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Entre la esperanza y el temor: Análisis descriptivo de la elaboración de la Declaración Universal de los Derechos Humanos por la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, 1946-1948
Entre la esperanza y el temor: Análisis descriptivo de la elaboración de la Declaración Universal de los Derechos Humanos por la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, 1946-1948
Entre la esperanza y el temor: Análisis descriptivo de la elaboración de la Declaración Universal de los Derechos Humanos por la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, 1946-1948
Libro electrónico310 páginas4 horas

Entre la esperanza y el temor: Análisis descriptivo de la elaboración de la Declaración Universal de los Derechos Humanos por la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, 1946-1948

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Este libro es producto de un recorrido a los espacios de las Naciones Unidas donde se elaboró la Declaración Universal de los Derechos Humanos: el Comité de Borrador, la Comisión de Derechos Humanos, el Consejo Económico y Social, la Asamblea General. Además, fue dirigido por la necesidad de conocer lo que los delegados expusieron, debatieron y acordaron para dar vida a un documento que se convirtió en ícono y referente político y jurídico. El libro tiene un valor educativo para quien se acerca a la Declaración de los Derechos Humanos, es innovador para estudiantes e investigadores por usar una fuente poco explorada en nuestro medio: las actas de las reuniones de las Naciones Unidas que dieron forma a la Declaración Universal de Derechos Humanos. También es novedoso el tratamiento de la fuente, pues busca describir las posiciones mantenidas por los delegados durante todo el proceso y destaca los temas que provocaron tensión y aquellos de amplio acuerdo. Un hallazgo, que es tema de otra investigación en curso, fue la relación entre las organizaciones civiles y la iniciativa de la Declaración, pues fueron estas quienes, a través del cabildeo, lograron que los Estados Unidos de América influyeran en la agenda de las Naciones Unidas para construir un compromiso de respeto a los Derechos Humanos.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento3 oct 2015
ISBN9789587810424
Entre la esperanza y el temor: Análisis descriptivo de la elaboración de la Declaración Universal de los Derechos Humanos por la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, 1946-1948

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    Entre la esperanza y el temor - José Ricardo Barrero Tapias

    ENTRE LA ESPERANZA

    Y EL TEMOR

    Análisis descriptivo de la elaboración de la Declaración

    Universal de los Derechos Humanos por la Comisión

    de Derechos Humanos de las naciones Unidas, 1946 - 1948

    JOSÉ RICARDO BARRERO TAPIAS

    ENTRE LA ESPERANZA

    Y EL TEMOR

    Análisis descriptivo de la elaboración de la Declaración

    Universal de los Derechos Humanos por la Comisión

    de Derechos Humanos de las naciones Unidas, 1946 - 1948

    Reservados todos los derechos

    © Pontificia Universidad Javeriana

    © José Ricardo Barrero Tapias

    Primera edición: Bogotá, D. c.

    Marzo del 2014

    ISBN: 978-958-716-748-1

    Número de ejemplares: --

    Impreso y hecho en Colombia

    Printed and made in Colombia

    Editorial Pontificia Universidad Javeriana

    Carrera 7 N.° 37-25 oficina 1301

    Edificio Lutaima

    Teléfono: 3208320 ext. 4752

    www.javeriana.edu.co/editorial

    Bogotá, D. C.

    Corrección de estilo:

    Astrid Paola Molano

    Diagramación:

    Claudia Patricia Rodríguez Ávila

    Montaje de cubierta:

    Claudia Patricia Rodríguez Ávila

    Impresión:

    Javegraf

    Desarrollo ePub:

    Lápiz Blanco S.A.S

    http://lapizblanco.com/

    Barrero Tapias, José Ricardo

    Entre la esperanza y el temor : análisis descriptivo de la elaboración de la Declaración Universal de los Derechos Humanos por la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, 1946 — 1948 / José Ricardo Barrero Tapias. -- 1a ed.-- Bogotá : Editorial Pontificia Universidad Javeriana, 2014.

    188 p. ; 24 cm.

    Incluye referencias bibliográficas.

    ISBN : 978-958-716-748-1

    1. DERECHOS HUMANOS. 2. NACIONES UNIDAS. ASAMBLEA GENERAL. DECLARACIÓN UNIVERSAL DE DERECHOS HUMANOS. 4. INTERNACIONALISMO. I.

    Pontificia Universidad Javeriana.

    CDD 323.4 ed. 19

    Catalogación en la publicación - Pontificia Universidad Javeriana. Biblioteca Alfonso Borrero Cabal, S.J.

    opg.                                                                        Marzo 10 / 2015

    Prohibida la reproducción total o parcial de este material, sin autorización por escrito de la Pontificia Universidad Javeriana.

    Abreviaturas

    A mi esposa, por revisar este texto y al aliento de mi hija,

    quien desde antes de nacer ya acompañaba nuestros gestos cotidianos y les daba pleno sentido.

    Introducción

    Los derechos humanos, desde su declaración hasta nuestros días, han vivido un doble proceso: se han convertido en referente de legislación y han sido naturalizados por ciudadanos del común, intelectuales y legisladores. Hay quienes podrían decir que lo humano no se restringe a los derechos contenidos en la Declaración, pero tampoco dudarían que aquellos son característicos de los seres humanos. Ese consenso mundial resulta ser un asunto de interés intelectual para las ciencias sociales.

    La comprensión del proceso de elaboración de la Declaración Universal de los Derechos Humanos aspira a ser un aporte a la sociología del derecho, en cuanto pregunta por el significado social de algunos de sus principios y explora la relación y la autonomía del discurso de derechos respecto de la ideología y las circunstancias políticas del tiempo social en el que emergen.

    Todas las religiones conocidas en el mundo se fundan sobre la unidad del género humano, así que buscar el fundamento de los derechos del hombre en la antigüedad sería innecesario y podría considerarse siempre insuficiente, pues se tendría que remitir indefinidamente a un tiempo anterior hasta llegar al origen del hombre (paine 1986, 58-60). la fuerza del argumento de paine, tanto en lo metodológico como en lo conceptual, es que bien sea que se considere el origen o la fuente de los derechos del hombre en los mitos, en los pensadores de la antigüedad, en las religiones, en el Renacimiento, en los humanistas, en los racionalistas, en el iusnaturalismo racional, en los filósofos modernos, estos han sido inherentes a la vida social, aunque su contenido y su significado hayan cambiado en el devenir societal. por consiguiente, observar el momento de la elaboración de la Declaración de los Derechos Humanos en la organización de las Naciones Unidas, resulta suficiente para lo que este estudio se propone: comprender el significado sociopolítico de la Declaración elaborada justamente apenas terminaba la segunda Guerra Mundial.

    Hay centenares de manuales, investigaciones, ensayos, sobre los derechos humanos, principalmente sobre su contenido, alcances, limitaciones, avances, obstáculos, inobservancia, viabilidad política, costos de su realización, indicadores de seguimiento, etc. El presente esfuerzo intelectual quiere volver al inicio y preguntar: ¿Cómo se decidió cuáles son los derechos humanos? ¿Quiénes lo decidieron? ¿Cuáles eran sus atributos para asumir tal responsabilidad? ¿La universalidad de la Declaración implicó consultas a muchas personas, a conocedores de todas las culturas?

    Estas preguntas me condujeron a leer las actas de las reuniones de la Comisión de Derechos Humanos (CHR por sus siglas en inglés) y del Comité de Borrador (DC por sus siglas en inglés) de New York y Ginebra. Gracias a Cristina Giordano, quien hace parte del equipo de la biblioteca de las UN en el palacio de las naciones, pude conocer aquellos documentos e intentar recrear las reuniones de la Comisión de Derechos Humanos entre enero de 1946 y diciembre de 1948. la visita a la CHR implicó tomar nota de quiénes se reunían, de cómo habían sido escogidos, de cuál era su formación y trayectoria intelectual y profesional, y por supuesto, prestar atención a sus propuestas y argumentos, al modo de expresarse y de relacionarse con los demás delegados. Al final, tuve la reconstrucción descriptiva y comprensiva de la génesis de la Declaración, documento que luego sería referencia y piedra fundacional de políticas, leyes, convenciones internacionales, discursos, plataformas políticas, programas sociales, y por supuesto, algunos libros de filosofía, gran cantidad de derecho y muy pocos de sociología.

    De la visita a aquellos lugares, a través de los reportes de las reuniones, surgió la necesidad de hacer un análisis comparado de las propuestas de la Declaración presentadas por los países, de consultar las Constituciones políticas, con vigencia anterior a la segunda Guerra Mundial, de los países que las Naciones Unidas (UN por sus siglas en inglés) consideraban violadores de los derechos humanos, para corroborar si, como dijeron algunos delegados, los derechos humanos fueron irrespetados porque no existían en los sistemas jurídicos de aquellos países.

    Este estudio tomó distancia de la profusa producción intelectual sobre los derechos humanos y de la tendencia recurrente a explicar la creación de la Declaración por el contexto político. Más bien, se propuso comprender el significado social de la Declaración desde la dinámica específica de las UN y de los delegados para dicha labor.

    1.

    El camino y el lugar

    La Comisión de Derechos Humanos (CHR por sus siglas en inglés), unidad de análisis de esta investigación, sugirió un camino para el estudio de la labor a ella encomendada, a partir de cómo la llevó a cabo. se supuso que quienes elaboraron la Declaración conformaron un grupo de especialistas en el campo jurídico, y con conocimientos en filosofía, religión, antropología, que además representaron diversas escuelas de pensamiento y de tradiciones culturales, desde las que intentaron persuadir a sus colegas y lograron posicionar su doctrina en un documento que fue guía para los países que hicieron parte de las Naciones Unidas (UN por sus siglas en inglés).

    En consecuencia, la orientación del estudio llevaba a pensar que la Declaración de los Derechos Humanos (UDHR por sus siglas en inglés) fue hecha por una élite intelectual, aunque era conocido que las UN eran una organización política e intergubernamental. De hecho, cuando recién iniciaba la lectura de las memorias de la reunión del Comité Nuclear (nombre designado al grupo de delegados que preparó el documento que dio forma a la CHR), me topé con el dilema, que allí se presentó, de si los delegados deberían ser expertos en el tema o delegados de los gobiernos. Finalmente, se optó por lo último.

    Para el estudio de la elaboración de la UDHR se hizo una composición analítica de cuatro espacios de interacción. 1) El campo de conocimiento: el individuo miembro de la CHR encarnaba experiencia vital, trayectoria profesional, capacidad discursiva en el campo del derecho. 2) la CHR como espacio reglado: el rol de delegado ante la CHR hacía suponer que el miembro tenía capacidades y destrezas para adaptarse y mediar entre las condiciones del individuo, las exigencias y los constreñimientos de las reglas. 3) las naciones Unidas como espacio interestatal: las reglas, propósitos y principios de las UN marcaban los límites y posibilidades del campo de interacción de los delegados. 4) El gobierno del país: las constricciones del gobierno representado y la función diplomática imponían a las intervenciones el modo de interactuar, alcances y limitaciones, así como compromisos con los que el delegado no siempre estaba de acuerdo.

    Adicionalmente, el estudio identificó un espacio-tiempo que contiene a los cuatro señalados: 5) El tiempo social de la interacción en la CHR: fue el momento en el que los Estados de Europa se consolidaron como unidad territorial y tuvieron la tarea de hacerlo en lo cultural, adicionalmente sintieron temor de amenazas latentes. En aquel momento, los Estados Unidos de América eran vistos como un país fuerte, generoso, líder de la paz y del nuevo orden mundial. Los países de américa Latina no vivieron la guerra de manera directa, por lo que sus prioridades eran la superación de la pobreza y del subdesarrollo, según dijeron los delegados. la situación de las colonias y los protectorados de los países de Europa (Inglaterra, Francia, Bélgica) era la de subordinados. El temor de los gobiernos, la pobreza y el subdesarrollo, la falta de libertades y garantías para gran parte de la población, la discriminación racial, los nacionalismos, el dolor, el sufrimiento y la destrucción dejada por la guerra y otras injusticias, fueron las marcas del tiempo social en el que se elaboró la Declaración. Fue un tiempo en que la promesa de los gobiernos modernos de progreso, estabilidad, bienestar y civilización, se hizo polvo en las calles y en el campo. Hubo heridas, muerte, mal formaciones y hambre para gran parte de la población. por no ser objeto de este estudio, sugiero consultar al respecto, entre otras, las publicaciones de Briggs (2000), Hobsbawm (1995) y sternhell (1994).

    LOS elementos metodológicos que ofrece Giddens (1998) resultaron adecuados para analizar las interacciones de los miembros de la CHR. El análisis de los espacios sociales en los que actúan los delegados y que constriñen su acción, fue inspirado en los interaccionistas y en la idea de stets y Turner (2006) sobre los ámbitos de moral. según los autores, la moralidad es un código de evaluación cultural, que varía por niveles de contenido entre el más alto y el moderadamente alto así: valores sociales, ideologías, pautas institucionales, pautas corporativas, pautas situacionales. (2006, 544-545) se podría haber explorado una perspectiva como la de Bourdieu, sobre todo al tomar la CHR como un campo de lucha, reglado y jerarquizado, en busca de conquistar posiciones dominantes en el discurso de los principios jurídicos. De hecho, fue inspirador el trabajo de Dezalay (2002), quien desde un enfoque similar al de Bourdieu hace una relación entre élites profesionales y élites de gobierno en la construcción del discurso y políticas sobre el desarrollo. En el contexto de Colombia, es sobresaliente el estudio de santamaría (2008a, 2008b) sobre la relación entre las organizaciones indígenas y los juristas expertos en el ámbito de los derechos humanos de los indígenas. Esta investigación fue referencia para el diseño metodológico del presente trabajo.

    La principal dificultad para usar una metodología inspirada en Bourdieu o en perspectivas del conflicto fue el carácter de la CHR. Esta no fue un espacio de lucha, sino más bien de tregua, de diplomacia, cuyo propósito fue intentar crear un documento, en el que todos se vieran expresados. No era un campo de lucha, porque nadie renunciaría a sus puntos de vista y las decisiones, al ser votadas por la mayoría, no exigían acuerdos ni consensos calificados (Bourdieu 2000). Con estos presupuestos se inició la visita a las memorias de las reuniones en new York y Ginebra.

    La investigación fue desarrollada en tres momentos. El primero buscó en las intervenciones de los delegados sus ideas sobre lo humano y los derechos humanos, los argumentos y el sentido de lo que pretendían comunicar. se quiso explorar en la lectura de estas memorias la autonomía del discurso jurídico respecto a otros discursos, como la ideología o la religión, e identificar la capacidad discursiva de los delegados, pues esta deja ver su influencia en la forma que tomó la Declaración. por lo anterior, la trayectoria de cada representante y sus intervenciones fueron el centro de la atención en el primer momento. Esta labor implicó indagar por la trayectoria académica y profesional de los delegados. sin embargo, la no existencia de fuentes biográficas de la mayoría impidió identificar plenamente el capital cultural y simbólico de los redactores de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. No fue posible el conocimiento de su origen familiar, titulación académica, producción intelectual y trayectoria profesional. La escasa información sobre algunos delegados tiene su causa, en gran parte, en que eran funcionarios sin trayectoria intelectual, y sin destacada labor internacional. No obstante, se pudo acceder a la información básica de quienes más intervinieron y de quienes tuvieron una significativa influencia en la elaboración de la Declaración. Esta información permitió ver que efectivamente quienes tenían un mayor capital cultural tuvieron un papel preponderante, que se veía fortalecido o debilitado por la capacidad de influencia de su gobierno. Esto significa que no siempre las mejores propuestas fueron apoyadas, ni que los más influyentes tenían mejores argumentos. Es decir, el campo de interacción estuvo fuertemente constreñido por las interacciones entre los gobiernos en el campo propiamente político.

    El segundo momento fue la descripción analítica de los derechos contenidos en la Declaración, a partir de la lectura comparada de los borradores presentados en junio de 1947 por el Secretariat, el Reino Unido, Francia, y de la lectura de los reportes de cada sesión del Comité de Borrador (DC por sus siglas en inglés), de la CHR y de la Asamblea General el 10 de diciembre de 1948 (GA por sus sigla en inglés). se privilegió la comprensión de las diferencias de significado y los intereses que pretendían definir a los derechos humanos, las nociones de derecho humano que se deducían de las intervenciones y de los documentos. El objetivo del segundo momento fue identificar la lógica latente en la Declaración, a partir de lo que a juicio de la investigación fue su principio ordenador: la relación entre Estado e individuo.

    El tercer momento consistió en ubicar la Declaración en la tradición de las Constituciones políticas de la mayoría de países, hecho que condujo a preguntar: ¿cuál fue la novedad de la Declaración? y ¿cuál su significado en la posguerra? para llevar a cabo este tercer momento fue preciso salir del recinto de las reuniones de la CHR y buscar en las Constituciones de los Estados considerados causantes de la guerra y en otros documentos rastros que permitieran identificar la motivación de la Declaración.

    Así, el camino de interpretar los textos y las interacciones registradas en los record meetings condujo a otras fuentes, que parecían referentes comunes para los delegados: la Carta de las Naciones, las memorias sobre la Liga de las Naciones, las anteriores declaraciones de derechos, como la americana, la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de Francia. También fue preciso remitirse a textos constitucionales de los países considerados agresores durante la guerra y, por supuesto, a otros análisis que sobre el proceso de elaboración de la Declaración habían sido escritos por investigadores en el tema.

    Esta investigación es novedosa por las fuentes, el tratamiento de la fuente primaria y el enfoque de análisis de la información. En cuanto a la fuente de información primaria y punto de partida del recorrido, se acudió a la consulta de los record meetings relacionados con la elaboración de la Declaración Universal de Derechos Humanos, de las reuniones de la Comisión nuclear (1946), la CHR (1947, 1948), el DC (1947, 1948), el ESC (1946, 1948) y la GA (1948). A partir de estos documentos se elaboró una base de datos con las intervenciones de cada representante en cada reunión y para cada sesión. Adicionalmente, fueron registrados los borradores de la Declaración del Secretariat, de Francia e Inglaterra, los reportes de la CHR y del tercer Comité de la GA, para facilitar la lectura comparativa.

    El trabajo sobre la fuente documental de los registros de las reuniones que tuvieron por objeto la elaboración de la Declaración Universal de los Derechos Humanos no ha sido frecuente. De hecho, apenas se encontraron tres autores que hacen un trabajo intenso y de permanente referencia sobre dichos textos (Verdoodt 1970; Morsink 1999, 2009; Glendon 2001). En nuestro medio, no se encontró ninguna investigación que haya utilizado como fuente las memorias de las Naciones Unidas para analizar la elaboración y sentido del documento de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

    Es preciso mencionar que el registro de las intervenciones tuvo problemas logísticos al interior de las UN, pues no siempre estuvo disponible aquel recurso. En la primera sesión del DC en junio de 1947, Hernán santa Cruz, representante de Chile, demandó la necesidad de tener grabaciones que reprodujeran de manera exacta todas las discusiones del DC, por ser de gran importancia para futuros debates. Esta moción fue fuertemente apoyada por todos los representantes. sin embargo, Humphrey afirmó que no siempre se dispondría del recurso, por el número de reuniones simultáneas que se realizaban en lake success (New York). Además, ciertos órganos como el Consejo de seguridad tenían prioridad para el uso de verbatim reporters. malik preguntó si era posible tener grabaciones sonoras de lo transcrito, pues los verbatim records estarían disponibles apenas dos semanas después. la presidenta de la CHR estuvo de acuerdo en demandarle el servicio a la secretaría General.

    También las dificultades en el servicio de traducción restringieron la participación de algunos representantes y produjeron molestias en los delegados, por no poder cotejar los textos de lo discutido y expresado con sus propias lenguas. Ante los reclamos de la USSR, Francia, Líbano, Chile y China por los servicios de traducción y la demora en la entrega de los documentos para preparar las sesiones, la presidenta dijo que las delegaciones bien podrían sustentar cualquier requerimiento para alcanzar las apropiaciones de los servicios técnicos en el Quinto Comité de la sesión regular de la GA (E/CN.4/AC.1/SR.25 1948, 6 May, 6). le Bosquet, miembro del departamento de conferencia y servicios generales, ofreció una explicación por la no existencia de documentos transcritos en ambas lenguas (inglés y francés) y, asimismo, dijo que se haría un esfuerzo, pero que habían 18 unidades de hombres para hacer el trabajo de 43 unidades y que había una emergencia causada por la sesión especial de la GA. la situación fue la misma durante todo el periodo de discusiones.

    La referencia a las características de trabajo de la Comisión, específicamente respecto a las limitaciones de traducción de las sesiones y documentos, como a la no solvencia de todos los miembros en inglés, tuvo fuertes implicaciones no solamente en la participación de los delegados, sino en la interpretación que los delegados hacían de los actos locutorios en lenguas que no conocían bien. Como se puede leer, no existió una lengua universal, ni hubo recursos para crear una comunicación mundial, incluyente e igualitaria; solamente pudieron participar con fluida ventaja los anglófonos.

    Como fuentes secundarias fueron consultados, en primer lugar, libros y artículos de revistas científicas, cuyos autores analizan la creación de la Declaración de los Derechos Humanos, entre los que se destacan mary Ann Glendon, Johannes morsink, John p. Humphrey. En segundo lugar, fueron consultados autores que tratan temas que a juicio de este estudio fueron relevantes en el proceso de redacción de la Declaración de Derechos Humanos.

    A modo de cierre de este apartado se pueden anticipar algunos hallazgos de la investigación.

    la homogeneidad cultural de la CHR fue evidente. Todos los delegados pertenecieron a la cultura occidental, estudiaron en universidades de Estados Unidos de América o de Europa, tuvieron contacto con las culturas de aquellos países, herederas de la tradición cristiana. No hubo dificultades culturales para la mutua comprensión.

    No hubo en las UN una discusión sobre lo humano, más bien hubo un acuerdo sobre derechos de los ciudadanos que ya existían en las Constituciones y eran comunes a la mayoría de los países. muy pocos temas generaron controversia, solamente los relacionados con creencias religiosas o los que pudiesen afectar la soberanía del Estado. Se debe destacar que por la composición del Comisión Económica y Social (ESC por sus siglas en inglés), los países islámicos apenas tuvieron ocasión de expresarse en la GA.

    Los representantes de los países hicieron énfasis en algunas posiciones convenientes a sus gobiernos, dependiendo de su poder militar, capacidad de influencia política, posición geoespacial, herencia cultural y vivencias durante las guerras. se destaca la insistente demanda de Australia, Bélgica y Nueva zelanda por crear la maquinaria de implementación de los derechos y la creación de una corte internacional, así como el derecho de petición ante las UN. Mientras que la UssR insistió en la soberanía nacional, los Estados Unidos de américa resaltaron el derecho a la libertad de información y se esforzaron para que no se comprometieran medidas de implementación, ni se crearan convenciones de derechos humanos. Con la misma insistencia se resistieron a nombrar derechos de minorías, posición semejante a la del reino Unido. por su lado, Chile, Canadá y Francia insistieron en los derechos sociales. De hecho, para Chile era la principal reivindicación de los países con más necesidades.

    En la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la soberanía del Estado prevalece sobre los derechos de los individuos. la primera relación del ciudadano es un deber con el Estado que le ha dado la nacionalidad y le ha reconocido como uno de los suyos. En tal sentido, la Declaración no logra superar la situación anterior a la guerra, ni el problema que los miembros de las UN detectaron como causa: los excesos del

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