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Gestión de la emoción: Técnicas de coaching emocional para manejar la ansiedad
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Gestión de la emoción: Técnicas de coaching emocional para manejar la ansiedad
Libro electrónico242 páginas3 horas

Gestión de la emoción: Técnicas de coaching emocional para manejar la ansiedad

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Inteligencia emocional para todos los aspectos de la vida diaria.
Vivimos en una época de preocupación capital por el desarrollo sustentable. Pero no sólo nuestro planeta tiene reservas limitadas que debemos saber gestionar con responsabilidad y visión estratégica: también nuestro cerebro. Cuando nos obsesionamos por las pérdidas, sufrimos ansiedad por el futuro, sobrevaloramos la opinión de los demás o nos exigimos demasiado, desperdiciamos los recursos de nuestra mente y mermamos en forma peligrosa la calidad de vida.
En uno de sus libros más reveladores, el psiquiatra Augusto Cury, quien ha dedicado varias páginas a la divulgación sobre la ansiedad, la educación y la libertad, propone una serie de herramientas, apuntaladas en la investigación médica y en ejemplos de la historia, para identificar el mal uso de la emoción y el gasto innecesario de energía, además de corregirlos y revertir sus estragos. Las técnicas de gestión de la emoción presentadas en estas páginas, sencillas pero de largo impacto, se volverán parte esencial de la vida profesional, afectiva y personal de los lectores de todas las edades que busquen expandir sus habilidades vitales.
IdiomaEspañol
EditorialOcéano
Fecha de lanzamiento15 oct 2022
ISBN9786075576435
Gestión de la emoción: Técnicas de coaching emocional para manejar la ansiedad
Autor

Augusto Cury

Augusto Cury is a psychiatrist, psychotherapist, scientist, and bestselling author. The writer of more than twenty books, his books have been published in more than fifty countries. Through his work as a theorist in education and philosophy, he created the Theory of Multifocal Intelligence which presents a new approach to the logic of thinking, the process of interpretation, and the creation of thinkers. Cury created the School of Intelligence based on this theory.

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    Gestión de la emoción - Augusto Cury

    1

    Coaching y psicoterapia:

    dos mundos tan próximos y tan distantes

    Se puede dirigir una compañía con miles de empleados y, al mismo tiempo, ser incapaz de dirigir con la mínima madurez la más compleja de las empresas, la única que no puede fallar: la mente humana. Se puede ser multimillonario, emprender y saber ganar dinero como pocos y, aun así, mendigar el pan de la alegría y la tranquilidad. Hay muchos mendigos que viven en palacios.

    Se puede ser un intelectual con artículos publicados en todo el mundo, pero no tolerar ser contrariado, vivir ansioso y frustrado, en fin, estar en la infancia de la gestión emocional. Se puede ser un médico, un psiquiatra o un psicólogo que ayuda a sus pacientes, y no saber filtrar los propios estímulos estresantes y hacer de la propia psique una tierra de nadie.

    Educar al Yo para ejercer sus papeles vitales como líder de la psique; equipar y proteger la emoción para que sea saludable, profunda, estable, contemplativa; administrar los pensamientos para aquietar la ansiedad, y liberar la creatividad son algunos de los elementos que constituyen el más notable de todos los entrenamientos, el coaching emocional.

    La gestión de la emoción es la base de todos los entrenamientos psíquicos: profesional, educacional e interpersonal. Ésta puede, incluso, contribuir mucho para mejorar el desempeño de los atletas. Como ya he comentado con deportistas de renombre mundial, el juego se gana primero en la mente.

    Una persona rígida, impulsiva, tímida, fóbica, pesimista, ansiosa puede bloquear su desempeño más de lo que tiene consciencia. Como veremos, la emoción está no solamente en la base del registro de la memoria, sino también en la apertura o cierre de las ventanas de la memoria, impidiendo al Yo el acceso a millones de datos en una situación estresante, lo que compromete el raciocinio global.

    Con eso se infiere, por ejemplo, que un estudiante aplicadísimo, que sabe de memoria la materia de un examen, puede no conseguir acceder a todo el cuerpo de información en un determinado periodo de tiempo en el que está tenso y, de ese modo, tener un pésimo rendimiento. Es primordial entrenar y proteger la emoción. Pero ¿quién sabe protegerla? ¿En qué escuela secundaria o universidad se educa a los alumnos para filtrar los estímulos estresantes y ahorrar los recursos del cerebro?

    Existen muchas trampas en nuestra mente. Por ser víctima de ellas, la gran mayoría de los seres humanos se llevará sus conflictos a la tumba. Todos queremos cambiar las características enfermizas de nuestra personalidad, sin saber que son inmutables. Sin embargo, es posible reeditar las ventanas de la memoria o construir nuevas plataformas de ventanas saludables, a las que llamo núcleos de habitación del Yo. Los secretos de la personalidad están guardados en la memoria. Por eso, una enfermedad degenerativa como el mal de Alzheimer causa una grave desorganización en la memoria y, en consecuencia, en la forma de ser de una persona, su manera de pensar, de reaccionar, de interpretar. Prevenir el Alzheimer no ocurre sólo irrigando el metabolismo cerebral, sino también estimulando el universo de la cognición: el rescate de datos de la memoria, el razonamiento, la creatividad, el pensamiento crítico. Desde el punto de vista cognitivo, las Técnicas de Gestión de la Emoción pueden ser fundamentales.

    ¿Cómo?

    1) Provocando a la memoria a través de juegos como el ajedrez, las damas, las cartas; 2) estimulando la socialización a través de actividades físicas; 3) desarrollando el altruismo y participando en actividades filantrópicas como un agente actuante y no como un inversionista pasivo; 4) refinando el arte de contemplar lo bello; 5) realizando actividades lúdicas y placenteras que fomenten el sentido de la vida y la motivación de vivir, como reuniones, debates, escritura y pintura.

    La televisión tiene su utilidad para entretener e informar, pero ponerse como un espectador pasivo por horas al hilo diariamente, como hacen millones de personas, es un modo eficiente para sepultar la memoria y el raciocinio, con serios riesgos cognitivos. Jubilar la mente, como veremos, compromete las finísimas tareas de acceder a la memoria y construir cadenas de pensamientos. Muchos jubilan su mente años o décadas antes de jubilarse del trabajo; desarrollan un raciocinio prejuicioso, así como una percepción, intuición creativa, imaginación y consciencia crítica limitadas y lentas.

    Aunque el tiempo sea un verdugo del cuerpo, e inevitablemente lo debilite, bajo el enfoque de la gestión de la emoción hay un área en la que jamás deberíamos envejecer: el territorio de la emoción. Las TGE pueden estimularnos para ser eternamente jóvenes, nutriendo la curiosidad, la proactividad, la aventura, la motivación y los sueños.

    Sin embargo, si no es irrigada o estimulada adecuadamente, la emoción puede envejecer con rapidez, desobedeciendo a la cronología. Es algo gravísimo que jóvenes de veinte años presenten síntomas de insolvencia emocional o de vejez intrapsíquica, como se observa hoy en día. Los síntomas más comunes de ese cuadro son la dificultad para tomar la iniciativa, para agradecer, para motivarse; la necesidad de reclamar, de querer todo rápido y listo, esto es, el inmediatismo en el alcance de las metas y la pérdida de placer que hay en el proceso para lograrlas. Hay jóvenes que tienen una edad cronológica de veinte años —conectados a celulares y games— y una edad emocional de ochenta, e individuos con un cuerpo de ochenta, pero con una edad emocional de veinte, extremadamente entusiasmados y dinámicos. ¿Cuál es su edad emocional?

    A lo largo de más de treinta años, he estudiado y producido conocimiento sobre el proceso de construcción de pensamientos y de la formación de la consciencia existencial. Para tener una idea de la complejidad de este proceso, usted, al leer un párrafo de esta obra, inconscientemente dispara un fenómeno llamado gatillo de la memoria, que abre miles de ventanas o archivos para checar millones de datos y por fin entender cada pronombre, sustantivo y verbo inserto en cada frase. Ese proceso cognitivo es asombrosamente espectacular, aunque no lo percibamos.

    Con base en ese sólido periodo de estudio y teorización, estoy convencido de la gravedad de jubilar la mente. Jubilar la mente es dejar poco a poco de estimularla, irrigarla, fomentarla, provocarla, y puede asfixiar la imaginación, la interpretación, la fluencia de las ideas, en fin, el razonamiento complejo.

    Cuestiones fundamentales

    Una pregunta crucial que todos deben hacerse: ¿dónde termina el coaching e inicia la psicoterapia, o viceversa? Como participante en el panel revisor que evalúa tesis de maestrías y doctorados en coaching en la Florida Christian University (FCU) o como conferencista sobre nuevas modalidades de coaching al lado de líderes mundiales en el área, he procurado dejar en claro a los alumnos que debe haber una división nítida entre el coaching y la psicoterapia.

    Muchos profesionales no comprenden esa importante línea divisoria. La propia psicología y no pocos centros de coaching confunden la actuación volcada hacia la mejoría del desempeño personal y profesional con la actuación psicoterapéutica, y eso pone en riesgo a los clientes. Espero arrojar luz en esa área.

    La gestión de la emoción promueve los más diversos tipos de entrenamiento, en especial, los orientados a las habilidades intelectuales, personales y profesionales, mientras que la psicoterapia trata con los conflictos que asfixian esas habilidades; la gestión de la emoción equipa al Yo para ser líder de sí mismo, en tanto que la psicoterapia trata de las trampas mentales que encarcelan ese liderazgo; la gestión de la emoción lleva al espectador a desempeñar con eficiencia sus papeles en el teatro social y empresarial, y la psicoterapia abre los grilletes que atan al espectador a la audiencia; la gestión de la emoción estimula al individuo a construir ventanas light (saludables) en la corteza cerebral, mientras que la psicoterapia lo conduce a reeditar las ventanas killer (conflictivas).

    Las herramientas inteligentes de la gestión de la emoción pueden prevenir trastornos mentales y sociales; las herramientas inteligentes de la psicoterapia, independientemente de la teoría utilizada, actúan sobre los trastornos mentales ya instalados. El coach (entrenador o técnico) no debe, por lo tanto, actuar como psicoterapeuta, pues ésa es tarea de los profesionales de la salud mental, como los psiquiatras y psicólogos clínicos, aunque el psicoterapeuta pueda, si está preparado, actuar como coach y trabajar todas las importantísimas Técnicas de Gestión de la Emoción expuestas en esta obra.

    Las enfermedades mentales —como depresión, anorexia, bulimia, síndrome de pánico, psicosis— y las enfermedades psicosomáticas deben ser tratadas por especialistas. Algunas técnicas de coaching pueden aliviar trastornos mentales más simples, como la depresión leve, ciertas fobias y bloqueos. Ante ese éxito, los practicantes de esas técnicas se engañan, creyendo que están preparados para actuar sobre las enfermedades de la mente. No saben u olvidan que también los placebos (sustancias no psicoactivas o mentiras químicas) alivian algunas enfermedades emocionales sólo por el hecho de que los pacientes sienten que están siendo tratados, acogidos, amparados.

    Como psiquiatra y psicoterapeuta, he atendido a más de veinte mil pacientes. Sé que tratar las enfermedades exige un máximo de seriedad y preparación debido a los riesgos de agravamiento, a las consecuencias emocionales, las secuelas sociales y profesionales.

    Para darnos una idea de la seriedad del tema, al tratar a los pacientes depresivos con agitación mental e insomnio, incluso los psiquiatras y psicólogos clínicos expertos pueden llevarlos a correr graves riesgos de vida si no se dan cuenta, por ejemplo, del potencial suicida que tales pacientes eventualmente presentan, o si no entienden que, en forma paralela a las técnicas psicoterapéuticas, los pacientes tienen que ser medicados para bajar los niveles de ansiedad y mejorar el desempeño del sueño, pues una mente ansiosa tiene un bajo umbral para la frustración y su resiliencia está debilitada.

    Así, es fundamental conocer y respetar con ética e inteligencia los límites entre el coaching y la psicoterapia. La gran línea divisoria es la presencia de síntomas psíquicos y psicosomáticos, como humor depresivo, ansiedad intensa, insomnio, ataques de pánico, fobia social, rituales obsesivos, confusión mental, anorexia, dolores de cabeza, gastritis, hipertensión de fondo emocional.

    Un maridaje perfecto

    La psicoterapia y el coaching se unen en el Programa de Gestión de la Emoción para producir un maridaje perfecto para contribuir al desempeño socioemocional. Ambos profesionales, el psicoterapeuta y el coach, podrían actuar juntos en casos específicos. Sin embargo, entre promover habilidades y tratar enfermedades mentales, hay más misterios de lo que nuestra conflictiva ciencia imagina, aunque en diversos casos las dos áreas se sobrepongan en el psiquismo. Ambos profesionales deberían conocer claramente sus papeles, apropiarse de las técnicas más notables y adoptar un comportamiento ético para referirse a los pacientes entre sí cuando sea necesario.

    Lamentablemente, ni la psicoterapia ni el coaching son profesiones reguladas en Brasil, lo que dificulta el proceso de aprendizaje, el entrenamiento y la formación. De cualquier forma, considero que quien ejerce el coaching, en especial, la gestión de la emoción, debería tener una sólida formación académica, de preferencia en las áreas de las ciencias humanas, como la psicología, la filosofía, la sociología, pero no necesariamente. Conozco ingenieros y administradores competentes que fueron entrenados de manera sistemática y se convirtieron en notables entrenadores.

    El coach tiene que saber que no es sólo un entrenador, sino también un eterno aprendiz. Quien no se recicla constantemente se vuelve estéril. La autosuficiencia es un cáncer para la continuidad del crecimiento. Sería deseable que los psicólogos se convirtieran en buenos coaches, aunque muchas facultades de psicología todavía estén en pañales en cuanto a promover especialistas en esa área creciente.

    No es por no actuar en el ámbito de la psicoterapia que el coaching tiene un trabajo reducido, empequeñecido, diminuto. Al contrario: si consideramos el Programa de Gestión de la Emoción, la actuación del coaching es extensa, riquísima y promisoria para expandir al Homo sapiens en al menos quince áreas fabulosas:

    Eficiencia socioprofesional.

    Reciclaje de falsas creencias.

    Descaracterización de paradigmas limitantes.

    Ruptura con la cárcel del conformismo.

    Capacidad de reinventarse en las crisis.

    Promoción del razonamiento complejo y del pensamiento estratégico.

    Liderazgo y gestión de personas.

    Expansión del potencial creativo.

    Habilidad de pensar antes de reaccionar.

    Empatía.

    Carisma.

    Relaciones saludables.

    Formación de pensadores.

    Fomento de la resiliencia.

    Prevención de trastornos psíquicos.

    El Programa de Gestión de la Emoción incluso puede y debe equipar al Yo para ser un consumidor emocional responsable, un inversionista serio en la calidad de vida. Entre el entrenador y el cliente deben existir complicidad, estrecha confiabilidad, transparencia mutua. No hay un entrenamiento quirúrgico, rapidísimo, milagroso, aunque ciertas habilidades simples, como expresar ideas en público, puedan ser incorporadas por el Yo con mayor facilidad.

    Según veremos más adelante, uno de los motivos que impiden el resultado rápido, tanto de la psicoterapia como del coaching, es la imposibilidad de borrar la memoria, eliminar los archivos enfermizos o las ventanas killer, que contienen conflictos, fobias, impulsividad, autocastigo, culpa. No hay héroes ni dictadores que manden o no manden en la memoria. Todos somos pequeños aprendices.

    Si pudiera, ¿a quién borraría?

    La única posibilidad de eliminar la memoria es a través de una lesión física o de procesos mecánicos, como un tumor cerebral, una enfermedad degenerativa, un traumatismo craneano, un accidente vascular. Es decir, el Yo nunca extingue los traumas; sin embargo, tiene la capacidad magistral de reeditar las ventanas traumáticas o construir plataformas de ventanas saludables (light) y, en consecuencia, transformar las características enfermizas de la personalidad. No se asuste: hablaremos sobre esos temas en el momento oportuno.

    Si fuera posible borrar de su memoria a las personas que lo hirieron o frustraron, ¿a quién eliminaría? ¿A quién borraría de su memoria?

    Si tuviera ese peligroso y poderoso poder, usted borraría hoy mismo a las personas más distantes que lo lastimaron. Y mañana, lastimado por su esposa, marido, hijos o amigos, podría borrarlos también. En ese caso, ellos simplemente dejarían de existir para usted, que pasaría a vivir en una amnesia fatal. Y, en el futuro, decepcionado consigo mismo, su Yo podría autocastigarse a tal punto que borraría los archivos que estructuran su propia personalidad, eliminando los millones de datos que sustentan su capacidad de elección y su consciencia crítica. Usted tendría una deficiencia mental gravísima y volvería a ser un bebé en el cuerpo de un adulto.

    Ante esta exposición, ¿le gustaría tener la libertad de borrar su memoria? Al estar basada en el funcionamiento de la mente y en los papeles conscientes e inconscientes de la memoria, la gestión de la emoción invita a los seres humanos a no reclamar si su Yo no tuviera herramientas para eliminar los fantasmas del pasado. Es mucho mejor aprender a domesticarlos que borrarlos. Es mejor que la memoria quede protegida contra los impulsos inmaduros y peligrosos del Yo, y que aprenda a utilizar la lenta, pero fundamental, herramienta de la reedición de las ventanas killer o de la construcción de nuevos núcleos light. Nuestro cerebro, tan frágil, agradece la sensatez de la gestión de la emoción.

    Las Técnicas de Gestión de la Emoción:

    una introducción

    Ahora que finalizamos el primer capítulo, es importante dar una explicación. Cada capítulo de este libro contiene Técnicas de Gestión de la Emoción. A lo largo de esta obra, presentaremos cada una de ellas de manera sistemática, desarrollándola, en el capítulo inmediatamente posterior a la presentación, de manera más didáctica y completa.

    Con frecuencia, las Técnicas de Gestión de la Emoción no son simples; al contrario, son complejas y extensas. Por ello, se llaman Megatécnicas de Gestión de la Emoción (Mega TGE). Una Mega TGE representa un conjunto de técnicas de gestión que deben ser aplicadas como un todo para tener plena eficacia. Recuerde que la emoción es el más bello e inhóspito de los planetas; explorarlo, dominarlo y usar sus recursos de manera inteligente es nuestro reto mayor, y una tarea en la que casi todos fallamos miserablemente.

    Algunas de las Técnicas de Gestión de la Emoción que presentaré dependerán del contenido de los capítulos posteriores para ser comprendidas plenamente. Aunque las técnicas puedan producir un raro placer, un nutriente inigualable para el desarrollo de las complejas habilidades de la inteligencia socioemocional, exigen valor e inteligencia para mapear de forma continua nuestros fantasmas mentales, como enfoque y disciplina para domesticarlos y usarlos como aliados.

    Muchos preservan sus conflictos, incluyendo traumas y falsas creencias, durante toda su historia, porque nunca se atrevieron a entrar en las capas más profundas de su mente. La necesidad neurótica de ser perfecto nos impide reírnos de nuestras tonterías, de nuestra estupidez, de nuestras fobias y manías, lo cual asfixia nuestra capacidad de reciclar la basura mental que adquirimos a lo largo de la vida. Somos excelentes para acumular desechos en nuestra mente. ¿Usted recicla sus conflictos, deconstruye sus resentimientos, suaviza sus pérdidas?

    2

    Mega TGE: reeditar y reconstruir la memoria: reciclaje de la basura psíquica

    TGE 1. Reeditar ventanas traumáticas o reconstruir ventanas saludables

    No intente borrar sus miedos, sus celos, su resentimiento, su timidez, su pesimismo o su humor deprimido; sólo logrará reforzar lo que más detesta y hará que el fenómeno del Registro Automático de la Memoria (RAM) sedimente las ventanas traumáticas o killer.

    El Homo sapiens no tiene forma de

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