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TERREMOTO '85: tictac…OCHENTAYCINCO…tactoc
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TERREMOTO '85: tictac…OCHENTAYCINCO…tactoc
Libro electrónico73 páginas1 hora

TERREMOTO '85: tictac…OCHENTAYCINCO…tactoc

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Pocos desastres naturales se convierten en momentos históricos, pero el terremoto del 85 en México es uno de esos escasos momentos. Un hecho que tocó a la capital de un país entero, y cuyo efecto se desbordó hacia el interior y posteriormente hacia el extranjero. Pocas veces algo tan colectivo tiene al mismo tiempo toques tan personales como este evento. Fue una tragedia colectiva, y al mismo tiempo también fue un evento muy personal, que cada quien vivió y sintió a su manera. Eso es lo que nos refleja el Terremoto de Tere Topete: una narrativa que cuenta lo que fue una tragedia humana de gran magnitud, al mismo tiempo que aporta las diferentes perspectivas y los tonos tan particulares de cada uno de los personajes. El tiempo es algo que ha transformado y nos ha dado una visión histórica de este acontecimiento. De la misma manera, Topete enlaza su relato con el incansable y constante elemento del tiempo, que viene a marcar la pauta de la narrativa, así como definió a un país entero en 1985. 

 

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento19 sept 2022
ISBN9798215247747
TERREMOTO '85: tictac…OCHENTAYCINCO…tactoc

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    TERREMOTO '85 - Tere Topete

    Crónica original: Tere Topete  Portada: Anagaby Flores

    ––––––––

    México Terremoto, nombre ancestral completo, y el Señor Cronos une los vocablos del griego, el náhuatl y el castellano, en un mismo código: sismo. Un movimiento telúrico que puede suceder en cualquier momento, sin aviso previo, como han sucedido en el territorio mexicano desde nuestras civilizaciones anteriores por siglos, así lo atestiguan los Códices hasta nuestros días, pasando por el 7 de junio de 1911, el 28 de julio de 1957 [1], y el jueves 19 de septiembre de 1985: dejando memorias.

    Los sismos son los protagonistas cuando suceden. Vivir casi por 25 años en la ciudad de México, hace acumular experiencias con relación a diferentes tipos de temblores, pero ninguno tan impactante en mi memoria como el del ochentaycinco. Muchos datos, registros, estadísticas, y más que nada historias. La mía, es la visión de lo que viví física, emocional y mentalmente, durante cada uno de los 120 segundos en que la Madre Tierra se movió con furia. Esta crónica aquí, narra lo que comúnmente se dice de una a otro y de unos a otras, compartiendo percepciones que con el tiempo se disuelven por impersonales. Éste es un testimonio personal cronometrado, de una percepción de lo sucedido en tiempo real, oscilante entre antecedentes históricos y datos de lo que pasó después alrededor del jueves negro de 1985.

    7:17:47 horas... Algunas escuelas están vacías, las oficinas no han despertado, las casas apagan sus luces, y en los departamentos que proliferan en la gran ciudad, ya se mueven los cuerpos para salir a la cotidianidad. La capital, todavía no percibe el remezón, pero ya está naciendo, justo en este minuto 17:47 de la hora 7 entre quince [2] y dieciocho kilómetros [1] de profundidad en el océano Pacífico, las entrañas de Coatlicue se abren para parir, en el vaivén de las aguas que desembocan al río Balsas. Un movimiento suave, adormeciendo a un niño en su cuna. Lento. Acariciante. Amoroso.

    TicTac... La noche anterior la costa michoacana, se asombró de ver el cielo de un color inusual: rojo violáceo morado. Encapotadas las nubes dijeron unos, con radiantes estrellas dijeron otros.

    TacToc... Más tarde habría muchas contradicciones, entre lo que habría sido y lo que sería después. Lo único cierto es que había una tragedia en movimiento.

    7:19:48 horas... La Mujer Dormida, se remueve en su cuenca, igual que muchas en sus recintos. Otras ya emprendieron el paso. Don Goyo siente el movimiento de su mujer, tan preciso como todos los hombres que tienen junto una compañía, en la ciudad que comienza a mecerse con imprudencia.

    TicTac... Ni antes, ni después. Justas las manecillas del reloj marcando la hora.

    TacToc... Al día siguiente, una radiografía de la noche inquieta, un despertar que hace pensar incertidumbres. Y repicarán las campanas en las iglesias desde Lázaro Cárdenas, hasta la gran Capital mexica.

    7:19:49 horas... Coatlicue está empezando su labor de parto: el Sismo más robusto del siglo. Crak, Ruuuum ¡el sueeelo se mueveeee! La Madre Tierra está viva.

    TicTac... Unas horas antes, una anunciación indescifrable. Percepciones, emociones, experiencias de caleidoscopio. La noche se sintió extraña...

    TacToc... Y muchos ya no durmieron la noche siguiente, porque estaban totalmente inmóviles.

    7:19:50 horas... Din don dan, de un sueño mecido en la cuna, pasa a un despertar violento, que sacude desde su epicentro, y emborracha hasta muchos matar. El suelo se mueve, las paredes también.

    TicTac... Los que padecieran insomnio, durmieron plácidamente; y quienes solían dormir profundo, tuvieron horas de inquietud oscilante encima de sus colchones.

    TacToc... La noche siguiente muchos no tendrían dónde dormir, y otros estarían a la intemperie meciéndose en las banquetas, al ritmo de la Madre Tierra.

    7:19:51 horas... ¡Qué es esto! Me dije perturbada, siendo la voz de muchos. Bajaba del auto, después de discutir con Horacio, por asuntos profesionales. Una pista de hielo parecía a mis pies que resbalaban.

    TicTac... Un año antes, seguro que el movimiento era ir de un lado a otro buscando locaciones, trasladándonos a un set, o discutiendo una toma con el camarógrafo. Metidos en alguna construcción aparentemente segura.

    TacToc... Al año siguiente, a esta hora y con día y mes iguales, ya se habría olvidado la ola de la porra que cimbraba a la Selección Mexicana, en la Décima Tercera Copa Mundial de Fútbol, sin ganar.

    7:19:52... Llegábamos por un llamado de producción a la empresa Marsel, en el sur de la ciudad; puntuales comenzaríamos a filmar la campaña de Banamex. Y sentí el ir y venir del piso.

    TicTac... Una debacle momentánea, perder un partido de fútbol, parecido a un temblorcito cotidiano que se olvida, pero no un sismo, como el último parido por Coatlicue en el año anterior.

    TacToc... Tal vez, esa misma hora que va a repetirse cada 24 horas en los días siguientes, sea  sin recuerdo tan preciso como el jueves 19 de septiembre del ochentaycinco.

    7:19:53 horas... Mis pies desatinados se movían. ¡Oh, sorpresa! Me estaba dando un infarto, pensé, y para no caer, me abracé a un poste...

    TicTac... Habían nacido niños, horas antes, días antes, trayendo su torta bajo el brazo rellena de inocencia. El meneo les hacía bien en los brazos de sus madres.

    TacToc... Los bebés fueron rescatados después de haber permanecido entre los escombros durante varios días, y hubo sobrevivientes, lo que animó a los rescatistas y a la población en general. Y seguían las réplicas.

    7:19:54...

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