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Los intelectuales y el poder: El caso La Rioja
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Los intelectuales y el poder: El caso La Rioja

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Los intelectuales y el poder. El caso La Rioja analiza la relación existente entre los intelectuales riojanos y el poder en el período 1900 - 1930. La existencia de un campo intelectual compuesto por quienes se dedicaban a tareas de producción ideológica, reflexión, o en general a la creación de productos simbólicos, la composición social y la política de esta intelectualidad, ideología a la que adscribían, el papel desempeñado en la sociedad, las razones a que obedecía la legitimación de tal o cual grupo de intelectuales, como así su inserción en el campo del poder, al que se define principalmente como poder político, constituye el núcleo central de este trabajo.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento1 jun 2016
ISBN9789871868292
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    Los intelectuales y el poder - Gerardo Russo

    Agradecimientos

    Justo Sorondo Ovando

    Normand Argarate

    Beatriz Vottero

    Micaela Cisnero

    Martín Gomez

    Roberto Rojo

    Jorge Julio González Iramaín

    Archivo Histórico de La Rioja

    Introducción

    Durante la década de 1990, me llamaba la atención cómo se cimentaba un modelo de país sobre verdades supuestamente reveladas vaya a saber por quién, mientras desde la mayoría de los medios masivos de comunicación los teóricos del pensamiento único nos convencían de sus bondades.

    Con ese marco vivencial, me preparaba a iniciar mi trabajo final para recibirme de profesor de historia. Una pregunta recurrente pasaba por mi mente concatenando ambos episodios. Ante tamaña transformación que se operaba en la Argentina, ¿No era insuficiente el debate que se proponía? Si consideramos a los intelectuales una avanzada crítica, ¿Qué papel jugaban en la sociedad que se conformaba? ¿Cómo había sido su participación en otras etapas de la vida nacional?

    Justo Sorondo, un amigo, me hizo llegar a La Rioja –lugar donde yo residía– un libro: Los intelectuales y el poder, de Pierre Bordieu. Ya tenía tema.

    Así, el objetivo del trabajo, luego de su necesaria revisión debido al paso del tiempo desde que fue escrito hasta su puesta a consideración del lector, consistió en estudiar la relación existente entre los intelectuales riojanos y el poder en el período de 1900 a 1930, cómo analizar la composición social y política de esta intelectualidad, la ideología a la que adscribían, el papel desempeñado en la sociedad y su inserción en la clase dirigente riojana.

    El corte cronológico, si bien es arbitrario, encierra a nuestro entender dos momentos importantes de la historia argentina, fechas de ruptura e iniciación. Por un lado el comienzo de siglo y por el otro la caída del gobierno yrigoyenista bajo un golpe de Estado militar, que iniciaba la etapa golpista en nuestro país.

    Nuestras hipótesis de trabajo giraron en torno a la existencia en La Rioja de un campo de poder conceptualizado (de manera elástica) como el entramado de todas las fuerzas que dominan efectivamente a una sociedad en un momento determinado; y de un campo intelectual que es la porción del campo de poder, compuesto por quienes se dedican a tareas de producción ideológica, de reflexión o, en general, a la creación de productos simbólicos, y a determinar el tipo de posición ocupada por este campo intelectual dentro del campo de poder.

    Por otra parte, tratamos de establecer la homogeneidad o no del campo intelectual desde el punto de vista social y político. Y, por último, a qué razones obedecía la legitimación de tal o cual grupo de intelectuales dentro de dicho campo, como así también, su inserción en el campo del poder.

    Siempre resulta útil aclarar, además, los presupuestos metodológicos que han guiado este libro. En primer lugar debemos decir que no se trató de abordar al intelectual individual o a la obra individual, que resulta ser lo mismo bajo apariencias diversas, sino que, por el contrario, se intenta agruparlos de acuerdo con sus afinidades políticas e ideológicas. Se realizó de esta manera porque precisamente el tema no trata de analizar la obra literaria del intelectual sino la relación de éste con el poder, y porque entendíamos que tomarlos individualmente, a la par de resultar un largo y tedioso recetario, nada aportaría al estudio del fenómeno aquí tratado.

    Conscientes de que esta clasificación realizada no es excluyente de cualquier otra que se pueda aportar, simplemente creemos haberla utilizado de acuerdo con nuestro planteo del tema. Un criterio válido, pero no el único.

    También queremos destacar, en este sentido, que los intelectuales tomados como ejemplos no agotan su presencia en el período estudiado. Entendemos, sí, haber mencionado a los más destacados. Fueron éstos, pero bien pudieron ser otros.

    Lo anteriormente dicho nos da pie para manifestar que todos los recortes hechos en las historias de... o estudios de... son arbitrarios; siempre existe la posibilidad de haber hecho el estudio en base a otros autores o textos.

    Cuando hablamos en el trabajo del campo de poder, nos referimos principalmente al Poder Político, ya que entendemos que, más allá del peso social de algunas instituciones como la Iglesia, el Club Social, etc., el poder residía en quién lo tenía en sus manos; máxime si se tiene en cuenta la pobreza económica de la provincia en este período y la existencia en líneas generales de una clase social alta pobre, que nos impide hablar de gran poderío económico de la clase dirigente riojana de esa época.

    Queremos destacar, además, que hemos considerado, dentro de la categoría de intelectuales, a aquellos que fueron directores, editores, columnistas de los periódicos editados en la provincia, ya que entendíamos que en una sociedad en donde el 50% de su población era analfabeta, el hecho de emprender la tarea periodística (aunque haya sido un periodismo proselitista, partidista) constituía un esfuerzo importante de especulación y de creación de productos simbólicos.

    Debemos remarcar además la utilización de los periódicos de la época como documentos históricos, como destacadísimas fuentes, por entender que era el medio más común de expresión y difusión de las ideas que sostenía aquella intelectualidad.

    Finalmente, queremos dejar sentado a fin de aclarar un poco más nuestros presupuestos, que no creemos en la asepsia del investigador ni de la investigación. Toda investigación está situada en el sentido de estar condicionada por las circunstancias socio-culturales que la enmarcan.

    Creemos que plantear la objetividad, entendida en un sentido puro, es un mito de la ciencia moderna que tiende cada vez más a diluirse ante los embates a los que la lleva la propia realidad que se muestra tan cambiante y conflictiva, en sumo inaccesible para el pensar esquemático y de moldes fijos y puros.

    Vale la aclaración, pues puede echar luz sobre algunos recortes e interpretaciones que se hacen en el presente libro. Además sirve para ver desde dónde está escrito.

    Empleamos casi todos los términos en su sentido usual, cuando ello no fue así lo hemos consignado. En las transcripciones textuales se respetó el estilo, ortografía y la puntuación original.

    A los efectos de no alterar el hilo textual con exceso de citas de remisión, dejo para pie de página aquellas que profundizan los conceptos vertidos o ilustran sobre la procedencia de tales afirmaciones.

    I - La Rioja de principios de siglo

    Intentar analizar el comportamiento de los actores sociales en una sociedad determinada sin haber hecho referencia a sus aspectos salientes, nos parece que resultaría un esfuerzo del todo infructuoso. Por ello decidimos, en nuestro caso, incluir este capítulo en donde realizamos un bosquejo muy general del estado de la sociedad riojana a principios del siglo XX con el objeto de aportar una idea aproximada del tipo de sociedad en la que actuó la intelectualidad local.

    Creemos que así podremos comprender mejor sus posturas, sus aptitudes y limitaciones, valorando más acertadamente la profundidad de sus ideas, la actividad desempeñada y el lugar social y político por ella ocupado.

    En este marco de ideas podemos afirmar que La Rioja del 1900 era una provincia básicamente rural, sólo existían dos centros urbanos de importancia:

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