Las tradiciones son enriquecedoras si realmente las honramos de forma sencilla, con corazón y consciencia. Nos ayudan a unirnos un poco más con todos los de nuestro entorno y a reforzar lazos de amor y amistad. Seguramente esto es lo más importante de las navidades, aunque a menudo el centro de atención se sitúe en los excesos con la comida y la bebida.
Si nos encontramos vacíos internamente, sin un trabajo diario para fomentar nuestra paz y armonía interior, desearemos encontrar estímulos externos que compensen esta carencia, y estos son excesivos: regalos, comida y bebidas que nos ayudan a tapar lo que realmente necesitamos, es decir, calidad de vida, estabilidad emocional y conexión interior.
La comida física es tan sólo para nuestro cuerpo físico y este funciona muchísimo mejor si le proporcionamos diariamente alimentos muy simples y naturales, cocinados con entendimiento energético y sentido común.
Comida física y centro personal
Cada alimento y bebida nos genera una energía y efecto particulares. Si tomamos alimentos y bebidas de efec- tos extremos, estaremos fuera de nuestro centro (y es lo que la mayoría suele acabar haciendo durante las fiestas). ¿Realmente queremos estar fuera de nuestro centro, de nuestro equilibrio, durante unas horas? ¿Vale realmente la pena? Hemos de aprender a amarnos, a entender que somos las personas más importantes de nuestra vida ¡y nadie lo va a hacer por nosotros!
Por otra parte, el consumo de alimentos simples y naturales no está reñido con la confección de platos suculentos, sabrosos y coloridos. Si tienes invitados, con simplicidad, creatividad, color, formas y sabores diferentes puedes sorprenderles muy agradablemente. Puede