Analizando la Enseñanza del Trabajo en los Libros Poéticos: La Enseñanza del Trabajo en la Biblia

Por Sermones Bíblicos

Este libro es un recorrido fascinante a través de la abundancia de enseñanzas sobre el trabajo que se encuentran en los poemas bíblicos. Se exploran conceptos como el significado del trabajo, cómo mejorar nuestras vidas para alcanzar más éxito y cómo equiparnos espiritualmente para hacer frente a los desafíos diarios. Se discute la importancia de establecer límites entre el trabajo y la vida personal, así como las habilidades necesarias para obtener resultados virtuoso con ética. Encontrará lecciones útiles acerca de ser productivo sin sacrificar su salud mental o emocional etiquetada dentro de ella; Esta es una lectura captivadora que nos ayudará a hacernos cargo no solo del nuestro propio trabajo sino también un panorama global balanceado entre lo material y lo espiritual.

• Idioma: Español
• Editorial: Seminit Publications
• Fecha de lanzamiento: 16 jun 2023
• ISBN: 9798223642237

Sermones Bíblicos

Esta serie de estudios bíblicos es perfecta para cristianos de cualquier nivel, desde niños hasta jóvenes y adultos. Ofrece una forma atractiva e interactiva de aprender la Biblia, con actividades y temas de debate que le ayudarán a profundizar en las Escrituras y a fortalecer su fe. Tanto si eres un principiante como un cristiano experimentado, esta serie te ayudará a crecer en tu conocimiento de la Biblia y a fortalecer tu relación con Dios. Dirigido por hermanos con testimonios ejemplares y amplio conocimiento de las escrituras, que se congregan en el nombre del Señor Jesucristo Cristo en todo el mundo.

Vista previa del libro

Introducción al Libro de Job

El libro de Job explora la relación entre los buenos tiempos, los malos tiempos y la fe en Dios. ¿Creemos que Dios es la fuente de todo bien? Entonces, ¿qué significa si la bondad desaparece de nuestras vidas? ¿Hemos renunciado a nuestra fe en Dios o en Su bondad? ¿O lo tomamos como una señal de que Dios nos está castigando? ¿Cómo podemos permanecer fieles a Dios en medio del sufrimiento? ¿Qué esperanza tenemos para el futuro?

Estos temas surgen en todos los ámbitos de la vida, pero tienen una conexión especial con el trabajo porque una de las principales razones por las que trabajamos es para lograr un cierto nivel de prosperidad. Trabajamos para poner un techo sobre nuestras cabezas, poner comida en nuestras mesas y proporcionar cosas buenas para nosotros y nuestros seres queridos, entre muchas otras razones. La adversidad puede amenazar nuestro nivel de prosperidad y es difícil mantener la confianza durante la adversidad económica. El personaje principal del libro de trabajo comienza en una situación próspera y experimenta un desastre casi inimaginable, que incluye perder su sustento y su riqueza. A lo largo del libro, su fe es duramente probada a medida que experimenta éxitos fascinantes y fracasos desastrosos en el trabajo y en la vida.

En esta sección, examinamos una serie de aplicaciones de este libro en el lugar de trabajo. ¿Es el éxito financiero una señal de nuestras habilidades o una bendición de Dios? ¿Qué nos dice estar desempleado o fracasar sobre la visión de Dios de nuestro trabajo? ¿Cómo nos ayuda la fe en Dios a sobrellevar el fracaso y la pérdida? ¿Cómo afecta el estrés laboral a nuestra vida familiar y a nuestra salud? ¿Cómo lidiamos con la ira contra Dios si Él permite que seamos tratados injustamente en el trabajo? Profundizaremos en el tratado práctico de Job sobre las relaciones superior-subordinado, basadas en el respeto mutuo a todo ser humano creado por el único Dios verdadero. Finalmente, consideraremos la contribución única de Job al empoderamiento económico de las mujeres.

Explorando el Panorama y los Detalles

EL AUTOR DEL LIBRO de Job es anónimo. Parece que Job no era israelita, ya que se dice que procedía de la tierra de Uz (Job 1:1), que según la mayoría de los eruditos estaba ubicada en el sureste del antiguo Israel. Dado que se cita en el libro de Ezequiel (Ezequiel 14:14, 20), parece correcto señalar que esta historia tuvo lugar antes de la muerte de Ezequiel (siglo VI a. C). De cualquier manera, su historia es atemporal.

El libro contiene una variedad de géneros literarios (narrativo, poético, visionario, diálogo, etc.) que se entrelazan para formar una obra de arte literaria. El esquema más generalmente aceptado identifica dos ciclos de lamentación, diálogo y revelación, intercalados entre un prólogo y un epílogo:

Exploraciones de la Fe: Una mirada a la Enseñanza y sus temáticas

JOB, MÁS CONOCIDO PARA los lectores de la Biblia como el hombre recto que sufrió injustamente, ejemplifica a quienes se cuestionan sobre el porqué del sufrimiento de las personas buenas. La fe de Job en Dios se pone a prueba al extremo y la historia da a entender que el compromiso de Job con Dios mengua. Como veremos, las aflicciones de Job comienzan en el trabajo, y el libro nos da ideas valiosas sobre cómo un seguidor de Dios puede obrar fielmente en medio de los altos y bajos de la vida laboral.

Job es el protagonista de uno de los libros más antiguos de la Biblia, y su ejemplo nos ayuda a comprender cómo podemos lidiar con las dificultades del trabajo. En los primeros capítulos de la historia, vemos que Job enfrenta pruebas sobrehumanas al ser un hombre recto. A pesar del acoso y sufrimiento que recibe, Job seguía fiel al Señor y no fue reducido a incredulidad por sus muchas aflicciones. Él se cuestiona por qué sufre si ha sido justo e intachable ante el Señor. Pero comenta: ¿Puede el hombre ser justificado con Dios? ¿Será él puro ante Sus ojos? (Job 9:2). Cada etapa de la vida laboral está cargada con sus propias tensiones y tentaciones: para obtener dinero, cumplir metas o mantenerse competitivo. Estas son fuerzas constantes que están tratando de desviarnos del camino correcto. El libro de Job nos ofrece llave para mantenernos firmes en nuestra fe en un entorno laboral hostil y difícil. En medio de las problemáticas del trabajo, podemos tomar como modelo al mismo Job quien se mantiene confiado en Dios sin importar lo que llegara a pasar. Aunque sintió ansiedad e incertidumbre por los acontecimientos incluso afligiéndolo hasta el punto de perder contacto con otros humanos, no perdió fe en Dios ni traicionó Su nombre. Él sostenía Su fe diciendo yo sé que mi Redentor está vivo; es decir él creía firmemente aún antes de ver la manifestación divina (Job 19:25). Esta mente fija nos permite enfocarnos esperando Sacramento y valentía divina incluso cuando sentimos preocupación o temor por situaciones personales o profesionales presentadas siendo templados para guiarnos firme hasta su logro. De igual forma debemos ser atentos para emplear recursos propios trazando metas realizables que retengan respeto bíblicamente entrando en claridad entendiendo sus promedios tanto positivos como negativos y buscando mantener respuesta saludable, reverenciosa y honorable.

La Declinación de la Fortuna de Job (Job 1-2)

La fortuna de Job es considerada un regalo de Dios (Job 1:1-12)

Al comienzo del libro de Job, conocemos a un granjero y pastor excepcionalmente rico llamado Job. Se le describe como el más grande de los hijos de Oriente (Job 1:3). Al igual que los patriarcas Abraham, Isaac y Jacob, su riqueza se midió por sus miles de bueyes, innumerables sirvientes y una familia extendida. Sus siete hijos y tres hijas (Job 1:2) eran tanto su felicidad personal como la gran base de su riqueza.

En las sociedades agrícolas, los niños proporcionan la parte más estable del trabajo requerido por la familia. Son la mejor esperanza para una vejez pacífica. Este era el único plan de pensiones disponible en el antiguo Cercano Oriente, y sigue siendo el caso hoy en día en muchas partes del mundo.

Job consideró que su éxito era el resultado de la bendición de Dios. Se nos dice que Dios bendijo la obra de sus manos, y su heredad aumentó en la tierra (Job 1:10). Un detalle inusual destaca el reconocimiento de Job de que debe todo a la bendición de Dios. Le preocupa que su hijo pueda haber ofendido a Dios sin querer. Si bien Job se cuidó de permanecer sin culpa y recto (Job 1:1), le preocupaba que sus hijos no fueran tan concienzudos. ¿Qué pasaría si uno de ellos se confundiera al beber demasiado durante sus frecuentes fiestas de varios días y pecara al maldecir a Dios (Job 1:4-5)? Por eso, después de cada fiesta, para compensar cualquier ofensa contra Dios, Job los mandó llamar, y los santificó, y levantándose de mañana, ofreció holocaustos conforme al número de todos ellos (Juan Job 1:5 ).

Dios reconoció la lealtad de Job y le dijo a Satanás (hebreo, que significa acusador): ¿Te has fijado en mi siervo Job? Porque no hay hombre en la tierra más íntegro, recto, temeroso de Dios y apartado del mal (Job 1:8). El acusador vio la oportunidad de hacer el mal y respondió: ¿Acaso Job teme a Dios de balde? (Job 1:9). ¿Significa que Job ama a Dios sólo porque Dios lo ha bendecido tan abundantemente? La alabanza de Job y su holocausto según el número de todos los pueblos" (Job 1:5) ¿Es solo un plan planeado? sistema para mantener los bienes aumentando, o es la fidelidad de Job, en términos modernos, una moneda clavada en la máquina de la bendición de Dios?

Podemos aplicar esta pregunta a nosotros mismos. ¿ ¿Nuestra relación con Dios se trata principalmente de bendecirnos para obtener lo que queremos? O peor aún, ¿lo estamos haciendo para que nuestro pensamiento de que tendremos éxito no sea un mal augurio? En tiempos de auge, este podría no ser un tema candente. Creemos en Dios y lo reconocemos, al menos en teoría, como la fuente de todo bien. Al mismo tiempo, trabajamos duro para que la bondad de Dios vaya de la mano con nuestro trabajo. Cuando llega el momento y lo logramos, es natural agradecer y alabar a Dios por ello.

Dios da a Satán el permiso de acabar con la riqueza de Job (Job 1:13-22)

CUANDO LOS TIEMPOS son difíciles, surgen problemas dolorosos. Entonces, ¿qué sucede cuando perdemos promociones o trabajos, cuando sufrimos enfermedades crónicas, cuando perdemos seres queridos? Allí nos enfrentamos a la pregunta: Si Dios me bendijo en los buenos tiempos, ¿me está castigando ahora? Esta es una pregunta importante.

Entonces, si Dios nos está castigando, tenemos que cambiar lo que estamos haciendo para que Él pueda terminar con el castigo. Pero si nuestras dificultades no son el castigo de Dios, entonces sería una tontería cambiar lo que estamos haciendo, y posiblemente incluso ir en contra de lo que Dios quiere que hagamos.

Imagina la situación de un maestro. La despidieron durante los recortes presupuestarios de la escuela y pensó: Dios me está castigando por no decidirme a ser misionera. Tres años más tarde, se graduó y comenzó a buscar apoyo para su misión. Si es verdad que Dios la castigó haciendo que la despidieran por no ser misionera, entonces se acabó el crimen. Ya está en buenas condiciones.

Pero, ¿y si su despido no fuera el castigo de Dios? ¿Y si Dios no quisiera que ella fuera misionera? Mientras esté en seminario, es posible que pierda oportunidades de servir a Dios como maestro. Peor aún, ¿qué sucede si no puede encontrar el apoyo que necesita como misionero? No tendrá trabajo y tendrá una deuda de decenas de miles de dólares. Entonces, ¿se sentirá abandonada por Dios si sus proyectos misioneros no funcionan? ¿Perderá incluso su fe o le guardará rencor a Dios? Si es así, no es el primero. Sin embargo, todo esto se debió a que ella creyó erróneamente que su despido era un castigo del cielo. La cuestión de si la adversidad es un signo del desagrado de Dios no es sencilla. 

El acusador, Satanás, espera tenderle una trampa similar a Job, diciéndole a Dios que si le quitara una bendición tan abundante que le otorgó a Job, sabrás que no te maldecirá en tu misma cara (Job 1: 11; 2:5). Si Satanás puede convencer a Job de que Dios lo está castigando, Job puede caer en una de dos trampas; puede abandonar sus hábitos justos asumiendo falsamente que ofenden a Dios o, desde el punto de vista de los demandantes, mejor aún, puede vuélvanse resentidos con Dios y abandonen sus caminos por completo por su castigo inmerecido. Cualquiera eventualmente será maldecido ante Dios.

Dios permitió que Satanás continuara con sus planes. El libro no explica por qué. Un día trágico cuando casi todo lo que Job apreciaba fue robado, y aquellos a quienes amaba, incluidos todos sus hijos, fueron asesinados o perecieron en una gran tormenta (Job 1: 13-16) . Sin embargo, Job no piensa que Dios lo está castigando o está angustiado por el trato de Dios. En cambio, lo alaba (Job 1:20). En sus momentos más difíciles, Job elogia la autoridad de Dios sobre todas las situaciones de su vida, buenas y malas. Jehová dio, y Jehová quitó; bendito sea el nombre de Jehová (Job 1:21).

La actitud serena de Job es brillante. Comprendió correctamente que la prosperidad que tenía era una bendición de Dios, y ni siquiera pensó que la merecía, aunque reconoció que era justo (implícito en Job 1: 1, 5 y en Job 6: 24-30 etc. .). Como reconoces que no mereces tu felicidad anterior, sabes que no necesariamente mereces tu dolor presente. No considera que su condición sea la medida del favor de Dios. Así que no pretende saber por qué Dios lo bendijo una vez y no la otra.

El libro de Job es una exhortación al evangelio de la prosperidad, que declara que aquellos que tienen una relación correcta con Dios siempre son bendecidos con prosperidad. Esto simplemente no es cierto y el libro de Job es la primera prueba. Pero el libro de Job también representa una advertencia contra el evangelio de la pobreza, que dice exactamente lo contrario: que una relación correcta con Dios significa una vida de pobreza. La idea de que los creyentes deben igualar la pérdida de Job es demasiado descabellada como para estar al margen de una discusión sobre Job. La prosperidad inicial de Job fue una verdadera bendición de Dios, mientras que su extrema pobreza fue un verdadero desastre.

Job se mantiene fiel incluso ante la adversidad porque entiende correctamente la prosperidad. Ahora que ha experimentado la prosperidad como una bendición de Dios, está listo para soportar la adversidad sin sacar conclusiones precipitadas. Él sabe lo que no sabe, es decir, por qué Dios nos bendice con prosperidad o nos permite sufrir adversidad. Asimismo, sabe lo que sabe, es decir, que Dios es fiel incluso cuando permite que experimentemos un gran dolor y sufrimiento. Como resultado, Job no pecó en todas estas cosas ni se quejó contra Dios (Job 1:22).

Dios concede a Satanás el poder de