Psicoestética: Más allá de la belleza personal en la época de la imagocracia

Por Vicent Davó

Descubre en este libro cómo sacar el máximo partido a tu imagen, descubrir tus inquietudes y proyectar tu aspiración en la vida.

Gracias a este libro, Más allá de la belleza personal en la época de la imagocracia, comprenderás los detalles que componen la imagen y lo que contribuye al éxito de muchas personas.

Al aplicar el método de la ciencia psicoestética, conocerás las sensaciones que te dan un peinado cuando te favorece, te actualiza, te cae bien y dan relieve a tu personalidad.

La psicoestética demuestra que los artificios como el vestido, el peinado, el maquillaje, el perfume o las joyas, nos ayudan a encontrar el equilibrio entre el fondo y la forma, y a coordinar nuestra figura con el ambiente. Estas connotaciones que nos dan la imagen a la personalidad nos llevan al éxito y transcendencia en la vida.

Con este libro aumentarás el carisma, al entrenar la expresividad que te va revelando el espejo. Descubrirás la belleza de la mirada, la seducción del tono de la voz, la intencionalidad del gesto y la presentación de la figura. Esto te dará una imagen más atractiva y una personalidad actual y singularizada.

«La Psicoestética nos descubre la belleza allí donde la naturaleza no la dotó.»

Vicent Davó

• Idioma: Español
• Editorial: Caligrama
• Fecha de lanzamiento: 23 oct 2015
• ISBN: 9788491121640

Vicent Davó

Vicent Davó es peluquero y profesor en asesoría de imagen. Da conferencias y escribe artículos desde hace 25 años. Está en la directiva de la Asociación de Practicantes de la Psicoestética, con el título de excelencia en aplicar esta ciencia a su oficio. Actualmente dirige su peluquería en Vilamarxant, Valencia, donde reside con sus hijos.

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Introducción

Carlos Muñoz Espinalt después de 20 años de estudio y profundización, hizo la introducción de la Psicoestética en 1971. Presentó la teoría dejándola por escrito en su ensayo de Modelarse la figura, después la fue metodizando a través de unos gráficos que servían como mapa para interpretar al ser humano, su imagen, la movilidad caracterológica, la personalidad y su transcendencia.

La Asociación de Practicantes de la Psicoestética se basa en la Obra del profesor Carlos Muñoz Espinalt, definiendo la Psicoestética de la siguiente manera:

"La valoración artística de uno mismo en función de un equilibrio vivencial entre el aspecto físico y el carácter, guiado por el afán de perfeccionar y presentar la figura de forma agradable, armonizándola con las modas o con las creencias personales.

Siendo que vivimos en la época que se hace visible este concepto de la "imagocrácia", cuando hay una obsesión como con las nuevas tecnologías al hacer selfie, no es tan incentivador como mirar a los ojos de los demás y en el espejo. Esto nos crea una sensación de egolatría ficticia que disminuye la expresividad al ser solo una impresión o una caricatura, dándole un valor que no es real al no ver los matices del rostro en cada instante como cuando nos comunicamos con los demás. Con la Psicoestética estudiamos la profundidad del origen de estos matices y del comportamiento humano para sacarle partido a la imagen y al carácter de las personas al entrenar su expresividad.

Si estudiamos la egolatría basándonos en las teorías que explicó Freud para definir el Narcisismo, al darle el nombre basándose en un mito, se refería a aquella persona que es muy ególatra y muy enamorada de sí mismo, hasta poder llegar a ser enfermizo de tan exagerado que es. Freud se basa en el mito Griego, porque dentro de la cultura de Europa, explicaba esta tipología. De forma literaria queda como una historia, que es más fácil identificarse y entender donde puede estar el problema. Un poco de egolatría la tenemos todos, una cosa es tener una obsesión y otra cosa descubrirse y conocerse a sí mismo.

Fragmento de la pintura del artista José Vicente Barrachina Sanchis

En la mitología griega, Narciso (en griego, Νάρκισσος) era un joven muy hermoso. Las doncellas se enamoraban de Narciso, pero él las rechazaba. Entre las jóvenes heridas por su amor estaba la ninfa Eco, quien había disgustado a Hera y por ello ésta la había condenado a repetir las últimas palabras de aquello que se le dijera. Por tanto, era incapaz de hablarle a Narciso su amor. Pero un día, cuando él estaba caminando por el bosque, acabó apartándose de sus compañeros. Cuando él preguntó « ¿Hay alguien aquí?», Eco respondió: «Aquí, aquí». Incapaz de verla oculta entre los árboles, Narciso le gritó: « ¡Ven!». Después de responder: «Ven», Eco salió de entre los árboles con los brazos abiertos. Narciso cruelmente se negó a aceptar su amor, por lo que la ninfa, desolada, se ocultó en una cueva y allí se consumió hasta que sólo quedó su