EL FACTOR EQUIS
Xanty, con equis, es de los que no deja palabras al azar. Cuenta, por ejemplo, que para ponerle nombre a su restaurante, una noche hizo una lista de 154, y todos con un mismo criterio: que no llevaran artículo, que comenzaran por a, que fueran trisílabos y además, fonéticamente contundentes. Y finalmente dio con uno, aunque fuera derivado del latín: A-cánthum. La tilde, la añadió después, para que no fuera una palabra aguda.
Eso sucedió hace diez años, el mismo día que entró en su local de la calle San Salvador de Huelva y se encerró allí con una botella de vino a pensar en su nueva aventura como cocinero. “En un momento, cuando ya llevaba 153 nombres, me quedé mirando una escultura de escayola con unas hojas de acanto y pensé: ‘qué valor el de aquel griego que se puso a cincelar en piedra una hoja de acanto’... Hoy es arte clásico, pero en aquel momento, después del dórico y el jónico, hubo un tipo que dio nombre al corintio. Me dio por pensar que, de algún modo, la
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