Cambio climático: los retos para la sostenibilidad agroalimentaria global: los retos para la sostenibilidad agroalimentaria global
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Cambio climático - Antonio Yúnez Naude
I. INTRODUCCIÓN
El término cambio climático (
cc
) se refiere a las modificaciones del clima causadas principalmente por las emisiones de gases de efecto invernadero (
gei
) al quedar atrapadas en la atmósfera terrestre. El fenómeno ha sido el principal motor del calentamiento global desde la Revolución Industrial.
Podemos dividir las principales fuerzas detrás de las emisiones de
gei
en dos: los sistemas naturales y las actividades humanas. Entre el primer tipo están las procedentes de los incendios de los bosques, los humedales, los océanos, la actividad volcánica y volcanes de lodo, el permafrost y los terremotos. Las emisiones de
gei
procedentes de las actividades humanas están relacionadas con la producción de energía, la industria, la silvicultura, el uso de suelo y los cambios en el uso de suelo. Con base en los resultados de un análisis estadístico de las emisiones mundiales de
gei
, Yue y Gao (2018) concluyen que los sistemas naturales pueden considerarse autoequilibrados y que las emisiones de las actividades humanas añaden presión al sistema terrestre.
El calentamiento global es un hecho: se calcula que la temperatura media en la tierra es de 1.1ºC (±0.1ºC) por encima del nivel medio registrado durante 1850-1900. Las pruebas científicas apuntan a que la influencia humana en el sistema climático y en el calentamiento global han sido significativas, con impacto observado en todos los continentes y océanos. De acuerdo con el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (
ipcc,
por sus siglas en inglés),¹ se estima que las actividades humanas han causado aproximadamente 1.0ºC de calentamiento global por encima de los niveles preindustriales existentes en 1750 (
ipcc
, 2018).
Como consecuencia del calentamiento global, en 2018 el mundo sufrió 315 casos de eventos naturales extremos relacionados principalmente con el clima. Las tormentas, inundaciones, incendios y sequías representaron cerca de 93%. Alrededor de 68.5 millones de personas se vieron afectadas y las pérdidas económicas ascendieron a 131 700 millones de dólares. Las pérdidas económicas atribuidas a los incendios sólo en 2018 son casi iguales a las pérdidas totales por incendios sufridas en la última década, lo que resulta bastante alarmante. Además, los alimentos, el agua, las condiciones de salud, los ecosistemas, el hábitat humano y la infraestructura representan los sectores más vulnerables afectados por el clima (Fawzy et al., 2020). Durante los últimos años, varias regiones del mundo han sido testigos de condiciones climáticas extremas, como sequías, temperaturas que alcanzaron los 50ºC e incendios en la costa occidental de Norteamérica (Columbia Británica, California, Oregón y el estado de Washington); sequía seguida de lluvias extremas en el sur de Australia; una sequía de cuatro años en el sur de Madagascar, Mozambique y Jordania; temperaturas extremas e inundaciones en Europa y el sudeste asiático.²
Los principales contribuyentes al
cc
son las emisiones antropogénicas de
gei:
co
2, metano (
ch
4) y óxido de nitrógeno (n2o
), que han aumentado desde el periodo preindustrial, causadas en gran parte por el crecimiento económico y demográfico, y que ahora son más altas que nunca. Esto ha dado lugar a concentraciones atmosféricas de emisiones de
gei
sin precedentes. Sus efectos, junto con los de otros impulsores antropogénicos, se han detectado en todo el sistema climático y es probable que hayan sido la causa dominante del calentamiento observado desde mediados del siglo
xx
. Por ejemplo, las emisiones de
co
2 crecieron 2% y alcanzaron la cifra récord de 37 000 millones de toneladas en 2018.³
Los sectores económicos que más contaminan son el secundario —destacando el energético— y terciario, mientras el que más padece los impactos del
cc
es el primario. En consecuencia, las estrategias más urgentes para mitigar el calentamiento global deben dirigirse a los primeros dos sectores, y las enfocadas a la adaptación al primario.
El notable crecimiento económico registrado desde la Revolución Industrial ha demostrado que las condiciones imperantes desde mediados del siglo
xx
hasta la fecha no han sido sostenibles, ya que se han basado en el uso creciente de combustibles fósiles, así como en el agotamiento de los recursos naturales o del capital natural (véase el recuadro 1.1). El crecimiento económico no ha beneficiado por igual a todas las poblaciones, regiones y países, al tiempo que la pobreza prevalece en todo el mundo. Además, la mayoría de las comunidades, cuyos habitantes viven en pobreza, se encuentran en zonas rurales y muchas de ellas dependientes de los recursos naturales.
El calentamiento global provoca fenómenos meteorológicos extremos, como olas de calor, incendios, ciclones tropicales, huracanes y sequías. Estos eventos van en aumento y tienen un profundo impacto en el desarrollo socioeconómico y el medio ambiente.
¿Qué es el capital natural?
Puede definirse como las reservas mundiales de activos naturales: geología, suelo, aire, agua y todos los seres vivos. Del capital natural, los seres humanos obtienen una amplia gama de servicios (a menudo denominados servicios ecosistémicos) que hacen posible la vida humana. Éstos incluyen los alimentos que comemos, el agua que bebemos y los materiales vegetales que utilizamos como combustibles, materiales de construcción y medicinas. También hay muchos servicios ecosistémicos menos visibles, como la regulación del clima y las defensas naturales contra inundaciones que proporcionan los bosques, los miles de millones de toneladas de carbono almacenados en las turberas y la polinización de los cultivos por los insectos. Aún menos visibles son los servicios ecosistémicos culturales, como la inspiración que obtenemos de la vida salvaje y el entorno natural.*
¿Por qué es relevante el capital natural?
En términos de capital financiero, gastar en exceso provoca deudas que, si no se controlan, pueden llevar a la quiebra. En cuanto al capital natural, utilizar las existencias excedentes de nuestro entorno natural también puede provocar una deuda que debe ser reembolsada (por ejemplo, replantando bosques o permitiendo que los acuíferos se repongan). Si seguimos reduciendo las reservas de capital natural sin permitir o fomentar que la naturaleza se recupere, corremos el riesgo de que se produzca un colapso local, regional o incluso mundial del ecosistema. Por tanto, un capital natural mal gestionado se convierte no sólo en un pasivo ecológico, sino también en un pasivo social y económico. Trabajar contra la naturaleza sobreexplotando el capital natural puede ser catastrófico, no nada más en términos de pérdida de biodiversidad, sino también en términos humanos, ya que la productividad y la capacidad de recuperación de los ecosistemas disminuyen y algunas regiones se vuelven más propensas a sufrir fenómenos extremos, como inundaciones y sequías. En última instancia, la sobreexplotación de la naturaleza hace que la sostenibilidad sea más difícil para las comunidades humanas, sobre todo en ecosistemas ya sometidos a estrés, lo que puede provocar hambruna, conflictos por la escasez de recursos y el desplazamiento de las poblaciones.
¿Es realmente valioso el capital natural en términos financieros?
La naturaleza no tiene precio, pero tampoco carece de valor, como demuestran numerosos estudios que han calculado el valor del capital natural en términos financieros. Por ejemplo, los árboles de las calles de California proporcionan mil millones de dólares al año en servicios ecosistémicos a través de la regulación atmosférica y la prevención de inundaciones; mientras que los manglares de México aportan 70 000 millones de dólares anuales a la economía con la protección contra tormentas, el apoyo a la pesca y al ecoturismo. En 2013, la coalición
teeb
for Business publicó un conocido informe en el que se estimaba que los sectores de producción y transformación primaria del mundo son responsables de costos de externalidad medioambiental
que ascienden a la asombrosa cifra de 7.3 billones de dólares anuales. Un año después, otro estudio publicado en la revista Global Environmental Change reveló que el valor total de los servicios ecosistémicos del mundo ascendía al doble del
pib
agregado mundial: nada menos que 124.8 billones de dólares anuales.
* El Panel Internacional de Recursos (
pir
) considera que los recursos naturales consisten en metales, minerales, combustibles fósiles, biomasa, agua y tierra. Añade que tales recursos pueden ser registrados como flujos dentro de la economía, desde su extracción, procesamiento y consumo hasta su reutilización o desecho hacia el final de su vida útil (
pir
, 2021, p. 3).
Nota:
teeb
= economía de ecosistemas y la biodiversidad.
Fuente: Natural Capital Forum: https://naturalcapitalforum.com/about (consultado el 22 de julio de 2021); véase también: https://naturalcapitalforum.com
Referencias
Fawzy, S., Osman, A. I., Doran, J. y Rooney, D. (2020). Strategies for mitigation of climate change: A review
. Environmental Chemistry Letters, 18, 2069-2094. https://doi.org/10.1007/s10311-020-01059-w
Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (
ipcc
) (2018). Summary for Policymakers
, en Masson-Delmotte, V., Zhai, P., Pörtner, H.-O., Roberts, D., Skea, J., Shukla, P. R., Pirani, A., Moufouma-Okia, W., Péan, C.,
Pidcock, R., Connors, S., Matthews, J. B. R., Chen, Y., Zhou, X., Gomis, M. I., Lonnoy, E., Maycock, T., Tignor, M. y Waterfield, T. (eds.). Global Warming of 1.5ºC (pp. 3-24). Cambridge University Press. (Se trata de un informe especial del
ipcc
sobre los efectos del calentamiento global de 1.5ºC por encima de niveles preindustriales y las trayectorias de emisión de
gei
a nivel mundial relacionadas, en el contexto del fortalecimiento de la respuesta mundial a la amenaza del cambio climático, el desarrollo sostenible y los esfuerzos para erradicar la pobreza.)https://www.ipcc.ch/sr15/chapter/spm
Panel Internacional de Recursos (
pir
) (2021). Building Biodiversity: The Natural Resource Management Approach. Potočnik, J. y Teixeira, I. (eds.). A think piece of the International Resource Panel Co-Chairs.
Yue, X.-L. y Gao, Q.-X. (2018). Contributions of natural systems and human activity to greenhouse gas emissions
. Advances in Climate Change Research, 9 (4), 243-252. www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1674927818300376
¹ En asociación con la Organización Meteorológica Mundial (
omm
; https://public.wmo.int/en) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (
pnuma
), se creó el
ipcc
en 1988 con el propósito de proporcionar a los gobiernos de todos los niveles información científica que puedan utilizar para desarrollar políticas climáticas y suministrar evaluaciones periódicas sobre los fundamentos científicos del
cc
, su impacto y riesgos futuros, así como opciones de mitigación y adaptación (consúltese https://www.ipcc.ch).
² Véanse https://knoema.es/atlas/sources/WMO?topic=Climate%20Change y https://public.wmo.int/en/about-us/who-we-are (consultados el 20 de diciembre de 2021).
³ Véase https://www.ipcc.ch/report (consultado el 20 de diciembre de 2021).
2. EL MARCO CONCEPTUAL
En este capítulo presentamos el contexto de los capítulos subsiguientes discutiendo la noción de desarrollo sostenible y ofrecemos un resumen de las pruebas que apuntan a las raíces antropogénicas como causa principal del calentamiento global desde la Revolución Industrial, así como de los riesgos que el
cc
supone para los seres humanos. También nos referimos tanto a los compromisos asumidos por los países miembros de la
onu
para contener el calentamiento global y los comparamos con las tendencias reales, como a las acciones necesarias para limitar el alza de la temperatura promedio mundial para 2030 a 1.5ºC (2.7ºF) respecto a los niveles preindustriales.
2.1. D
esarrollo sostenible
En 2015, todos los Estados miembros de la Organización de las Naciones Unidas (
onu
) adoptaron la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible (
sdg
), basada en 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (
ods
). Todos los países —de ingresos altos, medios y bajos¹— reconocen que acabar con la pobreza y otras privaciones debe ir de la mano de estrategias que mejoren la salud y la educación, reduzcan la desigualdad y estimulen el crecimiento económico, al tiempo que se aborde el
cc
y se trabaje para preservar nuestros océanos y bosques.²
Los objetivos para 2030 son: 1) acabar con la pobreza en todas sus formas, en todas partes; 2) acabar con el hambre, lograr la seguridad alimentaria³ y mejorar la nutrición a la vez que se promueve un Sagan sostenible; 3) garantizar una vida sana y promover el bienestar; 4) garantizar una educación de calidad, inclusiva y equitativa, y promover oportunidades de aprendizaje permanente para todos; 5) lograr la igualdad de género y empoderar a todas las mujeres y niñas; 6) garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua dulce y el saneamiento para todos; 7) garantizar el acceso a fuentes de energía asequibles, fiables, sostenibles y modernas; 8) promover un crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, oportunidades de empleo pleno y productivo y trabajo digno para todos; 9) construir infraestructura resiliente, promover una industrialización inclusiva y sostenible y fomentar la innovación; 10) reducir la desigualdad dentro de los países y entre ellos; 11) hacer que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles; 12) garantizar patrones de consumo y producción sostenibles; 13) tomar medidas inmediatas para combatir el
cc
y su impacto; 14) conservar y utilizar de forma sostenible los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible; 15) proteger, restaurar y promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres, gestionar de forma sostenible los bosques, combatir la desertificación e inhibir y revertir la degradación de la tierra y detener la pérdida de la biodiversidad (véase el recuadro 2.1); 16) promover sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible, proporcionar acceso a la justicia para todos y construir instituciones eficaces, responsables e inclusivas a todos los niveles, y 17) reforzar los medios de aplicación y revitalizar la Asociación Mundial para el Desarrollo Sostenible.
La biodiversidad es la diversidad dentro de las especies, entre las especies y los ecosistemas. Otorga a nuestro mundo una riqueza incalculable. Aporta cruciales servicios para la salud humana y la resiliencia de la sociedad, al tiempo que proporciona un claro valor intrínseco* [...] Las ventajas de un planeta biodiverso son amplias y variadas: desde reducir la probabilidad de enfermedades zoonóticas hasta mitigar los efectos de las inundaciones. La biodiversidad sustenta nuestros sistemas alimentarios ayudando a la polinización de los cultivos y promoviendo la formación de suelos sanos.
[La biodiversidad] aumenta la productividad y la resistencia de los ecosistemas, garantizando que todos los recursos del mundo natural de los que depende la humanidad se amplíen y protejan de las perturbaciones del sistema. Dos tercios de nuestra vida marina están amenazados por la contaminación plástica y la sobreexplotación pesquera, y las poblaciones mundiales registradas de animales, mamíferos, aves, peces, anfibios y reptiles han descendido 68% en el último medio siglo [...] En menos de medio siglo hemos asistido a la desaparición de cerca de la mitad de los bosques de la Tierra y un millón de especies animales y vegetales están amenazadas de extinción.
Sabemos que la causa principal de la pérdida de biodiversidad es el uso ineficiente de los recursos naturales. El informe Perspectivas de Recursos Globales 2019 del Panel Internacional de Recursos (
pir
) concluyó que la extracción y el procesamiento de la biomasa provocan más de 80% de la pérdida de biodiversidad relacionada con los suelos. La biomasa (cultivos, residuos de cultivos, biomasa de pastoreo, madera y capturas de peces silvestres) se utiliza como alimento humano y animal, como materia prima y para obtener energía. Dentro de estos usos que ocasionan pérdida de biodiversidad destaca la producción y el consumo insostenibles de bienes agropecuarios [...] (
pir
, 2019). Tres cuartas partes de la superficie de la Tierra han sido alteradas por el hombre, lo que ha provocado una disminución sin precedentes de los bosques y los espacios naturales [...].
Dichas prácticas son autodestructivas ya que el sistema alimentario depende en gran medida de los servicios ecosistémicos que proporciona la biodiversidad, como la polinización, los suelos sanos y el agua limpia. Todos estos servicios ecosistémicos de aprovisionamiento dependen de entornos sanos, biodiversos y naturales. Su valor real sigue siendo desconocido [véase el capítulo 6], pero los costos de la degradación de los ecosistemas empiezan a acumularse. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (
fao
) estima que [a finales de 2010], a nivel mundial, cultivos por valor de 240 000-560 000 millones de dólares dependen de la polinización de las abejas melíferas [...]; sin embargo, en Estados Unidos, en los últimos sesenta años, las colmenas de estas abejas han disminuido 60%. Los bosques de manglares ayudan a evitar daños por inundaciones costeras en todo el mundo (equivalentes a unos 80 000 millones de dólares anuales); empero, se siguen talando para mejorar las vistas al mar, la acuicultura costera y el acceso marítimo.
Hemos fracasado a la hora de gestionar el capital natural de un modo que mantenga la capacidad de recuperación y la prosperidad. Por lo tanto, el aumento de la extracción de capital natural se producirá ahora a expensas de la prestación de los servicios que proporcionaría la naturaleza en el futuro.
La naturaleza es un recurso que nos mantiene vivos a cada uno de nosotros, pero se está degradando rápidamente y se comparte de forma injusta. Los países de ingreso o renta alta, que representan un tercio de la población mundial, tienen huellas de consumo material 60% superiores a las de los países de renta media y 13 veces superiores a las de los países de renta baja (
pir
, 2019).
Mientras que los pobres dependen de la biodiversidad y de los recursos naturales para su supervivencia básica, las naciones más ricas provocan, con su consumo de estos recursos, el mayor impacto medioambiental negativo.
* Valor intrínseco es definido como el verdadero valor de un bien no determinado por los precios de mercado
. Se reconoce que la naturaleza tiene valor por sí misma, independientemente del uso humano.
Nota de los autores: Las tendencias de pérdida de biodiversidad contrastan con los compromisos contraídos en el marco del Convenio sobre la Diversidad Biológica de las Naciones Unidas, cuyos tres objetivos principales son la conservación de la diversidad biológica, la utilización sostenible de sus componentes y el reparto equitativo y justo de los beneficios derivados de los recursos genéticos. El Convenio se adoptó en Nairobi en mayo de 1992 y fue firmado por 168 países en Río de Janeiro a mediados de junio de 1993.
Fuente:
pir
(2021, pp. 6-8).
Con respecto a la biodiversidad, el
pir
propone que la administración o el manejo de los recursos naturales es una pieza que le falta a los esfuerzos globales para restaurarla y regenerarla. El
pir
añade que está presente la oportunidad para que los países ricos en biodiversidad sean reconocidos por su riqueza natural y que sean recompensados por mantener los servicios de sus ecosistemas, y que los países con elevada huella sobre los recursos naturales inviertan en su administración global como una estrategia eficiente para reducir la presión de su impacto en la biodiversidad. Con ello se promoverá un futuro medioambiental seguro (
pir
, 2021, Prólogo).
Para medir los avances en la consecución de estos propósitos, la
onu
diseñó un marco de indicadores globales para los objetivos y las metas de desarrollo sostenible. Los Estados miembros se han comprometido a proporcionar los datos necesarios para que la institución pueda estimar los progresos (véase la sección 2.3).
2.2. L
as raíces antropogénicas del cambio climático: hechos y riesgos
⁴
Durante los últimos dos siglos y medio, el crecimiento económico y el de la población ha provocado importantes concentraciones atmosféricas de emisiones de
gei
, en gran parte compuestos por
co
2,
ch
4 y n2o
. Estas emisiones no tienen precedentes, al menos en los últimos 800 000 años. Sus efectos, junto con los de otros impulsores antropogénicos, se han detectado en todo el sistema climático y, según el
ipcc
, es muy probable que hayan sido la causa dominante del calentamiento observado desde mediados del siglo
xx
.⁵
Entre 1750 y 2011, alrededor de 40% de las emisiones antropogénicas de
co
2 a la atmósfera ha permanecido en ella; el resto se ha almacenado en la tierra —en plantas y suelos— y en los océanos, provocando su acidificación. Las emisiones de
co
2 procedentes de la utilización de combustibles fósiles y de los procesos industriales contribuyeron en alrededor de 78% al aumento total de las emisiones de
gei
en el periodo 1970-2010. Entre 2000 y 2010, la contribución en las emisiones de
co
2 del crecimiento demográfico se mantuvo similar a la de las tres décadas anteriores, mientras que la del crecimiento económico ha aumentado considerablemente. Estas tendencias se han mantenido a pesar del creciente número de políticas de mitigación del
cc
.
Las emisiones de
gei
impactan significativamente en el sistema climático, lo que contribuye de forma importante en el
cc
. En las últimas décadas, los cambios en el clima han afectado a los sistemas naturales y humanos en todos los continentes y a través de los océanos. El
cc
es más fuerte y más amplio para los sistemas naturales: por ejemplo, la cantidad y la calidad del agua dulce o la migración de numerosas especies animales. En cambio, los efectos del
cc
en los seres humanos difieren entre poblaciones: por ejemplo, muchos estudios que cubren amplias gamas de regiones y cultivos muestran que los efectos negativos del
cc
en el rendimiento de los mismos han sido más comunes que los positivos (los resultados, para el caso del maíz en México, se muestran en el recuadro 2.2).⁶
En las zonas rurales, los efectos del
cc
son y serán diferentes entre distintas regiones y entre diferentes tipos de hogares rurales. Muestra de lo anterior son los resultados del estudio de Hernández Solano y Yúnez Naude (2016) que calculan el probable impacto directo e indirecto del
cc
en las cinco regiones y en los hogares rurales de México. Para ello aplica un modelo micro de equilibrio general que abarca toda la economía, utilizando datos de una encuesta representativa de los hogares rurales mexicanos (Taylor y Filipski [2014], exponen las características de este tipo de modelos).
A partir de la información resultante de la encuesta, los autores distinguen a los hogares según el tamaño de la parcela que cultivan, el tipo de acceso al agua para llevar a cabo esta actividad y el destino del maíz que producen: para el consumo familiar y/o para alimentar a su ganado y para el mercado. En el modelo se incorporan los costos de transacción en los mercados del maíz, y las fallas en los mercados de tierra y trabajo de México. También se considera la producción de los hogares rurales de cultivos distintos del maíz, la ganadería, las actividades no agrícolas y otras fuentes de ingresos, es decir, incluye la diversificación de las actividades y las fuentes de ingresos de los hogares rurales.
El modelo comprende cinco tipos de hogares: 1) no implicados en la producción agrícola; 2) sin tierra que la arriendan para la producción de cultivos; 3) agricultores de subsistencia que poseen menos de dos hectáreas de tierra y utilizan el maíz que producen para el consumo familiar-animal (unidades de producción y consumo); 4) medianos agricultores comerciales con parcelas de entre 2 y 5 ha, y 5) grandes agricultores comerciales con parcelas de 5 ha o más.
Los autores construyeron un modelo micro de equilibrio general aplicado con base en estas características. Primero elaboraron una matriz de contabilidad social (
mcs
) para cada una de las cinco regiones rurales de México, después se calibró el modelo y por último se realizó una simulación para medir los probables efectos multisectoriales del
cc
sobre la producción de maíz y los ingresos de los hogares rurales (detalles del modelo en el capítulo 4). El choque simulado se basa en estimaciones regionales del impacto del
cc
sobre el rendimiento del maíz utilizando las predicciones del
cc
para el periodo 2040-2069, resultantes del Modelo para la Investigación Interdisciplinaria sobre el Clima desarrollado por el Centro para la Investigación del Sistema Climático, de la Universidad de Tokio (cuadro A).
Los resultados indican, entre otras cosas, que, además de la esperada heterogeneidad regional de los cambios simulados en el rendimiento del maíz, los efectos del
cc
sobre la producción y los ingresos de los hogares rurales difieren ampliamente entre sus tipos. El cuadro B ilustra este resultado en lo que se refiere a los ingresos; por ejemplo, los más perjudicados por el
cc
son los hogares de subsistencia en el sur-sureste, hogares de tamaño medio en la región rural del centro-oeste y los grandes agricultores del noroeste (con respecto a los modelos base calibrados, los ingresos de estos hogares disminuyeron más de 14%).
A pesar de que algunos hogares podrían verse beneficiados por los cambios en el rendimiento del maíz, el impacto neto de estas modificaciones supondría una reducción de los ingresos de los hogares rurales mexicanos de unos 600 millones de dólares, así como una disminución de la producción de maíz, el principal alimento básico en México.
En el cuadro C se presentan los resultados para las actividades de los hogares ubicados en la región sur-sureste, porque podría ser la más afectada por las reducciones en los rendimientos de maíz resultantes del
cc
. Esta región es en la que más incide la pobreza y es también donde se encuentra la mayor parte de las selvas de México. Además, con el cuadro ilustramos los detalles que captan modelos microeconómicos de equilibrio general aplicados al sector rural de países de ingresos medios y bajos.
El cuadro C muestra que, independientemente del tipo de hogar agricultor, la actividad más afectada en el sur-sureste sería la del maíz de temporal, seguida de la del irrigado. Los cambios en la producción del grano tendrían un efecto indirecto, como la modificación del uso de suelo para sembrar otros cultivos, así como un mayor uso intensivo de los recursos naturales, en particular de la tierra.
Finalmente, los resultados muestran que, a pesar de que el
cc
tendría perdedores y ganadores, el efecto general del fenómeno resultaría en la reducción del ingreso de los hogares rurales mexicanos y en el aumento de la inseguridad alimentaria y la deforestación.
* Las celdas con —
significan que el conjunto de hogares no se dedicó a la actividad correspondiente durante el año previo a la encuesta.
Fuente: Hernández Solano y Yúnez Naude (2016).
Durante las últimas décadas se han observado cambios significativos en los fenómenos meteorológicos y climáticos extremos. Algunos están relacionados con las actividades humanas y comprenden temperaturas extremas frías y/o cálidas (es decir, un aumento de la frecuencia e intensidad de las temperaturas atípicas diarias); el crecimiento sustancial del nivel del mar y del número de episodios de fuertes precipitaciones y sequías en varias regiones del mundo. Los extremos recientes relacionados con el clima —como olas de calor, sequías, inundaciones, ciclones e incendios— revelan una significativa vulnerabilidad y exposición de algunos ecosistemas y poblaciones humanas. Los eventos climáticos extremos experimentados durante 2020 y 2021 son indicadores inequívocos de los efectos del calentamiento global (
ipcc
, 2021a).
Según las estimaciones del
ipcc
(2018), se calcula que las actividades humanas han causado aproximadamente 1.0ºC de calentamiento global por encima de los niveles preindustriales, con un rango probable de 0.8-1.2ºC. Es probable que el calentamiento global alcance 1.5ºC entre 2030 y 2052 si continúa aumentando al ritmo actual (una probabilidad verosímil alta).
Si estos procesos continúan, el
cc
provocado por el ser humano conllevará mayores riesgos para las generaciones presentes y futuras. Específicamente, las emisiones crecientes de
gei
provocarán un mayor calentamiento y cambios duraderos en todos los componentes del sistema climático, lo que aumenta la probabilidad de impacto grave, generalizado e irreversible para las personas y los ecosistemas. Estos riesgos se distribuyen de forma desigual y, por lo general, son mayores para las personas y comunidades desfavorecidas de los países en todos los niveles de desarrollo y son especialmente relevantes para algunas regiones de la tierra.
Un riesgo importante es que el
cc
socave la seguridad alimentaria. La redistribución mundial de las especies marinas y la reducción de su biodiversidad en regiones sensibles pondrán en peligro la provisión sostenida de pesquerías productivas y otros servicios ecosistémicos. Para los principales alimentos básicos en el ámbito mundial (trigo, arroz y maíz) de las regiones tropicales y templadas a nivel mundial, se prevé que el
cc
, sin tomarse medidas de adaptación, tendrá un impacto negativo sobre la producción si se dan aumentos locales de temperatura de 2ºC o más por encima de los últimos niveles del siglo
xx
, aunque algunos lugares concretos pudieran beneficiarse (en el recuadro 2.2 se ofrece un ejemplo). Aumentos de la temperatura global de alrededor de 4ºC o más por encima de los niveles de finales del siglo
xx
, aunados al aumento en la demanda de alimentos, supondrían grandes riesgos para la seguridad alimentaria en todo el mundo. Además, se prevé que el
cc
reduzca los recursos renovables de agua superficial y subterránea en la mayoría de las regiones subtropicales secas, al intensificar la competencia por el agua entre distintos sectores. Se prevé, asimismo, que las zonas rurales experimenten un importante impacto en la disponibilidad y el suministro de agua dulce, la seguridad alimentaria, la infraestructura y los ingresos agrícolas, incluidos cambios en las zonas de producción de cultivos alimentarios y no alimentarios en todo el mundo (
ipcc
, 2014).
Además, el
ipcc
prevé que el
cc
también repercutirá en la salud humana, agravando los problemas sanitarios ya existentes, especialmente en los países con bajos ingresos y escaso crecimiento económico. En términos de los niveles de pobreza actuales, el
cc
hará más difícil su reducción, erosionará aún más la seguridad alimentaria, prolongará las trampas de pobreza existentes y creará otras nuevas. El
cc
también aumentará el desplazamiento forzado de personas.
Desde su Informe de 2014, el
ipcc
advirtió que, más allá de 2100, el
cc
será irreversible y experimentará cambios bruscos. El calentamiento continuará después del año 2100 y muchos aspectos del
cc
y su impacto asociado se mantendrán durante siglos incluso si se detienen las emisiones antropogénicas de
gei
. Sin embargo, los riesgos de cambios bruscos o irreversibles aumentarán a medida que se incremente la magnitud del calentamiento (
ipcc
, 2014). Estos hechos y riesgos requieren urgentemente acciones para limitar el
cc
, basadas en reducciones sustanciales y sostenidas de las emisiones de
gei
(mitigación), junto con medidas inaplazables de adaptación.
2.3. L
as conferencias de la onu sobre el cambio climático
El reconocimiento global de las consecuencias del
cc
comenzó en 1979, durante la primera conferencia mundial, celebrada en Ginebra, donde la Organización Meteorológica Mundial (
omm
) introdujo el fenómeno.⁷ En 1988, la
omm
creó el
ipcc
.
En colaboración con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (
pnuma
), el
ipcc
proporciona a los gobiernos información y pruebas científicas sobre el
cc
y sus efectos, destinadas al diseño de políticas y acciones para reducir el calentamiento global. En 1994, los miembros de la
onu
adoptaron la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (
cmnucc
), cuyo principal objetivo es estabilizar las concentraciones de
gei
en la atmósfera mediante el diseño y la aplicación de políticas nacionales para limitar las emisiones antropogénicas de estos gases y promover los sumideros de los mismos. Esta Convención determina los compromisos de todas las partes implicadas y establece responsabilidades importantes a los países de renta alta, incluido apoyo financiero y técnico para los de renta baja. Se han celebrado varias conferencias de las partes (
cop
) en el marco de la
cmnucc
. Basándose en el alcance y los compromisos de éstas, destacan el Protocolo de Kioto (recuadro 2.3), el Acuerdo de París (recuadro 2.4) y conferencia recientemente celebrada en Glasgow.
Contenido principal
El Protocolo de Kioto se adoptó el 11 de diciembre de 1997. Debido a un complejo proceso de ratificación, no entró en vigor sino hasta el 16 de febrero de 2005. En la actualidad cuenta con 192 partes firmantes.
El Protocolo de Kioto hace operativa la
cmnucc
al comprometer a los países industrializados y a las economías en transición (
eit
) a limitar y reducir las emisiones de
gei
de acuerdo con los objetivos individuales acordados. La propia Convención sólo exige que esos países adopten políticas y medidas de mitigación y provean informes periódicos. El Protocolo se basa en los principios y disposiciones de la Convención y sigue su estructura basada en anexos. Sólo obliga a los países desarrollados y les encomienda una carga mayor, bajo el principio de responsabilidad común pero diferenciada y competencias respectivas
, pues reconoce que éstos son responsables en mayor medida de los actuales elevados niveles de emisiones de
gei
a la atmósfera.
En su Anexo B, el Protocolo de Kioto establece objetivos
