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Un fallo supremo en el Socialismo del Siglo XXI: la destrucción de la confianza
Un fallo supremo en el Socialismo del Siglo XXI: la destrucción de la confianza
valoraciones:
Longitud:
6 minutos
Publicado:
25 feb 2016
Formato:
Episodio de podcast
Descripción
La economía y la confianza en un mundo incierto.
En el terreno del emprendimiento no existe información sobre los eventos en desarrollo, son únicos e inéditos, es un mundo que corresponde a la incertidumbre, es el campo de las probabilidades que la mente de quien decide se formula en su pensamiento, anticipando hipotéticas secuencias causa efecto, donde todo influye.
El emprendedor decide porque confía, su terreno de existencia no es el de la seguridad, es el de una naturaleza donde las probabilidades de ocurrencia se desconocen. El emprendedor aporta creación social porque no le es posible un comportamiento estratégico en su favor sino tiene una contribución en valor para la sociedad.
La disposición de asumir riesgos por parte del emprendedor tiene una poderosa fuerza creadora, pues favorece la inventiva, la innovación, el progreso técnico y el bienestar. Los países exitosos son aquellos donde hay gente que emprende, que arriesga, que hacen las cosas diferentes, son los emprendedores quienes con sus triunfos y sus fracasos, aprenden y mejoran, es la verdadera manera de avanzar el en camino de la prosperidad.
Los sistemas sociales son por naturaleza dinámicos y cambiantes, no es la permanencia en el equilibrio, ni la suspensión de su inestabilidad los que garantizan su supervivencia. La democracia y las libertades constituyen los mecanismos auto reguladores de la sociedad y de la economía que en sucesivos ensayos corrigen sus errores y se fortalecen con sus aciertos, de manera que ante la crisis podrán superar los elementos afectados y fortalecerán los restantes al hacerlos más resistentes ente cualquier crisis. No es posible controlar ningún ecosistema natural o social desde sus resultados sino desde la mejora de sus procesos.
En el terreno del emprendimiento no existe información sobre los eventos en desarrollo, son únicos e inéditos, es un mundo que corresponde a la incertidumbre, es el campo de las probabilidades que la mente de quien decide se formula en su pensamiento, anticipando hipotéticas secuencias causa efecto, donde todo influye.
El emprendedor decide porque confía, su terreno de existencia no es el de la seguridad, es el de una naturaleza donde las probabilidades de ocurrencia se desconocen. El emprendedor aporta creación social porque no le es posible un comportamiento estratégico en su favor sino tiene una contribución en valor para la sociedad.
La disposición de asumir riesgos por parte del emprendedor tiene una poderosa fuerza creadora, pues favorece la inventiva, la innovación, el progreso técnico y el bienestar. Los países exitosos son aquellos donde hay gente que emprende, que arriesga, que hacen las cosas diferentes, son los emprendedores quienes con sus triunfos y sus fracasos, aprenden y mejoran, es la verdadera manera de avanzar el en camino de la prosperidad.
Los sistemas sociales son por naturaleza dinámicos y cambiantes, no es la permanencia en el equilibrio, ni la suspensión de su inestabilidad los que garantizan su supervivencia. La democracia y las libertades constituyen los mecanismos auto reguladores de la sociedad y de la economía que en sucesivos ensayos corrigen sus errores y se fortalecen con sus aciertos, de manera que ante la crisis podrán superar los elementos afectados y fortalecerán los restantes al hacerlos más resistentes ente cualquier crisis. No es posible controlar ningún ecosistema natural o social desde sus resultados sino desde la mejora de sus procesos.
Publicado:
25 feb 2016
Formato:
Episodio de podcast
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