Usualmente escuchamos la importancia de valorarnos y darnos nuestro valor, pero el verdadero significado de la palabra es muchísimo más profundo. No es tanto el valor que te das a ti mism@, es el valor que permites que otros te den. Es lo cuidados@ que eres con a quiénes decides darle el poder en sus manos de tener acceso completo a ti, y por ende, a lastimarte.

Valorarte es darte lo que te mereces, pero es mucho más no permitir que otros te den menos.

Cuando entiendes esto, se desarrolla en ti un superpoder, la selectividad con la que empiezas a tomar decisiones de ahora en adelante. Decisiones de quién sí y quién no, de dónde sí y dónde no. Decisiones que ponen límites y cierran puertas que te ayudan a cuidar esa llave de tu corazón que usualmente le entregas tan fácil a los demás.

Y cuando llegas a este punto, ser selectiv@ se convierte en un superpoder, con el cual logras protegerte, proteger tus emociones, y sobre todo proteger tu energía.