CUANDO TE COMUNICAS con los demás, seguro que a veces te sorprendes a ti mismo ‘recordando’ cosas, repitiendo información y, en general, asumiendo que te están ignorando, sobre todo si en el resto de las esferas de tu vida también se te pasa por alto (no obtener respuesta a un “a ver si nos vemos” a un viejo amigo, cuando le preguntas a tu casero si te amplia el contrato o el silencio desde la oficina del médico cuando han pasado ya tres días). Llega un momento en el que sentirse invisible puede empezar a hacer mella en nuestra salud mental.
De hecho, Kipling D. Williams, doctor y profesor de Ciencias de la Psicología en la Purdue University, descubrió que ser ignorado duele de manera literal, pues activa la misma parte del cerebro