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El Dictador
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Libro electrónico157 páginas2 horas

El Dictador

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El dictador es una seleccion de relatos de Miguel Angel Trujillo, de Mayabeque la Habana. el cual resultara atryente para lectores adultos, no importa la edad, dados sus controversiales tematicas. Pero Miguel Angel Trujillo es una de las derivaciones, malformaciones, flagelaciones, derroteros y esperanzas de aquellos jóvenes que vivieron los noventa en Cuba. Ésta es su huella o su hueco. Con un aire nostálgico de sus tiempos de rocker,  Miguel Angel dota también a sus cuentos de cualidades afines a lo que quiere perpetuar. Por eso éste es un libro pelú, de aleaciones extraterrenas, lagañoso, cibermetálico, provocador, gutural, empastillado y grotesco. Uno recuerda al Reinaldo Arenas de "con los ojos cerrados" cuando lee "el dictador".

Algo desigual sucede con la versión posmoderna de la cucarachita Martina ("los tiempos pasan" o el amor en los tiempos del desengaño)…  ¿qué coño le estamos enseñando a los niños? nos pregunta además este ángel, de forma martiana.

El aparente anacronismo ideotemático que surge al incluir, en un mismo libro, cuentos de ciencia ficción y de "realismo", se soluciona al descubrir que los primeros van en la misma dirección de los segundos. No nos sorprende si ya sabemos que Miguel Angel es un deudor del despunte científico-técnico de los años ochenta y estaría incompleta su visión de la vida sin Voltus V o la MIR. Orwell no puede faltar entonces, siendo junto a Charles Bukowski, Robert Heinlein, Ray Bradbury, el legendario Isaac Asimov y el pedófilo Nabokok, entre otros… los autores de culto de este escritor. Como en toda burla a lo post, hay mucha literatura revisitada… pero sin Macondo y sin Mc Ondo.

Alguna vez, en un pretencioso artículo que me atrevo a citar y todo, quien estribe este proemio respondía a la defensa, algo bovarista, que el escritor Leonardo Padura hacía a "la educación sentimental" recibida por su generación, contraponiéndola a la ¿educación? de ésta otra "generation" de hoy, de leyenda indefinida aún para sus protagonistas. allí traté de esbozar una idea donde el supuesto deterioro cultural de estos tiempos, era parte de un fenómeno de masificación de la banalidad, que comenzó mucho antes, en los primeros noventa, imbricado de una manera sutil e intencionada con el derrumbe de determinados paradigmas político-filosóficos. Le decía a Padura, algo que bien pudo suscribir Miguel Angel: "Soy hijo de los noventa y es lo mismo que decir: crecí en el caos. Soy el principio de esa generación de reguetón y perreo que casi se cansó de causas y sacrificios personales, y en plenitud de facultades decidió "vivir la vida loca" como ya anunciaba otra canción olvidable, de contenido volátil y amordazado. El mundo nos pedía a gritos que nos ocupáramos de cosas de nuestra edad, porque luego no podríamos recuperar otro minuto; el mundo nos enseñaba en pantallas gigantes, tendidas en el camino, las estatuas de los fantasmas que recorrieron Europa y los sueños truncos e ¿irrealizables? de la utopía. En ese afán por buscar el tiempo perdido que nuestros padres no creyeron con Marcel Proust, empezamos la carrera. A fin de cuentas: dejemos a los mayores recomponer ese desastre vencido por la intolerancia; no era aquel nuestro asunto, la historia se acababa esta noche. Éramos la generación no comprometida que observaba impasible, sin lamentarse ni entender demasiado las lágrimas ajenas, la caída del muro de Berlín. Esos escombros no eran nuestros."

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento1 abr 2023
ISBN9798215240830
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    Vista previa del libro

    El Dictador - Miguel Angel Trujillo

    La Orilla Oscura

    El Dictador

    ––––––––

    Miguel Angel Trujillo

    Editorial La Orilla Oscura

    El Dictador

    ©Miguel Angel Trujillo, textos.

    Corrección, Edición y Maquetación Beatriz Torrente

    ©Editorial La Orilla Oscura, Querétaro, para esta edición.

    La Orilla Oscura, Querétaro, México, 2023.

    Diseño de portadas Beatriz Torrente Garcés.

    La Orilla Oscura es un grupo independiente y alternativo. Interesado en promover la literatura cubana de forma voluntaria y sin retribución ni financiamiento alguno de institución, partido político o personalidad alguna.

    Email: editoriallaorillaoscura@gmail.com

    Queda prohibida por la ley cualquier forma de reproducción, distribución o transformación de esta obra si no es autorizada por los titulares de la misma.

    ISBN:

    Contenido

    Prólogo, /9

    Solicitud, /13

    Psilocybe Cubensis, /16

    Artista de la Plástica, /23

    Azúcar, /31

    Casi llegando, /35

    Chang, /45

    Deceso, /54

    En la Clausura, /59

    El condimento, /62

    Aplaudiendo en Pyongyang, /72

    El dictador, /76

    Hombre mata, /80

    El pueblo opina, /88

    El último, /91

    En el parqueo, /93

    Good Save The Queen, /96

    Infarto del paisaje, /106

    Asamblea de los adjetivos, /110

    Las elecciones, /115

    Lo hemos logrado, /118

    Más allá del bien y el mal, /122

    Mi conducta desajustada, /125

    Papi ricote, /132

    Pepe el elegido, /143

    El tiempo pasa, / 158

    Planificado, /160

    ¿Por qué no aplaudes?, /168

    Datos del autor de textos y prólogo, /167

    PRÓLOGO:

    LEER ANTES DE ADENTRARSE EN ESTE LIBRO

    Éste libro tiene el mismo rostro (mirar la foto) del tipo que lo escribió. Es una lectura para adultos, con lenguaje para adultos y contenido para adultos. Su concierto irónico-crítico es definible, sin medias tintas, como: brevis cannabis o la loma de Migue el ángel.

    Pero Miguel Angel Trujillo es una de las derivaciones, malformaciones, flagelaciones, derroteros y esperanzas de aquellos jóvenes que vivieron los noventa en Cuba. Ésta es su huella o su hueco. Con un aire nostálgico de sus tiempos de rocker,  Miguel Angel dota también a sus cuentos de cualidades afines a lo que quiere perpetuar. Por eso éste es un libro pelú, de aleaciones extraterrenas, lagañoso, cibermetálico, provocador, gutural, empastillado y grotesco. Uno recuerda al Reinaldo Arenas de con los ojos cerrados cuando lee el dictador.

    Algo desigual sucede con la versión posmoderna de la cucarachita Martina (los tiempos pasan o el amor en los tiempos del desengaño)...  ¿qué coño le estamos enseñando a los niños? nos pregunta además este ángel, de forma martiana.

    El aparente anacronismo ideotemático que surge al incluir, en un mismo libro, cuentos de ciencia ficción y de realismo, se soluciona al descubrir que los primeros van en la misma dirección de los segundos. No nos sorprende si ya sabemos que Miguel Angel es un deudor del despunte científico-técnico de los años ochenta y estaría incompleta su visión de la vida sin Voltus V o la MIR. Orwell no puede faltar entonces, siendo junto a Charles Bukowski, Robert Heinlein, Ray Bradbury, el legendario Isaac Asimov y el pedófilo Nabokok, entre otros... los autores de culto de este escritor. Como en toda burla a lo post, hay mucha literatura revisitada... pero sin Macondo y sin Mc Ondo.

    Alguna vez, en un pretencioso artículo que me atrevo a citar y todo, quien estribe este proemio respondía a la defensa, algo bovarista, que el escritor Leonardo Padura hacía a la educación sentimental recibida por su generación, contraponiéndola a la ¿educación? de ésta otra generation de hoy, de leyenda indefinida aún para sus protagonistas. allí traté de esbozar una idea donde el supuesto deterioro cultural de estos tiempos, era parte de un fenómeno de masificación de la banalidad, que comenzó mucho antes, en los primeros noventa, imbricado de una manera sutil e intencionada con el derrumbe de determinados paradigmas político-filosóficos. Le decía a Padura, algo que bien pudo suscribir Miguel Angel: Soy hijo de los noventa y es lo mismo que decir: crecí en el caos. Soy el principio de esa generación de reguetón y perreo que casi se cansó de causas y sacrificios personales, y en plenitud de facultades decidió vivir la vida loca como ya anunciaba otra canción olvidable, de contenido volátil y amordazado. El mundo nos pedía a gritos que nos ocupáramos de cosas de nuestra edad, porque luego no podríamos recuperar otro minuto; el mundo nos enseñaba en pantallas gigantes, tendidas en el camino, las estatuas de los fantasmas que recorrieron Europa y los sueños truncos e ¿irrealizables? de la utopía. En ese afán por buscar el tiempo perdido que nuestros padres no creyeron con Marcel Proust, empezamos la carrera. A fin de cuentas: dejemos a los mayores recomponer ese desastre vencido por la intolerancia; no era aquel nuestro asunto, la historia se acababa esta noche. Éramos la generación no comprometida que observaba impasible, sin lamentarse ni entender demasiado las lágrimas ajenas, la caída del muro de Berlín. Esos escombros no eran nuestros.

    (...)

    "Yo tuve los noventa: oí a Willie Chirino por las antenas piratas que instalábamos en los techos para sintonizar en FM la radio de Miami. Tuve balsas y amigos atravesando el Golfo: tuve la historia nunca final de un país en duermevela, rehaciéndose, concediendo realidades, herido en su sueño, viril en su descalabro. Y la música fue compañera en aquel bolero que mi abuelo cantó contigo en la distancia, en aquella jinetera que toreando con la bolsa un autobús llevaba medias negras y minifaldas de cuero marrón, en aquel Ricardo Arjona que clamaba ingenuamente aquello de si el Norte fuera el Sur sería la misma porquería cuando desde aquí aprendimos, hace tiempos, que Todo se trata de ser distintos, nunca iguales."

    Otros autores lo han repetido con diferentes matices: El pacotillerismo, como variante oscurantista del pensamiento fetichista (porque sí es una variedad de pensamiento, no la subestimen), se inició en forma de un lavado de cerebro mediático a escala masiva, con la caída del campo socialista, y es más temido hoy que el materialismo burdo feuerbachiano. Ésa constituye una de las principales denuncias y legados de Miguel Angel a la literatura en éste libro; revelarnos el método más sofisticado de la esclavitud moderna: El encadenamiento intelectual.

    Literatura comprometida entonces, y viene el añejo término al rescate. Literatura comprometida, pero... por supuesto que no nos olvidamos de Cintio Vitier, cuando declaraba prontamente que las relaciones carnales entre la política y la literatura son incestuosas... y Miguel Angel es un escritor. Nada más, pero nada menos. Y su compromiso es actualizado y reasumido. Él no canta loas a un sistema u otro, no hace apologías, no se define. El güinero Trujillo le toma el pulso a la historia en su historia. Con su perspectiva amarga y caricaturesca, reedifica el mundo soñado en una de esa sátiras que han inmortalizado al cubano de siempre, desde que el bobo y Liborio irrumpieran en la espectral pseudo república de los primeros cincuenta y nueve años del siglo xx.

    Es redundante entonces concluir que el título de estos textos no es casual, como tampoco lo es su impronta perfectible. Las apuestas del ángel Miguel son a veces radiantes... y a veces oscuras. Por presentarse sin afeites o filtros literarios la suya es una visión personal que puede hacernos disentir, pero nunca censurar; y como casi todas las obras de nuestros mejores cronistas sociales, esos que remontan con la palabra el mero dato epocal, está poblada de matices, de convergencias, de desgarramientos,... pero sobretodo de presente cubanía.

    Y después de esta perogrullada pueden ultimarme.

    O no

    ––––––––

    Roberto Ginebra.

    SOLICITUD

    Un plátano se quitó lentamente la cáscara y llorando

    se despidió del racimo antes de dirigirse a

    las fauces con andar seguro.

    ––––––––

    El Señor Director me observó detenidamente de arriba abajo con su lupa detectivesca desde el buró.  Amplias diferencias entre tú y yo.

    - Su solicitud ha sido aprobada...pero...

    Pero.

    - Entendemos que existen algunos detalles que usted como futuro profesor de nuestro centro debe superar.

    Superar.

    - Tenemos que admitir que usted posee cierta experiencia, que es un verdadero profesional, con pleno dominio del contenido que imparte...

    Vete a la mierda.

    -... no obstante su aspecto personal se aleja un poco del modelo de maestro que debe dar un ejemplo íntegro a la sociedad y la apariencia personal debe ser impecable pues formamos futuras generaciones que llevarán lejos el orgulloso nombre de nuestro país, siendo una juventud como la que soñaron nuestros mártires y que es una generación lista a defender por todo lo alto las conquistas de nuestra... (Y así por casi media hora)

    Resistir. Aguantar. Tolerar.

    -... esta dura tarea que la historia nos ha encomendado porque bla bla bla bla bla bla bla bla bla bang bla bla bla putrrr bla bla bla...

    Me cago en tu madre y en tu padre y en tu abuela y en tu abuelo.

    - De modo que a modo de recomendación...

    Modo.

    -... le sugerimos pelarse esa melena y cambiarse la forma de vestir que, vaya, sin querer ofender en lo más mínimo, no es la adecuada para los requerimientos de este instituto.

    No comprendo.

    - Comprendo.

    - Perfecto, veo que nos entendemos.

    No.

    - Usted se sentirá aquí como en familia.

    No.

    - Puede pedir toda la ayuda que necesite, de hecho, es usted ahora el miembro más joven de nuestro claustro.

    Gerontocracia.

    - Tenemos profesores con más de veinte años de experiencia.

    Jurásico superior.

    - Incluso algunos fueron alfabetizadores.

    The beautiful people, the beautiful people.

    - Y tres compañeros internacionalistas.

    Etc., etc.

    - Entonces, ¿cuándo cree que pueda empezar?

    Nunca.

    - Mañana.

    - Perfecto, hasta mañana. Recuerde lo que hablamos.

    Dios mío.

    PSILOCYBE CUBENSIS

    _ Mañana vamos a las vaquerías.

    _ ¿A qué vaquerías?

    _ A unas que hay en las lomas.

    _ ¿Se van a meter a pecuarios ahora?

    _ Tú iras con nosotros.

    _ Sí, claro, y después partimos de luna de miel.

    _ Este no sabe nada.

    Dijo con tono sombrío el negro sentado junto, mi compadre Lucio, repentino amante de la ganadería.

    _ ¿Saber qué?

    _ Te presento al gurú.

    _ Hola, gurú.

    Pero el prieto no respondió excepto su mirada que me empezaba a incomodar. Lució prendió un cigarro.

    _ Mañana vamos a las vaquerías.

    _Conmigo no cuentes Lucio, tengo prueba de bioquímica la semana entrante y estoy frito. Además, ¿tú

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