En la vida nos van a pasar cosas, que nos van a romper sueños, ilusiones, al punto de sentir ganas de dejarlo todo botado. En ocasiones nos hacen sentir enojo, ira, tristeza dolor, angustia y esto hace que se camine con una sensación de conflicto por las cosas malas que nos han pasado. Ahora, en la vida, el dolor llega, como maestro de vida, no para sentir culpa, sino para movernos a dejar claro frente a los hechos ¿Qué vamos hacer? Ante el dolor, solo hay una opción “comprender, asumir, tomar decisiones y avanzar”. Frente al dolor, hay incertidumbre, es normal, “el plan se derrumbo”. El reto es sufrir o crecer, el dolor es maestro, pues éste nos reta desde nuestra responsabilidad afectiva a reconocernos como personas capaces de replantar la historia de vida, no desde el conflicto, sino desde el reconocimiento de nuestras capacidades. Avanzar y sanar, no es negar la emoción, es asumirla como parte de nuestra realidad, pero aún con dolor, miedo, tristeza, tenemos voluntad, y ésta se vuelve firme, cuando empezamos tomar decisiones, para poder plantear nuevos comienzos, haciendo las cosas desde el aprendizaje, no desde el conflicto que nos ha provocado eso malo que nos paso. ¿Qué papel tiene el dolor en tu vida? ¿Has aprendido algo a partir de esas experiencias de crisis? ¿Te sentís con la capacidad de cambiar la ruta que has seguido hasta este momento? Vivir es apasionarnos pro todo lo que nos pasa, los malos momentos son un hecho de la vida, son un momento, una circunstancia, el problema es cuando a partir de un evento nos paralizamos en todas nuestras áreas. Generalizar el dolor, es partir de una visión equivocada. Fallo un proyecto, no tu vida en genera, no perdás esto de vista. Asume el dolor y las cosas malas que te han pasado, como una plataforma de cambio, motivación para crear nuevas acciones, solo cuando abrimos nuevas rutas, llegamos a nuevos puertos, esto depende de vos.