En muchas ocasiones, aunque sea de forma inconsciente, queremos que se reconozca lo listos que somos, es una forma inconsciente de reafirmarnos y sentirnos mejor con nosotros mismos. Cuando esto ocurre nos sentimos importantes o mejores que los demás,  pero eso, a fin de cuentas, no nos lleva a ninguna parte ni nos genera una satisfacción duradera.  
 
Peleamos por tener razón, defendemos nuestra verdad con uñas y dientes, algunas personas incluso están dispuestas a morir por defender su verdad, cuando en realidad la verdad absoluta no está en manos de nadie, cada uno percibe la vida desde sus programaciones internas, desde sus memorias, pero esas memorias son erróneas y no están alineadas con la verdad de la Divinidad. 
 
Peleamos constantemente por tener razón y obtenemos como resultado las consecuencias de esa pelea, que lo único que hacen es menguar nuestra autoestima y aumentar nuestro resentimiento si perdemos la batalla y engrandecer nuestro orgullo y nuestra estupidez si la ganamos, de esta manera es poco menos que imposible alcanzar la paz interior. 
 
Constantemente estamos juzgando, nos posicionamos ante todo y opinamos sobre cualquier cosa, decantándonos por un lado y criticando o atacando al otro, esa actitud nunca nos va a permitir alcanzar la paz interior y un sentido interno de bienestar mujer hermosa. 
 
Recuerda esto: La luz y el amor no juzgan, solo alumbran y envuelven todo a su paso y es a ese objetivo al que tenemos que apuntar, a ser como la luz y como el amor, a liberarnos de todos nuestros juicios y argumentos, a liberarnos de todo lo que nos separa de nosotros mismos y de la Divinidad. 
 
La práctica del Ho'oponopono nos ayuda poco a poco, limpiando memorias y creencias erroneas y va devolviéndonos la capacidad de comunicarnos nuevamente con la Divinidad.