Platero y yo
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PLATERO Y YO Calificación: 5 de 5 estrellas5/5PLATERO Y YO: Biblioteca de Grandes Escritores Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Platero y yo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
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Comentarios para Platero y yo
173 clasificaciones4 comentarios
- Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Simple and warm. Like you Platero!
A 1 persona le pareció útil
- Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Wha' the hell exactly is this? It wasn't so long ago I was browsing a nearby used book shop, and this title, this tight little 120-page spine, caught my attention, and here I plucked it out and stared at this pretty wicked-looking cover: a simple drawing of a man sitting on a donkey, looking dang depressed, and inside many a drawing, nearly one for every page...of a donkey, a person, a flower, a dead horse among scattered rocks, an advertisement for a bull fight...All these things aroused my interest, and glancing at the 38-cent price, and the poetic language within, I took this mother ****er home with me. Platero and I: An Andalusian Elegy is a short series of extraordinarily tiny vignettes, most of which are less than a page long, and accompanied by a simple drawing, of life in a small village located in southern Spain named Moguer around from 1904-1911 if I'm not mistaken. It held my attention for a whole of 20 minutes where I was thinking "Woah, mannnn, this is some pretty rad stuff...so darned goofy, lookit that donkey go prance about!" before I was bored, and quickly wanted it to end, which it did, quickly. There is no story for the reader to follow, really...just Juan chilling with his Platero, watching kids play in the village, or throw rocks at a dead horse who's just trying to relax, maybe decay a little, watching the excitement spring up when the toreadors come to fight, recalling from memory his friends and neighbors from Moguer, et cetera.Apparently, this book is filled with sharp social commentary...none of which I got, most likely because I didn't grow up in Spain circa 1910 or ever study its history.I am being too negative. The writing here is genuinely good, very poetic, sometimes sublime, but I only ever felt "what's the point?" and not at all surprised everything Jiménez has written is now out-of-print.50%, baby.[81 copies at time of review...]
- Calificación: 4 de 5 estrellas4/5A magical book that transports the reader, through the eyes of a poet, to a small town in Southern Andalucía (Spain). Jiminez writes about a life shared with his best friend: Platero a young donkey. It is a simple life in tune with nature as the two friends go about their daily business and Jiminez tells his little stories, which are imbued with colour, with the changing seasons and the characters in the town and the surrounding countryside.The little stories take the form of vignettes rarely more than 300 words each and although in prose form have the feel of a sonnet. Typically they are three or four paragraphs long with the first paragraph setting the scene: introducing the main character, which might be human, or an animal or the countryside and usually referring to Platero. The second paragraph enhances the subject and tells the story; there is usually a change of direction in the third paragraph as Jiminez concludes his story with some more thoughts of his own or imagines how Platero might be feeling. Some of the stories are simple, perhaps with some humour, others can delve deeper into the imagination, with a note of sadness that lingers long after the story has finished, while some evoke a feeling of overwhelming well being. The reader travels with Jiminez and Platero feeling the colours, feeling the warmth of their friendship and feeling the world around them.Most of the stories were published in 1914 and so describe a timeless existence before the inroads of the 20th century. There is a peace and simplicity about their lives that reaches out and makes one yearn to be part of it, least it does for me when I am at my most wistful. I am going to keep this book on my reading desk and dip into these stories when I want to revel in the special atmosphere of Jiminez prose: food for the soul perhaps, food for our lives that miss so much of what the poet tells us. A four star read.
- Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Sweet, poignant. Lovely brief essays, impressionistic, proses poems. I didn't like it initially, but persevered and came to like it very much quite quickly.
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Platero y yo - Juan Ramon Jimenez
The Project Gutenberg EBook of Platero y yo, by Juan Ramón Jiménez
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Title: Platero y yo
Author: Juan Ramón Jiménez
Release Date: March 20, 2012 [EBook #39209]
Language: Spanish
*** START OF THIS PROJECT GUTENBERG EBOOK PLATERO Y YO ***
Produced by Chuck Greif & Víctor Moné
Juan Ramón Jiménez
PLATERO Y YO
Elegía andaluza
Esta edición reproduce el texto de la primera, publicada en 1914.
ADVERTENCIA Á LOS HOMBRES
QUE LEAN ESTE LIBRO PARA NIÑOS
ESTE breve libro, en donde la alegría y la pena son gemelas, cual las orejas de Platero, estaba escrito para... ¡qué sé yo para quién!... para quien escribimos los poetas líricos... Ahora que va á los niños, no le quito ni le pongo una coma. ¡Qué bien!
«Dondequiera que haya niños—dice Nóvalis—, existe una edad de oro.» Pues por esa edad de oro, que es como una isla espiritual caída del cielo, anda el corazón del poeta, y se encuentra allí tan á su gusto, que su mejor deseo sería no tener que abandonarla nunca.
¡Isla de gracia, de frescura y de dicha, edad de oro de los niños; siempre te halle yo en mi vida, mar de duelo; y que tu brisa me dé su lira, alta y, á veces, sin sentido, igual que el trino de la alondra en el sol blanco del amanecer!
EL POETA
MADRID, 1914
Á LA MEMORIA DE AGUEDILLA,
LA POBRE LOCA DE LA CALLE DEL SOL,
QUE ME MANDABA MORAS Y CLAVELES
LA ELEGÍA
I
PLATERO
PLATERO es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro.
Lo dejo suelto, y se va al prado, y acaricia tibiamente con su hocico, rozándolas apenas, las florecillas rosas, celestes y gualdas... Lo llamo dulcemente: ¿Platero?
, y viene á mí con un trotecillo alegre que parece que se ríe, en no sé qué cascabeleo ideal...
Come cuanto le doy. Le gustan las naranjas mandarinas, las uvas moscateles, todas de ámbar, los higos morados, con su cristalina gotita de miel...
Es tierno y mimoso igual que un niño, que una niña...; pero fuerte y seco como de piedra. Cuando paso, sobre él, los domingos, por las últimas callejas del pueblo, los hombres del campo, vestidos de limpio y despaciosos, se quedan mirándolo:
—Tiene acero...
Tiene acero. Acero y plata de luna, al mismo tiempo.
II
PAISAJE GRANA
LA cumbre. Ahí está el ocaso, todo empurpurado, herido por sus propios cristales, que le hacen sangre por doquiera. A su esplendor, el pinar verde se agria, vagamente enrojecido; y las hierbas y las florecillas, encendidas y transparentes, embalsaman el instante sereno de una esencia mojada, penetrante y luminosa.
Yo me quedo extasiado en el crepúsculo. Platero, granas de ocaso sus ojos negros, se va, manso, á un charco de aguas de carmín, de rosa, de violeta; hunde suavemente su boca en los espejos, que parece que se hacen líquidos al tocarlos él; y hay por su enorme garganta como un pasar profuso de umbrías aguas de sangre.
El paraje es conocido, pero el momento lo trastorna y lo hace extraño, ruinoso y monumental. Se dijera, á cada instante, que vamos á descubrir un palacio abandonado... La tarde se prolonga más allá de sí misma, y la hora, contagiada de eternidad, es infinita; pacífica, insondable...
—Anda, Platero...
III
ALEGRÍA
PLATERO juega con Diana, la bella perra blanca que se parece á la luna creciente, con la vieja cabra, gris, con los niños...
Salta Diana, ágil y elegante, delante del burro, sonando su leve campanilla, y hace como que le muerde los hocicos. Y Platero, poniendo las orejas en punta, cual dos cuernos de pita, la embiste blandamente y la hace rodar sobre la hierba en flor.
La cabra va al lado de Platero, rozándose á sus patas, tirando, con los dientes, de la punta de las espadañas de la carga. Con una clavellina ó con una margarita en la boca, se pone frente á él, le topa en el testuz, y brinca luego, y bala alegremente, mimosa igual que una mujer...
Entre los niños, platero es de juguete. ¡Con qué paciencia sufre sus locuras! ¡Cómo va despacito, deteniéndose, haciéndose el tonto, para que ellos no se caigan! ¡Cómo