Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

Ver más allá de la coyuntura: Producción de conocimiento y proyectos de sociedad
Ver más allá de la coyuntura: Producción de conocimiento y proyectos de sociedad
Ver más allá de la coyuntura: Producción de conocimiento y proyectos de sociedad
Libro electrónico425 páginas5 horas

Ver más allá de la coyuntura: Producción de conocimiento y proyectos de sociedad

Calificación: 5 de 5 estrellas

5/5

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

La producción de conocimiento sobre la sociedad está sujeta a dificultades de todo tipo: desde el contexto social o académico específico –que condiciona qué y cómo se investiga– hasta situaciones de bloqueos propios de las disciplinas para desarrollar herramientas conceptuales que permitan hacer esa tarea. Una derivación posible de esto es quedar aprisionados en la coyuntura. Este libro propone partir de tales limitaciones para tratar de "ver más allá". Para ello, la invitación es a emprender un viaje interesado por algunos lugares y momentos en que la teoría social brindó un apoyo para esa tarea.
Si la teoría es importante para diferenciar lo superficial de lo profundo, los cambios estructurales de aquellos más sujetos a la coyuntura, igualmente resulta clave para poder visualizar proyectos de sociedad. Con ese centro de atención, la invitación es también a transitar por algunos aportes contemporáneos que buscaron captar mutaciones a escala global de vasto alcance y generar a partir de estos algunas conexiones conceptuales con América Latina. Entre los temas que aparecen en ese camino no podría estar ausente el de la empresa privada convertida en referente social de la vida individual y colectiva y lo que supone en términos de colonización de la sociedad por el capital.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento31 mar 2022
ISBN9789878140490
Ver más allá de la coyuntura: Producción de conocimiento y proyectos de sociedad

Relacionado con Ver más allá de la coyuntura

Libros electrónicos relacionados

Ciencias sociales para usted

Ver más

Artículos relacionados

Comentarios para Ver más allá de la coyuntura

Calificación: 5 de 5 estrellas
5/5

1 clasificación0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    Ver más allá de la coyuntura - Alfredo Falero

    A guisa de presentación

    José Maurício Domingues*

    ¿La teoría social no está de moda? ¿Estuvo alguna vez? Un poco más en el pasado, a lo mejor. Hoy seguramente menos. El imperialismo del economicismo, la necesidad de demostrar resultados de investigación supuestamente útiles, algunas veces una sobrepolitización que demanda igualmente que los conceptos nos sirvan de manera urgente a la acción, la instrumentalidad con que se mira el conocimiento: todo eso conspira para rebajar la producción de las ciencias sociales y en particular para que se trate la teoría social como algo de hecho inútil. Lo inmediato le gana al pensamiento y acota la capacidad de ir más allá de los fenómenos de modo de asir sus amplias y complejas conexiones. Se trata de un fenómeno mundial, sin dudas. Ocurre no solamente en el pensamiento o en los medios de derecha, sino que se verifica también en los de izquierda (uno necesita solamente comparar lo que encuentra en las páginas de un journal como la New Left Review de hoy y lo que publicaba en las décadas de 1960 y 1970 para tomar conciencia de eso).

    En América Latina este fenómeno cobra una dimensión todavía más amplia, una vez que la producción de teoría y la construcción autónoma de una discusión en cada uno de sus países y que atraviese el subcontinente rara vez se realizó. Las razones para eso son complejas, pero el hecho es que al fin nos llevan a una posición de importadores de conceptos muchas veces de manera superficial. Por encima de eso se plantea una geopolítica del conocimiento y una segmentación de circuitos de circulación que pueden ser desalentadoras. Uno puede resignarse a esa condena de periferización o decidirse a enfrentarla, pero sin reivindicaciones de exclusividad o particularismos, como si América Latina debiera tener conceptos propios para realidades que serían muy distintas del resto del mundo. Esto, por supuesto, va más allá del inevitable sesgo posicional y las aperturas a las particularidades que efectivamente se encuentran en esta región. Con estas particularidades es necesario incluso –debe agregarse– ser capaz de generalizarlas teóricamente, sin timidez.

    Si fuera por ello nada más, la simple asunción, sin dramas o excusas, de la segunda posición por Alfredo Falero ya sería bastante para recomendar el presente libro. El autor se mueve como un ciudadano de las ciencias sociales globales, sin dejar de ser por ningún segundo un intelectual latinoamericano ubicado en su realidad y con disposición y capacidad de pensar desde aquí los temas que se presentan a su curiosidad e imaginación sociológicas. Lo hace enraizado en lo que se caracteriza como una posición crítica, totalmente abierta por otra parte, sin compromisos cerrados con teorías o doctrinas previas. Es su capacidad de reflexión sociológica y construcción teórica creativa la que lo orienta. He ahí las razones de su éxito en este libro.

    América Latina, como el mundo en general, fue pensada por largo tiempo como destinada a volverse –desde su retraso social e intelectual– una copia, con pequeñas variaciones no obstante, del Occidente, de Europa o Estados Unidos. Una gran realización de las teorías latinoamericanas de las décadas de 1960 y 1970 fue exactamente cambiar este abordaje en favor de comprender lo universal en el particular y el particular en el universal de nuestra modernidad, echando a un costado la unilinealidad de las teorías de la modernización o incluso de mucho del marxismo. Mostrando que esto no se trató de un problema singular, lo que vimos desde las posdictaduras desde la década de 1980 fue una reiteración, más sofisticada tal vez, pero no por eso menos clara y problemática, del mismo problema de mimetismo conceptual (o, si se quiere ponerlo con menos cortesía, de imitación floja). Como anota Falero al comentar la discusión de Rodolfo Stavenhagen sobre las Siete tesis equivocadas sobre América Latina, el problema retorna, una y otra vez.

    De esto modo, entender el presente requiere que repensemos no solamente conceptos, sino también nuestra manera de mirar, en cómo movilizamos la sociología. Es la tarea que asume Falero, reivindicando la teoría como imprescindible, tanto como –para utilizar una metáfora suya– una guía para el viaje (no un guía de viaje, previamente dado) como –lo sugiere también– una manera de desmontar hábitos cognitivos que bloquean antes que ayudan a desvelar la realidad. ¿Y cuál es esta realidad?

    En un recorrido por varios temas, en que trae a la discusión conceptos de varias procedencias a los cuales reestructura según sus propios fines, Falero quiere con centralidad pensar críticamente una cierta tendencia a la transformación de las sociedades contemporáneas desde el punto de vista y en el molde de la empresa capitalista. Seguro hay otras tendencias en curso, como los giros a la izquierda en los 2000 evidenciaron, pero aquella parece ser dominante dentro del desarrollo de la modernidad global, así como en su particularidad latinoamericana, al lado de revolución informática. Hay muchos otros temas en las discusiones que nos propone; sin embargo, este termina por ser clave, en el marco más general de la interrogación sobre lo que es y el rol que juega la teoría social en la investigación y el análisis sociológico.

    Es muy sugerente el libro que el lector tiene en manos, lo que, espero, esta corta presentación haya demostrado, aunque no sea más que una invitación o incitación para que se siga con la lectura. Seguramente vale la pena.

    * Doctor en Sociología. Profesor e investigador del Instituto de Estudios Sociales y Políticos de la Universidad Estatal de Río de Janeiro (IESP-UERJ). Cocoordinador del Grupo de Trabajo de Clacso Teoría Social y Realidad Latinoamericana.

    Introducción

    Este es un libro que se inscribe en la teoría social, pero no en el sentido de discusión metateórica o de discusión abstracta desconectada de las problemáticas sociales contemporáneas. De hecho, se procura abordarlas aunque mostrando la importancia de la teoría social como herramienta para tal objetivo. Y, tal como se expresa desde el título, tratar de ver más allá de la coyuntura. Porque al pensar el ahora, sea por las urgencias de diagnosticar en tiempo real, sea por la crisis sanitaria, la crisis económica o en general la crisis social, puede hacer perder de vista que en forma explícita o implícita se produce conocimiento en términos de proyectos de sociedad.

    Dicho de otro modo, la teoría social no solo puede verse como una construcción analítica para la captación del presente, sino que también integra suposiciones de futuro –ubicables en el espectro político de izquierda o de derecha– aunque estas se encuentren en forma velada. En el recorrido que se propone, también se trata entonces de llamar la atención en la importancia de la reflexión con vocación de futuro en sociedades que –en menor o mayor medida– se tiende a empobrecer, debilitar o aparecer en forma difusa. Esto para las perspectivas emancipatorias es letal.

    En ese sentido corresponde adelantar qué proyecto de sociedad se manejará en un sentido muy general, lejos de la idea de planificación con objetivos precisos que se puede dar a entender cuando se enuncia actualmente que se está trabajando en un proyecto. Y, si se piensa en la construcción de utopías reales de las que hablaba el sociólogo Erik Olin Wright (2014), tampoco se atiene estrictamente a los criterios delineados para la evaluación de alternativas viables: deseabilidad, viabilidad y factibilidad.

    La teoría social puede contribuir a impulsar las prácticas sociales hacia un nuevo nivel de reflexividad, y esto es clave asumirlo cuando la deliberación de los distintos problemas tiende más bien a tomar la dinámica de la hinchada deportiva que se visualiza en la patética falta de argumentaciones consistentes de redes o foros electrónicos.

    Ahora bien, dicho esto a nivel general, muchas veces la reflexión no se desarrolla todo lo que se puede tampoco a nivel académico y entonces es necesario preguntarse cada tanto por la teoría. Y volver a interrogarse sobre la importancia de la teoría para la investigación de lo social. Hay que tener en cuenta en primer lugar el clima de época con una capacidad sofisticada de recolección y procesamiento de datos, donde todo se resuelve en lo instrumental, lo medible, lo posible. También puede ocurrir que la moda de las narrativas personales deja de ser un insumo para directamente sustituir el análisis sociológico y la teoría social.

    Para la sociología específicamente muchas veces la ilusión de tener una base de datos o la posibilidad de contar con un trabajo de campo con entrevistas aparece como lo definitorio. Pero ¿desde qué presupuestos y discusiones se parte y adónde se procura llegar? Es clave fortalecer la discusión teórica, establecer la precisión de los conceptos, tensionarlos para que demuestren su potencialidad explicativa. Y llevar así la investigación a un plano transcoyuntural.

    La filosofía está de moda y no está mal. Pero debe repararse que, al mismo tiempo, en algunos espacios sociales –incluyendo espacios académicos– cuando se asocia el estudio riguroso de la sociedad con filosofía se quiere sobreimponer un sentido despectivo de no ir a lo concreto, al aquí y ahora, a lo urgente, a lo medible. De este modo, el instrumentalismo en el estudio de la sociedad puede llevar a sofocar la posibilidad de producir conocimiento tratando de ver más allá cuando puede parecer que ocurre todo lo contrario.

    En este clima de sofisticación instrumental dentro de la revolución informacional (donde, por cierto, hay márgenes y excepciones), también se hace necesario reivindicar de vez en cuando la parte artesanal de la investigación de lo social, que hasta el momento no es sustituible por ningún algoritmo. Y, en ese sentido, algunos elementos aparecerán a lo largo del recorrido que se propone.

    La reivindicación de la teoría social que atraviesa el libro procura no estar contenida en fronteras disciplinarias dentro de las llamadas ciencias sociales, pero no puede escapar de parámetros de construcción de conocimiento más reconocibles dentro del ámbito de la sociología. También deben reconocerse las limitaciones de integrar y basarse en resultados de investigaciones personales previas sin las cuales lo que se propone no hubiera sido posible.

    Dígase de paso que el diagnóstico personal es que la sociología como disciplina no pasa por un buen momento en términos creativos a nivel regional. Se puede sostener que otras disciplinas prometen hoy mejores resultados para hablar de la sociedad. Quizá. No es precisamente la posición de aduanero de las disciplinas lo que potencia la capacidad explicativa. Ese marcado instrumentalismo aludido seguramente puede ser otra de las causas. Como sea, si se habla de contextos –personales y colectivos– de producción de conocimiento, debe tenerse presente el tema.

    En lo que sigue y con el hilo del título, se proponen varios juegos a la vez que implican a la teoría social. Uno de ellos es cómo la capacidad explicativa de diferentes autores debió remar a contracorriente para llegar a tierra. Otro es el rescate de algunas contribuciones latinoamericanas sin dejar de visualizar sus problemas en una suerte de balance en perspectiva de otro tiempo histórico. Otro juego que se propone es la necesidad de tender puentes –si ello es posible– entre aproximaciones teóricas diferentes.

    Un ejemplo de ello está en las teorías del sistema-mundo y de la economía-mundo que impregnan todo el trayecto que se propone. Si bien, por un lado, conforman una lógica general, por el otro, también se trata de marcar algunos de sus límites, así como la necesidad de integrar, desarrollar, complementar, impulsar, modificar –el lector juzgará– la reflexión con algunos elementos basados en una perspectiva de un capitalismo en transformación por la revolución informacional. Existen varios rótulos posibles para designar este tránsito, como es el de pasaje a un capitalismo cognitivo.

    El libro reúne algunos trabajos o partes de ellos según los casos –y por tanto ya evaluados académicamente en las distintas instancias de presentación y publicación–, pero también integra elementos pensados exclusivamente para este recorrido. El detalle se mencionará seguidamente. La idea era superar una situación de dispersión de temas y reflexiones, problema habitual del trabajo académico actual en ciencias sociales particularmente cuando la lógica de la revista académica de alto impacto lleva a ser la base de evaluación.

    Por el contrario, se puede postular que en el trayecto elegido hay algo de elogio del errante no solo temático, sino en el sentido de promover un ida y vuelta de la teoría con la metodología y elementos empíricos, aunque sin la presión que impone el artículo académico o el paper. Y con la mayor libertad de abrir temas que permite la teoría social sin necesariamente exprimirlos. En ese aspecto, también se trata de elogio del errante en el sentido de mostrar la importancia de la capacidad de asociar o conectar, de abrir campos de observación, de abordar problemas para derivar en otros, de tener en cuenta la imaginación sociológica. Algo se hablará de ello en los dos capítulos iniciales.

    En el mundo de hoy, es importante para cualquier sociedad tanto captar macrodinamismos condicionantes globales de lo que se puede o no hacer (y para ello se emplean las expresiones de transformaciones en la economía-mundo o de revolución informacional) como identificar las posibilidades de despliegue de sujetos sociales (movimientos, otros colectivos) capaces de transformar realidades socialmente crudas, injustas, desiguales, opresivas. Y si bien esto último será considerado y resulta inevitable que así sea por su importancia decisiva en la región, el centro de atención no son los colectivos sociales en sí, sino su lugar en la teoría social para visualizar proyectos de sociedad.

    Del mismo modo, entra en las preocupaciones del trabajo cómo distintos agentes sociales –empresarios, políticos, técnicos– construyen y van naturalizando formas de ver el mundo, formas de actuar socialmente, esquemas más o menos mecánicos para considerar lo que es eficiente y eficaz frente a lo que supuestamente no lo es, estableciendo lo que es útil o práctico frente a lo que se considera inútil o una pérdida de tiempo.

    Al fijar estos parámetros de base, el conocimiento, los saberes que realmente importan pasan a ser solo los que encuentran valor en el mercado, particularmente porque, como se sabe desde la teoría social crítica, se disfraza como tal un espacio social de competencia dominado por grandes agentes económicos de racionalidad limitada en el que permanentemente se invoca la capacidad de innovación.

    Como se mencionó ya, los capítulos reunidos se desarrollan principalmente a partir de investigaciones anteriores y productos derivados de ellas, aunque aquí no se reproducen igual tanto para evitar repeticiones de ideas y para ampliar la discusión dada en su momento como para seguir la línea conductora de privilegiar la discusión que da título al libro. Esto también debe tenerse en cuenta en lo que se va a encontrar, pues aquí y allá siempre cabrá invocar la ausencia de tal o cual aporte o de no introducir tal o cual tema. Esto naturalmente no procura ser una justificación, sino un aviso de las limitaciones. Es, inevitablemente, un recorrido personal en un contexto específico de producción de conocimiento –la sociología en Uruguay– con la pretensión de tocar tópicos que van más allá de preocupaciones locales.

    Se propone una estructuración en tres partes. La primera parte se denomina La teoría social como guía de un viaje pleno de incertidumbres. La base de los dos capítulos que componen esta parte es principalmente una ponencia que se convirtió en artículo del libro Teoría social desde América Latina compilado por Sergio Tonkonoff en la Argentina. Sin embargo, las discusiones se han ampliado sustantivamente, desarrollando problemas relacionados con la producción de teoría social. En el segundo capítulo ya se plantean algunas discusiones (por ejemplo, la idea de proceso social) y conceptos (por ejemplo, esquemas cognitivos de orientación) que luego se despliegan en otras partes del libro.

    La segunda parte se denomina Discusiones teóricas latinoamericanas, transformaciones conceptuales y proyectos de sociedad subyacentes. Las expectativas en la década de 1960 eran la modernización, el desarrollo, y esto marcaba la producción de conocimiento. Sin embargo, ya entonces aparecían lúcidos aportes que discutían teóricamente, mostraban límites y proponían conceptos alternativos. El fondo de estas discusiones todavía tiene actualidad (y ya se verá por qué). En ese contexto se abrieron algunas posibilidades de discutir proyectos de sociedad alternativos y, más allá de los límites de entonces, esto no puede subestimarse frente al desconcierto latinoamericano contemporáneo para debatir crítica y creativamente y crear conocimiento con ese presupuesto.

    El capítulo 3 de esta parte es una reproducción ajustada y actualizada del capítulo del mismo nombre que aparece en el libro América Latina piensa América Latina, publicado por Clacso y coordinado por Yamandú Acosta, Waldo Ansaldi, Verónica Giordano y Lorena Soler (Falero, 2015a).

    El capítulo 4 tiene como base una ponencia –ahora revisada– presentada en México al seminario internacional Nuevas miradas: tras medio siglo de la publicación «Siete tesis equivocadas sobre América Latina» de Rodolfo Stavenhagen, 25 y 26 de junio de 2015. El autor escuchó allí atentamente todas las ponencias presentadas. Un año y algo después, a comienzos de noviembre de 2016, Stavenhagen falleció.

    El capítulo 5 reproduce y revisa un artículo publicado en un libro anual del Departamento de Sociología (Universidad de la República de Uruguay, Udelar) que proponía una discusión sobre conceptualización de sujetos colectivos. Una versión previa había sido discutida antes en un encuentro en Córdoba. La idea es que, al integrar estos trabajos de esta forma, se abre un diálogo teórico diferente del que pudo darse en forma separada.

    Finalmente, la tercera parte se denomina Transformaciones globales contemporáneas y el referente empresarial como proyecto de sociedad. Esta parte propone una búsqueda de síntesis conceptuales a partir de aportes teóricos diversos. De este modo se pueden ver alcances de conceptos más abarcadores y conceptos más limitados. Se compone de cuatro capítulos.

    El primer capítulo de esta parte –el 6 del libro–, que examina el aporte de Giovanni Arrighi, fue realizado para un libro en Brasil hoy de difícil acceso, Teóricos das relações internacionais, organizado por los investigadores Marcos Costa Lima, Rafael Duarte Villa, Marcelo de Almeida Medeiros y Rossana Rocha Reis (Falero, 2012a). En 2019 se cumplieron diez años de la muerte de Arrighi y es pertinente retomar su aporte, aunque actualizando algunos elementos. Junto con Samir Amin, André Gunder Frank, Immanuel Wallerstein y otros autores de la misma corriente teórica, Arrighi ha generado contribuciones extremadamente interesantes. Los mencionados son de esos intelectuales atemporales para pensar el capitalismo global. En el caso de Gunder Frank sobre todo se lo trabaja en los capítulos de la segunda parte, con relación a sus aportes a la teoría social latinoamericana.

    La actualidad de esta corriente de sistema-mundo o economía-mundo –en la que existen contribuciones recientes como la de Ho-fung Hung, a la que se hará referencia– también se desarrolla en el capítulo 7, especialmente escrito para este libro. Pero este capítulo introduce principalmente la discusión sobre la etapa actual del capitalismo que prefiere denominarse de revolución informacional. Aquí se abren una serie de discusiones teóricas como la de una inestabilidad intrínseca que se considera una base ineludible para visualizar la situación actual y las tendencias. Y además constituye la base del capítulo siguiente.

    El capítulo 8 trata igualmente de caracterizar un cambio social sustantivo. En la perspectiva que recorre el libro esto se examina sobre la base de agentes sociales emergentes que son parte, pero a la vez producen y reproducen formas de visualizar y actuar en sociedad que van delineando figuras arquetípicas (el emprendedor, el CEO, el técnico asesor). Uno de los temas que se maneja es la expansión a la sociedad en su conjunto de parámetros de gestión de la gran empresa privada. Esta expansión es un proyecto de sociedad regresivo que tiene consecuencias no necesariamente identificables (mucho menos medibles) en la construcción de esquemas cognitivos de procesamiento de la realidad social.

    El capítulo 9, si bien recupera elementos volcados antes en artículos académicos como la actualidad del concepto de economía de enclaves en América Latina, se reescribió especialmente para llegar a las ideas de diferenciación, segregación y reconexión pensadas como dinámicas territoriales en cuanto expresiones de las mutaciones globales. Se procuran conectar elementos del capítulo anterior con las transformaciones del territorio en América Latina por múltiples razones que van desde el acaparamiento de tierras por el agronegocio a las necesidades de logística para la mencionada economía de enclaves. A partir de allí la idea es abrir algunas discusiones sobre el Estado-nación, la generación de excepciones territoriales y la fragmentación territorial y social.

    El recorrido finaliza con unas conclusiones sobre la teoría social como herramienta para mirar más allá de lo inmediato donde se retoma la idea general que planeó en el libro. Dado el carácter de acumulación de aperturas teóricas que se irán desplegando, siempre pesará el riesgo de identificar ausencias, como ya fue dicho. Por ejemplo, bien se puede decir que las referencias al pensamiento poscolonial pensado como teoría social deberían haber merecido mayor desarrollo. O que la relación entre lo planteado y las teorías feministas debería tener su lugar llevándola a esta discusión.

    La respuesta corta es que este podría ser un libro de ramificaciones interminables. Además, el recorrido propuesto puede tener algo de errante, como se dijo, pero también interesado en cuanto a fortalecer algunas cosas y no otras, particularmente pensando en bases analíticas de proyectos de sociedad. Retomando los dos ejemplos del párrafo anterior con un aire provocativo, cabría señalar entonces que lo que en algún momento fueron aperturas creativas en otros contextos se convierten en límites cognitivos. Es decir, está el riesgo de caer en la mera reiteración que termina agotando mientras puede sofocarse la producción de conocimiento asumiendo nuevos presupuestos. Hecho el descargo, la invitación es a ingresar en la propuesta y en lo posible estimular la reflexión y el diálogo.

    PRIMERA PARTE

    La teoría social como guía de un viaje pleno de incertidumbres

    CAPÍTULO 1

    Contextos de producción y desafíos de la teoría social

    1. Panorama general

    Si hubiera que trazar rápidamente un diagnóstico general, podría decirse que la teoría social está debilitada en su potencialidad para la investigación social y que esto se ha vuelto problemático para visualizar futuros sociales alternativos. Las causas son varias y los contextos de producción de conocimiento, diversos; algunos más, otros menos amigables para potenciarla. Pero en general puede decirse que existe una creciente instrumentalización de la investigación social que la deja anclada y autorreferida al uso de técnicas, preferentemente de tipo cuantitativo, y que esto coloca a la teoría en un lugar subsidiario de esquemas y formatos que se reproducen.

    También se puede señalar que la revitalización de la teoría se nutre de discusiones y debates previos y que esta operación requiere mucho trabajo de lectura y articulación de conceptos y autores, estar pendiente de lo que aparece en ese terreno en otros países y en otros idiomas, lo cual relega tales prácticas frente a otras urgencias de lo que es valorado, legitimado y premiado académicamente, que son otras cosas.

    Esto supone entonces que se conforman y cristalicen otras prioridades. Si bien hay contextos académicos diferentes que pueden suponer diferentes focos de atención y menor o mayor comodidad para preocuparse de la teoría social, en general pesan otras exigencias. Entre ellas están la de la producción más rápidamente comercializable, datos solicitados por el Estado o el ámbito privado sobre algo, insumos estadísticos simplificados para la comunicación de validez efímera, hallazgos de aplicación práctica prescindiendo en general del uso de la teoría o relegándola a un papel de adorno, productos de dinámicas de consultoría que por definición limitan las aperturas conceptuales a lo estrictamente necesario y rápido, y así se podría seguir.

    Como se ve, el tema puede derivar a una sociología de la producción de conocimiento. Pero tampoco se trata de erigirse en juez externo. Simplemente lo que se desea enfatizar es que, después de adquirir ese training, se puede observar muchas veces un uso superficial de la teoría que comienza en el nivel de licenciatura. Esto se puede expresar en el uso reiterado de un concepto o conjunto de ellos, una frase o una idea que se rutiniza sin ulteriores desarrollos y discusiones, y por tanto con escasa capacidad de captar todas sus implicancias. Por ejemplo, esto ocurrió con el concepto gobernanza. También lleva a que las actualizaciones teóricas resulten lentas y acríticas.¹

    Esto puede no tener sentido en otros ámbitos del conocimiento, pero para las ciencias sociales y en particular para la sociología es letal para su contribución y proyección. Por ejemplo, las preguntas de investigación pueden quedar sometidas al sentido común y no al apoyo que brinda la captación de autores y conceptos. O, ya en el final de una investigación, marginar la teoría supone pérdida de capacidad explicativa y por tanto dificultad de apertura de nuevas interrogantes. Pero debe convenirse que, para muchos integrantes de disciplinas alejadas de lo social, plantear y discutir este tema equivale a entrar en el terreno de la especulación abstracta de utilidad nula.

    Sin embargo, el problema es complejo y necesario de abordar, pues tiene efectos directos en la producción de conocimiento sobre lo social. Comienza con las exigencias requeridas a los propios estudiantes de nivel de licenciatura, pero la debilidad del desarrollo y uso de la teoría se relaciona con otras problemáticas. Por ejemplo, puede establecerse una relación del problema con el debilitamiento –más general como sociedad– de la capacidad de pensar y de pensar críticamente la realidad.

    A ese nivel general de lo social, de hecho, puede confundirse la capacidad colectiva de pensarse críticamente –esto es, colocando fundamentación y argumentos adecuados– con señalar o repetir cualquier banalidad u opinión sin fundamento en las redes sociales. O recurrir a la estigmatización sin mayor conciencia de lo que está en juego. Esto, por supuesto, no solo tiene que ver con el uso del instrumento tecnológico, sino con los contenidos que habilita.

    De modo que la debilidad académica de la elaboración y el uso de la teoría para la investigación puede presentarse como equivalente y paralela a la debilidad social más general de argumentar y razonar sobre lo social. Pero si bien lo segundo puede ser acompañado, lo referente a elaboración y aplicación de teoría requiere introducirse en una discusión disciplinaria de fondo y establecer algunos desafíos que los investigadores de lo social tienen por delante. Lo que sigue no busca ser una lista exhaustiva, sino que procura ayudar a pensar algunos problemas.

    2. Contextos académicos y teoría social

    En el prólogo a la edición argentina de ¿Para qué sirve la sociología?, bajo la dirección del sociólogo francés Bernard Lahire (2006), Lucas Rubinich coloca la problemática que surge con la sacralización de las técnicas (en ese sentido recuerda al sociólogo americano Robert Nisbet) y establece la importancia de la teoría en la lógica del descubrimiento. Ciertamente no podía faltar en la fundamentación el recuerdo a la imaginación sociológica que colocaba Charles Wright Mills en el contexto que le tocó vivir de la sociología norteamericana.

    El título de este conocido libro en el ámbito de la sociología se convirtió en una expresión con notable éxito, pero recordado solo parcialmente en su proyección. En el apéndice sobre artesanía intelectual argumentaba ese carácter que implica combinación de ideas y un impulso para dar sentido al mundo, como propio del oficio y lo que separa al investigador social del mero técnico (Mills, 1997: 222).

    Ahora bien, la sacralización de las técnicas no puede disociarse de un problema central en el mundo académico que son las relaciones de poder, propias de cualquier espacio social y que Pierre Bourdieu, en la vastedad de sus preocupaciones, examinó particularmente como homo academicus (Bourdieu, 2008). Porque las posibilidades de desarrollo de teorías y preocupaciones de investigación que de allí emanan suponen relaciones de poder, aunque un observador externo al espacio social –nuevamente, como en cualquier espacio social– no llegue a visualizarlas en todo lo que implican.

    Siguiendo con el ejemplo de Mills, a través de las cartas recopiladas por sus hijas (Mills, 2004) sabemos hoy las dificultades de enfrentarse a la hegemonía sociológica de la visión de Talcott Parsons en el mundo académico de Estados Unidos de los años 50 y cómo las repercusiones que tuvo un libro como La elite del poder, aparecido en 1956 (Mills, 1969), le ayudaron a sobrellevar esa situación. Por ejemplo, cuando le escribe a Hans Gerth (Mills, 2004: 248) luego de que el libro en cuestión estaba circulando, le señala su soledad intelectual y la aplastante carga de algunas reseñas de los cabrones a sueldo que las escriben. Como sea, también reconocía que el libro le permitió acceder al cargo de profesor titular en Columbia (1956) gracias al decano (pero no gracias al departamento donde trabajaba –añade–, dando cuenta de los juegos de poder académico). En otras cartas igualmente muestra que no tuvo un trayecto fácil en ese ámbito y ello también lo han reconocido trabajos contemporáneos.

    Efectivamente, de lo mucho que se ha dicho sobre Mills, por ejemplo, se puede establecer que representó a una generación "que se sentía frustrada con las ciencias sociales controladas por los intereses del establishment y los teóricos de las universidades financiadas con contratos del Estado, como señala el sociólogo Marco Gandásegui (h.) (2010: 184), quien luego agrega específicamente que, para el autor, las ciencias sociales de su tiempo reducían la realidad a un conjunto de funciones y correlaciones estadísticas que no podían explicar los procesos sociales generados por el desarrollo capitalista y el papel de las clases sociales de Estados Unidos".

    Llegados aquí –y para quienes no lo tienen presente–, paradójicamente debe señalarse algo: el libro en cuestión (al que luego le siguieron otros) no es precisamente fuerte desde

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1