TAPAS

EN BUSCA DE LA FELICIDAD

Intenta escaparse a caminar con Txistorra siempre que puede en sus escasos días libres. Después, Josean Alija (1978) sigue su jornada con “el ‘chiquiteo’, porque me encuentro a gente feliz”. Autor de una delicada y personalísima cocina, es directo, cabezota, perfeccionista y muy bilbaíno. Y uno de los mejores cocineros de la ‘hornada’ española de los últimos veinte años, algo que podría medirse por el puesto número 32 del mundo adjudicado a Nerua, su restaurante en Guggenheim Bilbao, por la lista The World’s 50 Best Restaurants y, sobre todo, avalarse por el respeto ganado entre exigentes gastrónomos que conforman su clientela. “Hay días que me levanto y todavía tengo dudas de si soy cocinero o si he hecho lo que quería hacer. No sé si lo he conseguido, pero me agarro a esa ilusión de seguir trabajando con mi manera de entender la gastronomía, ser fiel a mis valores y tener la capacidad de involucrar a personas que te siguen”, argumenta. “Cada año estoy mejor conmigo porque sé un poquito más de la vida. Si el año pasado tenía tres prejuicios, ahora tengo uno y ya no me corto ni con cristales”.

Hablamos con Alija a su paso por Madrid para participar en la presentación de , evento que se ha celebrado semanas después, a finales de noviembre, y que añade otra vara de medir: fuera de casa,

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