Q uizá me estoy haciendo un poco mayor, pero hoy en día me gusta mucho la sencillez. Hábitos sencillos, comidas sencillas y, sobre todo, entrenamientos sencillos. Aunque siempre he sido partidario de satisfacer la curiosidad –y de probar algo nuevo solo porque me interesa–, la mayoría de las veces reduzco mis propios entrenamientos a su forma más básica y eficaz. Me gustan los entrenamientos que se pueden entender de un vistazo. Poca carga cognitiva para que puedas concentrar tu energía en lo que realmente importa: hacer esas repeticiones.
Este programa de cuatro semanas es el epítome de la simplicidad: tres circuitos de 30 minutos para todo el cuerpo