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El Misterio de la Razón de Ser del Hombre (El Hombre, Embrión de Ángel)
El Misterio de la Razón de Ser del Hombre (El Hombre, Embrión de Ángel)
El Misterio de la Razón de Ser del Hombre (El Hombre, Embrión de Ángel)
Libro electrónico241 páginas3 horas

El Misterio de la Razón de Ser del Hombre (El Hombre, Embrión de Ángel)

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Información de este libro electrónico

El hombre, a través de los siglos, se ha preguntado a sí mismo diciendo: ¿Quién soy?¿De dónde vengo? ¿Para dónde voy? ¿Cuál es la razón de mi existencia aquí en la tierra? ¿Qué ha pasado con mis seres queridos que han muerto? ¿Termina todo con la muerte? ¿Realmente existe Dios? ¿Si Dios existe, por qué permite tanto sufrimiento aquí en la tierra?...En este libro se encuentran las respuestas (por demostración y comprobación , no por teorías) a estas preguntas que el hombre a través de los siglos se ha venido haciendo.

Orifiel Eliyahu es un ser de otro mundo , testigo presencial de la existencia de YHWH el Dios de la Biblia y a la vez testigo presencial de la creación del hombre, por esta razón puede hablar con autoridad sobre el misterio de la razón de ser del hombre , la finalidad para cual fue creado.

Nota: Si aquellas personas que se han suicidado hubieran encontrado este libro no habrían cometido el hecho, ya que al leer este libro habrían llenado su vacío interior.

Todo aquel que lea este libro saciará su sed interior , se convertirá en una persona valiente que no le temerá a la adversidad , ni a la muerte.(Recomendar este libro a toda persona deprimida).

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento14 jun 2015
ISBN9781311590510
El Misterio de la Razón de Ser del Hombre (El Hombre, Embrión de Ángel)

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    El Misterio de la Razón de Ser del Hombre (El Hombre, Embrión de Ángel) - Orifiel Eliyahu

    PRÓLOGO

    Me encontraba en mi casa en el año 1971, sentado en una mecedora en la galería que daba hacia la calle, leyendo un libro de corte cristiano donde se criticaba la hipnosis. Las críticas contenidas en el libro decían que la hipnosis podía ser dañina a la salud mental y que además, la religión no la permitía; y la condenaba.

    Mientras avanzaba en la lectura del libro, notaba que las críticas que emitía el autor, al igual que muchos otros autores cristianos, los cuales aparecían citados en ese mismo libro, opinaban en forma adversa y contraria acerca de la hipnosis. Esta situación, en lugar de hacerme ver a la hipnosis como algo negativo, me hizo el efecto contrario. Seguí leyendo y, antes de concluir con la lectura, ya el interés mío en la hipnosis era grande, tanto es así que tan pronto terminé la lectura del libro, me inicié en el estudio y la investigación profunda de esta sabiduría.

    Asimismo, pude verificar que con la hipnosis podíamos ayudar al ser humano; que con la hipnosis podíamos profundizar en la mente del hombre; que con la hipnosis podíamos ir a lugares en el subconsciente, donde la memoria tiene sus registros, razón por la cual bien podíamos aprender mucho sobre los recuerdos de vidas pasadas que están memorizados. Pude comprobar que cuando llevamos a un sujeto a un estado de trance, podíamos moverlos en el tiempo. Es algo fantástico, fascinante, algo que nos impulsa a la investigación. Pude darme cuenta que cuando nos movíamos en el tiempo, no sólo podíamos hacerlo a la vida en el tiempo actual, sino que podíamos hacerlo a vidas anteriores, profundizando hacia lugares inimaginables. En ese estado elevado de conciencia, podíamos llevar al sujeto hacia muchos niveles diferentes, donde nos hablan de maestros, de guías, de cuerpos de luz, etc. En fin, el estudio sobre la mente y la hipnosis fue algo que me cautivó y me fascinó y por ello me lancé a la búsqueda de ese conocimiento y a su investigación.

    Mientras aprendía a trabajar en regresiones, pude darme cuenta que podía encontrar la vía que me permitiría llegar a Dios y conocerle.

    A través de las regresiones me encontré con entidades de diferentes niveles de conciencia, siendo éstas elevadas y no elevadas, cosa que conversando con ellas podía distinguir una de otras debido a mi experiencia ya con más de cuatrocientas regresiones.

    En uno de mis más recientes trabajos en regresiones, me encontré con un caso que es digno de ser publicado, el cual narro a continuación:

    Sucedió a finales de 1994: Me encontraba por casualidad con un sujeto al cual regresioné a su vida pasada y ocurrió que dicho sujeto resultó ser un habitante del planeta Saturno, reencarnado en la Tierra. Durante el proceso, pude descubrir que los habitantes de Saturno eran gobernados por un rey o regente planetario llamado Orifiel. También me fue dicho que ese rey se encontraba encarnado hoy día en el planeta Tierra, cumpliendo una misión.

    Después de trabajar con ese sujeto, me quedé meditando por varios días en esta experiencia y sobre el personaje. Con los datos que pude obtener sobre la ubicación del supuesto regente de Saturno encarnado aquí en la Tierra, decidí salir en búsqueda de tan interesante personaje.

    Para mi sorpresa, encontré un ingeniero agrónomo, de unos 42 años, trabajador profesional de la tierra, con vastos conocimientos en su profesión y muy capaz.

    Después de conversar con él un rato, me confirmó que la información que yo había recibido del sujeto que regresioné era cierta; que esa información está en el subconsciente de aquellos que bajaron de Saturno con él y tomaron cuerpo terrestre. Se me identificó como Orifiel, regente del planeta Saturno, también me dijo: "Mi nombre celestial es Orifiel Elías; yo soy aquel Elías que la Biblia registra se fue en un carro de fuego; está escrito en las Sagradas Escrituras que antes de la segunda venida de mi Señor a la Tierra yo habría de estar entre ustedes como señal del cumplimiento de la profecía. Yo soy el séptimo ángel del Apocalipsis, aquel del cual Ap. 10:7, dice: "Que el tiempo no sería más, sino que en los días de la voz del séptimo ángel, cuando él comience a tocar la trompeta, el misterio de Dios se consumará, como él lo anunció a sus siervos los profetas."

    Cuando escuché esta revelación no supe qué decir y me cuestionaba acerca de la veracidad que podría yo encontrar en esa confesión.

    Yo me había hecho acompañar, en este encuentro que duro más de seis horas, por dos amigos; uno de ellos es obispo de una orden monástica católica, hombre muy competente que habla siete idiomas y con profundo conocimiento de la teología. Quise ir con el sacerdote con la finalidad de tener a una persona con conocimiento a mi lado. El otro amigo es un hombre de negocios quien tiene gran interés en el estudio de lo desconocido con un criterio sano y objetivo. Lo primero que hice, después de haber concluido nuestra conversación, fue tratar de localizar a su madre terrenal que todavía vive, porque él me había dicho que su nacimiento aquí en la Tierra, en este tiempo, había sido anunciado a su madre cuando él estaba en el vientre de ella.

    Visité la madre de Elías y ella me narró lo siguiente:

    Hace unos cuarenta y dos años, perteneciendo yo a una iglesia cristiana pentecostal y estando yo en oración en mi aposento, una pantalla como televisión se abrió ante mí, y vi descender un ángel que se dirigió a mí y me dijo: Cuida lo que llevas en tu vientre, (yo estaba encinta) será varón y será grande ante los ojos de Dios en la Tierra y su nombre será Elías; nacerá el día dos de Diciembre, a la una de la tarde. Ocurrió tal como lo dijo el ángel.

    Después del niño nacer y ya cuando caminaba, estando yo en oración en mi habitación, volvió el ángel de la misma forma que vino la primera vez y me mostró un personaje como si fuera en una película y me dijo: Ese que tú ves ahí es el profeta Elías.

    Esta persona se encontraba como en un desierto, luego como que cambió la película y vi un hombre fuerte con rasgos parecidos al anterior; pero lo vi apartando abejas con sus manos y lo vi exprimiendo panales de miel sobre un recipiente que contenía una especie de saltamontes y vi que comía esto; el ángel me dijo: Ese que tú ves ahí es Juan el Bautista. También me dijo: Elías y Juan el Bautista son una misma persona y ese tu hijo es el mismo Elías que tenía que volver. Eso lo callé en mi iglesia porque habrían dicho: Eso viene de Satanás.

    Creció mi hijo y guardé silencio, nunca mi hijo supo de esto hasta la edad de treinta años que es cuando Jehová Dios lo despertó. Y se acercó a mí diciéndome de las alucinaciones que estaba sufriendo, porque él mismo pensaba que se estaba volviendo loco y le dije que no se preocupara que lo que estaba sucediendo era designio de Dios y le conté de su nacimiento. Y le mostré en la Biblia de que estaba profetizado que él tenía que cumplir una misión en la tierra; le mostré a Malaquías 4:5, San Mateo 17:10-11, y Apocalipsis 10:7. Le mostré eso porque exactamente cuando mi hijo cumplió treinta años volvió el ángel y se me apareció, esta vez no en visión sino directamente; eran como las dos de la madrugada, estaba oscuro y yo estaba despierta, se iluminó la habitación como el sol de mediodía y el ángel como un sol me habló y me explicó muchas cosas y me dijo: Busca el Pergamino Sagrado y le pregunté ¿Qué es eso? Y él me dijo: Lo que ustedes llaman Biblia; también trae lo que ustedes llaman lápiz.

    Así lo hice y volví a la habitación y quise entregarle lo que él me pidió, y él me dijo: No, porque si lo tomo queda flotando sobre mi mano porque en este momento no tengo materia terrenal. Entonces él me mostró lo que debía marcar en la Biblia, y lo que me mostró fueron los versos que mencioné anteriormente. Él me dijo: Esto es para que lo muestres a tu hijo, para que pueda entenderse a sí mismo.

    Lo demás, le recomiendo lo investigue con mi hijo, que él conoce más que yo porque aunque yo he viajado con él en cuerpo espiritual a las regiones celestiales, yo no entiendo las cosas que veo allí, pero él si las entiende.

    Después de haber recibido lo narrado por la madre de Elías, ella me recomendó que continuara las relaciones con su hijo, ya que con él recibiría muchos otros conocimientos e información.

    Mi interés sobre los mensajes de Elías no ha disminuido. Nuestros encuentros han seguido efectuándose cada vez con más frecuencia, y ha nacido entre nosotros una amistad muy profunda y sincera.

    Creo que la humanidad de hoy merece conocer lo que nos trae Elías. Él me dice que una de las razones de su presencia en la Tierra es revelar lo que contiene este librito que recibo de sus manos.

    Así que, estimado lector, le recomiendo que lo lea y sea usted mismo el juez.

    GAETANO HERRERA P.

    INTRODUCCIÓN

    El abducido por extraterrestres

    Todo comenzó, hermano Gaetano, cuando cumplí los treinta años de edad; la misma edad que tenía Nuestro Señor Jesucristo (Lc.3:21-23) cuando comenzó su ministerio.

    Viviendo yo en la ciudad de Santo Domingo, capital de esta República Dominicana, me encontraba en mi casa, acostado en mi cama, despierto, sólo; Eran alrededor de las 2 de la madrugada, y de pronto la puerta de mi habitación fue abierta y dos hombres fuertes de unos seis pies de estatura y de aspecto nórdico, con túnicas blancas por vestiduras, me tomaron de los brazos con sus manos. Me levantaron de la cama y me llevaron a la fuerza, porque yo me resistía, y me transportaron al gran patio de la casa contigua donde se encontraba aterrizada una nave tipo platillo volador. Esta nave era color aluminio, me introdujeron en ella, allí trataron de hipnotizarme pero no lo consiguieron del todo, sólo quedé un poco lelo. Me quitaron la ropa de dormir y me introdujeron en un recipiente metálico como de aluminio, empotrado en la misma nave, pegado a la pared y al piso cuyas medidas eran aproximadamente 8 pies de largo, 3 pies de ancho, y 2 pies de alto, contenía un líquido parecido al mercurio de los termómetros, pero en vez de ser plateado era de color blanco, este líquido parecía leche espesa. Me sumergieron en el líquido, de pies a cabeza, por unos diez segundos. Luego me sacaron de allí; me pusieron la ropa de dormir, me acercaron un aparato y lo colocaron sobre mi cabeza, por un tiempo, luego retiraron el aparato. Después de esto aparecí en mi cama, acostado, despierto, pensando que esta experiencia no fue real, que mi imaginación pudo haberme jugado una mala pasada.

    Pero tres días más tarde, también mientras me encontraba acostado, despierto en mi cama; eran alrededor de las diez de la noche, cuando de pronto sentí que dentro de mi cabeza, en la región donde se encuentra la glándula pineal, un fuerte giro en forma de revoloteo, como de mariposa que bate sus alas a alta velocidad. Este giro duró unos nueve segundos, dividido en tres intervalos, es decir, tres giros de tres segundos cada uno. Y pensé, atónito, diciendo: ¿Cómo pudo entrar esta mariposa dentro de mi cabeza? Después de esto me quedó la sensación de que una mano empuñaba fuertemente de forma intermitente mi glándula pineal, esto es como bombillo de árbol de navidad que prende y apaga en intermitencia; esta sensación siguió hasta que me dormí.

    Al otro día, al despertar, noté que seguía la fuerte sensación de intermitencia, situación ésta que me producía incomodidad. Y dije dentro de mí: ahora si; qué problema este, parece que esto es un cáncer en mi cabeza. Pero a pesar de esto no fui al médico.

    Tres días más tarde, sintiendo la incómoda intermitencia en mi cabeza, ésta se trasladó también a mi entrecejo. Y dije: ahora si; tengo dos bombillos de árbol de navidad que prenden y apagan en intermitencia dentro de mi cabeza.

    Otros tres días más tarde, la intermitencia también se trasladó al cielo de mi boca. Ahora son tres los lugares, en mi cabeza, donde tengo esta sensación de bombillos de navidad que prenden y apagan; estos tres lugares son: la coronilla de la cabeza, el entrecejo y el cielo de la boca. Las intermitencias eran en orden 1, 2, 3.

    Tiempo más tarde, la intermitencia se detuvo, y me ha quedado la sensación fija de tres campos magnéticos en actividad, uno en la región de la glándula pineal, otro en la región de la glándula pituitaria y otro en el cielo de la boca.

    Después de esto, comencé a tener visiones de sueño, en las cuales me encontraba consciente, en cuerpo espiritual, en otros niveles dimensionales que no es el plano físico.

    En la primera visión que tuve fui llevado, en cuerpo espiritual, ante AELOHIM Dios Altísimo, aquella energía consciente que tiene por trono el corazón de JEHOVA de los ejércitos, energía que no tiene voz y que se expresa en forma de soplo que penetra por la coronilla de la cabeza y se deposita en el corazón de quien le escucha. Es decir, aquel que habla de corazón a corazón.

    Allí supe que Él, fue quien mandó sus ángeles, en carne y huesos, en la nave donde se me comenzó a preparar para la misión, que desde siglos atrás Él tenía reservada para mí. Me dijo que yo era lo que los orientales en la Tierra, llaman un Buda (iluminado), que por eso siento los tres campos magnéticos activados en la cabeza; que no me preocupara, que esto no me haría daño; que estos tres campos de fuerza Él los activa a sus profetas, cuando Él les asigna una misión de trascendencia como la que ha reservado para mí en este tiempo del cumplimiento de todas las cosas.

    JEHOVAELOHIM me reveló que yo estaba durmiendo espiritualmente en el plano físico de la Tierra; que yo era regente del planeta Saturno y a la vez el segundo de los tres responsables del desarrollo espiritual de las criaturas pertenecientes a este sistema solar. Me dijo esto no para que me engrandeciera, ya que me mostró que este sistema solar es una mota de polvo dentro de la galaxia. También me reveló que había llegado mi hora de despertar para que comenzara mi ministerio en la Tierra, el cual era recuperar a Efraín (las diez tribus perdidas de la casa de Israel) a las cuales el Mesías tiene la responsabilidad de fundir con Judá cuando regrese y tome el poder del mundo. Además de recuperar a Efraín, me dijo que yo era su instrumento para develar los secretos que Él tenía reservados para ser revelados en este tiempo del cumplimiento de todas las cosas. Que yo estaba destinado a despertar a la edad de treinta años para que comenzara mi ministerio. Que yo había tomado cuerpo físico terrestre a través del vientre de una madre después de ser fundado el Estado de Israel (nací el 2 de diciembre del año 1952), señal que Él tiene como poste de indicación profética a la humanidad (Dn. 12:7), para que conozca cuándo es el inicio del cumplimiento de todas las cosas.

    JEHOVAELOHIM me reveló muchas cosas más, pero quedé confundido, porque yo siempre había sido incrédulo y quien me hablaba se identificó como aquel Dios que habla en la Biblia, y yo entendía que ese Dios era un Dios sanguinario e injusto. Pero Él me dijo que yo lo veía a El de esa manera porque yo estaba dormido y no podía comprender sus insondables caminos, que después que terminara de despertar espiritualmente lo entendería. Después de esta experiencia, no creí en ella, pensé que me había convertido en un enfermo mental, en un esquizofrénico paranoide.

    Seguía teniendo visiones de sueño, las cuales eran una especie de programación para mi trabajo en la Tierra; pero no la aceptaba, por ser esto para mí una fantasía. No aceptaba que yo era

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