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Análisis del vocablo griego pneuma en siete cartas de Pablo: Con  una mirada retrospectiva al concepto de Rûah  en la literatura hebrea
Análisis del vocablo griego pneuma en siete cartas de Pablo: Con  una mirada retrospectiva al concepto de Rûah  en la literatura hebrea
Análisis del vocablo griego pneuma en siete cartas de Pablo: Con  una mirada retrospectiva al concepto de Rûah  en la literatura hebrea
Libro electrónico468 páginas6 horas

Análisis del vocablo griego pneuma en siete cartas de Pablo: Con una mirada retrospectiva al concepto de Rûah en la literatura hebrea

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Cavando profundo, buscando los tesoros escondidos para un correcto entendimiento.

Este libro es un análisis del texto griego del NT, específicamente, en las siete cartas de Pablo consideradas genuinas e indisputables por consenso académico en los Evangelios Sinópticos y en los Hechos, sobre el significado y uso de la palabra «pneuma», y plantear otras posibilidades genuinas de traducir pneuma y pneuma hágios.

Consideraremos, en primer lugar, el vocablo hebreo «rûah» en el AT, y en diferentes periodos de la literatura hebrea, para identificar el genuino sentido del concepto hebreo y, de alguna manera, resaltar su esencia.

Esta investigación es de carácter crítico, histórico y exegético. Asume y utiliza, como premisas para el desarrollo de este trabajo, los recursos académicos disponibles. El tema del pneuma hágios, o espíritu santo o Espíritu Santo, es uno de los más usados, pero más abusados de las Escrituras. La aplicación de los métodos de investigación, la gramática del texto griego y el contexto nos permitirán apreciar, valorar y entender el verdadero sentido del rûah/pneuma.

IdiomaEspañol
EditorialCaligrama
Fecha de lanzamiento25 ene 2020
ISBN9788417915711
Análisis del vocablo griego pneuma en siete cartas de Pablo: Con  una mirada retrospectiva al concepto de Rûah  en la literatura hebrea
Autor

Dr. Luis A. Rivera Rosario

Luis A. Rivera Rosario es BBA en Administración de Empresas. Maestría en Educación Religiosa y maestría en Teología en Estudios Bíblicos en el Centro de Estudios de los Dominicos del Caribe (CEDOC), Bayamón, Puerto Rico. Doctorado en Filosofía y Letras en Teología, Universidad Interamericana de Puerto Rico. Ha trabajado en el Departamento de Finanzas de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras.

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Análisis del vocablo griego pneuma en siete cartas de Pablo - Dr. Luis A. Rivera Rosario

Agradecimientos

Gracias a la Universidad Interamericana de Puerto Rico, por establecer y mantener una Escuela Graduada de Teología, dentro de la Facultad de Estudios Humanísticos, y por permitirme el privilegio de ser uno de sus estudiantes. Gracias a su decano, el Dr. Óscar Cruz Cuevas, por su acostumbrada atención, profesionalismo, amabilidad y sonrisa. Gracias a su director, el Dr. Ángel L. Vélez Oyola, por su disposición, profesionalismo, amabilidad y por toda la ayuda que me brindó en el camino, por buscar siempre soluciones en los momentos precisos. Gracias a Zaida Nieves, por su excelente labor administrativa, por su ayuda proactiva y por recibirme siempre con una sonrisa. Y gracias al Dr. Jorge Colón, mi director de tesis y profesor de varias materias en este camino de estudios doctorales, por su experiencia, sus enseñanzas, consejos y palabras de ánimo.

Abreviaturas

AB Anchor Bible

ABD Anchor Bible Dictionary. Editado por D. N. Freedman. 6 vols.

ANET Ancient Near Eastern Texts Relating to the Old Testament

ASV Authorized Standard Version

AT Antiguo Testamento

BAG Bauer, W., Arndt, W. F., and Gingrich, F. W. Greek-English Lexicon of the New Testament and Other Early Christian Literature

BDB Brown, F., Driver, S. R., and Briggs, C. A. A Hebrew and English Lexicon of the Old Testament

BJ Biblia de Jerusalén

BLPH Biblia La Palabra Hispanoamérica

BR Biblical Research

BSac Bibliotheca Sacra

BT The Bible Translator

CBET Contributions to Biblical Exegesis and Theology

DOTT Documents from Old Testament Times

DSD Dead Sea Discoveries

EBC Expositor’s Bible Commentary

EDNT Exegetical Dictionary of the New Testament

ESV English Standard Version

HBC Harper’s Bible Commentary

HTR Harvard Theological Review

ICC International Critical Commentary

ISBE International Standard Bible Encyclopedia

JBL Journal of Biblical Literature

JECS Journal of Early Christian Studies

JJS Journal of Jewish Studies

JSNT Journal for the Study of the New Testament

KJV King James Version

LBA La Biblia de las Américas

LXX Septuaginta

NASV New American Standard Version

NBLH Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy

NC Nacar-Colunga

NIBCNT New International Biblical Commentary on the New Testament

NIBCOT New International Biblical Commentary on the Old Testament

NICNT New International Commentary on the New Testament

NICOT New International Commentary on the Old Testament

NIDBA New International Dictionary of Biblical Archaeology

NIDNTT New International Dictionary of New Testament Theology

NIDOTTE New International Dictionary of Old Testament Theology and Exegesis

NIGTC New International Greek Testament Commentary

NIV New International Version

NKJV New King James Version

NRSV New Revised Standard Version

NRSVCE New Revised Standard Version Catholic Edition

NT Nuevo Testamento

NTC New Testament Commentary

NVI Nueva Biblia Internacional

RV60 Reina-Valera (1960)

RV77 Reina-Valera (1977)

RV95 Reina-Valera (1995)

RVC Reina-Valera Contemporánea (2011)

RVA Reina-Valera Actualizada (2015)

SBL Society of Biblical Literature

TDNT Theological Dictionary of the New Testament

TDOT Theological Dictionary of the Old Testament

WBC Word Biblical Commentaries

Prefacio

Este libro es el resultado de la adaptación de la tesis doctoral. Es una conjugación de metodología crítica y uso de las lenguas originales, y será de interés particular para los estudiosos de las Escrituras cristianas. Sin embargo, estoy plenamente convencido de que provocará la curiosidad de muchos otros, a los cuales les insto a que se sumerjan en la lectura de este material, porque puede ser el principio de un despertar para profundizar en la Biblia, de un inicio en el mundo académico bíblico y ver el panorama impactante cuando ensanchamos los linderos del conocimiento canónico de las Escrituras cristianas.

La esencia de este trabajo está en el uso de la palabra griega πνεῦμα (pneuma) con referencia al Espíritu de Dios, sobre todo, en el pensamiento teológico y en la péndula de Pablo (caps. 8 y 9). El análisis gramatical de las ocurrencias de la palabra, y un énfasis en el contexto, nos permite acariciar matices que, de otra forma, quedan ocultos en las traducciones. Estos matices nos conducen a rubricar otras formas de traducir y entender los textos paulinos en los que ocurre el término.

El estudio en las cartas de Pablo no se da en un vacío contextual. Para entender el pensamiento de Pablo, y su teología, es imprescindible buscar en sus raíces culturales, o sea, en su vida social y religiosa, costumbres y lenguaje. Es dentro de ese escenario de vida y desarrollo nacional donde se forja la profunda y particular personalidad del hebreo, y es ahí donde encontramos el contexto de nuestros autores. Los autores son hijos de su patria, herederos de su nación y el resultado de su idiosincrasia. Si queremos arrimarnos a lo que realmente quieren decir con el uso de sus palabras, el camino es la literatura disponible, tanto canónica como extra-canónica.

Por eso, luego de sentar las bases en el capítulo 1, nos adentramos en las Escrituras hebreas o Antiguo Testamento (en adelante, AT) para ver los usos del concepto del רוּחַ(rȗah) y, partiendo de ahí, evaluaremos su uso en el judaísmo del Segundo Templo, a saber, Septuaginta, Apócrifa y Pseudoepígrafa, literatura Apocalíptica y los Rollos de Qumrán (caps. 3 al 6). En el capítulo 7, evaluaremos el uso de רוּחַ(rȗah) y πνεῦμα (pneuma) en Filón y Josefo. Estos dos autores del primer siglo, contemporáneos de Jesús (Filón) y Pablo (Josefo), hacen las veces de un puente entre el Antiguo y el Nuevo Testamento (en adelante, NT). Lo que tengan que decir del רוּחַ(rȗah) y πνεῦμα (pneuma) es importante para nuestro trabajo, porque forman un nexo de continuidad o diversificación en el pensamiento semántico y teológico. Con el fin de lograr un libro que no fuera extenso y cargado, el tratamiento exegético en la tesis, con respecto a los Evangelios Sinópticos y al libro de los Hechos, ha sido relegado a dos apéndices finales bien condensados.

Espero que este, mi primer libro, sea de provecho en las manos del lector.

Introducción

Este libro es el resultado y la adaptación de la disertación doctoral sobre el uso y significado de la palabra y el concepto del πνεῦμα (pneuma) en el NT, específicamente en las siete cartas paulinas consideradas como indisputables, de acuerdo con el consenso académico,¹ y, además, una reconsideración del vocablo רוּחַ(rȗah) en el AT y en diferentes periodos de la literatura hebrea.

Se persiguen dos objetivos:

Uno es identificar la esencia del concepto hebreo y, de alguna manera, resaltarla. Haremos un viaje, no solo por el AT, sino también por otras literaturas pertinentes, como la Septuaginta, la Apócrifa y Pseudoepígrafa, la Apocalíptica y los Rollos del Mar Muerto. El propósito es ver si se mantiene uniforme el uso en el AT. Filón de Alejandría y Josefo son importantes en la medida en que forman un eslabón en dicho uso entre la literatura mencionada y Pablo.

El otro objetivo es estudiar y evaluar la gramática del texto griego en Pablo con vistas a identificar cómo los autores usan los recursos del lenguaje y, con la fuerza del contexto, comparar la forma presente de las versiones castellanas y sugerir una traducción más apropiada o traducciones alternativas que reflejen mejor el pensamiento del autor.

Nuestra investigación será de carácter crítico, histórico y exegético. Cuando nos adentramos en búsqueda de la verdad histórica, en la medida en que esta sea alcanzable, o acudimos a los detalles reales en tiempo y espacio de cómo se dieron las cosas, tenemos que enterrar la pala y buscar bajo la capa de la herencia teológica. Desde el siglo xviii, cuando comenzó esta tarea, hasta el presente, se han hecho descubrimientos exegéticos increíbles.² Para estos logros, se han desarrollado métodos científicos, como el crítico-histórico, y otras diversas metodologías. La arqueología moderna con sus grandes descubrimientos, los estudios sobre el judaísmo del Segundo Templo, los estudios sobre Israel y el judaísmo en el marco histórico del primer siglo, y el estudio del griego koiné del NT han sido de gran valía para dar un giro en la comprensión de las Escrituras cristianas.

Comenzaremos con una línea de pensamiento que se mantendrá irrompible hasta el final. Nuestro primer blanco de estudios es el AT, por el cual conseguiremos un mejor y más certero entendimiento del concepto de רוּחַ(rȗah), «espíritu» o «Espíritu» de Dios. Veremos que se refiere a la fuerza, al poder de Dios; a la ira, justicia y voluntad de Dios en acción; a la mente y el carácter de Dios. Es actividad y energía que salen de Yahweh y hacen contacto con el hombre, la naturaleza y el universo, sea para construir, liberar, o para destruir. Esa era la percepción del hebreo reflejada en sus escritos. En la antropología hebrea, y en su teología, elיְהוִ֔ה רוּחַ(rȗah yahweh), elאֱלֹהִים רוּחַ(rȗah elohim) y el אֲדֹנָי רוּחַ(rȗah adonay) no es un agente libre que opera independiente, no es un líquido y no es una sustancia. Es la propia vida y vitalidad de Dios en acción; es Yahweh mismo en acción, la extensión de su propia vida invisible, actuando en el hombre, la historia y el universo; es Dios presente y en operación, es su energía. En el estudio veremos por qué, entonces, la necesidad de usar un lenguaje que caracteriza la personalidad.

El segundo gran renglón de estudio será el judaísmo del Segundo Templo, dividido en varios apartados importantes.

En términos de herencia helenística, veremos que el esfuerzo de los gobernantes para helenizar a los pueblos conquistados tuvo un efecto enorme sobre aquellas comunidades de judíos que estaban ubicadas a distancias considerables de Jerusalén. En la medida en que nuevas generaciones surgían, más era la asimilación a la cultura griega. El pensamiento, el lenguaje y el estilo de vida griegos fueron moldeando a muchos judíos de la diáspora. Los estudiosos llaman a este fenómeno «judaísmo helenístico». Fue en Alejandría, hogar de una gran colonia judía y un centro importante del conocimiento, donde se forjó la Septuaginta.

En términos de la Septuaginta o LXX,³ enfatizaremos que los traductores de la Septuaginta se mostraron algo renuentes a usar πνεῦμα (pneuma) con relación a la psicología del hombre. Los griegos no tenían algo parecido al concepto hebreo delרוּחַ(rȗah) Yahweh o «espíritu de Dios». La Septuaginta fue un vehículo a través del cual se extendió el significado deרוּחַ(rȗah). Concepciones como la de «ente» —sustancia o entidad separada o independiente—, de influencia griega, no afectaron al concepto delרוּחַ(rȗah), sino que fue la concepción hebrea la que afectó al concepto griego del πνεῦμα (pneuma) impregnándole su agudeza. En este sentido, los autores/traductores de la Septuaginta o LXX no permitieron una contaminación del texto hebreo⁴ con el denso y cargado lenguaje griego.

En cuanto a la Apócrifa y Pseudoepígrafa,⁵ vamos a palpar cómo sigue el hilo conductor de nuestro trabajo. La Apócrifa relacionada con el judaísmo de Palestina sigue el uso del AT, y se sigue la tendencia de la Septuaginta. Esa tendencia muestra que πνεῦμα (pneuma) sigue el patrón de רוּחַ(rȗah). Persiste la idea del רוּחַ(rȗah) o espíritu de Dios como una extensión de su poder para acción sobre el hombre y a causa del hombre. El libro Sabiduría de Salomón, producido en Alejandría, por un autor judeo-helenista, es una excepción. Hay una identificación entre πνεῦμα (pneuma) y sabiduría. Esta unión es indicativa del efecto del pensamiento griego. Podríamos pensar, con buenas probabilidades, que libros como el de Sabiduría abrieron puertas hacia un relajamiento de la palabra πνεῦμα (pneuma) como la encontramos posteriormente en los apócrifos de carácter apocalíptico.

En cuanto a la literatura Apocalíptica,⁶ veremos que, de 383 ocurrencias de πνεῦμα, solo 39 se refieren al Espíritu de Dios.⁷ La evaluación nos demuestra que esta literatura no va en detrimento de la presentación tradicional del pensamiento hebreo. Las referencias al espíritu de Dios, por lo general expresan la naturaleza de Dios y su capacidad para actuar de una forma particular, especialmente produciendo resultados éticos en el comportamiento del hombre: bondad, sabiduría y libertad.

Con relación a los Rollos de Mar Muerto, hay un uso variado que corresponde con todos los significados y sentidos, desde «viento» y «aliento», hasta en el aspecto psicológico con multiplicidad de matices. En relación con el uso en referencia a lo divino, se observará que, en los ocho documentos evaluados, los usos de «espíritu» y «espíritu santo» corresponden con el uso normal y corriente de la tradición hebrea que hemos venido exponiendo. En los Rollos, «espíritu santo» es el espíritu de santidad, es la acción y el poder de Dios en los suyos, creando una disposición espiritual para la obediencia, el servicio y la fidelidad. No se altera la esencia del concepto del רוּחַ(rȗah) de Yahweh, sigue siendo la extensión del poder de Dios actuando en el hombre.

El יְהוִ֔ה רוּחַ(rȗah yahweh), el אֱלֹהִים רוּחַ(rȗah elohim) y el אֲדֹנָי רוּחַ(rȗah adonay), al pasar por el crisol de toda la literatura judía canónica y extra-canónica, se sostienen incólumes a la concepción tradicional que corresponde perfectamente con la naturaleza e idiosincrasia del pueblo hebreo.

El tercer gran renglón de estudio será el NT, delimitado a siete cartas de Pablo,⁸ con una evaluación de transición en Filón de Alejandría y Josefo. Estos últimos son importantes porque fueron autores prolíficos y usaron a menudo el término πνεῦμα en una variedad de sentidos. Además, Filón fue contemporáneo de Jesús, y Josefo, de Pablo. En la manera en que ellos utilicen la palabra y el concepto de πνεῦμα, puede incidir con el uso en el NT.

En cuanto a Filón, veremos que, a pesar de su libertad literaria, cuando usa las expresiones πνεῦμα τοῦ θεοῦ, ἁγῖος πνεûμα y πνεῦμα θεîον con relación al AT, se hace patente que Filón se circunscribe al uso tradicional de la concepción hebrea. En cuanto a Josefo, veremos que usó πνεûμα en una variedad de sentidos, pero no usó ἁγῖος πνεûμα, expresión que ya era característica en círculos cristianos. Notaremos que cuando Josefo se refería a las escrituras hebreas, lo hacía con πνεῦμα τοῦ θεοῦ y πνεῦμα θεîον, apuntando así a la gran tradición hebrea de la concepción de Yahweh.

En términos de las cartas paulinas, encontraremos cosas interesantes. Pablo fue educado según las más rigurosas tradiciones judías, con un gran respeto y amor hacia la Torá, y, como un fariseo, debió poseer conocimientos teológicos bien definidos y desarrollados, lo que implicaría una pneumatología hebrea. Luego de Damasco, veremos a un Pablo que, con sus raíces, costumbres, sueños y esperanzas, ahora en un nuevo escenario, desarrolla una teología, basada en sus experiencias, reflexiones y el uso de la Septuaginta, en la que se destaca una teología del Espíritu que revolucionó el mundo hasta nuestros días. Dentro de su pneumatología, veremos que Pablo usa πνεῦμα en forma similar, directa o indirectamente, al uso de רוּחַ(rȗah) en el AT. Aunque generó un caudal de ideas pneumatológicas, se circunscribió al modelo tradicional. El Espíritu de Dios es el poder de Dios operativo en el ser interior de los hombres. No se trata de una personalidad independiente, sino que se habla de él en términos personales, porque es el poder de Dios en acción, el medio por el que Dios es operativo en la vida de la Iglesia y en los corazones individuales. Es el mismo pensamiento judío acerca del Espíritu de Dios como presencia divina y poder. En Pablo se marca más el πνεῦμα como agente de la voluntad de Dios, como el vehículo de sus propósitos, pero no como una personalidad independiente. Resaltaremos que, aparentemente, y sobre la base de nuestro análisis, las palabras πνεῦμα y ἅγιος (espíritu y santo) no constituían un nombre bien establecido, ni antes ni durante el tiempo de Pablo. También será importante ver que, en Pablo, la expresión πνεῦμα ἅγιον (Espíritu Santo o espíritu santo), si es articular, se refiere al Espíritu de Dios; si es anarthrous, puede o no referirse al Espíritu de Dios.

Lo que leerá el lector a continuación, si nos permite el privilegio de su atención, es un trabajo hecho con dedicación y esmero. Cuando estudiamos, reflexionamos y escribimos sobre los textos bíblicos, aportamos al quehacer teológico, y este trabajo no es la excepción, pero su base y énfasis es la exégesis. Y como exégesis, coloca las bases sobre las cuales los teólogos pueden construir. El propósito es que otros —con esperanza, muchos— puedan adquirir la comprensión necesaria del concepto del רוּחַ(rȗah) / πνευμα (pneuma) o Espíritu en su justa perspectiva. Este trabajo es un intento de resaltar, de colocar en la palestra, un concepto que se mantuvo inquebrantable en el corazón y el pensamiento de un pueblo a través de su historia, a pesar de los avatares que pusieron en jaque su propia existencia. También es un intento de reconsiderar la forma y manera en que se vierten las palabras πνεῦμα y ἅγιος en las versiones bíblicas. Buscaremos los tesoros gramaticales escondidos tras las traducciones, de tal manera que podamos liberarlas de sus prisiones dogmáticas y confesionales.


¹ En orden canónico: Romanos, 1 y 2 Corintios, Gálatas, Filipenses, 1 Tesalonicenses y Filemón.

² Entre los más importantes se encuentran los 52 manuscritos de Nag Hammadi, Egipto, 1945; Ugarit y la biblioteca, con un lenguaje hasta entonces desconocido en cuneiforme alfabético, 1928; y los Rollos del Mar Muerto, 1946.

³ Alfred Rahlfs, ed. Septuaginta, 9.ª ed., 2 vols. (Alemania: Württembergische Bibelantalt Stuttgart, 1935).

⁴ K. Elliger y W. Rudolph, eds., Biblia Hebraica Stuttgartensia, 5.ª ed. (Funfte, Verbesserte: Deutsche Bibelgesellschaft, 1997).

⁵ Entre los apócrifos se encuentran: 1 y 2 de Esdras, Tobías, Judith, Adiciones a Esther, Sabiduría de Salomón, Eclesiástico, Baruc, Carta de Jeremías, Oración de Azarías, Bel y el Dragón, Oración de Manasés y 1 y 2 de Macabeos. Entre la Pseudoepígrafa se encuentran: Ascensión de Isaías, Asunción de Moisés, Libro de Enoc, Libro de los Jubileos, Apocalipsis griego de Baruc, Cartas de Aristeas, Tercero y Cuarto de Macabeos, Salmos de Salomón, Secretos de Enoc, Oráculos sibilinos, Apocalipsis siríaco de Baruc, Epístola de Baruc y Testamento de los Doce Patriarcas.

⁶ Incluye el libro canónico de Daniel y estos pseudoepígrafos: 1 Enoc, 2 Enoc, 4 Esdras, 2 Baruc, 3 Baruc y Apocalipsis de Abraham, Oráculos sibilinos, Testamento de los Doce Patriarcas y Salmos de Salomón.

⁷ D. S. Russell, The Method and Message of Jewish Apocalyptic (Philadelphia, PA: The Westminster Press, 1974), 148. Cf. http://www.earlyjewishwritings.com.

⁸ Ver nota al calce en la página 17 para la correspondiente lista.

Capítulo 1

Sentando las bases

1.1 Preliminares

Nos proponemos, en primer lugar, hacer una evaluación del uso del concepto רוּחַ(rȗah), o espíritu, en el AT y en la diversa literatura del periodo del judaísmo del Segundo Templo. El uso en la literatura hebrea será importante para una comparativa en el área del NT, que será objeto de nuestra investigación. En segundo lugar, haremos un análisis gramatical y exegético del término πνεῦμα (pneuma) en el texto griego de varias de las cartas de Pablo,⁹ a los efectos de que, a través de las reglas gramaticales y el contexto como factor concomitante, logremos traducir competentemente los textos bíblicos y acercarnos a la intención del autor o, por lo menos, a las riberas de su pensamiento. Sería fascinante lograr acercarnos un poco a una mente efervescente y prolífica como la de Pablo.

Será conveniente hacer una diferencia a grandes pinceladas entre «palabra» (λογος) y «concepto» (εννοια). «Palabra» es el nombre concreto de algo, el denominador, calificador o determinador de algo; «concepto» es la idea amplia de un tema delimitado, es un conjunto de ideas acerca de la cosa o del objeto concreto.¹⁰ La primera nos conduce por las sendas de la gramática, a saber, etimología, semántica y patrones de uso, por decir algunas. La segunda nos dirige a estudiar la literatura hebrea, el judaísmo helenístico y el judaísmo de Palestina; en distintos periodos para auscultar cómo se entendía ese concepto. Por ende, tomadas en conjunto, «palabra» (λογος) y «concepto» (εννοια) nos abrirán un abanico en el que no solo haremos precisiones gramaticales, sino que nos pondrá en posición de entender el tema en los distintos periodos bíblicos. Así, cuando decimos «palabra», hacemos referencia al rigor del análisis gramatical, y por «concepto», a los entendimientos de «espíritu o Espíritu» en distintas épocas de desarrollo cultural, como veremos más adelante.

1.2 ¿Por qué estudiar el término πνεῦμα (pneuma)?

Se desprenden varias razones. La primera razón es que hay una inconmensurable cantidad de libros sobre el tema, libros que responden a los movimientos religiosos, ya que muchos de estos tienen sus propias casas editoriales. En esta avalancha de literatura hay infinidad de interpretaciones e ideas con relación al «espíritu/Espíritu». La confusión resulta ser inevitable, toda vez que podemos leer un libro cuyos planteamientos son diametralmente opuestos al libro que leímos anteriormente. En nuestro derecho e interés, podemos sumergirnos en el estudio del tema y hacer nuestro propio juicio crítico y valorativo. Tenemos derecho a buscar el porqué de las cosas, a estudiar e investigar y sacar conclusiones, a proponer y a arriesgar. El calendario de la historia de la Iglesia tiene páginas luctuosas. Fueron muchos los «condenados» porque se atrevieron a pensar diferente.¹¹ Cuando nos disponemos a soltar amarras y levar anclas, veremos otras realidades, otros nuevos horizontes, y que el universo es más grande de lo que nos imaginamos; contemplaremos un mar de posibilidades.

Una segunda razón es el tratamiento que se le dio al tema del Espíritu desde la edad subapostólica hasta Nicea.¹² Nicea fue el primer evento histórico eclesiástico con el conglomerado de Iglesias, aunque no hubo representación completa. Luego, camino a Constantinopla, se dieron verdaderas batallas en el temario que nos ocupa. Para entender la relación de prioridades en esta etapa, durante la cual el tema del Espíritu quedó relegado y el de Cristo subió a la cresta, es necesario ver el escenario extractando lo más posible. Desde los Padres apostólicos ya se puede ver un escenario donde se van colocando las piezas que determinarán los parámetros para la aceptación de los escritos que serían considerados escrituras sagradas.¹³ Una vez se tomaron decisiones en el concilio, se redactó y aceptó un credo, y solo algunos escritos con ciertas características fueron aceptados. La lista de libros de Marción¹⁴ y el llamado Fragmento Muratoriano¹⁵ llevaron a los líderes eclesiásticos ortodoxos a ir conformando una lista de libros autorizados o sagrados. Ya a finales de la década del 360 d. C., Atanasio presentó una lista con los veintisiete libros que componen el NT, y lo demás se convertiría en error y herejía. Bastó la palabra poderosa de un emperador y el Edicto de Toleración para someter al Imperio a aceptar el cristianismo, no como única religión, pero sí como alternativa legal con el favor del emperador. La lucha férrea que venía suscitándose en la teología cristiana en formación era sobre Jesús como Cristo, Hijo de Dios, ser divino. La división entre los proto-ortodoxos¹⁶ y los arrianos, entre otras corrientes, era el «lugar» que se le asignaba a Cristo con relación a la deidad. El grupo más fuerte, organizado y respaldado por el Imperio, ganó, y se redactó el credo, que, a todas luces, es un credo antiarriano.¹⁷ De manera que la atención estuvo en la cristología. La pneumatología, o estudio sobre el Espíritu Santo, no estuvo en la bitácora de los apologistas, teólogos y líderes de la Iglesia como objeto primordial de estudio. No se le estaba dando mayor importancia al concepto del Espíritu Santo, tanto en la tradición hebrea como en la experiencia de la Iglesia y de los escritos que constituyeron el NT.

Una tercera razón, y a tono con lo anterior, son las consecuencias cuando empezaron a proliferar las biblias. No fue hasta el cuarto siglo, en el primer Concilio de Constantinopla (381 d. C.), que se definió la divinidad del Espíritu Santo, no sin antes darse una batalla teológica entre los distintos grupos que entendían de variadas formas el concepto del «Espíritu». Desde entonces, ya constituido el sagrado Dogma Trinitario, era una cuestión obvia relacionar, interpretar o entender las referencias al Espíritu, Espíritu Santo, Espíritu de Dios o Espíritu de Cristo, como Tercera Persona de la Trinidad, prácticamente dondequiera que aparecía en los escritos refrendados y autorizados que iban formando el canon sagrado de las Escrituras. En la Edad Media Baja y durante el periodo de la Reforma, empezaron a surgir biblias en distintos idiomas para hacer llegar la Palabra de Dios a pueblos y regiones diversas. Las biblias castellanas de Casiodoro de Reina y la King James Bible tuvieron importantes repercusiones, hasta nuestros días, y pasaron por un sinnúmero de revisiones. Las traducciones se ajustan a las tradiciones, las creencias y los dogmas establecidos. Con relación al Espíritu Santo, se mantuvo la tradición de escribir el nombre con letra capital inicial para indicar que la referencia era a la Tercera Persona de la Trinidad, y esto se hizo casi indiscriminadamente, pues la tradición y el dogma se imponían. En las revisiones se delata cierta ambivalencia, toda vez que en unas predominaron las letras capitales iniciales y en otras se usaron más letras minúsculas iniciales donde antes dominaban las

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