TODO LO QUE UNA MUJER NECESITA REALMENTE ES DIOS

Por Ida Ortega

Alguna vez te has preguntado por qué fuiste creado y si tu vida tiene propósito o significado? Hace varios años caminaba y me preguntaba cuál es mi propósito, mi vida tiene que ser más que levantarme todos los días, trabajar, ir a la escuela y estar con la familia. Mientras caminaba vi un letrero con el logo de la iglesia que decía Juan 3:16, porque tanto amó Dios al mundo que dio a su único hijo, para que todo aquel que crea en él no perezca jamás y tenga vida eterna. Algún tiempo después mi corazón buscaba saber quién es este Dios. Comencé a ir a la iglesia y a medida que comencé a aprender y crecer en el Señor, fui bautizada y entregué mi vida a Cristo, y comencé a comprender mi identidad y propósito en la vida. Es como la pieza que falta en un rompecabezas. Este libro es un testimonio de mi vida de que todo lo que una mujer realmente necesita es Dios. A partir de esta relación íntima con Dios, acepté el llamado a orar e interceder por los demás. Pude comprender y lidiar con las luchas de la vida, la persecución, las pruebas, el dolor, oh sí, y las oraciones contestadas. A lo largo de mis años de intercesión a favor de otros, Dios me estuvo mostrando que todo lo que una mujer realmente necesita es Dios. Puede que tengas excelentes relaciones, pero no hay vida real sin una relación con Dios. Este libro trata sobre las oraciones contestadas, Dios amándote y revelándose a ti. Mujer Dios te ama, y ​​él será todo lo que necesitas.

• Idioma: Español
• Editorial: Outskirts Press
• Fecha de lanzamiento: 29 may 2024
• ISBN: 9781977275349

Ida Ortega

Ida acepto el llamado de Dios a interceder y orar por las demás personas. Dios ha dado revelación, instrucciones, y oración contestadas a través de su fiel obediencia de oración y estudio de la Palabra de Dios. No puedes crecer si no eres disciplinado y no estas profundamente arraigado y cimentado en Dios. Dios se mostrara fiel a los fieles, y por vuestra obediencia y amor a Dios. El te colmara de bendiciones, revelaciones e instrucciones y promete que nunca te dejara ni te abandonara. Desde 25 anos atrás que acepte el llamado de Dios, soy testigo que Dios es real, contesta, y estará siempre contigo hasta el final. Ida Ortega vive en Chicago, Illinois con su esposo Frank, tiene 3 hijas, 1 hijastra, 3 hijastros y juntos 13 nietos. 

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TODO LO QUE UNA MUJER NECESITA REALMENTE ES DIOS

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Copyright © 2024 Ida Ortega

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IMPRESO EN LOS ESTADOS UNIDOS DE AMERICA

Contenido

Expresiones de gratitud

Introducción

Capítulo 1: Oración e intercesión

Capítulo 2: Herida

Capítulo 3: Superar obstáculos

Capítulo 4: Familia

Capítulo 5: Desobediencia/obediencia

Capítulo 6: Perseverancia

Capítulo 7: Iglesia

Capítulo 8: Situaciones difíciles

Capítulo 9: Fe

Capítulo 10: Tiempos y estaciones

Capítulo 11: Tiempos difíciles

Capítulo 12: Orgullo

Capítulo 13: Relaciones

Conclusión

Expresiones de gratitud

Primero debo agradecer a Dios, mi Señor y Salvador, el hombre de mi vida y mi primer esposo. Te amo, Señor. Gracias por elegirme para ser tu hija. No me avergonzaré de calificar lo que has hecho por mí. A ti sea la alabanza, la gloria y el honor. A mi esposo, Frank: con sus acciones me ha enseñado a amar a las personas desinteresadamente como lo hace Cristo y a demostrar el amor de Dios a todos. Doy gracias a Dios por su amor desinteresado y corazón generoso. Te agradezco por ser un hombre de acción y por hacer que las cosas pasen siempre.

Para mis hijas, Gina, Sara y Diane Rogers: las amo mucho. Siempre he tratado de ser un ejemplo piadoso para ti. Sin lugar a dudas, todos ustedes han experimentado las bendiciones y el favor de Dios. Podemos dejar a nuestros hijos muchas cosas, pero quiero dejarles con una fe que dice mucho y un Dios que siempre honrará su Palabra. Recuerde sus pasajes bíblicos favoritos, porque Dios está vivo y activo, velando por su Palabra para cumplirlos. ¿No ha pasado? Me mantuve diariamente de rodillas en oración. Peleó la batalla espiritual cada día por tu salvación, porque la promesa es para mí y para mis hijas. A mi otra familia combinada, gracias por permitirme compartir su vida en muchas ocasiones especiales.

A Melody Dominguez - Eres una de las muchas madres que Dios ha puesto en mi vida. Gracias por enseñarme, amarme y estar ahí para mí cuando era un joven adolescente en el hogar grupal. Nunca podré pagarte por lo que has hecho por mí. Estoy tan feliz después de todos estos años. Todavía te considero mi madre y mi amiga. Te quiero mucho. Mellody falleció el 16/05/23 que en paz descanses.

A la Dra. Velora Lily, mi consejera en la escuela secundaria y otra madre que Dios ha puesto en mi vida: me has bendecido a mí y a mis hijas con tu amor desinteresado y con tu tiempo y apoyo a lo largo de los años. Te amo. Gracias por ser siempre una madre y maestra increíble. Velora falleció el 27/02/2024 que en paz descanses.

A Carmen Seguinot-Matos, mi hermana en Cristo y mi mejor amiga - Gracias por tu amor, sabiduría y aliento. Gracias por mostrarme siempre el amor de Cristo en su forma de vivir. Siempre salgo de tu casa queriendo ser una mejor esposa, madre y amiga, y queriendo tener orden en mi casa. Veo a Cristo en cómo me amas a mí y a los demás. Te amo, hermana. Proverbios: 18:24 dice: Un hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo; y amigo hay más unido que un hermano. Eres esa amiga hoy y siempre. Dios nos unió como amigas y hermanas en Cristo por una razón. Gracias por tu sabiduría piadosa.

A todas mis hermanas en Cristo en la Iglesia de Cristo en Chicago: ustedes saben cuánto amo a Dios y me han animado a seguir este libro y han creído en mí. Los amo a todos y los aprecio. Un agradecimiento especial a Kim Heredia por su amor. Entendiste cómo el Enemigo me estaba haciendo luchar durante el viaje de escribir este libro. Usted conoce mi fe y se dio cuenta de que no era propio de mí dudar de Dios. Me animaste mucho y te lo agradezco.

A mis hermanas en Cristo de New Life Ministries: Gracias por permitirme ser parte de sus vidas y asistir a la clase de guerra espiritual. Te amo y te aprecio.

Un agradecimiento especial a la autora Barbara Henry, una hermana en Cristo que se tomó el tiempo de leer este manuscrito y corregir el material y que animó a mi corazón a confiar en Dios.

A Outskirts gracias por ser pacientes conmigo. Gracias a los editores, que entendieron la visión de este libro e hicieron un trabajo increíble en la edición.

Introducción

Hace dos años, un miércoles por la tarde, volví a casa del trabajo cansada y con la necesidad de orar antes de asistir al servicio de mitad de semana de mi iglesia esa noche. Le agradecí a Dios por ser quien es y por ayudarme a atravesar muchos tiempos oscuros. Nunca ha dejado de sorprenderme. Estaba asombrada de él y me di cuenta de cuán fiel es a su Palabra. Quería alabarlo y levantar su santo nombre, dando gracias de todo corazón. Mientras hacía una pausa en oración y me quedaba en silencio, escuché al Señor decir en mi espíritu: Todo lo que una mujer necesita realmente es Dios.

Cada situación me había llevado a una revelación y seguridad más profundas del carácter de Dios. No estaba diciendo que las mujeres no necesitan a otras personas, pero cuando tenemos una relación con Dios, nada puede separarnos de él. Para tener esta relación, debemos perseguirlo como nadie, conocerlo leyendo y estudiando su Palabra, buscarlo en todos los ámbitos de la vida y orar sin cesar, sabiendo que nuestra vida depende de ello. Cuando tenemos una relación íntima y profunda con Dios, estamos completos en él y no hay nada que no podamos superar. Dios es nuestro rey, nuestro redentor, nuestro sanador, nuestro proveedor, nuestro primer esposo, nuestro poderoso guerrero, nuestra justicia, nuestro defensor, nuestra confianza, nuestra justicia, nuestra paz y nuestro amigo. Todo lo que una mujer necesita realmente es Dios.

Puedo dar fe de que Dios está vivo y activo, velando por su Palabra para cumplirla. Jeremías 1:12 NVI dice: El Señor me dijo: has visto bien; porque yo apresuro mi palabra para ponerla por obra. El Salmo 68:11 dice: El Señor dio la palabra; Había grande multitud de las que llevaban buenas nuevas. Una y otra vez, Dios me ha dado seguridad