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Pugna por poder: La ascendencia humilde del poder
Pugna por poder: La ascendencia humilde del poder
Pugna por poder: La ascendencia humilde del poder
Libro electrónico175 páginas2 horas

Pugna por poder: La ascendencia humilde del poder

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Un ensayo analitico del poder, la vulnerabilidad y el sufrimiento en la vida y el ministerio de los lideres a mitad de carrera ofrece un correctivo necesario y un recordatorio para un replanteamiento del poder. La pugna en la dinamica del poder, a menos que se reconozca y se abandone, puede repercutir en la espiritualidad, las relaciones, el caracter y, en ultima instancia, en la fidelidad al ministerio de los lideres.

Para complementar los numerosos libros sobre modelos de liderazgo, tecnicas y motivacion, este libro ofrece una contra-narrativa del poder informada por el mensaje de la cruz e incrustada en ella. Este libro elabora un uso humilde del poder y propone un replanteamiento del poder visto en la ascension descendente y la fuerza cruciforme de Cristo.

Este libro es de vital importancia en el campo de la formacion ministerial (local y global) porque sondea hasta el nucleo mismo de nuestra condicion humana, iluminando uno de los principales peligros en las vidas de posicion y liderazgo: la mala interpretacion y el mal uso del poder, una realidad que puede ser especialmente destructiva en contextos espirituales y ministeriales.

La comunidad cristiana en general tambien encontrara relevancia en este mensaje, ya que lideres de todo tipo comparten desafios comunes en las luchas por el poder y el control.

Encontrara un estudio muy personal y profundamente reflexivo sobre nuestra comun condicion humana, y una invitacion a admitir nuestras luchas internas y externas sobre el uso y la practica del poder en el ministerio.
IdiomaEspañol
EditorialCascade Books
Fecha de lanzamiento11 mar 2024
ISBN9798385208951
Pugna por poder: La ascendencia humilde del poder
Autor

Wilmer G. Villacorta

Wilmer Villacorta es profesor asociado de estudios interculturales en el Seminario Teológico Fuller. Ha enseñado en esta institución sirviendo en el primer programa de maestría en línea en EUA desde el 2004. El y su familia residen en la ciudad de Colorado Springs.

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    Pugna por poder - Wilmer G. Villacorta

    Introducción

    La parábola de Martin Buber Cuento de Angeles¹ ilustra una esperanza de aliviar el sufrimiento humano. El cuento de Buber relata cómo un bondadoso y compasivo ángel buscó y recibió el poder de Dios para normalizar el mundo. Durante un año la tierra fue fructífera y floreció, pero cuando el pueblo cosechó sus prolíficos campos e hizo pan con el grano, se caía a pedazos, y los pedazos eran desagradables; llenaban la boca de un sabor repugnante, como el barro. El ángel angustiado volvió a Dios: ‹Ayúdame a comprender dónde falló mi poder y mi juicio’².

    El ángel se desanimó ante lo que vio: hambre por todo lugar, desesperación y rebelión contra Dios. Su confusión ante este inesperado y trágico resultado la llevó a dudar de sí misma y a luchar con su propia y pobre ejecución. Después de llorar a Dios y tratar de dar sentido a su dilema, se enfrentó a la verdad de su incapacidad, que parecía insoportable. Ciertamente, se sentía bien al ver prosperidad, eficacia, y sentido, pero había una lección más profunda aún por descubrir.

    Parece que en el corazón del Evangelio hay una profunda narrativa de debilidad o impotencia que a menudo pasamos por alto, pero que nos obliga a reflexionar sobre el poder de una manera nueva. Una conversación profundamente cristiana y honesta requiere que nos hagamos la pregunta: ¿Es posible que el Evangelio sea una buena noticia sobre el asunto del poder?³

    ¿Por qué otro libro sobre el poder? Porque necesitamos salir de nuestra negación y reconocer nuestra dependencia del poder como un estilo de vida. Esto requiere tanto una conversación como una confesión a medida que confrontamos nuestros esquemas y motivaciones como líderes. Esta conversación no debe tener como único objetivo confrontar y resolver el problema en otras personas o en otros lugares. Antes de comprometernos con el mundo y sus problemas, debemos y necesitamos dar una seria consideración dentro de nosotros mismo para que nuestro compromiso exterior sea equilibrado y sensible al poder con el que hemos sido dotados. De lo contrario, podemos intentar salvar el mundo y acabar en el mismo aprieto que el ángel del cuento de Buber.

    La mayoría de nosotros hemos encontrado numerosos libros sobre cómo los líderes luchan con el poder. Comprendemos los peligros y las trampas que acechan a toda persona en una posición de influencia. El poder afecta a aspectos interrelacionados de la vida: informa sobre cómo administramos los recursos, orienta la calidad de las relaciones y dirige la forma en que nos percibimos a nosotros mismos. El tira y afloja del poder está en el pulso de cada corazón. Tanto si el poder pertenece a la categoría de un mal necesario o una oportunidad creativa, nos tienta a buscar la importancia, satisfacción y dependencia porque alimenta nuestra necesidad de propósito y control. En su libro Playing God, Andy Crouch argumenta que necesitamos una nueva forma de ver el poder, en última instancia para ponerlo de nuevo bajo el señorío de Aquel ante quien toda rodilla se doblará, mediante las disciplinas que dan corrección y ponen en su lugar a gente poderosa como nosotros los líderes"⁴. Afirma también que para redimir nuestra visión del poder necesitamos una relación restaurada con el Dador del poder.

    Sospecho que muchos encuentran desafiante esta afirmación porque nos invita a enfrentarnos a las formas en que interiorizamos los efectos del poder en nuestras propias vidas y también cómo lo exteriorizamos cuando dirigimos a otros. En esta dinámica es donde encuentro que el Cuento de los Ángeles es tan útil.

    Como el ángel de Buber, muchos de nosotros hemos experimentado debilidad en medio de un gran poder. Ya sea que tuviéramos poder sobre los demás o nos sintiéramos dominados por otros, tarde o temprano encontraríamos momentos en los que nos sentiríamos confusos y heridos, desesperados por comprender por qué las cosas salieron mal y por qué nos sentimos insatisfechos o por qué tememos tanto al fracaso.

    En este libro sostengo que el poder a partir de la debilidad es un secreto profundamente descubierto en nuestras almas, conocido no por el mero hecho de pensarlo o resistiéndonos a él, sino compartiéndolo con otros en comunidad y permitiendo que este movimiento en el alma nos lleve a una conexión más profunda con Dios. Arraigado en el centro de las buenas nuevas, Dios se apropió de nuestra debilidad al entregar su vida por la humanidad en el acontecimiento de la cruz.⁵ Esta profunda verdad está en el centro de los evangelios, llegando a nosotros en forma narrativa—en historias y parábolas que transmiten la lucha de poder y debilidad que el apóstol Pablo también entretejió tan magistralmente a través de sus escritos. Michael Gorman afirma que una espiritualidad narrativa cuenta una historia, una dinámica vida con Dios que corresponde de algún modo a la gran ‘historia’ divina.⁶ Para ello recurro a muchas anécdotas e historias de personas reales envueltas en medio de la lucha entre el poder y la debilidad, ilustrando cómo personas como usted y como yo, incluso en medio de la lucha, podemos encontrar oportunidades para profundizar en nuestra vida interior mientras participamos en este tira y afloja.

    Es útil comenzar este libro con varios presuntos en perspectiva. En primer lugar, el poder no es ni bueno ni malo. Segundo, todos los seres humanos dependen del poder. Tercero, el poder tiene el potencial de persuadir a los seres humanos hacia un sentido de importancia. Cuarto, el poder es inherente en todas las interacciones humanas. Quinto, el poder disfrazado de religión es peligroso. A continuación, presentamos algunos ejemplos de estos presuntos en acción.

    Primer Presunto: Dos Caras del Poder

    En un diálogo entre feligreses comprometidos en una reunión de la junta directiva:

    Porque creemos en la pluralidad de los ancianos, no damos el poder a una sola persona. El poder es inherentemente malo, lo que nos lleva a creer que debemos convertirnos en líderes servidores. Abrazamos que no hay jerarquía de poder entre nosotros.

    En una discusión entre personal de ayuda una organización cristiana:

    Adquirimos poder porque nos da oportunidades para reducir el sufrimiento en el mundo. La reducción del pecado es nuestro objetivo final al prever nuestra participación en la misión aportando nuestros recursos y experiencia para el bienestar de los los indefensos.

    Estos dos ejemplos captan la idea de que el poder es malo y bueno respectivamente. Ambos grupos de personas tienen nobles razones para justificar sus presuntos. Todos lo hacemos. Mi intención es llamar nuestra atención sobre el potencial del poder tanto para la lucha como para el bienestar echando una mirada atenta a los efectos del poder en nuestras vidas. Algunos de estos efectos son el resultado de cómo otros ejercieron el poder sobre nosotros, dejando quizás cicatrices de por vida. Mi esperanza es que podamos ver más allá del dolor y darnos cuenta de que Dios-con-nosotros ha recorrido este camino de debilidad y está dispuesto a revelarnos su presencia incluso a través del crisol del desierto. Otros efectos son el resultado de cómo usamos el poder sobre los demás y sus efectos sutiles en nuestra vida interior.

    Segundo Presunto: Incomodidad con el Poder y Dependencia

    Ilustrando el segundo presunto sobre el poder, Andy Crouch sugiere sabiamente que los seres humanos nos sentimos incómodos con el poder y tendemos a negar nuestra dependencia de él. Debido a nuestra incomodidad con el poder, empleamos una amplia gama de casi sinónimos que parecen de algún modo más suaves y menos amenazadores. Hablamos de liderazgo influencia o autoridad, todas las cuales son importantes y beneficiosas formas de poder. Estas palabras, sin embargo, pueden camuflar lo que realmente está en juego. Por ello, propongo que la mejor palabra para designarlo, con toda su incomodidad, es poder⁷.

    Aunque la afirmación de Crouch parece provocadora, me pareció que es muy acertada. Nuestra incomodidad humana con el poder refleja nuestra dependencia de él. Más allá del lenguaje y las diferencias culturales, este tira y afloja del poder es una lucha común para los occidentales como para los habitantes del mundo mayoritario. Tendemos a creer que los que carecen de poder en el mundo no luchan con esta cuestión porque parecen depender de las economías y gobiernos desarrollados. Como seres humanos defectuosos y pecadores, sin embargo, todos luchamos por la dominación a nivel micro y macro; es inherente a nuestra naturaleza sin distinción cultural, social, financiera, educativa o generacional. Las diversas perspectivas sobre la cultura, por muy útiles que sean, a menudo ignoran la tendencia humana a negar nuestra dependencia del poder. Utilizando la metáfora de Crouch, a todos nosotros nos gusta ver el poder camuflado.

    Tercer Presunto: El Poder Da Importancia

    De los cinco supuestos quizá el tercero sea el más intuitivo. Todos encontramos satisfacción cuando hacemos las cosas bien, cuando los demás reconocen nuestros logros, y cuando nos sentimos valorados y apreciados. No hay nada malo en ello, pero cuando nuestro sentido de significado depende de nuestro rendimiento y de nuestra capacidad para controlar los resultados, entonces existe la posibilidad de que surjan problemas. Los siguientes escenarios ilustran los peligros que acompañan a esta forma de pensar.

    El Efecto de los Logros

    La primera es la historia de un amigo que sirvió fielmente durante muchos años en el ministerio. Se sintió un poco deprimido después de que su capacidad para dirigir llegara a su fin, y le resultó difícil aceptar la jubilación. Luchó con su sentido de sí mismo y sintió una profunda sensación de pérdida. A medida que su insatisfacción aumentaba, también lo hacían su irritabilidad y frustración. Junto con el recuerdo de grandes logros, anhelaba volver a una posición de liderazgo, un anhelo que seguía entristeciendo su corazón. Este escenario es demasiado común entre las personas cuya identidad está envuelta en el poder y la productividad.

    El Efecto de la Cuantificación

    Me sentí realmente bien al ver los resultados de un gran llamamiento al altar, gente venía en masa para recibir la oración; otros confesando al Señor por primera vez. Y era aún mejor si se producían algunas sanidades y milagros. Estas experiencias confirmaban el "nivel de unción y éxito con la bendición del buen Dios», dijo Juan, un destacado evangelista.

    Las expectativas de este éxito evidente eran algo que Juan aprendió como parte de su formación ministerial: ¡Dios siempre debe respaldar nuestros esfuerzos ministeriales! Esta mentalidad controlaba la mayoría de sus tareas ministeriales. En su manera de pensar, si no ocurría nada visible, algo debía haber ido mal. En última instancia, para Juan, esto se convirtió en la expectativa y la carga detrás de cada acontecimiento. La cuantificación e instrumentos para medir el éxito típicamente expresadas en cantidades puede ser una receta para la decepción y la frustración. Muchas personas como Juan se dejan llevar por la idea de que si nada ocurre, es porque algo no va bien; tengo que hacerlo mejor. Juan luchaba continuamente con esta noción, ya que temía que el fracaso mancharía su reputación.

    El Efecto a la Identidad

    Emma era una oradora dinámica. Como respetada profesora de la Biblia, las invitaciones le llegaban constantemente. Su reconocida experiencia abrió oportunidades creativas para hablar en conferencias y seminarios, y allí donde hablaba, recibía invitaciones para futuros eventos. Una de las cosas más difíciles para Emma en este proceso fue responder a las preguntas difíciles de su público. A veces participantes que estaban muy en desacuerdo con ella hablaron y refutaron puntos de su presentación. Aunque era una exitosa y solicitada conferenciante, temía la interacción con las pocas personas que la desafiaban. Cada vez que esto ocurría, se sentía muy devastada. Después de un gran día en una conferencia, la única persona que ella recordaría, de entre las muchas que respondieron positivamente, era la que no estaba de acuerdo con lo que ella decía. Luchando con esto, Emma empezó a preguntarse: ¿Por qué estas respuestas negativas me afectan de esta manera?. ¿Por qué permito que el desacuerdo de una persona cambie cómo me siento durante el resto del día?

    El Efecto Pragmático

    Leer sobre el tema de la práctica del retiro espiritual convenció a Fred, pastor de alabanza, de que necesitaba explorar esta práctica espiritual. Decidió tomarse un día libre de su apretada agenda ministerial para estar en silencio y a solas con Dios. Se encontró en un bosque cercano junto a un hermoso lago y de coloridas flores silvestres. En medio de este entorno sereno, era difícil para Fred, una persona extrovertida, evitar contar los minutos en su reloj. En una oración pidió básicamente: Déjame obtener lo que necesito de este tiempo a solas contigo, Señor. Parecía como que si estuviera regateando con Dios para obtener un resultado tangible de su inversión en este retiro a solas. Mientras continuaba en su jornada, un inquietante pensamiento le vino a la mente: ¿Y si no consigo lo que he venido a buscar?. La gente me preguntará y tendré que inventarme algo. No puedo malgastar mi día y no sacar nada de este tiempo.

    Finalmente, al final de su intento

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