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El cortometraje: el arte de narrar, emocionar y significar
El cortometraje: el arte de narrar, emocionar y significar
El cortometraje: el arte de narrar, emocionar y significar
Libro electrónico290 páginas3 horas

El cortometraje: el arte de narrar, emocionar y significar

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Información de este libro electrónico

El libro propone una definición general, análisis y tipología del cortometraje; asimismo, muestra su relación con el cine de larga duración, la publicidad, la literatura y otras expresiones artísticas.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento27 nov 2023
ISBN9786078931781
El cortometraje: el arte de narrar, emocionar y significar
Autor

Annemarie Meier

Annemarie Meier es docente, investigadora y crítica de cine en Guadalajara, México. Nacida y con formación pedagógica en Zürich, Suiza, llegó a México en la década de 1960 para incorporarse como docente en el Goethe-Institut. Como cofundadora y programadora del cineclub Cine y Crítica, A.C. participó en la fundación de la Muestra de Cine Mexicano en Guadalajara, hoy FICG, y el Centro de Investigación y Enseñanza Cinematográfi¬cas CIEC de la Universidad de Guadalajara y la revista El ojo que piensa. Ha publicado un gran número de artículos y ensayos sobre análisis cinematográfi¬co, perspectiva femenina y estrategias narrativas del cortometraje. Aparte de su labor académica en la universidad jesuita ITESO, colabora como crítica de cine con Jalisco Radio del SJRTV y Milenio Jalisco. El presente libro es la segunda y actualizada edición de un texto publicado por la UAM Xochimilco en 2013.

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    El cortometraje - Annemarie Meier

    Imagen de portada

    El cortometraje: el arte de narrar, emocionar y significar

    Annemarie Meier

    El cortometraje: el arte de narrar, emocionar y significar

    Universidad Iberoamericana

    UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA CIUDAD DE MÉXICO.

    BIBLIOTECA FRANCISCO XAVIER CLAVIGERO

    D.R. © 2023 Universidad Iberoamericana, A. C.

    Prol. Paseo de la Reforma 880

    Col. Lomas de Santa Fe

    Ciudad de México

    01219

    publica@ibero.mx

    Segunda edición: noviembre 2023

    ISBN: 978-607-8931-78-1

    Prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio sin la autorización escrita del titular de los derechos patrimoniales.

    Hecho en México.

    Digitalización: Proyecto451

    Índice

    Prólogo

    CAPÍTULO 1. Acerca de la definición y clasificación del cortometraje y sus estrategias discursivas

    ¿Se puede definir el cortometraje?

    Propuestas para la clasificación del corto de ficción

    Especificidades del cortometraje

    Identificación de estrategias discursivas frecuentes

    La película de episodios

    Escenas, secuencias, trailers y créditos de largometrajes

    Video musical y spot publicitario

    A manera de reflexión

    CAPÍTULO 2. Exploración del tiempo/espacio: el cortometraje y el plano-secuencia

    El plano-secuencia como recurso tecno-estético

    El cortometraje con plano-secuencia

    Cinco cortos que cobran vida a través del plano-secuencia

    A manera de reflexión

    CAPÍTULO 3. Emoción, empatía y suspenso: De Mesmer, con amor o té para dos

    Un corto para reconocer convenciones, sentir emoción y suspenso

    Un corto que invita a moralizar

    Un corto que crea empatía

    A manera de reflexión

    CAPÍTULO 4. Perspectiva femenina: al descubrimiento del espacio en el cortometraje mexicano

    Espacio: cocina, baño y recámara

    Espacio: cuerpo, percepciones, placer y dolor

    Espacio: fantasía, imaginación, memoria y deseo

    A manera de reflexión

    CAPÍTULO 5. Reflexividad e intertextualidad en el spot publicitario

    Características del cortometraje en el spot publicitario

    El spot publicitario narrativo

    Spot publicitario y cine

    Los realizadores incursionan en el campo de la publicidad

    A manera de reflexión

    CAPÍTULO 6. El cortometraje en el proceso educativo. Unidad didáctica: cine y literatura en diálogo

    Cine y literatura en diálogo

    Del cine al discurso oral y escrito: El héroe

    De la literatura a la imagen fílmica: El Aleph

    Del cuento al cortometraje: Cortísimo metraje

    Montaje y adaptación de un texto literario al cine: Dos crímenes

    A manera de reflexión

    CAPÍTULO 7. El universo expandido del cortometraje

    Cine digital y narrativa

    Expansión, diversificación y tendencias del cortometraje digital

    Brevedad: concentración, impacto y experimentación

    Hibridación de narrativas, estéticas, lenguajes y modos de producción

    Subjetividad y reflexividad

    Relatos seriados, interactivos e inmersivos

    A manera de reflexión

    Conclusiones

    Referencias

    Filmografía

    Bibliografía

    Prólogo

    Me complace presentar la segunda edición de un libro cuyo tema me ha acompañado durante gran parte de mi vida, tanto como apasionada espectadora de películas como en mi vida profesional como docente, investigadora y crítica de cine. Los textos que se reúnen son el resultado de todas las ocasiones en que proyecté y analicé un cortometraje en el salón de clases, asesoré a un estudiante en la escritura de un guion o en su visualización como storyboard, trabajé en la selección y programación de una muestra o un festival, o formulé una reseña o crítica cinematográfica acerca de un cortometraje que me había impactado. He tenido el privilegio de ver mucho cine, participar en cine clubes, programar ciclos, coordinar debates, estar cerca y participar en procesos de realización. Poco a poco me fui adentrando en el mundo de los relatos audiovisuales breves y con el tiempo empecé a estudiar sus características para llevar el tema a coloquios y congresos, así como publicar ensayos y análisis que, para mi sorpresa, encontraron eco en docentes, estudiantes y teóricos por ser un tema poco tratado. Fue emocionante ver reflejada mi afición por el corto en el interés de estudiantes, colegas y cinéfilos de mi entorno. Al observar la fuerte atracción que una película breve puede ejercer sobre el espectador y la manera como lo atrapa y deja un impacto profundo y duradero, llegué a la conclusión de que, además de trabajar con las herramientas del cine, el cortometraje destaca por su autonomía, y por un desarrollo de estrategias narrativas y estéticas propias.

    Este libro parte de la convicción de que existen modalidades de cine que corresponden a formas de producción, distribución y exhibición —o consumo— distintas al mainstream. Una buena parte del llamado cine de arte o de autor, el cine experimental, la animación stop motion, el videoarte y el documental se crean desde ámbitos muy diversos, por lo general alejados de la gran industria, lo que provoca que también dependa de espacios, circuitos y maneras de difusión diferentes. A este grupo de producción, distribución y exhibición alternativa pertenece el cortometraje. O más bien, pertenecía, ya que las nuevas tecnologías, medios y modos de difusión, le quitaron la característica de cine alterno y marginal. El universo del cortometraje está en expansión, se renueva y transforma de manera continua como un tipo de cine que busca y encuentra nuevas formas de narración y significación justamente a partir de su condición de cine realizado y exhibido lejos de la gran industria del cine. Este espacio de libertad e innovación continua es aprovechado por los creadores audiovisuales y, cada vez con más fuerza, por aficionados y un ejército de profesionales de las nuevas tecnologías. Su diversificación de formas y funciones, y la capacidad de convertirse en un medio de expresión y comunicación adecuado a nuestra época, ha empujado fuertemente su producción y circulación. La facilidad de acceso a las herramientas de grabación, edición y difusión, y las múltiples pantallas en que se puede ver —y consumir—, lo convierten en un acompañante de la vida diaria de adultos, jóvenes e incluso niños. También en la vida laboral, la educación, las campañas de concientización, la política y las luchas sociales, el cortometraje se ha revelado como herramienta útil y cada vez más popular.

    El presente estudio también surge de la necesidad de revalorar el corto como cine profesional y no, como suele suceder, como género, ejercicio estudiantil, o hermano menor del gran cine. El tema también se impuso como una manera de reconocer el inmenso aporte que el cortometraje ha hecho al cine en general en toda su historia y desarrollo. Las vanguardias, los movimientos sociales y políticos, el cine infantil, científico y deportivo no hubieran encontrado su expresión audiovisual si no hubiera sido por las posibilidades del cortometraje.

    Cuando la afición por el corto se convirtió en la necesidad de concentrarme en su historia, desarrollo y especificidades, me sorprendió encontrar escaso material de consulta y poco interés de los teóricos por estudiarlo y analizarlo. Sólo encontré ensayos y comentarios acerca de su importancia para el origen del cine, los experimentos de los pioneros, los movimientos artísticos como el surrealismo y la función formadora para artistas plásticos y realizadores audiovisuales. La mayoría de las guías y manuales de guion y producción del cortometraje reflejaban la práctica de realizadores y, para mi sorpresa, de investigadores literarios interesados en un estudio comparativo entre el cortometraje y el cuento literario.

    En cuanto al estudio de las formas del corto destacan algunos artículos y catálogos de festivales de cortometrajes como Oberhausen en Alemania y Winterthur en Suiza, además del importante trabajo analítico y práctico del académico Richard Raskin quien dedicó al estudio y la producción del corto gran parte de su tiempo docente y de investigación. Hace falta, sin embargo, escribir la historia, el desarrollo y aportes a una teoría del cortometraje. Es una tarea pendiente que rebasa el propósito de este libro. El acercamiento a una clasificación es apenas el inicio de la exploración de un campo que merece la atención de los investigadores. Y hay que darnos prisa ya que se trata de un tema en movimiento en que la televisión, las nuevas tecnologías, plataformas y redes juegan un importante papel ya que necesitan una cantidad creciente de contenidos con narrativas, formas y estéticas atractivas para todo tipo de públicos y pantallas. Y no sólo ellos, también el usuario de las herramientas tiene prisa de extender el campo. Lo hemos vivido recientemente con la emergencia de la pandemia del coronavirus que confinó a millones de personas en sus casas. En las semanas de encierro, casas, departamentos y estudios se convirtieron en salas de cine, aulas de escuelas, laboratorios de universidades, oficinas y cabinas de comunicación con familiares, colegas, profesionistas, empleados y burócratas.

    También el perfil de los creadores de cortometrajes ha cambiado. Sospecho que en la actualidad la mayor parte de la práctica está en manos de aficionados autodidactas. En menor medida, de profesionales y empresas de las nuevas tecnologías y realizadores —novatos y experimentados— para los que el cortometraje es arte y vehículo de comunicación. Confío en que la mayoría esté consciente de que están creando un tipo de cine; otros, quizás, aplican un programa digital mediante el cual animan, narran y significan sin pensar en su origen y esencia.

    Pero, ¿tendrá el carácter de cine y el formato de un cortometraje lo que hoy en día encontramos en la red?, ¿por qué será que en cuanto hablamos de cortometraje surge la pregunta acerca de cómo definirlo?, ¿cómo decidir si una pieza audiovisual sería un cortometraje o un simple mensaje visual animado? Jamás nos cuestionamos qué es cine o qué es una película cuando nos referimos al largometraje de ficción. ¿Quiere decir que el cortometraje no se considera cine?, ¿o bien que es otro tipo de cine?

    Las preguntas anteriores no vienen al caso. Puesto que lo único que define al corto es su duración, es mejor considerarlo como un filme breve y concentrarnos en su disfrute y en su análisis como tal. Ahora bien, si queremos estudiarlo en función de su brevedad y las formas específicas de narración y significación que se han desarrollado justamente por su formato, tenemos que respetar su autonomía y diversidad. Porque hay que decirlo con claridad: la producción del cortometraje tiene como gran ventaja la distancia con la industria que define los modos de producción, distribución y exhibición de cine. Por lo menos en las fases de diseño y producción, el cortometraje cuenta con un margen de independencia que permite la libertad de creación, aunque no total, porque también el corto tiene un costo y depende de apoyos para su realización. En cuanto a la distribución y exhibición, el universo digital amplió enormemente el espacio para su divulgación y almacenamiento. Falta crear leyes y reglas para los derechos de autor y para que la distribución sea redituable para autor y productor.

    Si hablé de la necesidad de brindar atención al campo del cortometraje mediante escribir su historia, revisar el desarrollo de su lenguaje y de los distintos tipos de discurso que generó, y abordarlo desde la teoría, no quiero de ninguna manera sugerir que la presente publicación atiende alguna de estas necesidades. La selección de los temas y la formulación de los ensayos que aquí se ofrecen se produjeron de manera pragmática y a partir de propuestas de artículos en revistas, textos introductorios para catálogos de algún festival, reseñas y críticas de cortos en periódicos, y ponencias en coloquios y congresos de investigación cinematográfica o práctica docente.

    Lo que el libro pretende aportar al estudio del cortometraje es una revisión de algunas clasificaciones formuladas por programadores de festivales, realizadores y analistas del corto. Por otro lado, también quiero compartir con los lectores una serie de estrategias tecno-estéticas recurrentes que encontré en cortos de todo el mundo. El primer capítulo resume estas propuestas. Los capítulos posteriores presentan algunos ensayos que, en su mayoría, fueron publicados originalmente en revistas académicas, y en los que se analizan cortometrajes o grupos de cortos que muestran una o varias de las estrategias que encontré con cierta frecuencia. Un capítulo está dedicado al uso del plano-secuencia como recurso para explorar el espacio/tiempo. Otro analiza el tratamiento del espacio en cortos mexicanos realizados desde una perspectiva femenina. El análisis del cortometraje mexicano De Mesmer, con amor o té para dos (Salvador Aguirre y Alejandro Lubezki, 2002) sirve para detectar cómo se crea emoción, empatía y suspenso. Además, también se analizan casos de spots publicitarios que se nutren de historias y mitos, de cortos o escenas de largometrajes, mientras que en un capítulo dirigido a docentes presento propuestas acerca de cómo el cortometraje puede apoyar el proceso de aprendizaje de alumnos y estudiantes de lengua, literatura y discurso audiovisual.

    Parto de la convicción de que la metodología con la que llegué a las estrategias que utiliza el cortometraje para emocionar, narrar y significar tiene que adecuarse al tipo de cortometraje como cine breve que vive de la reducción y la economía de recursos. Por otro lado, descubrimos en el cortometraje una riqueza y diversidad temática y formal tan amplias que el mismo corto nos impone un método de análisis adecuado a sus características.

    ¿Cómo analizar con las mismas herramientas un filme narrativo, poético y profundo como El globo rojo (Le ballon rouge, 1956), de Albert Lamorisse, que sigue durante 36 minutos las andanzas de un niño parisino con un globo como fiel compañero, con las irreverencias de Un perro andaluz (Un chien andalou, 1929), de Luis Buñuel, o el plano-secuencia de tres minutos de Recuerdo del mar (2005), de Max Zunino? Si bien el acercamiento analítico al cortometraje parte del análisis del discurso audiovisual, también tiene que integrar elementos de la teoría del guion, sobre todo en lo que se refiere a los personajes, la estructura y la progresión dramática, y los recientes estudios de la emoción, la empatía y la creación de suspenso.

    Las nuevas tecnologías, los nuevos medios y su integración a los espacios del ocio y de los ámbitos educativo, laboral y social, me obligaron a mirar los cambios (transformaciones y mutaciones) que el cortometraje como cine autónomo ha sufrido en los últimos años. La expansión, diversificación e hibridación han creado tendencias que marcan fuertemente la producción y el consumo de cortos. La red permite disfrutar de colecciones, participar en certámenes, jugar a ser jurado y —desde luego— ejercitarse como realizador. La red y las múltiples pantallas invitan a la competencia de crear cortos cada vez más breves, cada vez más personales, cada vez más híbridos. El universo digital, con sus herramientas, se ha convertido en un inmenso laboratorio para aficionados, autodidactas y profesionales. Nos permite realizar trabajos subjetivos, colectivos, experimentales e interactivos. Más que un recuento y descripción de ciertas tendencias, el último capítulo pretende abrir la ventana a las posibilidades del corto como obra autoral, ejercicio colectivo, relato promocional y educativo.

    Por cierto, los cortometrajes que se analizan y citan en el presente trabajo son, en su mayoría, fáciles de visualizar, ya que forman parte de colecciones de plataformas de streaming, instituciones culturales o educativas, y muestras y festivales alrededor del mundo.

    Annemarie Meier

    CAPÍTULO 1

    Acerca de la definición y clasificación del cortometraje y sus estrategias discursivas

    Uno de mis cortometrajes preferidos es Surprise! (1996), de Veit Helmer. El corto narra la forma como un joven instala un dispositivo alrededor de la cama donde duerme plácidamente una joven rubia. La mecha que el hombre prende al salir de la casa pone en marcha una reacción en cadena que despierta a la mujer de una manera bastante brusca. El corto inicia sin contextualización alguna. Con breves planos cerrados, extremadamente angulados, describe la forma como las manos del hombre tienden cables y cadenas, atornillan un gancho y miden la distancia de un hacha hasta la cabeza de la mujer dormida. Un plano en exteriores muestra cómo prende la mecha y, de regreso en el cuarto, observamos con planos breves y ágiles la reacción de la mujer que es levantada de la cama, bañada con agua que cae del techo, jalada hacia una mesa, alcanzada por la yema de un huevo tibio y sorprendida por una cartulina en la que se lee: Guten Morgen (Buenos días). Dos planos de un viejo tocadiscos al principio y al final, imprimen una estructura circular y un marco sonoro al corto de seis minutos de duración. Los planos están coloreados a mano cuadro por cuadro, lo que le da un look atemporal, un tanto grotesco, y aumenta el suspenso y el gozo del espectador que no puede más que acordarse de Alfred Hitchcock y sus rubias que sufren todo tipo de agresiones masculinas.

    Otro corto que me gusta mucho es La tarde de un matrimonio de clase media (1997), de Fernando León. El corto inicia con un plano general, casi simétrico, de una sala elegantemente decorada y llena de chucherías. En el sofá está sentada una pareja de edad mayor. La mujer teje y el hombre está leyendo el periódico. Sólo se oyen los ruidos de la calle: coches, una ambulancia y un avión. Dos planos muestran los rostros de los personajes. La mujer rompe el silencio con un comentario: Habló Juanito y dijo.... Con voz y gesto agresivos, el hombre la interrumpe: ¡Quieres hacerme el favor de callarte la boca!. Regresamos al plano general, ella sigue tejiendo y él lee el periódico. Sólo se escuchan los sonidos de la calle.

    imagen ilustrativa

    Fig. 1 y 2. Surprise! (Veit Helmer, 1996).

    imagen ilustrativa

    Fig. 3, 4 y 5. La tarde de un matrimonio de clase media (Fernando León, 1997).

    La pareja del corto mexicano La tarde de un matrimonio de clase media podría ser la misma que la del alemán Surprise!, sólo que cuarenta años más tarde. Ya no hay sorpresas y la relación de pareja que, cuando jóvenes, era un tanto tensa pero juguetona y llena de suspenso, se petrificó y volvió agresiva. Cada vez que vuelvo a

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