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Siete llaves para abrir el corazón: desafíos de los nuevos tiempos
Siete llaves para abrir el corazón: desafíos de los nuevos tiempos
Siete llaves para abrir el corazón: desafíos de los nuevos tiempos
Libro electrónico214 páginas2 horas

Siete llaves para abrir el corazón: desafíos de los nuevos tiempos

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Información de este libro electrónico

¿Es posible construir un mundo mejor, más allá de una vaga utopía simuladamente lejana e inalcanzable? ¿Podemos cambiar el destino con pequeñas acciones en nuestro diario vivir? La respuesta es sí y este libro te muestra las llaves para abrir las fortalezas nos impiden dar un paso hacia adelante.
«Siete llaves para abrir el corazón» propone un viaje en donde lo fundamental es entender que nuestro propio proceso de desarrollo está integrado con el resto de los seres humanos y la sociedad. Por lo tanto, los cambios, por muy pequeños y cotidianos que sean, producirían una transformación en el macrosistema que nos conecta a todos como sociedad, con el fin de construir un mundo más justo, consciente y pleno.
Te invitamos a conocer las llaves que abrirán tu corazón y que de seguro ya las tienes contigo. Se trata solo de saber usarlas y en este libro te presentamos el cómo.
IdiomaEspañol
EditorialRIL Editores
Fecha de lanzamiento1 oct 2024
ISBN9789560100887
Siete llaves para abrir el corazón: desafíos de los nuevos tiempos

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    Siete llaves para abrir el corazón - Christian García Bustamante

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    Christian García Bustamante

    Siete llaves para abrir

    el corazón

    Desafío de los nuevos tiempos

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    Siete llaves para abrir el corazón:

    Desafío de los nuevos tiempos

    Primera edición: mayo de 2014

    © Christian García Bustamante, 2014

    Registro de Propiedad Intelectual

    Nº 215.224

    © RIL® editores, 2014

    Los Leones 2258

    cp 7511055 Providencia

    Santiago de Chile

    Tel. Fax. (56-2) 22238100

    ril@rileditores.com • www.rileditores.com

    Composición, diseño de portada e impresión: RIL® editores

    Epub hecho en Chile • Epub made in Chile

    ISBN 978-956-01-0088-7

    Derechos reservados.

    Se está abriendo mi corazón

    Se está abriendo mi corazón

    Se está abriendo mi corazón

    Mi corazón

    Mi corazón

    Se está abriendo para amar

    Se está abriendo para amar

    Se está abriendo para amar

    Mi corazón

    Tu corazón

    ¡Ahó!¹

    1 Coro de canción utilizada en ceremonias de temazcal.

    A mis padres, por transmitirme la conjunción entre la búsqueda de la trascendencia y la armonía en el diario vivir.

    A mi hermana, por enseñarme la importancia de los lazos familiares y la generosidad.

    A mi hijo, por mostrarme el amor incondicional.

    A Carmen Jeanine, por enseñarme el valor del temple y la entrega.

    A Laura, por su gran apoyo durante la gestación de este libro.

    A Gastón García, por su generosidad y por mostrarme el valor de la familia.

    A todas las personas que he conocido a lo largo del camino y que, en mayor o menor medida, me han enseñado tantas cosas que me han convertido en un mejor ser humano.

    A todos aquellos pensadores y pensadoras que han descubierto múltiples tesoros, sin los cuales este libro nunca podría haber visto la luz.

    Introducción

    ¿Por qué deberíamos abrir el corazón?

    ¿Para qué debiéramos hacerlo?

    ¿Cómo podemos hacerlo?

    Si bien estas, entre otras inquietudes, son las que la presente obra pretende abordar, es importante hacer algunas consideraciones generales al respecto.

    Hoy nos enfrentamos a enormes desafíos que, no obstante haber estado presentes hace cientos de años, debido al fenómeno de la mundialización² adquieren dimensiones de carácter universal.

    Quizás, la primera vez que hombres y mujeres pudieron apreciar cómo un conflicto determinado podía escalar hasta convertirse en un fenómeno global ocurrió con las dos guerras mundiales acaecidas durante el siglo XX. En estas se vieron involucrados decenas de países y un macabro saldo de millones de muertos quedó tras sus pasos.

    En la actualidad, día a día diversos hechos nos hacen apreciar este fenómeno. Por ejemplo, la codicia del mundo de las finanzas, que no solo amenaza a mercados locales sino que repercute en todo el orbe, como tristemente hemos podido darnos cuenta a través de la crisis de las hipotecas subprime de 2008, originada en Estados Unidos pero cuyos efectos se hicieron sentir en la pérdida de empleos en diversos lugares, entre ellos, distintos países europeos³. Otra muestra de este hecho es la relación existente entre el precio del petróleo y el de los alimentos. Hoy la agricultura depende de dicho recurso para el uso de fertilizantes, para el transporte y la maquinaria.

    Así, por ejemplo, el aumento en el valor del crudo, producto de una crisis en algún país de Medio Oriente, ya sea por motivos económicos, políticos o de carácter bélico, trae consigo que los alimentos se encarezcan y que millones de personas que viven en otro lugar del mundo, como la India, por ejemplo, se vean afectadas⁴.

    Por otra parte, el énfasis en el crecimiento ilimitado ha derivado en niveles de contaminación ambiental sin precedentes, que amenazan seriamente la sobrevivencia de algunas especies animales o vegetales imprescindibles para la vida.

    En el intertanto, y debido precisamente a los efectos de la mundialización, el modo de vida del Primer Mundo termina indefectiblemente afectando a otros continentes, como África⁵.

    Esto es lo que sucede, por ejemplo, con el daño ambiental producido por los desechos computacionales originados en los países desarrollados. Si bien existen leyes que prohíben su exportación, se utiliza el subterfugio de venderlos como artículos de segunda mano, cuando en la práctica son chatarra. Estos terminan en verdaderos basurales improvisados y con ello se contaminan gravemente ríos y otras fuentes naturales.

    Es así como aquellas conductas que subyacen a los ejemplos recientemente mencionados, como la violencia, la codicia o la ausencia de una mínima empatía por nuestros semejantes, hoy adquieren una dimensión impensada, afectando en cadena a toda la humanidad.

    En el proceso colectivo actual, dentro de la perspectiva humana, lo más importante es el desplazamiento del foco de la motivación desde el motivo puramente egoísta, disfrazado o no, a un motivo más colectivo, más compartido, que tiene que ver más con el nosotros y con la unidad de todos con todos (…) La interconexión de los sistemas es tan íntima, tan delicada, y tan vulnerable, que ya sabemos que cuando alguien la desorganiza por un lado, eso afecta al total. Antes eso no era visible porque no existía la velocidad de comunicación que existe ahora; con la actual velocidad de conexión planetaria, estamos todos viendo las repercusiones en distintos puntos del sistema (Gonzalo Pérez)⁶.

    De estas palabras se puede desprender un mensaje que viene desde lo más profundo del cosmos a recordarnos que SOMOS UNO, y que precisamente esto, y su manifestación en las diversas crisis que afectan al mundo actual⁷, es lo que nos puede ayudar a comenzar a despertar, al darnos cuenta de que al dañar a alguien también nos estamos dañando nosotros mismos.

    En otras palabras, es esta innegable interdependencia entre los individuos la que clama por tender puentes entre todos los seres sintientes, que nos permitan, en el eterno presente del aquí y ahora, superar tantas injusticias, para así avanzar hacia un mundo donde impere la paz, la alegría, la equidad, la fraternidad, el disfrute y, en definitiva, el amor más sublime y profundo que sintieron aquellos seres excelsos que pisaron la tierra en alguna oportunidad. Un mundo soñado por místicos y artistas. Un mundo soñado por los hombres y las mujeres más sencillos. Un mundo similar al que vivieron aquellas culturas en las que se gestó nuestra civilización, en las que reinaba una Diosa⁸. Un mundo que solo podrá empezar a hacerse realidad cuando comencemos a abrir el corazón.

    Pero ¿qué se entiende por abrir el corazón?

    Creo que son pocas las personas que no han escuchado la palabra amor en algún momento de sus vidas, pero sí son demasiadas las que, o no lo han recibido, o simplemente no lo han prodigado.

    El amor al que me refiero dista mucho de ser un conjunto de reglas morales que hay que obedecer al pie de la letra. O de aquellas acciones que, en nombre del amor o de una conciencia superior, derramó demasiada sangre por imponer sus creencias. O de algo que se utiliza como una manera de justificar manifiestas situaciones de abuso. O incluso aquel de carácter etéreo, que pareciera que solo podremos alcanzar si nos convertimos en seres angélicos y habitamos otros planos.

    Finalmente, este tampoco es un tratado acerca del amor en el que con sesudas cavilaciones podamos adentrarnos en aspectos de carácter metafísico u ontológico.

    El amor que aquí se propone, si bien se basa en diversas áreas del conocimiento, es simple y sencillo, es para vivirlo en el día a día, es humano y claro aunque posee tintes de aspectos sobrenaturales que surgen tanto de la poesía del vivir como de la sabiduría antigua.

    Se nutre desde distintos ámbitos, porque hoy tenemos demasiados tesoros a los que podemos recurrir para hacer de este mundo un lugar más hospitalario para todos los seres que lo habitan.

    Se sustenta en la creciente conciencia que ha surgido en tiempos recientes respecto de los derechos civiles y políticos, los derechos de la infancia y los derechos de las mujeres.

    Se sostiene en el sistema democrático que, aun cuando es incipiente e incompleto en su aplicación, ha ido generando paulatinamente mayores espacios de libertad y justicia; así como en los grandes avances tecnológicos ocurridos en las últimas décadas en el área de las telecomunicaciones, en la medicina y en la ingeniería, en sus diversas aplicaciones.

    Si a todo ello le sumamos la sabiduría de los pueblos ancestrales, los conocimientos acerca de los distintos estados de conciencia, enseñados por diversos místicos a lo largo del tiempo, o los actuales saberes de diversas áreas de las ciencias sociales, como la psicología, la sociología y las nuevas concepciones acerca de la realidad de la física moderna o de la propia biología, junto a las implicancias que todo esto trae a los seres humanos… Con todo esto podemos hacer grandes cosas.

    Creo que es un gran rompecabezas y necesitamos hacer que las piezas encajen. Es por ello que este libro recoge y trata aspectos relativos a la ecología, la economía, la política, asuntos de orden social, del misticismo, la psicología, entre otros. Aclaro que no soy experto en ninguno de estos temas (algo sé de psicología, eso sí), pero los planteo desde la posición del ciudadano de a pie, que gusta de informarse y que usa su sentido común para aportar en la construcción de un mundo mejor.

    Así, los nuevos tiempos nos plantean desafíos que se relacionan con cada una de estas áreas. Ya no podemos ser seres que vean la existencia y su devenir desde un único prisma. Es más, es aún más relevante que nuestro accionar tenga una coherencia que nos permita caminar hacia la integridad. En el presente texto encontrarás la descripción de siete llaves para abrir el corazón. Aun cuando tienen una cierta lógica secuencial, deben ser entendidas como una espiral en la que cualquier activación en alguna de ellas tiene el potencial de movilizar en cierta medida a las demás.

    Por ejemplo, si somos capaces de vivir vidas más sencillas estaremos contribuyendo a superar la contaminación del planeta. Esto requiere, a su vez, que comencemos a prestarle mayor importancia a las personas por sobre los valores actuales que exacerban la riqueza, el poder o la consecución de un elevado estatus social.

    Así, con ello le vamos restando poder a un sistema para el cual solo valemos en la medida que consumimos. Esto se relaciona, a su vez, con el desarrollo de habilidades en el plano emocional como la tan necesaria empatía, la cual, para comenzar a activarse en cada uno de nosotros, plantea como requisito básico comenzar a ver los padecimientos actuales de millones de personas y así ir paulatinamente haciendo las modificaciones necesarias en nuestro actuar, como las mencionadas, que nos permitan ir transformando la realidad.

    Finalmente, es probable que dichas acciones nos abran una puerta para contactarnos con un equilibrio universal que se maravilla al experimentar el éxtasis del encuentro con nuestra propia humanidad y la de todos los seres.

    Esto es solo un ejemplo, por lo tanto, espero que las ideas vayan fluyendo, igual que un río caudaloso, con las creaciones y conexiones que puedan surgir de las ocurrencias de cada uno de los lectores y lectoras.

    Al término de cada capítulo se esbozan algunas sugerencias que tienen por objetivo proponer acciones para cada uno de los temas tratados.

    Lejos estoy de pensar que la espiritualidad de los nuevos tiempos es el seguimiento de un conjunto de recetas, pero sí considero que es relevante aterrizar conceptos de modo de facilitar su aplicación en el diario vivir.

    Finalmente, quisiera mencionar que se expondrán variadas experiencias del autor.

    Esto no solo tiene la intención de favorecer una especie de catarsis (que, por cierto, lo es), sino también contribuir a otorgar vívidos ejemplos que favorezcan el entendimiento de los temas tratados.

    Soy de los que creen que más allá de las vicisitudes que estamos viviendo (varias de las cuales lamentablemente podrían agudizarse con el paso del tiempo), se avecina una era de plenitud nunca vista en la historia de la humanidad. Creo que una fuerza sin precedentes podría comenzar a operar (si es que ya no lo está haciendo), que no es otra que la transformación de los microespacios sociales que, más temprano que tarde, permitirán la ocurrencia de profundos cambios en el macrosistema.

    Soy de aquellos que intuyen el gran cambio planetario…

    Soy de los que creen que somos seres de luz, y que esta luz merece ser vivida en la Tierra.

    Así, este libro es fruto de una recopilación que realmente no sé hace cuánto tiempo partió, ni tampoco cuándo terminará.

    Solo sé que necesitaba entregarla: es mi pequeño testimonio. Es mi pequeña contribución en el proceso de apertura del corazón de la madre Tierra y de los seres sintientes que la queremos acompañar.

    2 Este término tiene distintas acepciones. En este caso se utiliza

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