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En Sintonía con la Vida después de la Muerte
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En Sintonía con la Vida después de la Muerte
Libro electrónico488 páginas6 horas

En Sintonía con la Vida después de la Muerte

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Información de este libro electrónico

Este es el noveno libro del viaje de Richard Martini al Otro Lado. Comenzando con “El Otro Lado: Guía del turista para abrirse camino en la otra vida”, Richard ha filmado a personas que, bajo hipnosis, hablaban sobre la otra vida, y además ha filmado a personas que, sin estar bajo hipnosis, también hablaban de la otra vida. Ha realizado entrevistas con médiums que trabajan en colaboración con las fuerzas policiales en todo el país sobre casos de desaparición de personas (“Pase entre bastidores al Otro Lado” con Jennifer Shaffer, volúmenes 1, 2 y 3). Él y Jennifer llevan adelante un podcast donde semanalmente hablan directamente con personas que ya no se encuentran en el planeta. (HackingTheAfterlife.com) Su último libro es “Architectura de la Vida después de la Muerte” (“Architecture of the Afterlife”), en el cual utilizó el ejemplo de su padre, R. Charles Martini, arquitecto de Chicago quien le enseñó a leer anteproyectos. En este libro, él se concentra en el conocimiento que le impartió su madre, concertista de piano que solía actuar regularmente en Washington durante la 2ª Guerra Mundial, y a menudo invitaba a los principales músicos de la Sinfónica de Chicago, a su casa. Eso dio comienzo a una vida con la música, incluyendo actuaciones con bandas en Los Ángeles (“Imminent Disaster”), composición de música para largometrajes (“Point of Betrayal”, “Cannes Man”). En sus entrevistas con médiums (Jennifer Shaffer, Kimberly Babcock, Raylene Nuanes), diferentes músicos se presentaron para comentar cómo era para ellos estar en el otro lado. Al darse cuenta de que podía formular preguntas más detalladas a personas que ya no están en el planeta, se embarcó en este viaje musical hacia “la vida después de la muerte”. Tal como lo dijo Gary Schwartz PhD acerca de “El Otro Lado”: “Una vez que hayas leído este libro, nunca más volverás a ver el mundo de la misma manera”. Como autor de best sellers, Richard es un cineasta premiado, quien ha escrito y/o dirigido 9 películas; los documentales “Flipside” y “Hacking the Afterlife” están disponibles online. Elogio de “Architecture of the Afterlife”: “Una de las cosas que hacen que este libro sea tan cautivante y justificable, ES la cantidad de EVIDENCIA que Martini reúne para respaldar las entrevistas, experiencias y exploraciones llevadas a cabo aquí”. “Revelador, fascinante y entretenido. Otro jonrón para Rich Martini”. “Un libro que hace pensar y es simplemente pura diversión. ¡Me encantó absolutamente este libro!”

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento25 feb 2023
ISBN9781667451855
En Sintonía con la Vida después de la Muerte
Autor

Richard Martini

Writer/Director/Author Richard is an award winning filmmaker, who has written and/or directed 8 theatrical features, and a number of documentaries. His first book, "Flipside: A Tourist's Guide on How to Navigate the Afterlife" went to #1 twice  in all its genres. The documentary (Flipside: A Journey Into the Afterlife) is available online and at Gaia. His books "It's a Wonderful Afterlife" expand the research into the afterlife, "Hacking the Afterlife" he interviews mediums and explores "interviewing people no longer on the planet." "Architecture of the Afterlife" interviews people without hynpsis who say the same things about the afterlife. Jennifer Shaffer is a world renowned medium intiuitive who works with law enforecemnt agencies on missing person cases. Luana Anders is our "guide on the flipside" who acted in over 300 movies and tv shows. Over five years, Richard conducted filmed interviews with Jennifer (Luana assisting) as he interviewed friends and strangers no longer on the planet. As Gary Schwartz PhD put it after reading "Flipside" "Inspiring, well written and entertaining. The kind of book where once you have read it, you will no longer be able to see the world in the same way again."

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    En Sintonía con la Vida después de la Muerte - Richard Martini

    En Sintonía con la Vida después de la Muerte

    Richard Martini

    ––––––––

    Traducido por Lilian G. Selvaggio 

    En Sintonía con la Vida después de la Muerte

    Escrito por Richard Martini

    Copyright © 2023 Richard Martini

    Todos los derechos reservados

    Distribuido por Babelcube, Inc.

    www.babelcube.com

    Traducido por Lilian G. Selvaggio

    Babelcube Books y Babelcube son marcas registradas de Babelcube Inc.

    En sintonía

    con la vida después de la muerte

    Cómo continuar comunicados con el otro lado

    por RICHARD MARTINI

    Traducción al español:  Lilian G. Selvaggio

    Pintura: El ángel músico, por Rosso Fiorentino (1521) Galería Uffizi.

    En sintonía con la vida después de la muerte: Cómo continuar comunicados con el otro lado.

    Copyright © 2021 por Richard Martini. Derechos reservados.

    Ninguna parte de este libro puede ser reproducida por medios mecánicos, fotográficos o electrónicos, a excepción del uso justo como breves citas incorporadas en artículos y críticas, sin previa autorización por escrito del autor y/o editor.

    El autor de este libro no afirma que los individuos aquí nombrados sean en realidad esas personas. No hay manera de probar que alguien se esté comunicando desde la otra vida, y el autor no afirma estar haciéndolo.

    El autor no realiza ninguna afirmación respecto de la autenticidad de los informes. Él enciende la cámara o el dispositivo de grabación, apaga la cámara o el dispositivo de grabación, y transcribe esas sesiones. Hace todo lo que está a su alcance para asegurar que las transcripciones reflejen la filmación o grabación. El hecho de que las personas afirmen hablar, oír, mantener una conversación, responder preguntas, no es algo que afirme el autor, ni es su teoría ni creencia. Él filma a las personas mientras lo hacen. 

    El autor no afirma ofrecer consejo médico ni prescribir el uso de ninguna técnica como forma de tratamiento para problemas físicos o médicos sin la supervisión de un profesional médico, ya sea directa o indirectamente. La intención del autor es solamente ofrecer información de naturaleza general para ayudar al lector en su búsqueda de bienestar emocional y espiritual. En caso de que usted utilice alguna información de este libro de manera personal, lo cual es su derecho constitucional, el autor y la editorial se desligan de cualquier responsabilidad por dichas acciones.

    Homina Publishing PO Box 248 Santa Mónica, CA 90406

    TABLA DE CONTENIDOS:

    PRÓLOGO: LA MÚSICA DE LAS ESFERAS

    CAPÍTULO UNO: MÁS ALLÁ DEL SONIDO

    CAPÍTULO DOS: LA MÚSICA ES MATEMÁTICA

    CAPÍTULO TRES: ¿DE DÓNDE PROVIENE LA MÚSICA?

    CAPÍTULO CUATRO:  MÚSICA DEL ALMA

    CAPÍTULO CINCO: LA QUINTA DE BEETHOVEN

    CAPÍTULO SEIS: LA FRECUENCIA DE LA VIDA

    CAPÍTULO SIETE: TODO ES FRECUENCIA

    CAPÍTULO OCHO: ENSEGUIDA VOLVEMOS

    CAPÍTULO NUEVE: MÚSICA SANADORA

    CAPÍTULO DIEZ: COMO MIL AÑOS

    INTERLUDIO: REFLEXIONES MUSICALES

    CAPÍTULO ONCE: HAN ESTADO ESPERANDO

    CAPÍTULO DOCE: ¡UNA VEZ MÁS, CON SENTIMIENTO!

    CAPÍTULO TRECE: CONSCIENCIA MUSICAL

    CAPÍTULO CATORCE: IDÉES FIXES

    CAPÍTULO QUINCE: MÚSICA CELESTIAL

    CAPÍTULO: REPETICIÓN: ¡UNA VEZ MÁS, CON SENTIMIENTO!

    CAPÍTULO: BIS: DÉJALO SER

    BIOGRAFÍA Y AGRADECIMIENTO DEL AUTOR

    PRÓLOGO:

    LA MÚSICA DE LAS ESFERAS

    Anthy Martini, mi mamá, concertista de piano,

    y su más grande admirador

    Hay geometría en el zumbido de las cuerdas, hay música en el espaciamiento de las esferas. Pitágoras

    Mi primera nota me vino de mamá.

    Podía oírle tocar el piano mientras estaba todavía en el vientre materno. Los sonidos eran velados, distantes, pero había una dicha en la ejecución del instrumento que se podía oír.

    Literal.

    No recordé ese sonido sino hasta décadas más tarde, cuando realizaba la primera de seis sesiones de hipnosis profunda con diferentes hipnoterapeutas entrenados en el Instituto Newton.

    Jimmy Quast, de Easton Hypnosis, me había preguntado: ¿Cuál es tu primer recuerdo? Jimmy era la persona del Instituto Newton quien verificaba, autorizaba a las personas que presentaban sus grabaciones de sesiones de hipnoterapia para su acreditación.

    Jimmy estaba a la mitad de la realización de una sesión de cuatro horas, que Michael Newton había sugerido junto con Paul Aurand, el entonces presidente del Instituto Newton. Ellos dijeron:

    ¿Por qué no lo intentas, Rich?

    Pensé que era la oportunidad perfecta para probar la falsedad de la hipnoterapia.

    Yo no estaba allí para probar que había vida después de la muerte—no creía haber tenido ninguna vida pasada, no pensaba que podría ser puesto bajo hipnosis debido a mi mente generalmente activa. Además, soy agudamente consciente de lo que la cámara está captando, habiendo escrito y/o dirigido 8 largometrajes cinematográficos.

    Entonces, cuando Jimmy dijo ¿Cuál fue tu primer recuerdo?, escuché a mamá tocando el piano. Pero debido a lo velado de los tonos, me di cuenta desde dónde los estaba escuchando.

    Jimmy me preguntó. ¿Estás cómodo con la elección de esta vida? Yo todavía no había aprendido el proceso de la elección de vidas, solamente estaba respondiendo a su pregunta. Sí, siento que va a ser muy divertida. Mamá parece estar feliz de tenerme.

    He conocido a personas que recuerdan el momento de su nacimiento. Una cosa es leer sobre alguien que dice Sí, recuerdo cuando nací, pero otra cosa es recordar esa sensación de ser empujado de la oscuridad a la luz, de lo cálido al frío, a esa luz abrumadora del interior de la habitación del hospital.

    La cara del doctor mientras me sostenía, observándome minuciosamente. Yo viendo sus ojos pardos y su máscara, y ese gracioso círculo de metal sobre su cabeza. Él parecía estar preocupado por el hecho de que yo no respiraba. Al menos esa es la única explicación que tuve de que me pegara unos chirlos y me pusiera en las amorosas manos de mi madre.

    Puedo recordar esas manos amorosas.

    El último día de su vida ella tocó el piano una hora—piezas clásicas. Yo estaba sosteniendo sus fuertes manos cuando falleció, fuertes luego de toda una vida tocando hasta su último concierto: a los 88 años, realmente suficiente para quienes cuentan las teclas del piano.

    Mamá era concertista de piano; su padre, el comandante Edward A. Hayes, de la Armada estadounidense, fue invitado a Washington DC para prestar servicios en el gabinete de FDR. Ex comandante nacional de la Legión Norteamericana, obtuvo el premio de la Legión de Honor y muchos otros en su Carrera—y como era el manager de campaña del entonces candidato republicano Frank Knox en Chicago, cuando Knox fue nombrado secretario de la Armada, trajo a Edward, y Edward trajo a mi mamá.

    Mamá tocó en muchas embajadas en DC, pero también fue bailarina y tuvo un contrato con la organización Schubert—una gran oportunidad para actrices que querían trabajar en Broadway. Ella tocaba en el Teatro Watergate en DC cuando mi padre, el futuro arquitecto, oficial naval, estaba operando con las luces entre bastidores. Cuenta la historia que tiró una luz verde sobre ella, que hizo resaltar su cabello rojizo mientras bailaba...y en la fiesta de los actores, conoció a ese apuesto ítalo americano que la había molestado con sus habilidades con las luces.

    Pero ella estaba de camino a la ciudad de Nueva York y se encontraba haciendo obras en Broadway para la organización Schubert. Ella se hallaba en New Haven cuando mi padre le escribió diciéndole que la extrañaba, y ella le dijo al director del teatro que tenía que seguir lo que le dictaba su corazón. Fue reemplazada en la actuación por Oona O’Neill (quien luego se casaría con Charlie Chaplin).

    Mientras que mamá colgó las zapatillas de baile, mi padre siempre se aseguró de que ella tuviese pianos para tocar sin importar dónde estuvieran viviendo. Ya sea en El Cairo, en Houston, o en Northbrook, Illinois (donde tuvo dos pianos), él siempre se encargó de que ella pudiera tocar.

    Fue mi tío quien compró un piano de cola para que ella pudiese tocar en su propiedad de Brecksville, Ohio.  Recuerdo muchas noches cálidas de verano, las puertas abiertas de par en par, y mamá entreteniendo no solamente a los amigos y la familia, sino también a los ciervos, al zorro y otros animales que solían juntarse frente a su puerta trasera para escuchar los conciertos.

    Cuando llegó el momento de la muerte de mi papá, mamá me hizo grabarla tocando canciones para el funeral, ya que ella sabía que iba a estar demasiado conmovida para tocar durante ese evento. Y entonces, cuando ella falleció unos años después, en la misma iglesia donde habíamos asistido durante tantos años, donde participamos en misa de Gallo juntos, donde ingresamos con inquietud para mi confirmación, y que luego usamos para el bautismo de mi hijo-esa música sonaba por encima de los bancos y arcadas de la iglesia de San Norberto, iglesia donde ella había tocado en muchas oportunidades anteriormente, y una última vez...

    ¿Cuántos músicos pueden afirmar que han tocado en su propio funeral?

    La música fue lo primero que recuerdo haber oído, y fue antes de que yo estuviera en el planeta. Mientras crecía, estábamos rodeados de música y músicos. Teníamos dos pianos para que ella pudiese tocar a dúo, y mensualmente, los primeros músicos de la orquesta sinfónica de Chicago, venían a tocar con ella. Yo me quedaba de pie al borde del piano, escuchándolos, y solía emitir un sonido como un gorjeo cada vez que cometían un error.

    ¿Cómo sabía yo que estaban cometiendo errores? No tengo idea-pero puedo recordar que me echaron de sus ensayos por hacerlo.

    En la secundaria, yo tocaba en una banda de rock—hacíamos covers de los Rolling Stones y blues de Chicago. Así comenzó un viaje tras el teclado, que continúa hasta el momento presente, sentado con bandas cuando podía, tocando en clubes nocturnos en países lejanos. Cuando tenía la oportunidad, solía tocar para una audiencia y cantaba algunos blues de Chicago. 

    Uno de los primeros conciertos que recuerdo fue el de Chuck Berry. Yo estaba en la secundaria, tomando cerveza ilegalmente con mis hermanos en la Universidad Austral de Illinois. El show era típico de Chuck, actuando con locales que no conocían todas las melodías que él tocaba. Un conjunto desparejo, por decir lo mínimo. Veinticinco años más tarde, vi tocar a Chuck en la Fiesta de Cine de Moscú, y no me sorprendió que el espectáculo fuera el mismo– los músicos intentando seguir a Chuck mientras él hacía lo suyo sobre el escenario. Johnny Be not so Good (no seas tan bueno).

    En un punto me convierto en crítico de música. Mi amigo Bruce Haring, luego editor musical en Variety, necesitaba un periodista independiente para escribir reseñas y le pregunté si era algo que yo podría hacer como cosa extra, cuando no estuviera escribiendo o dirigiendo películas.

    Me encantó; boletos gratis para los mejores shows de Los Ángeles, escribir una reseña y traer la música a la vida en 250 palabras. Así es como llegué a reseñar y a conocer a Prince, Sting, Van Morrison, Dylan, Elton John. Así es como recibí una bofetada de Johnny Mathis. (Por decir que mi madre era su fan número uno– fue por el tema de la edad). 

    Estreché la mano de Carlos Santana en bastidores, y mientras lo hacía, recordé que ese era un muchachito que vendía Chiclets en la frontera de Tijuana, y aquí lo tenía ahora, músico trascendental con dedos de oro.

    Le presté una corbata de moño a Mick Jagger en Cannes; él prometió devolvérmela algún día. (Una vez llamó al teléfono del automóvil de mis padres– ayudándome con boletos para su película en Sundance, y mis padres se rieron cuando dije: Mi viejo amigo Mick devolviendo mi llamada).

    Con Basil, padre de Mick

    He tocado el piano en bares y clubes desde Mumbai al Soho House de Londres, en la casa del Embajador en Shanghai; en la universidad hice un concierto en el Hotel Excelsior en Roma. En París, recibí una invitación permanente para tocar en el restaurante Monteverde en Odeón. En Los Ángeles, tocamos en una banda llamada Imminent Disaster, que estaba compuesta de críticos musicales liderados por Bruce Haring, Bob Bernstein, Craig Cole de Variety; dimos conciertos en Sunset Strip y en House of Blues.

    Más adelante, tocamos en conciertos con Craig Cole en el bar de moda Les Deux café, donde estuvieron sentados desde Billy Zane hasta Don Everly.

    Julian Lennon, el pluma blanca original.

    Menciono todo esto porque nunca en mi vida hubo un momento en el cual no estuviera presente de algún modo la música.

    Al reflexionar sobre el tema, me doy cuenta de que he visto tocar a los músicos, y luego de algún modo los conocí personalmente.  Vi de adolescente a Elton John haciendo la apertura para Derek and the Dominoes, luego estreché su mano al término del recital de Leon Russell y le agradecí por una vida tocando su música, aprendí las canciones de Mick y luego lo conocí en Cannes, donde le pregunté qué significaba Crossfire Hurricane (No lo sé, amigo, son solo dos palabras que salieron juntas), tuve a Van Morrison interrogándome acerca de cómo logré llegar a bastidores (obtuve la licencia de su canción Wild Night en mi película You Can’t Hurry Love), conocí a Springsteen en el pub de Charley en Boston, y luego de unas décadas lo encontré en el show de Sting, reseñé ese show, luego compartí una charla en múltiples aeropuertos con Sting de camino a Roma; de adolescente vi a BB King y luego lo encontré entre bastidores en Johnny Carson, donde me obsequió un prendedor...canté las melodías de Ray Charles en la secundaria, luego lo dirigí a él en un largometraje.

    Es como si la frecuencia resonante de su música cascabeleara a mi alrededor durante mi viaje, y me encontrara en el campo de visión de ellos. Soy además miembro de BMI (Broadcast Music Inc.) y parte de mi música cinematográfica me ha pagado más ganancia residual que dirigir conciertos. Tengo canciones en Tik Tok y no lo supe hasta que me llegaron dos centavos de ganancia residual.

    Estoy conectando todo esto, como si extrajera notas al azar de una partitura musical y las colocara en un cierto orden, porque mi vida ha sido musical desde mi nacimiento y antes también.

    Basándome en esta década de investigación con acceso a la vida después de la muerte a través del otro lado, he aprendido de qué manera la música y la consciencia aparentemente están relacionadas.

    ¿Qué significa sintonizar con el otro lado?

    Vamos a hablar de la manera de hacerlo-cómo sintonizar con el otro lado –cómo es que la consciencia tiene su propia frecuencia, cómo cada individuo tiene su propia versión de una frecuencia como si fuera una huella digital, cómo podemos bajar o elevar esa frecuencia para imaginar, y luego probar forénsicamente que podemos comunicarnos con nuestros seres queridos.

    Además, exploraremos qué significa sintonizar con la vida después de la muerte para quienes están del otro lado. Cómo les resulta a ellos darse cuenta de que ya no están en el planeta y aprender a ajustar su consciencia, como si afinaran una guitarra; ellos se autoajustan para darse cuenta de qué manera funciona el proceso allá.

    Explorar los limitadores y filtros del cerebro– aquellos que la ciencia nos dice que existen, tal como lo señalara el Dr. Bruce Greyson, de la UVA.  El Dr. Greyson fue la primera persona que noté que utilizara el término filtros para explicar cómo determinados aspectos de la consciencia no están disponibles para nosotros. (Consultar After, del Dr. Greyson por referencias a los filtros del cerebro).

    Algunos niños parecen carecer de filtros hasta la edad de 8 años (Vi al abuelo en la cocina); algunas personas de mayor edad pierden los filtros antes de fallecer. Algunos médiums no poseen esos filtros y algunas personas pueden esquivarlos a través de la hipnoterapia o la meditación.

    Resumiendo, en este libro todos vamos a estar sintonizándonos con la vida después de la muerte.

    En mis tres libros con Jennifer Shaffer, una médium que trabaja con agencias de fuerzas policiales en todo el país, sobre casos de personas desaparecidas, hemos tenido a muchos músicos que se presentaron desde el otro lado para hablar sobre el proceso, para hablar sobre su viaje, para hablar de por qué se fueron del planeta en determinado momento.

    Todos ellos tienen opiniones, pensamientos, observaciones acerca de cómo funciona la consciencia, cómo se hace música en el otro lado, y cómo ellos orquestaron muchos de los eventos implicados. Va con doble sentido. Este libro contiene fragmentos musicales de aquellos seis años de conversaciones con personas en el otro lado. Fue Prince quien me dijo durante una sesión con Jennifer, que mi próximo libro debería ser sobre música. Este libro es un festival de música, así como también un festival mental; es una exploración que eleva la consciencia, así como también la disminuye, sobre cómo la música se relaciona con nuestro viaje en el planeta.

    Un Lollapalooza en el otro lado.

    Entonces, a subir el volumen, a sentarse cómodos, y a sintonizar con el otro lado junto conmigo. Permítanme explorar la música de las esferas con ustedes y aprender cómo acceder a las frecuencias de cada uno.

    CAPÍTULO UNO:  MÁS ALLÁ DEL SONIDO

    "El universo es una sinfonía. Y la mente de Dios, sobre la cual Einstein escribió elocuentemente, es música cósmica que resuena a través del espacio-tiempo...

    Si tuviéramos un microscopio lo suficientemente potente, podríamos ver que esos electrones, quarks, neutrinos, son vibraciones en bucles minúsculos, que se asemejan a bandas de goma. Si entrelazamos la banda de goma muchas veces y de diferentes maneras, finalmente creamos todas las partículas subatómicas conocidas del universo.

    Esto significa que todas las leyes de la Física pueden reducirse a las armonías de estas cuerdas. La química consiste en las melodías que uno puede tocar con ellas."

    (Michio Kaku La ecuación de Dios (Doubleday 2021) Arriba: La canción de los ángeles, 1899 William Adolphe Bouguereau)

    ––––––––

    Mientras estudiaba en la escuela de cine de la USC, fui parte de un Proyecto con un cineasta disminuido auditivo, ayudándole a escribir para así obtener un subsidio para realizaciones cinematográficas. Llamamos al Proyecto: Más allá del sonido.

    A través de Greg Brooks, cineasta sordo de la AFI, aprendí señas rudimentarias en Ameslan, el lenguaje de señas norteamericano. Es una manera visual de hablar. Demuestra que no necesitamos el sonido, y cuando uno considera esto, Hellen Keller no pudo ver, ni oír ni hablar hasta más tarde en su vida, y aun así llegó a ser alguien que viajó por todo el mundo. La comunicación no requiere de palabras ni de imágenes.

    El Ameslan me fue útil recientemente. Estaba con la médium Kimberly Ray Babcock, quien hablaba directamente con alguien en el otro lado. Esa persona describía el funcionamiento de la vida después de la muerte. Le pregunté: ¿Qué opina sobre esta investigación? Ella respondió: No sé qué significa esto, pero él como respuesta está moviendo la mano desde su boca en dirección a ti. Le dije: Eso significa Gracias en lengua de señas. A ella se le iluminaron los ojos. "¡Eso es lo que está diciendo! (Esto está incluido en mi documental: Hackeando la vida después de la muerte").

    En sueños nos comunicamos telepáticamente y nunca usamos un lenguaje real; cuando hablamos con animales a menudo lo hacemos con tonos, sin lenguaje—con música, hablamos con notas y emoción, y sin palabras.

    Cuando uno piensa qué es la luz—partícula y onda—ésta se asemeja a lo que es la música. Ambas sólidas (el campanilleo, la tracción, el toque de la cuerda, el tambor, el piano, o el uso de las cuerdas vocales) y luego la onda resonante que sale del instrumento y llega a nuestro oído. Lo cual luego es traducido en señales eléctricas que se transforman en sonido cuando tocan el auricular de nuestro cerebro. Dependiendo de la emoción detrás de la nota, recibimos un mensaje del artista que la escribió o la ejecutó.

    Tal como lo dijera el Dr. Greyson en su libro After o en su charla en YouTube: ¿La consciencia es producida por el cerebro? los científicos ahora consideran que el cerebro funciona como un auricular. Como el auricular estéreo que recibe ilimitadas ondas de bandas de información, el cerebro descarta lo que no está relacionado con la supervivencia.

    ¿Podemos ir más allá del sonido y evitar esos filtros?

    Podemos, con la ayuda de la hipnoterapia, o de un médium o de la meditación. En cada uno de mis 8 libros sobre el tema, filmé a personas haciendo justamente eso—esquivando filtros, a veces mientras estaban bajo hipnosis, a veces mientras tenían acceso a un ser querido a través de un médium, otras veces a través de preguntas simples sobre una ECM (experiencia cercana a la muerte) que alguien había tenido años atrás. Todo arroja las mismas marcas distintivas, los mismos resultados.

    Alguien podría discutir que fue el tono de mi voz, mis preguntas, lo que les hizo evitar los filtros de acceso al ser superior. Tal cosa tendría sentido si no fuera que yo he filmado a personas que hicieron lo mismo sin que yo les hablara, con hipnoterapeutas que les hacían preguntas o con médiums que transmitían esas respuestas directamente.

    Literalmente, es hacer lo mismo que hace un músico—tomar una emoción, idea o concepto y transformarlo en una expresión que confiere significado.

    Con la experiencia de haber vendido equipos de estéreo para Systems Warehouse en la calle Green al 60 en San Francisco en la década del ’70, sé cómo funcionan los auriculares; con sus limitadores y filtros que analizan la información a partir de ondas sonoras y las transforman en señales eléctricas que hacen saltar los parlantes.

    Filtran la información irrelevante, las frecuencias no deseadas. Sin embargo, los parlantes más antiguos pueden captar todo tipo de sonido, walkie talkies, llamadas de teléfonos celulares.  Estaciones de radio raras que funcionan con una frecuencia particular, la cual tiene una correlación matemática (cromatismo) con la recepción del parlante.  El sonido o la música provendrían de los parlantes que no estaban encendidos, que no estaban conectados—simplemente anunciando su existencia al azar.

    En Italia, había un hombre con una vieja radio de válvulas que recibía más que simplemente estéreo. Estaba recibiendo claramente voces (fenómeno de voces electrónicas, en inglés EVPs) y una cantidad de personas filmaron entrevistas con este señor, y examinaron su vieja radio. Por alguna razón, las personas solían presentarse en su negocio y luego una voz era emitida por los parlantes (conectados o no) y la persona en el negocio diría ¡Esa es mi madre! o bien ¡Esa es la voz de mi hermano! (Marcello Bacci de Grosseto, Italia, comenzó a sintonizar esas voces de espíritus a través de su radio de válvulas en los años ’60. Hay video clips en YouTube)

    Vi un video de su dispositivo—como hablo italiano pude oír lo que decían las personas. Era un poco como una mezcla de ruidos—con unas pocas palabras. Las personas que oyeron las voces, afirmaron sin la menor duda, que escucharon a sus seres queridos. Los escépticos por su parte argumentan que esas son señales de radio perdidas.  Si fuera tan simple marcar el número para llamar al otro lado todos lo estaríamos haciendo, ¿o no?

    Tuve la oportunidad de decodificar una voz del otro lado cuando conocí a la Dra. Elisa Medhus, de Houston. Su hijo había fallecido a raíz de un disparo autoinfligido. Siendo atea y escéptica, como científica no creía en la vida después de la muerte hasta que un día, cuando sonó su celular, ella respondió a un llamante desconocido y oyó la voz de su hijo que le decía: Mamá, estoy bien".

    Luego recibió el llamado de una médium de Atlanta- Jamie Butler.  Jamie dijo: Su hijo se me apareció en el living y no se va a ir hasta que yo la llamara a usted.

    Desde entonces, la Dra. Medhus ha recibido a una cantidad de médiums de diversas habilidades, y mantuvo conversaciones con su hijo desde el más allá. Con la ayuda de Jamie Butler, su hijo escribió un libro desde el otro lado, llamado: Mi vida después de la muerte ("My Life After Death") – en algún momento intenté ayudarle a ella a despertar el interés de Hollywood por ese libro. (Nadie logró comprender lo que se decía).

    Pero me encontré con la Dra. Medhus cuando ella dijo que estaba a punto de entrevistar a alguien, y esa persona era alguien a quien yo había investigado mucho, por lo cual le ofrecí proveer las preguntas. Lo hice, y esa entrevista con Amelia Earhart está incluida en el libro Hackeando la vida después de la muerte.

    Pero cuando estaba chequeando el sitio de la Dra. Medhus, encontré una entrevista que ella había hecho con Jesús. Debo incluir citas porque no hay manera de que pueda probar que esa persona en el otro lado era él—a menos que se evalúen sus respuestas y se las examine a la luz de otras personas que podrían afirmar que hablan con él.

    En esta entrevista el hijo de la doctora trajo a dos personas a la sala de Jamie Butler. La Dra. Medhus estaba en Skype desde Texas, y Jamie en su oficina en Atlanta.  Jamie dijo: Erik está aquí, y trajo a un amigo. Ella luego describió a Quentin Crisp, autor de Naked Civil Servant.

    Lo que hizo que ese detalle fuera impresionante, fue que ni la buena doctora ni la médium Jamie Butler sabían quién era Quentin Crisp, ni por qué se detuvo allí. Pero él dijo: Estoy aquí simplemente para mirar esta entrevista como ustedes dos.

    Jamie describió su atuendo a la perfección, y cualquier persona que supiera quién fue Quentin Crisp, sabría qué tipo de ropa podría usar. Él hizo algunos comentarios muy graciosos—el tipo de comentarios que un hombre abierta y orgullosamente gay podría hacer durante una entrevista—pero ni la médium ni la doctora sabían quién era él ni que había muerto en 1990.

    Entonces comenzó la entrevista con Jesús.

    Mientras Jamie lo describía, de repente rompió en llanto y no podía respirar. Dijo, con la cara colorada y lágrimas que caían por sus mejillas: Lo siento, pero debo detenerme. Él está de pie demasiado cerca de mí y eso es abrumador. Ella le pidió que retrocediera un poco para poder continuar con la entrevista.

    Luego, durante la entrevista, una voz respondió su pregunta.

    Jamie no la oyó, ni tampoco la Dra. Medhus. Yo sí.

    La Dra. Medhus le preguntó si se había reencarnado desde entonces y una voz masculina claramente dijo: , medio segundo antes de que Jamie dijera Dijo que Sí".

    Eso me sorprendió. Él habló unas veces más, incluso para corregir la frase del medio de Jamie (ella dice: esfuerzo inútil y él la corrige diciendo: esfuerzo derrochado). Lo oí con claridad, pero nadie más lo oyó. Luego, más tarde, en un momento, dos voces masculinas pueden oírse susurrando: ¿Por qué no pasan a hablar sobre el altruismo?, y la otra persona responde. Ya estamos hartos del (tema del) altruismo.

    Me acerqué a la Dra. Medhus y Jamie.  ¿Son conscientes de que había voces en la grabación? Ninguna de ellas lo sabía. Ambas confirmaron que sus grabaciones se realizaron en habitaciones silenciosas sin ninguna persona alrededor.

    Descargué la pista, la aceleré y aumenté el volumen. Hay un sonido como un clic que acompaña el , y luego, más adelante, los dos susurros—que eran ininteligibles a velocidad normal (las voces sonaban lentas o confusas)—al ser acelerados a 1.5, sonaban normales. Comprensibles.

    Y existe un fenómeno científico donde, si alguien desordena una frase y luego la revela, una persona no puede desoír la frase. Ya no está mezclada en su mente, sino clara.

    De ahí el comentario: "¿Por qué no pasan a hablar sobre el altruismo? (ya que estaban hablando sobre ser desinteresado) y se puede oír el comentario Ya estamos hartos del altruismo". Se oye claramente.

    Como fenómeno de grabación de voces, es casi imposible grabar dos voces al mismo tiempo, pero a velocidades diferentes.  Sería posible si alguien hubiera grabado una conversación y luego la hubiera ralentizado—pero esto sucede tres veces en la misma grabación.  , Esfuerzo derrochado y Estamos hartos del altruismo suenan normales cuando el sonido se acelera. Materialmente imposible cuando se está grabando.

    Lo cual me lleva a la idea de frecuencia.

    En un sueño que tuvo, mi esposa vio a mi amiga Luana Anders, quien le decía que el resfriado de nuestra hija era temporario, y que estaría bien—mi esposa, en su sueño, dijo: Pero aguarda un minuto, Luana. Tú falleciste hace 20 años. ¿Cómo puedes estar aquí hablándome?

    Ella le respondió: Piensa en 11:11. Nos encontramos en los decimales.

    A la mañana siguiente, mi esposa me preguntó qué pensaba que podría significar eso. Para mí, se relaciona con la velocidad del pensamiento y la frecuencia. Lo escuché a menudo—Necesitamos disminuir la velocidad para comunicarnos contigo. Tú necesitas acelerar para comunicarte con nosotros.

    La disminución de la velocidad es una manera de ralentizar lo que ellos están experimentando—una velocidad diferente, para comunicarse con nosotros. Y nosotros necesitamos acelerar si estuviéramos dormidos, meditando o utilizando a un médium para acceder a esta información. El médium no necesita aumentar la velocidad porque sus filtros ya están sintonizados con el más allá.

    Por lo visto, la capacidad de comunicarse está relacionada con la velocidad y la frecuencia.

    Un día, mientras caminaba por Manhattan, pasé frente a un negocio en la 5ª Avenida, y me paralicé. Me volví y entré, siguiendo a un hombre calvo al interior de otra dependencia del negocio. Luego oí su voz y la reconocí instantáneamente. Se dio vuelta y vi que era mi primo Marty Callahan—un hombre alto y elegante, a quien no había visto en décadas. No lo había visto desde que perdió el cabello.

    Y entonces, un vistazo al frente de una tienda, y la parte posterior de la cabeza de ese hombre, me hicieron pensar Conozco a esa persona.

    En el otro lado, las personas afirman que podemos reconocer a nuestros seres queridos instantáneamente. No importa si los vemos jóvenes o ancianos, o con una edad en la cual no los conocimos—o en una vida que es previa a la presente. Allí está mi papá. Veo a mi hermano, pero es una chica en esta vida. Las personas afirman que ven a sus seres queridos en otras vidas—un poco como ver a un actor conocido, en una película donde interpreta un personaje completamente diferente.

    Podemos reconocer a Meryl Streep, Daniel Day Lewis, Jim Carrey, con cualquier maquillaje o atuendo raro. Ellos pueden interpretar diferentes roles, o como Robin Williams, roles dramáticos en los cuales apenas los reconocemos, o hasta travestidos como la Sra. Doubtfire ("Papá por siempre".)

    Lo mismo se aplica al más allá. Sin importar cómo se nos muestren o qué traje lleven puesto, reconocemos su frecuencia.

    ¿Eso es frecuencia?

    La otra noche tuve un sueño sobre la frecuencia. Sabía que estaba en una conversación con alguien—no sé con quién precisamente—pero alguien que tenía conocimiento sobre estas cosas y decía que la frecuencia es la manera en que identificas a alguien.

    A menudo tomo consciencia de estas conversaciones profundas justo antes de despertarme (y a veces se muestran en nuestro podcast Hackeando la vida después de la muerte con Jennifer Shaffer) pero en este caso, pedí una palabra para poder recordar la conversación. Y oí la palabra I.D..

    Como en la tarjeta de IDentificación.

    Nuestra frecuencia es nuestra tarjeta de Identificación.

    El mejor ejemplo que puedo brindar es algo que me ocurrió hace unos años. Estaba dormido en nuestro departamento de Santa Mónica, y tomé consciencia de una mujer mayor que lloraba y caminaba hacia mí sollozando No puedo encontrar a mi esposo. Estaba desconsolada, al borde de la desesperación.

    Yo era consciente de su vestimenta, se veía como de unos 80 años y estaba extremadamente disgustada. Hice que se detuviera. Le dije: ¿Puede enseñármelo? Ella me miró y dijo: No puedo encontrarlo. Le dije: "Pero, ¿tiene usted algún recuerdo de él que yo pueda ver?

    Y entonces ella me mostró una fotografía de él—más joven, más feliz.

    Le dije: Aguárdeme un segundo. Y me fui volando al interior del espacio profundo, un poco como Superman que se eleva y sale volando, y yo estaba consciente de que estaba viajando a una velocidad superior a la de la luz, porque la luz de las estrellas se fundía a mi alrededor, y podía ver  una especie de vaina de algún tipo

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