Sebastià D’Arbó (MÁS ALLÁ, 403), precursor en la divulgación de temas parapsicológicos, se le considera el pionero del docuhorror o “cine de la mente”. El docuhorror –también conocido como cine parapsicológico (MÁS ALLÁ, 404 y 406)– tiene su origen en el fantaterror, género surgido en la década de 1970, y que comenzaría a languidecer después de que el gobierno socialista (1982-1996) de Felipe González decretase la Ley Miró (1983). Este decreto ley, que pretendía promocionar un cine de “más calidad”, significó un drástico recorte en la subvención de películas comerciales, perjudicando al cine de “destape”, pero también al fantaterror.
De ahí que, a partir de la segunda mitad de los años ochenta del pasado siglo XX, en España apenas surgieran títulos en un género, que quedaría sepultado definitivamente hasta el futuro estreno de “El Día de la Bestia” (1995) (MÁS ALLÁ, 413).
Entre las escasas películas de terror que se alumbraron en la segunda mitad de