¿ES ESTE EL HOMBRE MÁS FUERTE DEL EJÉRCITO?
AÚN NO SON LAS 4:00 A.M. EN FAYETTEVILLE, CAROLINA DEL NORTE, CUANDO EL COMANDANTE CARPACCIO OWENS ESTACIONA SU TOYOTA COROLLA NARANJA EN UN LOTE VACÍO. CON UNA MALETA CRUZADA SOBRE SU HOMBRO Y UNA PELOTA MEDICINAL DE 10 LIBRAS BAJO EL BRAZO, OWENS –“PACE”, COMO ES CONOCIDO– CAMINA RUMBO A LAS PUERTAS DE UN GIMNASIO.
El hombre, de 43 años, 1.75 m de estatura y 94 kilos de puro músculo, porta una sudadera color negro y espera frente a la entrada del lugar. Me cuenta una historia de cuando jugaba futbol americano a nivel semiprofesional, antes de unirse al ejército, hace 19 años. Cuando llega al clímax del relato –cómo descubrió que el equipo estaba en bancarrota cuando fue desalojado de los dormitorios del equipo después de que atraparan al dueño cometiendo fraude– su estruendosa risa rompe con el silencio de la mañana. “Después de eso pensé, ‘wow, en verdad tengo que hacer algo para ordenar mi vida’”, cuenta. Finalmente, un empleado abre la puerta.
Una vez dentro de este gimnasio desierto, Owens entra en acción. Recorre la habitación en busca de mancuernas y discos y los coloca a lo largo de una pista de color verde que rodea al área de pesas. Mientras acomoda los
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