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Ficciones narrativas sobre la identidad de América Latina en: El caballero de El Dorado y Cosas del pueblo Una novela histórica y una crónica literaria de Germán Arciniegas
Ficciones narrativas sobre la identidad de América Latina en: El caballero de El Dorado y Cosas del pueblo Una novela histórica y una crónica literaria de Germán Arciniegas
Ficciones narrativas sobre la identidad de América Latina en: El caballero de El Dorado y Cosas del pueblo Una novela histórica y una crónica literaria de Germán Arciniegas
Libro electrónico151 páginas1 hora

Ficciones narrativas sobre la identidad de América Latina en: El caballero de El Dorado y Cosas del pueblo Una novela histórica y una crónica literaria de Germán Arciniegas

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Es un acercamiento a dos obras de Germán Arciniegas, El caballero de El Dorado y Cosas del pueblo: crónica de la historia vulgar, que analiza la importancia de los recursos empleados por el autor para que las figuras sin nombre, sin voz, invisibles en las historias oficiales pudieran emerger y que la cosmovisión de esos personajes, quehaceres, modos de vivir, formas de pensar, luchas y derrotas fueran recuperados, desde lo que puede denominarse una poética de la microhistoria, para darles vida y escucharlos.
De igual forma, se hace un análisis de cómo el proyecto de violencia civilizatoria fue el precio pagado para que América ingresara al proceso de la modernidad, pero desde la periferia, lugar asignado por el eurocentrismo, y cómo en la dicotomía civilización/barbarie, términos como descubridores, conquistadores, evangelizadores, se corresponden con conceptos que han representado histórica y culturalmente negación de la otredad americana, violencia y exclusión.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento15 feb 2024
ISBN9786287601345
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    Ficciones narrativas sobre la identidad de América Latina en - Blanca Miriam Valencia Echavarría

    Presentación

    El pasado en la escritura de Germán Arciniegas es más que escenografía de sus relatos, está más allá de ser simple marco de referencia a su imaginación.

    El autor escudriñó varias fuentes documentales relacionadas con el devenir histórico de Colombia y del continente en general. Sin embargo, sus búsquedas estuvieron distantes del afán de encontrar solo documentos cronológicos; necesitaba encontrar elementos referenciales que le permitieran abordar una poética relacionada con asuntos y temas de la historia. No se trataba de estetizar la historia, pues la literatura, a manera de préstamo, podía ofrecerle los recursos lingüísticos y retóricos para ello; no obstante, sería narración histórica. Es evidente que la intención de Arciniegas era la de buscar material referencial para convertirlo en ficción, y en este sentido debe referirse entonces su trabajo: ficciones posibles. En otras palabras, el autor buscaba hacer literatura alrededor de una poética de la microhistoria.

    Arciniegas apela a la crónica y a la novela histórica, pertenecientes al dominio de la literatura, para tematizar el pasado e interrogar sobre el problema de la identidad nacional. Haber situado el discurso de nuestra identidad entre la historia y la ficción significa que el autor entendió la historia como un lugar desde donde apoyarse para representar hipotéticamente la huella de seres que tuvieron que ver con la conformación de nuestras naciones, pero que no tienen un registro oficial, y entonces se echa mano del relato para exhumarlos, para explicarlos desde una instancia generadora de nuevos sentidos. Estos textos no niegan el rigor de la historia, pero subvierten, en todo caso, su carácter de discurso excluyente. Como quedó consignado en Arciniegas (2001):

    Lo que ocurre con la historia es que ella invierte los términos de la vida social. Quienes la hacen se olvidan del hombre común, de usted, de mí para concentrar la atención en torno a un héroe […] pero esto es superponer unas biografías a lo que en realidad es el alma de una nación (p. 146).

    1. Discusión sobre la clasificación de la obra de Germán Arciniegas

    El proceso de escritura de Germán Arciniegas (1900-1999) estuvo permeado por una visión liberal de los acontecimientos del pasado y por un enfoque antieurocentrista. Abarcó desde el Descubrimiento hasta los avatares políticos de América Latina, cuando los regímenes dictatoriales instaurados en el continente eliminaron los principios de libertad y democracia, tan apreciados por él. A propósito de su oposición y las denuncias de los crímenes y arbitrariedades que se presentaron en los distintos países, su libro Entre la libertad y el miedo (1952) ¹ fue censurado y quemado, según lo recuerda Cobo Borda (1994): El coronel Carlos Sus Pacheco, administrador de la aduana interior de Bogotá, mandó incinerar el libro del autor en orden dada el 8 de agosto de 1956 (p. 129).

    La discusión en torno a la clasificación de la obra del bogotano puede organizarse bajo tres líneas de discusión: la primera se adhiere a criterios históricos y la define como una larga y repetitiva narración que acude a la historia para trivializarla a través de relatos atractivos, pero apartados de precisiones históricas, de descripciones objetivas, con informaciones insuficientes, argumentos deleznables, descuidos factuales, ausencia de método de demostración y sin el rigor que ofrecen las citas. A este respecto, señala Betancourt Mendieta (2000) que los textos del escritor bogotano fueron ubicados dentro del marco de historiografía sin serlo. Arciniegas no escribió historia, en el sentido como se construye el conocimiento histórico (p. 20).

    La segunda línea destaca en él una destreza narrativa, un estilo y un lenguaje más cercanos a la literatura que a la historia. En este sentido, los aspectos factuales se intercalan con un discurso literario para formar la sustancia narrativa que los integra a la literatura. Bajo este enfoque, Arciniegas no necesita justificar las fuentes con notas a pie de página o bibliografía referencial. Esto se fundamenta en lo que plantea Ricoeur (1994):

    Los documentos y archivos son las fuentes de verificación y falsificación para la investigación histórica. Por otra parte, los relatos de ficción ignoran la tarea de dar pruebas de esta clase. Incluso, si se sugiere que la imaginación sirve de archivo al relato de ficción, entendiendo por imaginación […] el depósito de tradiciones orales y escritas, ignora la dura labor de cotejarse con los documentos, e incluso de establecerlos en función de las preguntas que se le han hecho. En ese sentido, la imaginación no tiene hechos a demostrar (p. 84).

    Una tercera postura en relación con la producción de Arciniegas plantea que el autor fusiona discursos factuales con la ficción y, a través de la divulgación, masifica un conocimiento. Al respecto, Gutiérrez Girardot (1980) señaló que Arciniegas no encajaba como sociólogo, aunque tuviera ensayos de ese corte, ni como historiador, por sus libres interpretaciones de la historia, y tampoco como ensayista:

    No es ninguna de las tres cosas. Su método de investigación no delata ni intenciones ni conocimientos metodológicos sobre los problemas de la historiografía y de la sociología. En cambio, muestra un estrecho parentesco con la investigación periodística norteamericana y con el de los autores de obras de divulgación. Lo que se considera ensayo en su obra es más bien la muestra de un género nacido del periodismo moderno que se suele llamar feuilleton, es decir, la utilización de algunos medios del ensayo para divulgar temas complejos de manera accesible y amena a un amplio público lector. […] en este sentido fue Arciniegas un adelantado: en Colombia y entre sus compañeros latinoamericanos contemporáneos […] fue él el primero y más puro representante del nuevo género (p. 503).

    Desde esta tercera perspectiva se sostiene la idea de que Arciniegas no escribió historia, en el sentido riguroso de la disciplina y su método; no obstante, se sirvió de ella para proponer una visión novedosa del pasado y de la sociedad e impulsó de manera significativa la divulgación, hasta entonces en estado marginal.²

    Historiador, fabulador, ensayista, periodista, son algunos de los términos que lo definen según la línea de discusión que se siga. Esto permite que se actualice la discusión respecto de la inclusión o no de sus ensayos, crónicas, obras de divulgación y novelas en una futura historia de la literatura colombiana y latinoamericana.

    Las anteriores consideraciones sirven para sintetizar los ejes de discusión generales sobre los que se ha basado la polémica en torno a la clasificación de la obra de Germán Arciniegas. A continuación se presenta el estado en el que se encuentra la producción literaria del autor. Para ello se toman cuatro historias representativas de la literatura colombiana, además de la bibliografía disponible sobre diferentes libros del autor, y al final se establecen algunas conclusiones respecto a la ausencia de crítica objetiva a la luz de criterios estéticos, y a la incidencia, más bien, de elementos políticos en el tratamiento de su obra.

    1. Evolución de la novela en Colombia (1957), de Antonio Curcio Altamar. En ella solo se encuentra referenciada la novela autobiográfica En medio del camino de la vida (1948), en la bibliografía final. A lo largo del texto no se hace ninguna otra alusión al autor ni a su obra.

    2. Manual de literatura colombiana de Procultura (1988). En el segundo tomo (pp. 650-654) se hace una clasificación del autor en la generación de 1925: autores nacidos entre 1895 y 1909. A esta generación pertenecen Rafael Maya, León de Greiff, Aurelio Arturo, todos poetas; José Antonio Osorio Lizarazo, Eduardo Zalamea, novelistas, y Germán Arciniegas, clasificado como ensayista.

    En el mismo tomo II, en el capítulo Literatura histórica en la República del historiador Jorge Orlando Melo, Germán Arciniegas está referenciado por sus novelas Los comuneros (1938) y Jiménez de Quesada (1939) y por los ensayos Los alemanes en la conquista de América (1941), Biografía del Caribe (1945) y Bolívar (1980).

    Respecto de estas obras, el autor es considerado un periodista que centró su trabajo en temas históricos, los cuales, a través de la síntesis interpretativa, logró divulgar; sin embargo, en estos textos hay una relación más vinculada con la ficción literaria que con la historia. Son reconstrucciones noveladas y disquisiciones ensayísticas de variada temática. En este manual de literatura se le reconoce como un autor de brillantez literaria, el cual, inmerso en un contexto dominado por una hegemonía conservadora, por lo menos durante los primeros 30 años del siglo xx, se dio en afirmarse dentro de una ideología política liberal, con obras que no son de gran erudición pero que, en cambio, recrean una dimensión del pasado desde una perspectiva literaria soportada en una escritura y un estilo dirigidos a un grupo numeroso de lectores comunes.

    3. Literatura y cultura (Jaramillo et al., 2000). En esta obra el autor aparece referenciado en el estudio preliminar con tres de sus obras: El estudiante de la mesa redonda (1932), El caballero de El Dorado (1942) y Con América nace nuestra historia (1990) (p. 3).

    De igual manera, aparece un ensayo titulado "Novela histórica e ideología oficial en El caballero de El Dorado de Germán Arciniegas".

    El texto, escrito por Nelson González Ortega, presenta en 32 páginas un análisis a la luz del proceso de construcción de la novela de Arciniegas, en tanto se instalan en ella un texto histórico y un relato literario. González Ortega (2000) plantea que en esta obra el autor prefigura metafóricamente la identidad y el pasado cultural de Colombia. Así lo expresa cuando afirma que

    este modo de metaforización e idealización romántica implica que la ideología articulada en el texto de Arciniegas sea liberal y de filiación oficial y pueda responder, a mi parecer, a la intención autorial y textual implícita de dotar a la literatura colombiana de una novela de tema nacional y fundacional, basada en uno de los más reconocidos héroes oficiales de la historia de Colombia: Gonzalo Jiménez de Quesada (pp. 325-326).

    Este análisis, además, ofrece una comprobación de la categoría de novela histórica, a la luz del modelo de Georg Lukács (1976) y los postulados teóricos de

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