Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

La batalla es del Señor: Cómo vencer las luchas de la vida a través de la adoración
La batalla es del Señor: Cómo vencer las luchas de la vida a través de la adoración
La batalla es del Señor: Cómo vencer las luchas de la vida a través de la adoración
Libro electrónico216 páginas2 horas

La batalla es del Señor: Cómo vencer las luchas de la vida a través de la adoración

Calificación: 4 de 5 estrellas

4/5

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

Vivir en miedo y ansiedad es vivir en constante tormento, y eso aparta grandemente de la vida victoriosa que Dios quiere darle. ¿Cómo puede detener los ciclos de pensamientos destructivos que le vienen a la mente? ¿Cómo puede quebrar las fortalezas de miedo? Dejándole sus batallas al Señor. Permita que Él luche por usted.

En este nuevo y revolucionario libro, la autora de éxitos de librería y muy solicitada conferenciante, Joyce Meyer, demuestra como puede abrirse paso ante el temor y confiar en que Dios hace por usted lo que usted nunca podrá hacer por sí mismo vencer sus batallas y vivir en una libertad y victoria perdurable.

Descubra como:

Conectarse al poder y la presencia de Dios a través de la adoración
Dejarle a Él sus batallas y obtener victoria
Confrontar y conquistar el miedo y la ansiedad
Liberar el poder de Dios que cambiará su vida
¡Deje que Él luche por usted!
Hay muchas cosas en este mundo que nos amenazan. Pero en ocasiones, nuestro mayor enemigo no está “allá afuera”, sino “dentro de nosotros mismos”. Está en nuestros corazones, en nuestras mentes. Y mientras el miedo aprieta su puño, luchamos en vano para ser liberados.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento1 jul 2023
ISBN9781960436313
La batalla es del Señor: Cómo vencer las luchas de la vida a través de la adoración
Autor

Joyce Meyer

Joyce Meyer is one of the world’s leading practical Bible teachers. A #1 New York Times bestselling author, she has written more than ninety inspirational books. Joyce’s Enjoying Everyday Life radio and television programs are broadcast around the world, and she travels extensively conducting conferences. Joyce and her husband, Dave, have four children and ten grandchildren and make their home in St. Louis, Missouri.

Lee más de Joyce Meyer

Relacionado con La batalla es del Señor

Libros electrónicos relacionados

Cristianismo para usted

Ver más

Artículos relacionados

Comentarios para La batalla es del Señor

Calificación: 3.75 de 5 estrellas
4/5

8 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    La batalla es del Señor - Joyce Meyer

    63ca375d-0106-46c1-bf05-59cc491a19b0.jpg

    PARTE 1

    La batalla es del Señor

    Capítulo 1

    Fase 1

    Escuche directamente a Dios

    Dios desea que estemos completamente libres de temor. No quiere que vivamos atormentados, ni que el temor nos impida hacer lo que Él nos ha dicho que hagamos. Cuando llegamos a comprender profundamente el perfecto e incondicional amor que Dios tiene por nosotros, nos damos cuenta de que Él siempre cuida de todos nuestros asuntos —y finalmente esa certidumbre nos libra del temor. A medida que vamos teniendo experiencias con Dios, y vemos que Él tiene cuidado de nosotros y que provee lo que necesitamos, empezamos a relajarnos.

    En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor.

    1 Juan 4:18

    Dios se mueve a nuestro favor cuando nos concentramos en Él en vez de hacerlo en nuestros temores. La sensación de temor o los pensamientos que infunden miedo, no son sino un arma que nuestro enemigo Satanás utiliza para distraernos de Dios y de Su voluntad para nosotros. Podemos sentir temor en varios momentos de nuestras vidas, pero cuando eso ocurre tenemos la posibilidad de elegir confiar en Dios, y si fuera necesario, hacerlo con todo y miedo.

    Esta teoría de hacerlo con todo y miedo es algo que Dios me reveló años atrás. Observé que cuando Él le dijo a Josué, como se relata en el capítulo 1 de ese libro, "no temas", le estaba advirtiendo que el temor podría tratar de detenerlo, pero lo alentó a esforzase, ser valiente y continuar adelante, en vez de permitir que ese sentimiento lo controlara.

    Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.

    2 Timoteo 1:7

    Cada vez que surgen problemas, lo primero que usualmente sentimos es temor. Satanás inyecta en nuestra mente pensamientos de y si . . . y, a menudo, comenzamos a imaginar las peores alternativas. Cuando eso ocurre, debemos tomar conciencia de lo que está pasando: Satanás trata de impedirnos alcanzar el plan y propósito que Dios tiene para nuestras vidas.

    Cuando comenzamos a sentir temor o a tener pensamientos que infunden temor, lo primero que debemos hacer es orar. Yo siempre digo: ora por todo y no temas. Debemos disponernos a buscar a Dios hasta que sepamos que tenemos la victoria emocional y mental sobre el espíritu de temor. A medida que buscamos a Dios, estamos haciendo foco en Él y no en nuestros temores. Lo adoramos por lo que Él es y le expresamos nuestro agradecimiento por todo lo bueno que ha hecho, lo que está haciendo, y lo que continuará haciendo.

    Dios tiene muchas bendiciones y nuevas oportunidades guardadas para nosotros. Para recibirlas debemos ir dando pasos de fe. Eso, frecuentemente, significa hacer cosas que no sentimos, o que pensamos que no darán resultado, pero nuestra confianza y reverencia hacia Dios deben ser mayores que nuestros deseos, pensamientos o sentimientos.

    Podemos observar un ejemplo perfecto de esto en Lucas 5. Pedro y algunos otros discípulos de Jesús habían estado toda la noche tratando de pescar, y no habían atrapado nada. Estaban cansados, exhaustos. Necesitaban dormir, y estoy segura de que también estaban hambrientos. Recién habían terminado de lavar y guardar sus redes, un trabajo muy pesado, cuando Jesús apareció a la orilla del lago. Les dijo que si querían atrapar una gran cantidad de peces, debían volver a tirar las redes, pero esta vez en aguas más profundas. Pedro le explicó que estaban agotados, que habían estado toda la noche trabajando sin pescar nada, pero agregó: "mas en Tu palabra, echaré la red". Ésta es la actitud que el Señor quiere que tengamos. Podemos no sentir deseos de hacer algo; podemos no querer nada; podemos pensar que no es una buena idea; podemos sentir temor de que nada de lo que hagamos vaya a resultar. Pero debemos estar dispuestos a obedecer a Dios y no a nuestros temores o sentimientos.

    El diablo trata de usar el temor de muchas maneras diferentes para mantenernos en aguas poco profundas. Pero aunque sintamos temor, debemos fijar los ojos en Dios y en Su palabra, y bogar hacia lo profundo para recibir las bendiciones que Él tiene para nosotros.

    Pasadas estas cosas, aconteció que los hijos de Moab y de Amón, y con ellos otros de los amonitas, vinieron contra Josafat a la guerra.

    2 Crónicas 20:1

    ¿Están los -itas contra usted? En este pasaje fueron los moabitas, los amonitas y otros de los amonitas que vinieron a hacer guerra contra el rey Josafat y el pueblo de Judá. En otros lugares del Antiguo Testamento se menciona a los jebuseos, heteos, y cananeos, quienes ocasionaron problemas al pueblo de Dios.

    Pero contra nosotros están los temor-itas, enfermedad-itas, pobreza-itas, fracaso matrimonial-itas, estrés-itas, vecinos gruñones-itas, inseguridad-itas, rechazo-itas y tantos más.

    ¿Cuántos de los -itas lo están persiguiendo? Observemos lo que hizo el rey Josafat, que puso su atención en Dios, en vez de preocuparse por todos aquellos -itas, aunque eran muchos y estaban tratando de levantarse y dominarlos.

    BUSQUE UNA PALABRA DE PARTE DE DIOS

    Y acudieron algunos y dieron aviso a Josafat, diciendo: Contra ti viene una gran multitud del otro lado del mar, y de Siria; y he aquí están en Hazezon-tamar, que es En-gadi. Entonces él tuvo temor; y Josafat humilló su rostro para consultar a Jehová, e hizo ­pregonar ayuno a todo Judá.

    2 Crónicas 20:2,3

    Cuando se le dijo a Josafat que los -itas venían contra él, lo primero que sintió fue temor. Pero luego hizo algo más: se propuso buscar a Dios. Estaba determinado a escucharlo, y hasta proclamó ayuno por toda aquella región con ese propósito. Sabía que necesitaba oír a Dios. Necesitaba un plan de batalla y sólo Dios podía darle uno capaz de asegurarle la victoria.

    Debemos desarrollar el hábito de correr hacia Dios cuando tenemos problemas, en vez de correr hacia la gente. Debemos buscar a Dios en lugar de dejarnos llevar por lo que nos dicta nuestra mente o la de otras personas. Pregúntese usted mismo: Cuando viene el problema, ¿corro hacia el teléfono o hacia el trono de gracia y misericordia? Dios puede dirigirnos hacia alguien en busca de consejo, pero siempre debemos ir primero al Señor, demostrando que lo honramos y confiamos en Él.

    Así que la primera fase del plan de batalla de Dios es combatir el temor escuchándolo a Él. Romanos 10:17 nos enseña que "la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios". Este versículo no se refiere a la palabra escrita de Dios, sino a Su palabra hablada. Se la llama palabra rema en el lenguaje original del Nuevo Testamento, que es el griego. Dicho de otra manera: cuando oímos a Dios, la fe inunda nuestros corazones y echa fuera todo temor. Josafat sabía que tenía que escuchar a Dios y nosotros necesitamos hacer lo mismo.

    Dios puede hablarnos dándonos una profunda paz interior, o una idea creativa; calmando nuestras emociones alteradas, o dándonos seguridad plena. Dios habla de muchas maneras, y si lo buscamos lo encontraremos. Él nos guiará, si lo reconocemos en todos nuestros caminos (Pr 3:5,6).

    Quizá todos sus amigos le dicen que ponga su confianza en Dios y usted desea hacerlo, pero el y si . . . lo inhibe. Los temores le gritan, lo amenazan. Sus amistades le dicen: todo estará bien, pero de alguna manera no logra quitar su temor hasta que Dios habla a lo profundo de su corazón y le dice: Puedes confiar en Mí; Yo me haré cargo de tu situación; todo va a estar bien.

    En 1989 tuve una cita con mi doctor para un control médico de rutina. Él descubrió en mi seno una pequeña masa y decidió realizar inmediatamente una biopsia. Fui pensando que no sería nada, pero resultó ser un tipo de cáncer de crecimiento rápido y me recomendó someterme a cirugía sin demora.

    Recuerdo que al entrar a mi casa el temor golpeaba tan fuerte que sentía como si me fuera a caer. Parecía que las rodillas me iban a fallar. Cada noche, cuando iba a la cama, me resultaba muy difícil conciliar el sueño. Y aunque lograba adormilarme, no obtenía un descanso bueno y placentero, sino un dormir incierto. Despertaba a menudo, y los pensamientos de temor me sobrecogían.

    Cáncer es una palabra que produce gran temor. No importa cuántos miembros de mi familia y amistades me dijeran que Dios tendría cuidado de esta situación, yo continuaba batallando con mi miedo. Hasta que una de esas noches, cerca de las tres de la mañana, Dios habló a lo íntimo de mi corazón y me dijo: Joyce, puedes confiar en Mí. Después de eso no volví a experimentar ningún temor enfermizo. Y aunque me sentía temerosa mientras esperaba los resultados de la prueba de los nódulos linfáticos, yo sabía que estaba en las manos de Dios y que, pasara lo que pasara, Él tendría cuidado de mí.

    Los resultados de las pruebas determinaron que no era necesario ningún otro tratamiento. De hecho, aprendimos que a través de una detección hecha a tiempo, Dios había salvado mi vida. Terminé la prueba dando gracias en lugar de estar atemorizada, y Satanás perdió otra batalla.

    JOSAFAT NECESITABA ESCUCHAR A DIOS

    Cuando Josafat oyó que un ejército grande se agolpaba para atacar a Judá, supo qué hacer. No necesitaba buscar el consejo de su pueblo, de sus amigos, familiares o consejeros, sino escuchar lo que Dios tenía que decirle.

    Josafat probablemente había estado en otras batallas previas a ésta; ¿por qué no utilizar simplemente alguno de los métodos que se habían usado antes? No importa cuántas veces algo haya dado buen resultado en el pasado, es posible que no sirva para la crisis actual, a menos que Dios lo unja otra vez. Y Él puede ungir un método viejo, pero también puede darnos una nueva dirección, que no habíamos tenido antes. Así que miremos a Dios y no a los métodos. Por cierto que Dios usa métodos, pero carecen de poder a menos que Él obre a través de ellos. No debemos concentrarnos en los métodos para evitar hacerlo en los temores. Nuestro foco de atención, la fuente de nuestra provisión, debe ser Dios y sólo Él. Nuestra respuesta no está en los métodos sino en nuestra relación con Dios.

    ¡Ay de los que descienden a Egipto por ayuda, y confían en caballos; y su esperanza ponen en carros, porque son muchos, y en jinetes, porque son valientes; y no miran al Santo de Israel, ni buscan a Jehová!

    Isaías 31:1

    No he podido descubrir exactamente qué significa ese ay, pero sé que no quiero nada con él. El ay es obviamente algo triste; es problema y miseria. Cuando buscamos a Dios obtenemos paz y gozo, entonces, ¿por qué escoger el ‘ay’, que resulta de confiar en las cosas del mundo?

    LA NECESIDAD VITAL DE JOSAFAT

    Josafat sabía que no iba a poder lograrlo, a menos que escuchara a Dios. Eso es lo que la versión en inglés de la Biblia Amplificada (amp) llama su necesidad vital. Hay algunas cosas de las cuales podemos prescindir, pero hay otras que son esenciales. Josafat sabía que obtener la dirección de Dios era algo vital.

    Usted puede estar en una situación similar a la de Josafat. Y también necesita una palabra de Dios. Puede sentir, como cuando se está ahogando, que se hunde por tercera vez. Usted necesita desesperadamente una palabra personal de parte del Señor, si quiere sobrevivir.

    El deseo que Dios tiene de hablarle es aún mayor que el que usted tiene de escucharlo. Invierta tiempo en buscarlo y no se arrepentirá.

    Josafat proclamó ayuno en toda la región de Judá y la gente se reunió con el deseo ardiente de buscar al Señor para que los ayude.

    Y se reunieron los de Judá para pedir socorro a Jehová; y también de todas las ciudades de Judá vinieron a pedir ayuda a Jehová. Entonces Josafat se puso en pie en la asamblea de Judá y de Jerusalén, en la casa de Jehová, delante del atrio nuevo; Y dijo: Jehová Dios de nuestros padres, ¿no eres tú Dios en los cielos, y tienes dominio sobre todos los reinos de las naciones? ¿No está en tu mano tal fuerza y poder, que no hay quien te resista?

    2 Crónicas 20:4-6

    Josafat proclamó ayuno para mostrar a Dios su sinceridad. Dejar de comer algunas comidas y tomar un tiempo para buscar a Dios no es mala idea. Tampoco lo es apagar el televisor y emplear ese tiempo, que normalmente usamos para ver nuestros programas favoritos, para buscar a Dios. O quedarse en casa algunas tardes y usar esos ratos para estar con el Señor, en vez de salir con los amigos y contarles su problema una y otra vez. Esas cosas y otras más nos demuestran que escuchar a Dios es vital. He aprendido que la palabra buscar significa perseguir, implorar, ir en busca de algo con todas nuestras fuerzas. En otras palabras, actuamos como una persona hambrienta que busca alimento para sobrevivir.

    Quisiera añadir que necesitamos buscar a Dios en todo tiempo, no sólo cuando estamos en problemas. Una vez el Señor me dijo que la razón por la cual muchas personas tenían problemas continuamente, era porque ése era el único modo de que Lo buscaran. Me mostró que si les quitaba sus problemas, esas personas no pasarían un tiempo con Él. Me dijo: Búscame como si siempre estuvieras desesperada, y con frecuencia descubrirás que tus circunstancias ya no te desesperan. Creo que ése es un buen consejo, y recomiendo a todos que lo pongamos en práctica.

    DÍGALE A DIOS LO QUE ÉL ES

    En lugar de presentar el problema de inmediato al Señor, Josafat comenzó a decirle cuán grande es Él. Josafat se enfocó en el Señor y no en su problema ni sus temores.

    . . . y dijo: Jehová Dios de nuestros padres, ¿no eres tú Dios en los cielos, y tienes dominio sobre todos los reinos de las naciones? ¿No está en tu mano tal fuerza y poder, que no hay quien te resista?

    2 Crónicas 20:6

    En lugar de no hablarle a Dios más que de nuestros problemas, tenemos que hablarle de

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1