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La Leyenda De La Rosa Blanca: Glosario Del Recitar. La Poesía Es La Voz Del Alma
La Leyenda De La Rosa Blanca: Glosario Del Recitar. La Poesía Es La Voz Del Alma
La Leyenda De La Rosa Blanca: Glosario Del Recitar. La Poesía Es La Voz Del Alma
Libro electrónico222 páginas2 horas

La Leyenda De La Rosa Blanca: Glosario Del Recitar. La Poesía Es La Voz Del Alma

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La Leyenda de la Rosa Blanca

Lo cual en mis versos los colores de flores, rojas amarillas O sean blancas lilas, rosadas, azules como hijo de el arcoris que pinta en lienzos al amor.

Una rosa roja: El corazn del Enamorado
Una rosa rosada: El amor de color rosado de la Vida
Una rosa amarilla: El sol radiante que alumbra el Existir
Una rosa azul: El cielo en su esplendor de Belleza
Una rosa blanca: La entrega del remans de Paz

Lo cual les digo en mis versos que ptalos de amoros, los colmen de la aroma del amor

El Pensador
IdiomaEspañol
EditorialPalibrio
Fecha de lanzamiento24 feb 2012
ISBN9781463319724
La Leyenda De La Rosa Blanca: Glosario Del Recitar. La Poesía Es La Voz Del Alma
Autor

El Pensador

Esta obra es en honor a quien honor se merece. A todos los poetas y poetizas que de sus obras legados quedan, ya que la poesía es la voz del corazón enamorado. La imaginación sustrae las imágenes de su creación, el pintor le da vida a sus lienzos a través de sus colores del Arcoíris, el escultor a sus obras les da vida, y el poeta se inspira en sus versos, mas yo, El Pensador, mi musa ha sido una flor que en el bosque me encontré en pleno invierno. Y le pregunté ¿quién eres flor del bosque que sin primavera naces? Tus pétalos, cual sol radiante, ciegan mis ojos al verte. Esperando, mis queridos lectores, que mis versos y leyendas de amores poéticos y aires de amores sigan soplando como el viento y que en cada verso haga latir sus corazones, y que esta Leyenda de la Flor del Bosque haga historia al igual que La Leyenda de la Rosa Blanca, las cuales ambas tendrán un segundo volumen en el que el amor no muere y retalla en aires de amores… El Pensador

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    Vista previa del libro

    La Leyenda De La Rosa Blanca - El Pensador

    Índice

    Prólogo

    Primer capítulo

    Segundo capítulo

    Tercer capítulo

    Cuarto capítulo

    Prólogo

    ¿Quién soy? Tal vez el silencio del pensar, el llanto, de corrientes de ríos del alma, o la voz de la poesía, que en versos expresa el sentir oculto, del sentimiento de amar, o sufrir por amor, como es esta leyenda de amor, de la Rosa Blanca.

    Soy la palabra, versos del alma. Porque que es el poema, y el recitar. Gritando a los cuatro vientos, en las notas sonoras, de la poesía en versos, del sentir del alma. Esa voz del sentimiento del corazón, que habla, cual poeta, en poesía expresando aires de amores.

    ¿Porque quien no es poeta del amor, mas en notas de melodías, cuando el amor toca la puerta del corazón? Esa llama, que enciende el volcán del alma enamorada, cuando se siembra una flor, en el jardín del alma

    Pero el amor es ciego, y se pierde en el camino de la vida. Mas no muere, porque retalla de nuevo, como la semilla para volver amar. Mas la ausencia del amor duele.

    Porque quien no ama, si hasta Dios amó, y sigue amando. Ya que el amor profesado en amor, es la vida misma. Lo cual nacimos para amar

    Entonces:

    ¿Quién no es capaz de amar, o morir por amor?

    ¿Quién es capaz de renunciar al amor?

    ¿Quién por amo, no es capaz de bajar una estrella?

    ¿Quién por amor no sufre, si ama y no puede olvidar?

    ¿Quién por amor no es ciego?

    Si el amor no ve

    ¿Quién por amor no ha sido

    O es poeta de versos?

    ¿Quien en el jardín del alma no ha sembrado una flor para amarla?

    ¿Quién no ha sido, o es puerto de la barca de su amor?

    ¿Quién no ha sido, o es marinero que navega en olas de senos, de la mujer amada?

    ¿Quién no se ha embriagado del néctar de unos labios?

    ¿Quién no se ha hechizado del embrujo del amor?

    Pues en cada párrafo de este libro, mi pensamiento vuela cual paloma del amor, y del jardín de mi alma, perfume embriagador, esparzo a los cuatro vientos, y en poemas y versos, viva el romance de amar y ser amado.

    El beso de unos labios, que del néctar embriaga, para que cada nota escrita, exprese el amor en cada letra, y que el amor perdure, cual la poesía. Porque, el amor es el alimento, que sostiene, al alma enamorada, en aires de vida.

    Obviamente reitero, ¿quién no es capaz de amar? Si el amor es cual semilla, que echa raíces en el corazón, y es la miel del panal que endulza la vida.

    Porque el amor es el hechizo que embruja las almas.

    La aroma que perfuma el corazón, que por amor suspira.

    Ese aire, que cuando sopla vientos de calmas, los sueños sobre un pecho, hace el despertar radiante. Cual sol, al amanecer en igual al rocío, de aguas cristalinas, que deja la noche de romance, cuando el manantial del alma se desborda de amores.

    Sí, en mis poemas, yo le digo al amor el sol, ya que sin amor, la vida es tormenta de oscuridad, que opaca el coexistir.

    En este libro, el amor es vida, aunque la ausencia mate, en recuerdos de ser amado. Pero el amor no muere, aunque se quisiera matar. Ya que se puede amar, hasta después de la muerte.

    Por eso en mis poesías, yo comparo el odio con el más fiel compañero del amor. Ya que juntos comparten. Porque odiar es amar de verdad, y aunque la venganza es cruel, sigue siendo parte del amor profesado.

    Esa semilla cual cultivo de rosa en capullos, para convertirse en pétalos de amores.

    Mas en este libro, soy quien soy, la voz de la poesía que nunca muere, como el amor. Porque qué bonito es amar; aunque luego el amor duela, y el odio, el rencor enfurezca el alma, por la ausencia, que es el olvido.

    El que causa penas al tratar de olvidar el amor, el cual finge en risa, se finge odiar, pero es por amor que no olvida.

    Dentro de mis poemas, todos son poesía, la mujer, la patria, las flores y las madres. La vida en si es una poesía de amor, profesado en amor para vivir, que es el alimento del alma.

    Mas reciban flores del jardín de mi alma. Ya que en cada versos resplandezca el amor, cual sol brillante de la mañana, y que en cada amanecer, el amor sea el rocío de aguas cristalinas, de manantiales de amores.

    La fuente que entre moje el romance, y que ese rocío, sea el agua que nutra el amor, de la aurora, al amanecer.

    La pasión de amar en saborear el néctar de unos labios embriagados por amor.

    Soy la poesía que no muere. El mudo en silencio que grita amoríos, porque es la fuente, que nutre el alma enamorada.

    Si la poesía es vida; porque tiene boca. Que es el corazón, que embriagado, toca el fondo, del pozo de alma, al entrar a la fuente, que es donde se baña el amor, para echar raíces.

    Porque qué hermoso es amar, y ser poeta de versos, si entrelazo en ellos expresas, lo que se siente. Cuando, en el jardín del alma se siembra una flor para amarla.

    Por eso todo somos poetas; ya que el amor es un poema, que habla en sentimiento; sea por lo dulce, o por el agrio de la vida;

    Pero sigue siendo poesías, versos de amores ya que hasta el mismo odio y rencor, y venganza, es por amor de amar, y no ser correspondido.

    Soy simplemente el Pensador, ya que pinto el amor, en lienzos de amores esparciendo el aire que embruja a través de la poesía

    Soy el poeta, la expresión del verso; el sentir del alma, ya que el amor, aunque es la miel del panal dulce de la vida, puede ser el agrio.

    Pero el amor no muere, retalla y vuelve a nacer como la semilla de amor.

    Mas por eso soy el soñador de amor, en versos; ya que el amor es el alimento del corazón enamorado, que suspira y inhala el aire del embrujo de amor.

    Por eso soy el Pensador, que en cada párrafo de la poesía esparce al aire, la palabra amor, verso, poesía, que es la esencia que alimenta el alma, cuando el amor se sienta en el corazón.

    Ya que en cada párrafo, la inspiración hace frases de amores a lo que se ama, y lo que se siente.

    Ya que el verso y la poesía es la voz del alma enamorada.

    El poeta que a través de su mente esparce lo dulce y lo sublime, hasta el dolor en llanto del sentir del sentimiento que se sufre por amar.

    Porque quien no es poeta de versos, y de la poesía hace vivir el Alma, en alegría de amar, o ser amado.

    Ya que en mi pensar, la poesía es el amor vivo; de lo que se expresa dentro del corazón enamorado.

    La llama, el embrujo que hechiza el corazón, el que lo hace latir de pasión, el invite al romance.

    Mas quien en su sentido no amara, si hasta odiar es amor, para ser amado, y odiara, porque se amó.

    Pero el amor permanece sentado en el corazón enamorado, echando raíces de amores.

    Lo cual dentro de esta manuscrito poético me uno al dolor, de haber amado; pero el amor repolla, cual semilla, y de capullo de rosa se convertirá en pétalos, para que la aroma del perfume siga haciendo embrujo de amor, y borrachos embriagados a la pasión del néctar de uno labios.

    Y entre senos de olas despertar cual almohadas de amores en rocíos mañaneros.

    Así es el amor, vida, poesía y versos, lienzos que se pintan en el alma enamorada, para vivir de ellos:

    El Pensador

    Primer capítulo

    La Leyenda de Rosa Blanca

    El amor hecho poesía; ya que en cada párrafo de esta historia de amor, la leyenda vive, porque el amor jamás muere, ya que aunque se quiera convertir en odio, sigue siendo amor hasta después de la misma muerte. Como es esta leyenda de la Rosa Blanca, que marca la historia del jardinero y la princesa en nidos de amores

    Porque dentro de este jardín de rosas blancas, rosales hicieron que la magia del amor viajara con el tiempo; y retoños de capullos de rosas nacieran para que del amor reviviera, como la historia misma. Esas que no mueren como los cuentos de hadas de novelas de amores

    Mas este jardín de rosales blancos, era la magia, la maravilla. El embrujo de hechizo, de dos corazones, que amándose en silencio rompieron la barrera del silencio, en grito de amor, y de la naturaleza; lo cual las manos del amor el cultivador jardinero. Que hacía de los rosales paraíso de amor; en entrega. Mas de su aroma embriagadora, se emborrachaba del embrujó de la aroma que era su ensueños; En su vida, porque en cada Rosa Blanca veía su capullo, que lo tenía sembrado en el jardín de su alma

    Esta es la Rosa Blanca; la leyenda viva del amor, la que a través de la historia, sigue siendo historia, hasta después de la muerte. Ya que el amor verdadero no muere, porque un sueño de amor no tiene despertar. Lo cual se puede amar hasta después de la muerte; como amó la princesa llamada la Rosa Blanca, y el jardinero. Ya que así es esta leyenda de amor de la Rosa Blanca y el jardinero, lo cual su perfume embriagador todavía sigue tocando corazones

    Por lo tanto esta leyenda no eran los rosales, sino la rosa sembrada dentro del corazón del jardinero, que a la pasión sembró en su alma cual capullo de rosa que se hacía pétalos, y de niña se convertía en mujer.

    Mas dentro de todas las rosas; esa era inalcanzable y solo de su melodía de versos y poesía hacia llegar al ventanal de su amor en silencio, de secreto guardado en su corazón

    Porque quien de vosotros no siembra una Rosa Blanca en su corazón para amarla, y aunque sea en silencio, decir cuánto te amo amor mío, que hasta en sueño eres mi ensueño, y del rocío mañanero. Porque soy las gotas de aguas cristalinas que sobre tus pétalos resbalo, como si fuera tu cuerpo al deseo de amarte:

    Obviamente reitero, que así es esta historia de la Leyenda de la Rosa Blanca y el jardinero que se enamora de la princesa del castillo, desde ser un capullo de rosa, y convertirse en pétalos y de niña a mujer.

    La cual también ella había sembrado al jardinero en el jardín del alma, mas callaba al silencio del amor, que consumía su alma enamorada.

    Pero cuenta esta leyenda de amor de la Rosa Blanca; que el silencio quemaba, con la llama del amor en fuego vivo. Ya que ese fuego que ambos sentían no lo podían apagar dentro de sus corazones enamorados; lo cual este secreto que bajo el sello en el amor en silencio y la pasión, hacía de este romance, el más puro amor de dos almas enlazadas dentro de la llama de la pasión, lo cual crecía, crecía, dentro de sus corazones en embrujo de amor:

    ¿Pero quien dice que las paredes no oyen? Si la voz de la melodía del amor traspasa los murales; porque detrás de los ventanales y murales, oídos no se hacían sordos al recitar de la poesía, y cantos de liras, que traspasaban las paredes a través de los ventanales de la recámara de la princesa. Que oía como el príncipe de sus sueños, el jardinero entonaba cánticos a sus rosas blancas, a través de recitales, de versos y poemas.

    Mas así es esta leyenda de amor hecha para el amor. Mas ella no savia que de la voz de la melodía, todo era para que ella escuchara su voz de canto de amores.

    Lo cual narra esta leyenda la princesa, que desde que era niña, la vestían de blanco y la cual le llamaban la Rosa Blanca. Como los rosales que adornaban el castillo de aquella familia de la alta jerarquía.

    Esta princesa se le llamaba la Rosa Blanca. Ya que su hermosura y su vestimenta blanca la distinguía. Su nombre era Rosa María. Pero todos la llamaban la Rosa Blanca.

    Sus cabellos eran de oro; sus ojos azules como el cielo; su cuerpo de ninfa al amor; en sí una diosa de la belleza.

    Su cuerpo esbelto, de figura angelical del glamor de una reina. Ya que sus padres de sangre real eran de la alta sociedad, y eran poseedores de herencias por generaciones.

    Mas de esta leyenda de amor por el otro lado de la moneda, un plebeyo jardinero, quien había heredado de su padre, el cual era el jardinero del castillo y trovador de versos.

    Si, era opuesto de tez bronceada al sol, y de cuerpo atlético de fortaleza y cabellera negra de elegancia de humildad, ya que su mirada cabizbaja al respeto no se atrevía a mirar de frente a la princesa, aunque por ella suspiraba.

    Mas cuenta esta leyenda de la Rosa Blanca; que lo que él había heredado del padre de poeta, de cultivadores de rosas blancas en los jardines del castillo, era un don divino.

    Mas ellos eran poetas al verso; soñadores de ensueños, hechos versos para el amor en poesía.

    Pero cuenta esta leyenda de amor de la Rosa Blanca que el jardinero se enamoro de la Rosa Blanca sembrándola en su jardín del

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