvarme y levantarme.

    AGRADECIMIENTOS

    • Agradezco a la iglesia: JESUS LA FUENTE DE VIDA, la cual pastoreo y el Señor ha encomendado en mis manos.

    • A mis líderes que han permanecido fieles conmigo en medio de todas las adversidades habiendo demostrado su amor y apoyo infranqueable en todo momento, permaneciendo a mi lado como un gran apoyo y bendición en mi vida.

    • Al Pastor de templo Calvario de mi segunda congregación, que fue el lugar donde mi alma volvió a cobrar vida y tuve el privilegio de estudiar mis primeros dos años de teología pastoral.

    • A mis profesores de: Hope University de Fullerton California, lugar donde continué con mis estudios al igual que a la University CCU de Riverside California lugar en el cual el Señor permitió graduarme de mis estudios teológicos.

    • A mis profesores de: Strong Tower University por el privilegio de tomar mis estudios y graduarme en Psicología Pastoral.

    • De manera muy especial a mis padres espirituales a quienes considero mis padres espirituales en el ministerio cristiano y fueron los vasos que Dios uso como instrumento para liberarme del legalismo que me habían inculcado erráticamente, que una mujer nunca puede dar palabra de Dios, ellos por el contrario, con gran amor confiaron en mi para ministrar en su programa de radio cuando yo apenas tenía un año en el ministerio de la predicación. Les estoy muy agradecida y deseo que Dios quien me llamó a este ministerio, les llene de bendiciones a todos los pronunciados en esta dedicatoria.

    • A mis hijos y Quienes aunque ahora tal vez ellos no comprendan el precio que se paga por llevar la cruz de Cristo y negarse inclusive a uno mismo para alcanzar las promesas de mi Padre que ellos serán grandes profetas, evangelistas, pastores y maestros de este ministerio del cual el Señor en su gracia y amor me escogió para iniciarlo. Y no dudo ni un momento que ellos continuarán con el sendero que Dios inició conmigo y sobre el cual me dijo: de tus lomos saldrán los que irán a las naciones para extender mi reino.

    PRÓLOGO

    Cada uno de nosotros como creyentes, tenemos un testimonio de la obra redentora en el calvario sobre lo que Cristo Jesús ha hecho en nuestras vidas. ¿Pero, será este algún testimonio más? Bueno en realidad sólo estoy obedeciendo al llamado del Señor, ya que le dije: Señor, hay tantos libros escritos de grandes siervos tuyos que tú has levantado, ¿Para qué uno más? Pero el Señor me dijo:

    (Ve) me conviene que yo declare las señales y milagros que el Dios Altísimo ha hecho contigo (Daniel 4:2.)

    En verdad soy aficionada a la literatura, siempre lo fui desde adolescente, pero nunca pasó por mi mente llegar a escribir un libro, por lo tanto quiero aclarar con mi Corazón abierto, a todos los lectores, que no trato de impresionar a nadie, humildemente solo estoy obedeciendo a mi Padre Celestial.

    Querido lector, he orado al Señor que al llegar a sus manos esta obra, le sea de gran bendición para su vida. Tanto a los que no han tenido una experiencia con nuestro Dios de la gloria, como los que ya la han tenido, quiero afirmarles que el Señor nunca llega tarde, además ésta obra ecuménica, es dedicada a los líderes que han pasado por el desierto y además han tenido un tropiezo o han caído en las garras del enemigo, quien les ha puesto en su mente que ya no tienen perdón de Dios. Querido líder no importa si eres un pastor, maestro, evangelista o cualquier ministerio que El Dios Altísimo haya depositado en tus manos, el Señor te dice estoy aquí para ti en todo momento. Yo soy poderoso para levantar del polvo al pobre y al menesteroso alzo del muladar, para hacerlos sentar con los príncipes de su pueblo, (Salmos 113:7-8.) Si el Señor tuvo misericordia del Rey David quien cayó en desobediencia, haciendo iniquidad delante de Dios y delante del pueblo, en el cual él le había encomendado y puesto como rey.

    Dios dijo:

    Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al corazón contrito y humillado no desprecias tú; (Salmos 51:17)

    Oh Dios. Cuanto no se compadecerá también de nosotros. Porque no tenemos un sumo sacerdote, que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno Socorro. (Hebreos 4:15-16)

    Así que amado lector, no tome este libro como una colección más para su biblioteca, Dios quiere hablar a su vida una vez más y ser de mucha bendición, ese es el propósito, que tú alcances a cumplir el plan divino del Señor que tiene para ti en la tierra, nunca es tarde para volver a empezar de nuevo. En resumen, a través del tiempo en mi caminar con Cristo y en el ministerio he aprendido a disfrutar del gozo del Señor en medio de las adversidades y para poder ser de bendición y llegar con un mensaje al alma y corazón de todo ser humano, hay que caminar cerca de la cruz, porque no sólo la preparación del conocimiento teológico es importante sino experimentar el dolor en nuestra propia humanidad para traer más gloria a Cristo bendiciendo a nuestro prójimo que necesita palabra de consuelo y oración para que el Señor le colme de sanidad espiritual, emocional, física y moral en todas las áreas de su vida, ya que este libro contiene las experiencias reales de mi vida, partiendo del vientre materno, nacimiento, caminar con mi amado, mi Señor y Salvador Jesucristo. Que la paz del Señor reine vuestros corazones y la comunión de su Santo Espíritu esté siempre con todos ustedes…

    CAPÍTULO 1

    Mi Nacimiento

    V ino entonces Palabra de Jehová a mí, diciendo: Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones. (Jeremías 1: 4-5)

    Mi hermana mayor manifiesta que soy un milagro de Dios, ya que mi madre tuvo que enfrentar muchas dificultades desde que me traía en su vientre, debido a eso durante mucho tiempo en mi vida pensé que el ángel de la muerte me perseguía desde mi niñez.

    En una ocasión, mi padre compró un seguro de vida para cubrirse él y nuestra familia. Un día cuando él viajaba en avión rumbo a los Estados Unidos, mi madre recibió los documentos del seguro pero ella no entendió bien lo que decían los documentos y pensó que mi papá había tenido un accidente en el avión y que mi padre había muerto. Pero no fue así, el documento solo le informaba que en caso de que ocurriera el accidente ella recibiría los beneficios del seguro pero en fin ella lo mal interpreto y a causa de ello intento contra su vida. El golpe fue tan difícil que actuó de manera inesperada tratando de hacerse daño sin pensar en mí que me traía en su vientre; o en mis hermanos, decidió tomar un revolver y dijo: ¿Para qué quiero la vida? e intento matarse, milagrosamente un vecino llegó en ese momento y le quitó el arma que tenía en su mano y de no haber sido así, ambas estaríamos muertas y mis hermanos y hermanas hubiesen quedado huérfanos, gracias a Dios no fue así, ya que Dios conoce nuestros pensamientos y sabe que su plan divino se cumple siempre.

    Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos y la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos. (Isaías 55:8-9)

    Debido a esto yo nací muy enferma, y tenía aproximadamente unos tres meses de vida cuando empecé con una fiebre muy alta, la enfermedad se complicó tanto que un día me declararon muerta. En aquel momento el sacerdote de la iglesia no me quiso bautizarme ya que según la tradición, primero se presenta al bebé, de lo contrario, no se podía recibir el bautismo. Mi hermana la mayor tenía para entonces diez años de edad, quien relata que la misma persona que le salvó la vida a mi madre y a mí, hizo la fosa en el parte trasera de la casa donde vivíamos para enterrarme. Además, es costumbre en esa región, que si no recibes el bautismo no te pueden enterrar en el campo santo, (cementerio). Cuenta mi hermana que ese mismo día pasaron por la calle unas personas haciendo análisis de sangre y suministrando una pastilla de un medicamento nuevo y a mi hermana se le ocurrió solicitarles el tratamiento a pesar que yo ya tenía un diagnóstico lapidado. En ese momento ya tenía cuatro horas aproximadamente de tener mi cuerpo totalmente frío y cianótico, por lo tanto; para ella estaba muerta. Inconforme con esa respuesta, mi hermana no se quedó de brazos cruzados ante la respuesta de mi mamá y fue a buscar a los ambulantes de salud (sanitarios), quienes ya se habían alejado un poco, pero los alcanzó y les solicitó una pastilla, ellos le preguntaron, ¿Qué tiene tu hermana? Ella no les dijo que yo ya estaba muerta, sólo que estaba enferma, uno de los hombres le dio el medicamento después de hacerle conciencia que no debía tomarla salvo una suprema necesidad.

    Procedió a dármela a escondidas de mi madre, tomó la pastilla y poniéndola en una cuchara con esfuerzo la introdujo en mi boca, después de transcurridas dos horas comencé con deposiciones fecales. Creo que no fue la pastilla, sino la fe de mi hermana en Dios, lo que hizo que yo mejorara. Cumpliéndose una vez más el plan divino de mi Padre que envió a su hijo amado para tomar mi lugar y se cumpliera su propósito en mi vida:

    Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar. Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo el pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. (Juan 10:17-18)

    No sólo por estos acontecimientos, digo que me perseguía el ángel de la muerte, ya que fueron varias las ocasiones en las cuales intenté quitarme la vida, pensando que era una manera de ayudarle a Dios, obviamente cuando el Señor Jesús llegó a mi vida se rompió esa maldición que me perseguía, claro hoy entiendo que era el enemigo de mi alma, Satanás, no quería que el propósito de Dios se cumpliera en mí, ya que Dios me había escogido desde antes de nacer y me había santificado como profeta a las naciones.

    CAPÍTULO 2

    Mi Infancia

    L os primeros años de mi vida fueron felices ya que me crie con mi abuelita, y ella me compraba lo que necesitaba, ropa, zapatos. Me llevaba con ella a ciudades cercanas a visitar a sus hijos que eran mis tíos, pero sobre todo recibía mucho amor y cariño, cuando ella murió, recuerdo que me acerque al ataúd poniendo un banquito para alcanzar a verla y le decía abuelita yo me quiero ir contigo, para mí, como que todo había terminado; mi inocencia no me permitía saber que era imposible lo que anhelaba.

    Después vinieron las riñas con mi hermana (quien es dos años menor que yo). Cuenta mi hermana mayor que mi temperamento era sanguíneo, siempre quería todo o nada y si no conseguía lo que quería hacía tremendos caprichos. Recuerdo que cuando mi papá venía de los Estados Unidos a visitarnos, todo era muy diferente pues jugaba con nosotros lotería y no tomaba licor delante de nosotros cuando mis hermanas mayores se casaron todo cambio; mi papá empezó a tomar licor, aunque mi hermana mayor dice que siempre tomaba, pero nunca se ponía como loco a maltratarnos, sino hasta después que ellas se casaron, siempre culpaba a mamá y le decía que no las había cuidado, pero en realidad ellas tomaron la decisión de salirse del hogar. Yo también veía que tomaba en sus manos papel de periódico y ponía algo verde y seco para fumárselo, recuerdo que también se tomaba unas pastillas chiquitas, después me enteré que lo que fumaba era marihuana, y consumía droga, ahora entiendo que mezclaba las bebidas alcohólicas y la droga, a tal punto que perdía el control de sí y se ponía como loco, descargando sus delirios en mi mamá y en nosotros.

    Lo económico: Recuerdo antes de esta edad no nos faltaba nada, al menos en eso mi padre era muy responsable; pero de repente empezó a faltar dinero y por ser pequeña yo creía que mi padre se olvidaba de nosotros, y por eso tardaba tanto en mandarnos dinero, más no sabía que mi mamá tenía el vicio de jugar a las cartas y perdía el gasto que le mandaba mi padre. Yo siempre me preguntaba, ¿por qué cuando mi papá está comemos carne todos los días, y cuando no está tenemos que comer puros verduras del campo o pájaros, conejos y tacuaches?, que son ciertos animales del campo que mis hermanos traían, y nos engañaban haciéndonos creer que el conejo era pollo, y el tacuache era res. Pero gracias a Mi Padre Celestial, me críe muy sana con lo natural del campo, Pero me afectó en otras manera, por ejemplo: Yo anhelaba comprar dulces, fruta u otros, pero no podía porque nunca teníamos dinero, y yo decía ¿por qué unos nacemos pobres y otros ricos y pueden comprar de todo? La situación económica me empezó afectar y cuando mi mamá me enviaba a realizar diligencias empecé a recoger todo lo que me encontraba en la calle, si me encontraba un pedazo de mango o un dulce lo recogía y me lo comía aunque estuviera lleno de tierra.

    Consecuencias en la escuela: en primer grado comenzaron mis conflictos, una niña me golpeaba mucho y la maestra haciendo preferencias nunca me hacía caso, yo le reportaba a mi mamá pero tampoco me ponía atención; entonces la escuela se volvió un terror para mí, me gustaba el estudio pero sentía mucho miedo por la niña que me arrastraba todos los días de mis cabellos; (decía que le gustaba la trenza de mi cabello). Después cambiaron de maestra y ésta era muy buena profesora, me cantaba, me compuso una canción con mi apellido, pero de tan buena que era me pasó a segundo grado sin saber nada. En el segundo grado volvió otra vez mi infierno porque la compañera que me golpeaba en el primer grado estaba en el mismo salón de clases al que me habían trasladado, ella continuó golpeándome todos los días, pero llegaba el viernes y era el día más feliz de la semana, porque sabía que iba a descansar de recibir golpes al menos durante el fin de semana.

    El tiempo que estuve en segundo grado, mi maestra me tomo confianza y me mandaba a su casa por material. A ésta edad todavía vivía deseando y envidiando a las otras compañeras que si tenían dinero para gastar y comprarse lo que querían. Un día la maestra me envió a su casa por unos papeles, al entrar en ésta, mire muchas monedas sobre la cama, y pensé bueno si tomo unas poquitas no se va a dar cuenta, y voy a poderme comprar lo que siempre he anhelado, dulces fruta, etc., así lo hice; disfruté por un momento de lo que obtuve, pero como siempre hagamos algo conscientemente o no, siempre hay consecuencias, la maestra se dio cuenta y manejó todo en secreto para no avergonzarme delante de los niños. Fue mi hermano (dos años mayor que yo), el que se encargó de comunicarlo a sus amigos, y me hacían pasar la mayor de las vergüenzas porque cuando salía de la escuela todos me gritaban María la bandida. En estos días mi padre no estaba con nosotros en casa, y mi madre tenía un lazo de cuero trenzado con el que nos golpeaba, en esa oportunidad me dio como seis azotes en mis piernas y en mi espalda que quede sin poder caminar por más de una semana, así que la consecuencia y el daño no sólo fue emocional, sino también físico.

    Quiero aclarar que cuando mi papá venía a vernos siempre teníamos dinero, y él dejaba monedas en cualquier lugar, y nunca le tomábamos nada; porque él nos enseñó a no tocar lo que no era nuestro, él nos decía si quieren pídanme, pero no toquen nada que no les pertenezca.

    Bien dijo el apóstol Pablo:

    Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien: porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no hago yo, sino el pecado que mora en mí. (Romanos 7:18-20)

    Después la maestra de segundo me pasó a tercer grado con un maestro que tenía fama que golpeaba a los estudiantes, y así fue, yo nunca sabía que le pasaba pero por cualquier motivo nos golpeaba a todos, nos castigaba con mucha dureza usando una tabla de madera y nos golpeaba en la espalda, era perder el tiempo reportándole a mi madre ya que nunca hacía nada por defendernos, golpes en casa, golpes de mi compañera, y golpes del maestro, algo cercano a un infierno.

    Los abusos del maestro no solo eran físicos sino emocionales ya que cada vez que nos golpeaba decía que éramos unos burros y nos decía que no aprendíamos nada, gracias a Dios que sólo fueron unos cuatro meses, porque mi padre regresó de los Estados Unidos y nos sacó de la escuela porque nos iba a llevar con él. Hicimos varios viajes al consulado mexicano y al americano al Distrito Federal, para sacar los pasaportes y visas. A mis hermanas casadas no les dieron las visas, y como ellas eran las únicas que le iban a ayudar a trabajar, mi padre se molestó y dijo no voy a emigrar también a sus maridos.

    El descontrol de mi padre: Mi padre comenzó a descontrolarse exageradamente con el alcohol y la droga, se llevó solamente a mis dos hermanos mayores con él, pero no duraron mucho tiempo con él, porque jugaba a las cartas. El cheque que ellos ganaban trabajando durante toda la semana, él (mi papá) se los perdía en unas horas; entonces mis hermanos lo abandonaron, como era lógico, empezaron a seguir su mismo camino y mi padre se volvió peor, cuando venía a vernos cada año, se embriagaba y endrogaba, señalando como responsable a mi madre de los hijos que le había dado y que no los había sabido criar, era de esperarse que también con nosotros empezara nuestra tortura para ese momento.

    CAPÍTULO 3

    Mi Adolescencia

    E l tormento de mi padre y de mi madre conmigo: Mi madre comenzó a arrojar toda su amargura y desdicha en nosotros y a consentir cosas que mi padre hacia conmigo, pero que tengo entendido que ya lo había hecho con mis hermanas y uno de mis hermanos. Yo comencé a ver como mi madre nos maltrataba a todos por igual; nos golpeaba muy fuerte al grado que nos dejaba señales en nuestra espalda, pies y a veces nos dejaba sin poder caminar por la golpizas que nos daba y no solo eso sino también después que golpeaba a mis hermanos los mandaba a dormir fuera de la casa, a un lugar que teníamos destinado para los animales; cerdos, gallinas, palomas, pájaros y perros, recuerdo además que yo no dormía, solo lloraba y lloraba por mis hermanos.

    Luego mi padre solo venía a vernos cada año y embarazaba a mi madre, pero yo no quería que viniera por lo que él también me hacía. En dos o tres ocasiones lo corrí y diciéndole:

    lárguese para su Norte, lo odio sólo a eso viene, quiero aclarar que él nunca nos golpeaba, pero sólo en tres ocasiones lo hizo conmigo, me desangró la cara al abofetearme, porque le dije: que mis hermanos eran lo que él había hecho de ellos, como siempre se quejaba de cómo eran, yo solo le contesté sus verdades, y por eso se enojó; dice mi hermana mayor que desde muy pequeña yo siempre era muy expresiva y decía lo que sentía sin importarme que me golpearan. La razón por la que yo era tan agresiva con mi padre, es porque cada año que venía, mi madre me levantaba de madrugada cuando él llegaba de la calle tomado, normalmente esto era todos los días. El mes que estaba con nosotros, mi madre se sentaba sobre la cama y observando lo que él hacía conmigo, no me explicaba porque tenía que soportar que mi padre tomado me obligara a bailar con él, e influenciado por el licor me besaba en la boca introduciendo su lengua jugando dentro de mi boca con ella, luego también me tocaba mis partes privadas y me acercaba su cuerpo bien pegado al mío y yo sentía como se alteraba junto a mi cuerpo y me apretaba con el suyo y me tocaba. Yo estaba de la edad de 9-10 años, más terror me daba cuando mi madre me mandaba a la recamara en la mañana cuando él estaba acostado y la luz estaba apagada, y mi madre me decía: ve dile a tu padre que si le preparo el desayuno.

    Y recuerdo que él me jalaba mi mano a acostarme con él, yo ¡gritaba! lo más fuerte que podía y mi madre llegaba y me decía ¿qué tienes?, yo le decía tengo miedo de mi padre, lo odio solo a eso viene, que se quede en su Norte; pero ella nunca me ponía atención, decía que era mejor que lo entretuviera para que no se saliera, porque le podían dar un golpe o le podía pasar algo. Yo me sentía cada vez peor, comencé a comprender que nunca iba a tener el apoyo y la protección de mi madre.

    Ahora entiendo por qué cuando mi madre murió, no derramé una sola lagrima; siempre me preguntaba ¿Por qué mi madre dejó que mi padre abusara de esa manera conmigo? Pero como siempre, no tenía repuesta; con el transcurso del tiempo y la situación de pobreza, miseria, y el abuso emocional y físico de mi madre y de mi padre, mi corazón se empezó a llenar de rencor al grado que un día le dije a mi madre: Por qué no se muere mejor, solo para eso nos trajo al mundo, para golpearnos; tomé un puñal muy grande y le dije tome máteme, y me dijo no necesito un puñal para matarte, con esto puedo, tomó el látigo trenzado que tenía de cuatro correas con lo que golpean a los animales y comenzó a golpearme y siguió golpeando hasta cansarse.

    Recuerdo que en esa ocasión me dejo sin poder caminar, al grado que yo intenté quitarme la vida por primera vez tomándome una caja grande de sedantes para morir, puesto que había decidido matarme: en la escuela me golpean; en la casa me golpean y mi padre juega conmigo, no hay un por qué vivir; gracias a Dios que aunque me deprimí mucho, estoy aquí para testificar de las grandezas del Señor, sé que él venía cuidando de mí, desde el vientre de mi madre, para cumplir su propósito a través de mi persona. De lo que estoy segura es que Dios cumple a través de los tiempos porque su palabra lo dice:

    Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado. (Efesios 1:4-6)

    CAPÍTULO 4

    Mi Juventud

    M i juventud antes del matrimonio: no hay mucho que decir: puesto que me casé muy joven; se puede decir siendo una adolecente, pero si narraré algo que en realidad afectó mi vida por la situación económica en la cual vivía. Yo de niña siempre anhelé una muñeca de cabellos rubios y nunca podíamos tener mis hermanas y yo. Yo preguntaba a mi madre ¿por qué otras niñas si las tienen en navidad? (las muñecas rubias). Ella me decía que el seis de enero había tres reyes que llegaban a los hogares y traían los juguetes. Uno era blanco, y era el más rico, llegaba sólo a las casas de los ricos. El otro era bronceado, y sólo llegaba a las casas de la clase media. Y el otro de color oscuro, llegaba con nosotros, porque era el más pobre, y no tenía más que para traernos una canastita de dulces y cacahuates con una muñeca de cartón; que por cierto tenía mal olor. ¿Quién iba a querer jugar con ella? Como nunca tuve esa muñeca tan deseada, empecé a ver como un juego cuando veía que los muchachitos se me acercaban, y me dije: voy a jugar con ellos, pero sin malicia.

    Empecé aconsejando a mis amigas. En las fiestas patronales locales, acostumbraban que las jovencitas, caminando daban vuelta alrededor de la plaza y los jovencitos lo hacían en sentido contrario, esto con el fin de encontrar novio. A veces apagaban la luz, en todo el centro del pueblo al dar la mencionada vuelta, lo hacían en algunas ocasiones, no siempre; la oscuridad era aprovechada con mala intención para tocar sexualmente nuestras partes íntimas, pero fue gracias a Dios y mi madre quien nos proveyó de alfileres para cuando ellos extendían su mano nosotras los pinchábamos muy sagazmente, por eso es que no entendía por qué mi mamá nos defendía de otras personas, pero no de mi papá, incluso nos enseñó que teníamos que darnos a respetar y nos dejaban desde muy temprana edad tener novio, decía que la mujer tenía su valor de acuerdo a su modo de conducirse en la vida. Así empecé muy adolescente a tener novio, pero no porque lo anhelaba sino porque en ese entonces los jovencitos se me acercaban y me pedían que fuera su novia, el noviazgo por lo tanto, lo tomé sin malicia como un juego, que si no tuve la muñeca… Así decía yo, y como mencioné anteriormente, aprovechábamos las fiestas para que nos llevaran al cine, a cenar, y de paso también nos pagaran para los juegos de las ferias, en realidad casi nunca tomé en serio a alguna persona y aún por lo que mi padre me hacía yo tenía que burlarme de ellos, y desquitarme, porque yo decía todos son iguales solo quieren divertirse con nosotras las mujeres.

    Cuanta ignorancia había en mí, al no darme cuenta que el daño me lo estaba haciendo a mí misma, al actuar de esa manera. En realidad se estaba formando la jovencita que estaba sacando a luz toda la agresividad, dolor y rencor que había en mí, por todo lo que viví en mi infancia y adolescencia. Si al menos los jóvenes entendieran hoy en día el significado tan grande tiene la Palabra de Dios en el libro de Eclesiastés que dice:

    Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu adolescencia; y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe que sobre todas estas cosas te juzgará Dios. Quita, pues, de tu corazón el enojo, y aparta de tu carne el mal; porque la adolescencia y la juventud son vanidad. (Eclesiastés 11:9-10)

    Los conflictos siguieron más fuertes no sólo en la casa con las cosas que pasaban sino también con las que se hacían llamar mis amigas; comenzaron a envidiarme porque los jovencitos me pretendían a mí, y me los peleaban, entonces se volvieron mis enemigas. Mi madre nos enseñó a no pelear y menos en la calle, ella nos decía que eso era para las mujeres de baja reputación, y también decía que nunca peleáramos y menos por un hombre; nos decía de amor nadie se muere, y eso de andar de ofrecidas no estaba bien; es el hombre que tiene que buscar a la mujer. Bueno el punto es que de todas maneras protagonicé en dos o tres ocasiones peleas a escondidas, pero no buscaba pleitos (nunca fui una persona pendenciera) pero si me buscaban, me encontraban. En una ocasión a mis escasos doce años, andaba ahogando a alguien de mi edad en el río; si no me la quitan creo que ni lo estuviera contando o ella estuviera muerta y yo hubiese terminado presa.

    Poco tiempo después llego una carta de mi papá, que nos preparáramos porque iba por nosotros a México para traernos a los Estados Unidos, yo me sentí triste porque sabía que si él nos sacaba de la ciudad no regresaríamos. Pero también me sentía feliz, porque yo decía es mi oportunidad de salir de este infierno. Según él lo estaba haciendo para protegernos, porque un tío le dijo: tienes que sacar a la familia de aquí, porque si no, te vas a quedar sin familia; ya que en una ocasión llegó mi hermano a la casa con los pantalones agujerados de que lo trataron de matar pensando que era mi papá, mi padre era muy reconocido en la provincia, y cuando llegaba era puro tirar balazos con las armas, siempre andaba armado y la ley en vez de reprenderlo; (como eran familiares), le mandaban guardias para cuidar de él. La casa la tenía toda agujerada de tanto balazo y a nosotros traumados. Una de esas veces que llegó tomado tirando balazos, estaba volviendo a cargar el arma, y no se dio cuenta que todavía tenía una bala en la pistola; y en accidente le dio un balazo a mi hermano el mayor. Pero si no fuera por un vecino que le dio su sangre a mi hermano, él hubiera muerto ya que se tenía hemorragia y nadie se daba por enterado Al llevarlo al hospital, lo curaron, aunque no quedó del todo bien, porque quedó cojo, pero gracias a Dios se salvó y quedo con vida.

    A consecuencia de todo esto mi padre huyó de provincia, y cuando el regresaba siempre se escondía. Para nosotros era muy doloroso que nuestro propio padre le hubiera dado un balazo a mi hermano ya que la gente no creía que fuera un accidente. Así que el odio contra mi padre seguía aumentando,

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