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Los que son ignorantes
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Libro electrónico159 páginas3 horas

Los que son ignorantes

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En este libro clásico, el obispo Dag Heward-Mills enseña sobre cómo el ingrediente de la lealtad consolida el desempeño de un líder. El uso de referencias bíblicas, históricas y literarias, el tema se hace aún más relevante para cada tipo de lector.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento31 may 2018
ISBN9781683980605
Los que son ignorantes
Autor

Dag Heward-Mills

Bishop Dag Heward-Mills is a medical doctor by profession and the founder of the United Denominations Originating from the Lighthouse Group of Churches (UD-OLGC). The UD-OLGC comprises over three thousand churches pastored by seasoned ministers, groomed and trained in-house. Bishop Dag Heward-Mills oversees this charismatic group of denominations, which operates in over 90 different countries in Africa, Asia, Europe, the Caribbean, Australia, and North and South America. With a ministry spanning over thirty years, Dag Heward-Mills has authored several books with bestsellers including ‘The Art of Leadership’, ‘Loyalty and Disloyalty’, and ‘The Mega Church’. He is considered to be the largest publishing author in Africa, having had his books translated into over 52 languages with more than 40 million copies in print.

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    Muy buen libro , todo pastor debería leerlo y enseñarlo .

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Los que son ignorantes - Dag Heward-Mills

Capítulo 1

La ignorancia y la deslealtad

Mas el que ignora, ignore.

1 Corintios 14:38

Hay mucho qué aprender sobre la lealtad y la deslealtad. Hay muchas personas ignorantes que eligen ser ignorantes aun cuando hay mucho qué aprender. Este libro contiene principios, leyes, reglas y hechos que prevalecen en los conceptos de lealtad y deslealtad. La deslealtad generalmente es fruto de la ignorancia, de la inmadurez e incluso de una falta de educación. Las personas sin educación son más propensas a la rebeldía y a la deslealtad porque no comprenden las implicaciones de lo que están haciendo. Por medio de las enseñanzas de este libro, superarás las desventajas que la ignorancia trae a tu vida y ministerio. 

¡Más iglesias son destruidas por la obra de la deslealtad y sus ramificaciones, que por cualquier otra cosa que yo conozca! Descubrí eso de primera mano en el primer año de mi ministerio. Mi incipiente ministerio experimentó un ataque satánico a través de la conspiración, la acusación, la crítica mezquina, la calumnia y la deserción. Nunca he vuelto a ver tanta confusión como la que vi en aquellos días. Muy al principio del ministerio, llegué a la conclusión de que la deslealtad y sus males asociados son las armas más destructivas en el arsenal del diablo.

La mayoría de los cristianos cree que la mejor arma del diablo es actuar a través del ocultismo, la brujería y el vudú. Yo concuerdo en que estas cosas son armas en el arsenal del diablo, pero lo que la gente debe entender es que la campaña más fuerte de Satanás está en el área del engaño. ¡Si Satanás puede engañarte, te destruirá! Satanás hace que muchos crean que están peleando contra un hombre de Dios en nombre de la justicia y la verdad. Sin embargo, pronto descubren con gran dolor, que no están haciendo otra cosa sino lastimarse a sí mismos.

Esto es lo que Pablo descubrió cuando peleaba contra la iglesia y supervisaba la aniquilación de Esteban, uno de sus líderes. Saulo era un hombre que tenía la conciencia tranquila. Él pensaba seriamente que estaba eliminando a los agitadores de la pacífica ciudad de Jerusalén. En su lucha por la justicia, intentaba eliminar los elementos que él pensaba que eran dañinos para la sociedad. Hay muchas personas que piensan que están en una guerra santa para exponer a predicadores y ministros falsos. Igual que Saulo,  piensan que tienen el mandato divino de hacer que todos conozcan la verdad sobre los hipócritas de los púlpitos. El apóstol Pablo se sorprendió mucho al descubrir que en realidad estaba peleando contra Cristo.

Mas yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo; y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? El dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón.  Él, TEMBLANDO Y TEMEROSO, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer.

Hechos 9:3-6

¡Pablo se quedó atónito cuando descubrió lo que estaba haciendo en realidad! Cuando la gente no sabe lo que está haciendo, a menudo hace lo incorrecto. Posteriormente, Pablo afirmó al respecto, que había recibido misericordia de Dios porque no sabía lo que estaba haciendo.

Habiendo yo sido antes blasfemo, perseguidor e injuriador; mas fui recibido a misericordia porque LO HICE POR IGNORANCIA, EN INCREDULIDAD.

1 Timoteo 1:13

Mi poca experiencia en el ministerio me muestra que la incapacidad de ser fiel, leal, estable, consistente y constante es el exterminador más grande de los ministerios. También es el exterminador más grande de las empresas. Tomando en cuenta que en todo hombre existe una sensación de que hay una manera más breve, más rápida y más fácil, Satanás le saca provecho a esa tendencia.

Muchos cristianos son engañados para seguir a visionarios rebeldes y disidentes. Mucha gente hace estas cosas por ignorancia. El diablo usa el ejemplo de algunos líderes tiranos de la iglesia para crear una cultura de rebeldía y deslealtad dentro de ésta. Sin saberlo, muchos líderes de iglesia son básicamente rebeldes y desleales. Les enseñan la rebeldía a sus seguidores por lo que dicen y hacen. Sin embargo, no entienden por qué alguien es infiel o desleal a ellos. Como ves, el engaño es algo muy fuerte. Cuando eres engañado, piensas que lo negro es blanco y lo blanco es negro.

Una visión de deslealtad

A este respecto, me sentí verdaderamente intrigado por la revelación que el Señor le dio a Rick Joyner en su libro La búsqueda final. He recomendado este libro a miles de personas desde que lo descubrí. Las primeras páginas de este libro fueron particularmente reveladoras para mí. Él describía la visión de un gran ejército demoníaco marchando contra la iglesia. El objetivo principal de ese ejército demoníaco era causar división en todos los posibles niveles de relación: entre iglesias, entre congregaciones y sus pastores, y aun entre esposos.

Otro aspecto notable de la revelación eran las armas que este ejército demoníaco portaba. Noté, en particular, que las lanzas que estaban portando se llamaban ‘traición’. ¿Sabes que la traición, en realidad, es la forma más elevada de la deslealtad? ¡Para mí es interesante que únicamente una lanza tuviera nombre, y esa lanza era la traición! Querido amigo, yo creo que la lanza principal de Satanás contra la iglesia es el arma de la deslealtad y la traición.

Al meditar en esto, me di cuenta de que muchas iglesias que habían sufrido grandes adversidades, habían sufrido estas cosas debido a la traición. Pensé en varios grandes hombres de Dios que yo respetaba, y consideré la falta de crecimiento de sus ministerios. La deslealtad había jugado un rol principal en este lamentable giro de circunstancias.

En la visión se mencionaban cuatro flechas: acusación, murmuración, calumnia y crítica mezquina. En apariencia, estas cuatro armas no parecen muy eficaces. Ni siquiera parecen armas que el diablo usaría. Sin embargo, después de estar en el ministerio durante algunos años, he llegado a la conclusión de que las armas del diablo más potentes son justamente éstas. A primera vista, la gente más inexperta las descartaría por considerarlas problemas menores.

Estoy seguro de que mucha gente ha considerado que estas flechas mencionadas son cosas triviales que todo ministro puede manejar fácilmente. No obstante, el diablo sabe que las acusaciones debilitan, confunden y paralizan a la persona acusada. No importa cuán inocente sea la persona acusada, una vez que es acusada, es arrastrada a un estado de confusión, y se pregunta a sí misma: ¿Por qué alguien pensaría algo semejante?. Las acusaciones son tan poderosas que, después de un tiempo, aun la gente inocente comienza a estar de acuerdo con las acusaciones. Las acusaciones paralizan a la persona acusada. Una vez paralizada, queda en un estado de inactividad. A medida que las acusaciones se propagan, la persona acusada ni siquiera tiene la confianza de moverse en los círculos donde el veneno ha sido propagado. La calumnia, la murmuración y la crítica mezquina, todas, son formas de acusación.

Estas cuestiones debilitan, paralizan y confunden a la iglesia. Esta confusión está dentro y fuera de la iglesia. La persona acusada y los oyentes se confunden. Mucha gente nunca se sobrepone a esta confusión. Algunos nunca pueden recibir bendiciones, y algunos otros no pueden continuar en el ministerio. ¡Ésta es un arma poderosa del enemigo! No es de extrañarse que la Biblia nos diga que la fuerza llega a la iglesia cuando se le hace frente al acusador. Mientras escuches la voz del acusador, de algún modo te debilitarás.

Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el PODER… porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche.

Apocalipsis 12:10

¿Te has preguntado alguna vez por qué se lanzan acusaciones despiadadas contra los hombres de Dios? Recuerdo a un pastor que hizo una gran obra pionera en una ciudad importante. A través de este hombre, mucha gente fue salva, y muchos ministros fueron entrenados. No obstante, fue calumniado y acusado hasta que finalmente se marchó de la ciudad. Sus defectos fueron exagerados hasta que ya no quedó nada bueno que decir de él. Finalmente, se marchó de la ciudad y se apartó del ministerio. El modo de proceder del enemigo es bastante simple: ¡acusarlos hasta que no tengan confianza en ellos mismos! Acusarlos hasta que nadie en la comunidad piense bien de ellos; hasta hacer que dejen de hacer lo que están haciendo.

Sin embargo, muchos años después de marcharse, lo invitaron a regresar, y fue honrado por la gente que él había bendecido. Yo creo que se sorprendió cuando vio el fruto de su ministerio. Probablemente, se dio cuenta de que no debería haber sucumbido ante el embate despiadado del acusador y sus agentes. Estoy feliz de decir que inmediatamente después de esto, regresó al ministerio.

Otra de las asombrosas revelaciones de este libro fue que los demonios montaban sobre cristianos y no sobre caballos. En otras palabras, ¡los cristianos estaban siendo usados por el diablo sin que lo supieran! Por ejemplo, conozco a un pastor que es muy bueno para dividir al cuerpo de Cristo. He observado su ministerio durante los últimos quince años, y siento que él tiene un don especial para dividir la iglesia y crear bandos de oposición dentro de ésta. Yo pienso que él ni siquiera sabe que sus acciones y decisiones provocan la creación de bandos dentro de la iglesia. ¡Él hace eso sin esfuerzo y con una diplomacia muy distinguida! Parece y suena tan respetable, que nunca se te ocurriría que, en realidad, está separando la iglesia en grupos. Es solo cuando te relajas y reflexionas en sus acciones, que te das cuenta cuán sedicioso es.

Por todo esto, me alegra tener el permiso de Rick Joyner para incluir un breve pasaje de esta visión del ejército de Satanás y sus estrategias. Oro para que veas las estrategias del diablo claramente.

Rick Joyner continúa describiendo la visión:

"El ejército demoníaco era tan grande que se extendía hasta donde yo podía ver. Estaba separado en divisiones, y cada una portaba un estandarte diferente. Las divisiones más importantes marchaban bajo el estandarte del Orgullo, del Farisaísmo, de la Respetabilidad, de la Ambición egoísta, de los Juicios injustos y de los Celos. Había muchas más de estas divisiones malignas más allá del alcance de mi vista, pero las que iban a la vanguardia de esta terrible horda del infierno parecían ser las más poderosas. El líder de este ejército era el mismo Acusador de los Hermanos.

Las armas que portaba esta horda también tenían nombre. Las espadas se llamaban Intimidación; las lanzas se llamaban Traición; y las flechas se llamaban Acusación, Murmuración, Calumnia y Crítica mezquina. Adelante de este ejército, en preparación al ataque principal, se habían enviado exploradores y compañías de demonios, más pequeñas, con nombres tales como Rechazo, Amargura, Impaciencia, Falta de perdón y Lujuria.

Estas compañías más pequeñas y los exploradores eran mucho menos en número, pero no eran menos poderosos que algunas de las divisiones más grandes que les seguían. Eran más pequeños solamente por razones estratégicas. Así como Juan el Bautista era un hombre solo, pero se le había dado una unción extraordinaria para bautizar a las masas a fin de prepararlas para el Señor, a estas compañías de demonios más pequeñas se les habían dado poderes malignos extraordinarios para bautizar a las masas. Un solo demonio de Amargura podría sembrar su veneno en multitudes de personas, aun en razas o culturas enteras. Un demonio de Lujuria se adheriría a un solo actor, película o aun a una publicidad, y enviaría lo que parecerían ser rayos de fango eléctrico que percutirían en grandes masas de gente y las desensibilizarían. Todo esto era con el fin de prepararse para la gran horda de malignos que seguían.

Este ejército estaba marchando específicamente contra la

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