La reina del show ELSA SCHIAPARELLI
La italiana que disfraza a las mujeres fue la descripción de Coco Chanel sobre Schiaparelli, a quien detestaba. Para ella, que no tenía una pizca de sentido del humor, su imaginación y desparpajo eran de suma manera irritantes. Cierto, Elsa no sabía coser, cortar ni marcar con alfileres, pero en cuanto al resultado era rigurosa y examinaba a detalle cada pieza salida de su taller. Ante la austeridad de Coco, ella opuso una excentricidad práctica. Frente al negro, azul marino y gris de la modista francesa, tomó partido por el rosa, el violeta y el dorado. Chanel lanzó su perfume Nº5 en un severo frasco rectangular, mientras que Schiaparelli envolvió el suyo en uno modelado sobre el físico curvilíneo de Mae West, actriz célebre en los 30. La casa francesa encarnaba la elegancia y el pragmatismo, mientras Schiaparelli homenajeaba la excentricidad y la fantasía. La rivalidad entre ambas era estética, comercial e ideológica. Pero de esta batalla saldría una ganadora: Chanel, que haría un exitoso regreso en 1954, año en que Elsa se retiraría.
Aristocrática y rebelde
Nació el 10 de septiembre de 1890, en lao las aventuras de Marco Polo, y los incómodos vestidos con cuello de terciopelo que la obligaban a usar. En su adolescencia escribía poemas oscuros y fue expulsada de un convento italiano y de un pensionado suizo, las dos instituciones a las que sus padres la confiaron, con la esperanza de calmar su fantasía. Más adelante, éstos intentarían ‘arreglar’ una boda con un príncipe ruso, pero ella no se dejó convencer y partió a Londres como niñera de los hijos de una amiga de la familia. Allí conocería al conde polaco Wilhelm Wendt de Kerlor, filósofo en sus horas libres, con quien se casaría. Sus papás, asombrados pero aliviados, le ofrecieron una dote consistente. La joven pareja vivió en Londres, luego en Niza, Burdeos y Nueva York. Pero sus fondos disminuyeron y mientras que el filósofo teosófico no aportaba mucho, ella se activó: fue traductora, trabajó en Wall Street e incluso fue extra en el cine, hasta que quedó embarazada de Yvonne, su hija, cuyo sobrenombre (Gogo) surgió
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