La Ley de Atracción nos dice que si queríamos hacer realidad nuestros deseos tenemos que visualizarlos a menudo e imaginar que ya los conseguimos y de esta forma, con el tiempo, se materializarían. 
 
La diferencia de visualizar lo que quieres para poner en marcha la Ley de Atracción con el Ho oponopono es que con la visualización estás decidiendo tú lo que quieres, pero realmente, ¿quién quiere una casa más grande, tus memorias o tú? 
 
Cuando tratas de obtener un resultado utilizando la Ley de Atracción lo que estás haciendo es decirle al Universo/Dios lo que quieres y lo haces porque piensas que eso te hará feliz, pero, ¿cuántas veces tras conseguir algo que querías te has dado cuenta de que eso no te hacía feliz o solo te ofrecía un minimo de felicidad pasajera... 
 
Con el Ho'oponopono permites a Dios, que sabe mucho más que tú, que te traiga aquello que sabe que es adecuado para ti. Esa, probablemente sea la gran diferencia entre ambas prácticas, la primera implica cierto nivel de arro ancia y la creencia de que sabemos lo que nos conviene y la segunda supone admitir, tal y como decía Sócrates que lo único que sabemos es que no sabemos nada. Aceptar eso y ponernos en manos de la Divinidad es un acto de rendición y de entrega a una Sabiduría mucho mayor que la nuestra que puede hacer verdaderos milagros en nuestra vida si se lo permitimos