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Teorema Muelles Fotos De Familia Y Otros Poemas Alternos
Teorema Muelles Fotos De Familia Y Otros Poemas Alternos
Teorema Muelles Fotos De Familia Y Otros Poemas Alternos
Libro electrónico1601 páginas5 horas

Teorema Muelles Fotos De Familia Y Otros Poemas Alternos

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Información de este libro electrónico

TEOREMA es un intento de juntar una serie de escritos que han sido publicados sólo en forma parcial. Tampoco aquí, no todos aparecen completos, pues el número de páginas excedería en mucho las permitidas en un libro de estas características, lo que deja abierta la posibildad de que cada uno sea publicado en otro momento.
IdiomaEspañol
EditorialPalibrio
Fecha de lanzamiento20 dic 2019
ISBN9781463395469
Teorema Muelles Fotos De Familia Y Otros Poemas Alternos
Autor

Julio Gorga Carbonaro

JULIO GORGA CARBONARO es un escritor en la actualidad residente en New York, USA. De profesión Médico Pediatra, titulado en Uruguay, Venezuela -países donde ha ejercido y en USA, donde actualmente ejerce.

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    Teorema Muelles Fotos De Familia Y Otros Poemas Alternos - Julio Gorga Carbonaro

    Copyright © 2019 por Julio Gorga Carbonaro.

    Número de Control de la Biblioteca del Congreso de EE. UU.:   2014919857

    ISBN:     Tapa Blanda             978-1-4633-9547-6

                   Libro Electrónico      978-1-4633-9546-9

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.

    Las opiniones expresadas en este trabajo son exclusivas del autor y no reflejan necesariamente las opiniones del editor. La editorial se exime de cualquier responsabilidad derivada de las mismas.

    Fecha de revisión: 27/12/2019

    Palibrio

    1663 Liberty Drive

    Suite 200

    Bloomington, IN 47403

    609028

    ÍNDICE

    INTRODUCCIONi

    BIOGRAFÍA

    1955 - 1959

    ENSOÑACIÓN

    ESTAS ESPINAS…

    HOY TE VAS

    A MERCEDES…

    AUNQUE…

    AMAR, AMAR.

    DESDE SIEMPRE

    OTRO CARNAVAL

    BÚSQUEDA…

    DONDE SE CRUZA EL MAR…

    CARMÍN

    AZÚCAR Y SAL

    1960 – 1962

    DESDE LA ETERNIDAD

    DE ANDES A EJIDO DESPUÉS DE LAS 3…

    INCERTIDUMBRE

    COMO CÁSCARA Y SU NUEZ…

    TIEMPO MALVADO

    AQUELLA PRIMERA VEZ… Y DESPUÉS

    INCONGRUENCIA…

    1963 – 1965

    OTRA VEZ GIRAR…

    CASUALMENTE…

    EL ASOMBRO Y LA MEMORIA

    IDEAS DISTINTAS

    EL AMOR…?

    SER TIERRA, SER PÁJARO…

    DESEO EN MONTEVIDEO

    UNA HISTORIA…

    1966 – 1967

    POESÍA SUELTA

    SONETO INFORMAL

    HECHIZO

    NI ALEGRÍAS NI TRISTEZAS

    DESTINO

    MIRANDO…

    DECIR…

    E S C O L O P E N D R A

    DESIDIA

    MALA SUERTE

    MISMO FINAL

    HISTORIA REPETIDA

    LA NOCHE

    POEMA NEUTRO

    SOMBRAS

    Y TAN SOLO POR AMAR…

    ADVERTENCIAS…

    UN TEMA

    ANCLAS

    LA POBRE GENTE

    INMÓVIL

    ESPEJISMOS

    LA SOBERBIA

    LA CULPA…

    EVIDENCIAS

    ESPERANZAS…

    TEORÍAS…

    POEMAS Y ESCRITOS DE BOLSILLO

    TESTIGO DE MI TIEMPO

    LIQUIFICANDO CADENAS

    INSONDABLE…

    PENDIENTES…

    1968 – 1971

    NÁPOLES…

    AMADA JUVENTUD

    PATRIAS

    PIEDRAS BLANCAS

    PATAS

    DOMESTICAR…

    1972-1975

    LOS HIJOS IDOS…

    FÁBULA

    HUELLAS

    SIN RESPUESTA

    TE RECUERDO

    DIVINA COMEDIA 1961

    EL HOMBRE MANSO

    1976 – 1982

    EXILIO

    MEMORIAS DE UN TIEMPO ASÍ

    PENSANDO CONTIGO

    LAS FLORES DEL LIMONERO

    LA ESTATUA DE SAL

    EL HOMBRE DE LAS CAVERNAS

    LA VIDA NO MUERE

    4148 HELVECIA Y CABARí

    … Y EL VIENTO

    ¡CUÁNTO TIEMPO..!

    NO CUANDO ELLA QUIERA

    LOS LUGARES DONDE VIVIMOS

    ALAS Y VIENTO

    MI OPORTUNIDAD

    1983- 1986

    SABEMOS QUIEN ES…

    CANTO AL RIO URUGUAY

    GENTE GRIS

    DOBLANDO ESQUINAS

    FUERA DE PISTA

    TROZO DE HIELO

    C O N V I T E

    LUNA ROJA DE SAN DIEGO

    SIN EMBARGO

    LA SOLEDAD

    ELLA…

    1987 – 1988

    BARCOS QUE SE CRUZAN

    QUIEN PIERDE… GANA

    MI CUENTA FINAL (Rienda libre…)

    CON LA FIESTA PUESTA

    ESMERALDAS

    SIN MEDIO MUNDO…

    COMPETIR…

    LAS MOSCAS

    YA LO SABES…

    CORRE…

    POEMAS ALTERNOS

    ÚNICA BABEL SENSATA…

    1989- 2000

    DON JUAN, EL DE CASTILLA, Y DOÑA JUANA, LA DEL BARRIO

    DISCRIMINACIÓN

    CON MIS VERSOS (en la nieve de Fort Dodge…)

    EL JUEGO DE LA VIDA

    ¿QUE IMPORTA ..?

    FARMINGTON, 8 NORSEWOOD MISSOURI

    MORIR…

    NEW YORK ES OTRA VIDA

    Y SI SUPIERAS…

    SONETO (Poema entre paréntesis)

    E S T E A M O R… O J A L A!

    DEL SENTIMIENTO PERDIDO….

    2001 – 2007

    V E N T A N A S

    LOS AMIGOS QUE SE VAN…

    TE AMO

    HERMANO… NO ME ODIES

    ¡NUNCA MÁS!

    EL PROBLEMA…

    LA PALANCA

    2008 – 2013

    SUPONEMOS…

    MUELLES

    TEOREMA

    AMORES

    TATUAJES…

    MUJERES EN EL RECUERDO…

    ESPECTROS

    GOLPEA, CARLITOS, GOLPEA…

    A POR ELLOS

    FOTOS DE FAMILIA

    INTRODUCCION

    Asumo que muy poca gente tendrá la paciencia para leer este libro, que al no ser escrito por una celebridad, no genera apriori algún tipo de interés. Y lo comprendo. Tal vez hasta el estilo de escritura, lo extenso, y sus juicios y conceptos no generen suficiente atractivo.

    De ser el caso, simplemente hay que interrumpir su lectura antes de seguir adelante.

    A mi entender, hay quienes escriben para trascender y otros que trascienden porque escriben. Y hay los que no caben en ninguna de estas dos posibilidades. Creo ubicarme en esta última categoría.

    La pretensión no va más allá de juntar en una publicación estos escritos, pero agregando otros casi extraviados, de tal forma que al desentenderme de conservar tantas anotaciones, ideas y papelitos repartidos por cajones e inverosímiles recovecos -digo, los que sobrevivieron el cúmulo de mudanzas a las que las circunstancias me fueron empujando con una familia y acumulada nostalgia a cuestas- al mismo tiempo, crear espacio para nuevas creaciones, si es que en algún momento reaparece la necesidad de plasmarlas con este tipo de palabrerío, vía de escape a lo que -unos más, otros menos- la mayoría de los seres humanos estamos propensos.

    Hay algunos escritos y poemas que datan de las primeras décadas -se incluyen unos pocos- y si bien recuerdo su fuente de inspiración, sin agregar detalle los transcribo tal cual, pues se trata de exponer una progresión de sensaciones paralela a la edad en que estas se descubren y viven.

    Algunos de los poemas parecen -o más bien, son, para mi gusto- demasiado extensos, pero no encontré otra forma de expresar sentires o ideas en forma más escueta, tal vez por falta de capacidad para ello. O quizás, influido por la lectura desde la niñez de autores densos y explicativos hasta el detalle, reiterativos a veces –un estilo de narración antepuesto a las preferencias actuales- caso de casi todos los clásicos y también quienes narraban aventuras fantásticas, que de tan conocidos no es necesario enumerarlos, pero que me atrapaban en su lectura al punto de no lograr conciliar el sueño hasta finalizar el libro iniciado.

    Lo contrario sucede con lo escrito en esta época y se comprueba en las redes sociales, donde quien se extiende en sus dichos causa molestia. Lo insólito es que, a veces, tal tendencia genera ilusión en los maduros de edad que logran adaptarse a las nuevas corrientes y resumir lo que desean en forma breve -algo así como: tqm por te quiero mucho o xoxoxo por besos y abrazos- y con ello parece intentan autoconvencerse que así alargan sus telómeros.

    Por ejemplo, en el campo de la producción musical y su difusión, donde además he logrado alguna experiencia, es principio establecido que las canciones no deben durar más de tres minutos para ser consideradas con poderío comercial, ya que se han hecho estudios de mercado que han arrojado que el oyente medio no presta atención más de ese tiempo, y en realidad menos. Lo que no se dice ni se toma en cuenta, aunque también se sabe, es que, si el tema musical es agradable, transmite emociones, y cuenta con una buena interpretación, entonces el oyente le presta atención durante ese tiempo y más. Con lo cual las empresas que se dedican al negocio de la música, aceptan que deben lograr llegar al oyente con un gancho breve que lo atrape y después, a través de la repetición paga (payola) de sus fabricados éxitos, popularizar lo que puede ser mediocre o no, y así contar al cabo del tiempo con intérpretes que de tan oídos, se imponen, hasta que el público ya no pregunta por una canción, sino por lo que canta fulano de tal, que puede a veces constar de composiciones magníficas o no. Todo esto lleva a que se cree una división muy marcada entre lo que es comercial y lo que no, y en consecuencia a veces esto último -luego de su descarte- pasa a ser posesión y goce de ciertas élites, que a pesar de ser los orígenes de estricta fuente popular, lo adoptan y transforman en producto propio e inalcanzable para las masas, que hasta llegan a juzgarlo como aburrido, espeso, no digerible y extenso, caso de la ópera.

    Considero necesario aclarar que si bien la memoria muchas veces nos pone trampas y hace que tomemos como hechos ciertos, algunos que mas bien son confusos y quizás incorrectos, en mi caso, desde muy niño me acostumbré a escribir una especie de diario de las actvidades en que me veía envuelto, con muchos detalles, por lo cual puede resultar sencillo recordar hechos, personas y situaciones -hasta gestos- que para sus protagonistas ya están en el limbo del olvido. Aunque hay algunos, con la imperdonable omisión de fechas precisas, ya sea por haber escrito sólo el año, el mes, y a veces ni siquiera ambos juntos, lo que, en esos casos, genera dudas. Y también surgen problemas, cuando a consecuencia de las mudanzas, muchos se han perdido.

    Para situar estos escritos en el ambiente que transcurrieron, quiero establecer que en mi natal Montevideo pude disfrutar de una niñez y juventud usual y pacífica, aunque muy intensa. Como todos, tuve amigos del barrio y a la vez compañeros de escuela primaria, pero más que nada fui creciendo con un grupo formado en la Parroquia de Pompeya hasta la adolescencia. Además de la formación moral adquirida, también el ambiente fue ideal para desarrollar deportes, tanto de campo como de salón, y para crear interés en obras de apoyo social, donde es de destacar la interacción fraterna con los compatriotas menos afortunados internados en el Asilo Dámaso Larrañaga, creándose así muchas amistades que persistieron en el tiempo. Ya al final de la adolescencia, el otro ambiente donde disfruté aquellos años juveniles fue el Club Ciclista Maroñas, donde participé en todas las actividades deportivas y sociales posibles, incluso siendo seleccionado como integrante del plantel afiliado a la Federación uruguaya de Voleibol.

    Desde inicios de la edad escolar y las andadas en la Parroquia de Pompeya, mantuve una amistad muy cercana con José Fernández, Tequé, y en el barrio desarrollé una relación fraterna con Sergio Marcial Vázquez Lacaze, a quien su familia, y por extensión todos, llamábamos Piti, con quien compartimos las primeras experiencias que iba ofreciendo la vida.

    Y así fue que, también con Piti, formamos parte del grupo fundador del Teatro Experimental Dullin -así denominado en honor al reconocido actor y maestro francés- en Piedras Blancas y aledaños, y de ahí mudándonos a los barrios Maroñas y Marconi, y luego de otro par de años, a la Curva de Maroñas, estableciendo nuestra sede y sala de presentación de las obras como teatro circular (lo anterior, había sido realizado en los clásicos escenarios frontales).

    En un periplo que se extendió por casi siete años, progresamos desde las raíces, hacia todo lo que se puede esperar de un Teatro Independiente en formación, desde visitar casa por casa todos los aledaños de esos barrios, tanto para hacer crecer el número de nuestros integrantes ofreciendo nuevas perspectivas, educación y diferentes enfoques de la vida, presentar obras en salones apropiados y escenarios de cines, así como en todos los Teatros de Barrio de Montevideo, y viajando con nuestras luces, escenografías, maquillajes y vestuarios a varios pueblos y ciudades cercanas del Interior del país. Para todo lo anterior fue esencial poder contar con la dirección del laureado actor y mejor persona, Juan Carlos Carrasco, así como con la colaboración en diferentes formas, de los experimentados Andrés Odizzio y Eduardo Schinca, y el apoyo del Teatro del Pueblo y los préstamos de vestuario de la Comedia Nacional. De esta experiencia vital, creo que sólo quedan mis recuerdos y unas pocas fotos que agregaré entre muchas al final de este libro. Y es que cuando desaparezcan todos los que formaron parte de esta historia y las demás que me tocó vivir, a pesar de que resulten para el resto del mundo intrascendentes, no lo fueron para quienes las compartimos, por lo que mostrar aquellas fotos hoy transformadas en documentos de ignorada existencia, y mencionar esos nombres perdidos en la inmensidad del tiempo -aunque tampoco ni ellos mismos nunca lo sepan- hará que al menos sobrevivan en estos escritos, hasta que todo se deshaga y mezcle en el polvo sideral final. Mostrarlas, constituye la satisfacción de cumplir con un compromiso no escrito.

    Vivencias de aquel Teatro Experimental Dullin y mi amigo Piti, compañero de muchas correrías, proyectos y riesgos compartidos, quedaron plasmados en un escrito, creo que capaz de rescatar lo esencial de aquellos años, y por eso siento adecuado transcribirlo ahora:

    ––––––––––––––––––––––––––

    En recuerdo del amigo que se llamo Sergio Marcial Vazquez Lacaze - Piti- artista del billar y los juegos de baraja, amante entusiasta de milongas y cuanta mujer lo aceptara, cuyas inquietudes lo llevaran a ser miembro importante de un Teatro Experimental suburbano, y poseedor de un corazón libre de bajezas y maldades, quien artera y fatalmente fuera emboscado por su inoportuno destino al final de la Semana Santa del año 1982. (Julio Gorga Carbonaro, en la ciudad de Acarigüa/Araure, Venezuela, 1982).

    PARA EL PITI (que no creo que murió).

    "Todas las miradas fijas y nadie que respirara en el tugurio aquel de lata.

    Tres corazones quietos sobre un tapete verde, y el quejumbrón ris-ras de tiza celeste en nuestro cielo joven aún sin mañana.

    El pucho cada vez más ladeado, pretexto de humo para afinar la mirada.

    Finalmente, el simulacro sexual del taco, que, con golpe seco, logra -como siempre- su hazaña.

    Los corazones sobre el paño verde esperanza, son flores de una primavera eterna, soñada, que ruedan, laten y mueren, intermitentes, entre el jadeo de hombres casi en celo, que beben aguardiente y murmuran sus apuestas mientras gira el clímax de las turbias esperanzas.

    El aire, de tan espeso por sus múltiples fuentes, se hace cárcel absoluta del ambiente.

    Tu cigarro, esporádico malabarista de guiños rojos, colgante suicida del columpio sin red salvadora de tus labios, oscila ahora entre dos calmos dedos, descansa, y vuelve raudo con desplazarse místico a su trinchera, para recomenzar por enésima vez el rito adentro, en tanto la vida se aburre afuera.

    Otro sorbo de caña, castigo litúrgico que quema entrañas, pero ineludible para jugar la jugada.

    El ris-ras de la tiza, las apuestas ganadas, el miedo arriesgando al albur de un ecosistema infame pero feliz –¡feliz! - sin vallas. Y la rutina cambiante, dinámica en su repetirse infructuoso, casi tan intrascendente como sabia.

    La llegada del sábado y su noche, curiosamente semana a semana. El afeitarse de una barba que amaga, pero no cuaja, y el agua colonia Made in Piedras Blancas que logra su efecto afrodisíaco al contactarse explosiva con las fragancias de alguna parrillada.

    El truco y retruco de interminables tardes, la energía pedaleando por el circuito anónimo que después llamarían en recuerdo de otro malogrado amigo Elbio Maldonado, o el perseguir paño a paño por el cemento de la calle Helvecia una improvisada pelota de trapo en los picados futboleros de los de arriba contra los de abajo. O las sonrisas al recordar algún episodio de nuestra primera niñez, como aquel cuando entre tanta lectura de héroes de historietas, por ahí nos dio por leer el libro de Mitología de Monteiro Lobato, que aun sabida fantasia, hablábamos de un similar temor a la hora del sueño de sólo imaginarnos perdidos en el laberinto de la isla del Minotauro.

    Y el domingo casi final -presagio?- de aquella Semana Santa que me salvaste de un mar asesino, cuando entregado te exigí que al menos vos escaparas, y le pidieras perdón por mí a mis viejos y a mi hermano. Pero pudimos salir –a golpe de mano y mano- sin más palabras que gracias y vamos, para seguir nuestra historia, sus verdades, sus falacias, sus inviernos y veranos.

    Y otra vez juntos en el barrio haciendo horario corrido, de sol a luna y otra vez al sol. De un bailongo familiar al con orquesta del club, donde tentadoras, estarían esperando las pibas más destacadas. O también, de tan guerreros, entreverando los pelos en cualquier milonga rompedora solapada. Invitados o de ronga, a escote criollo o a la americana, con minas o solitarios, conquistando o perdiendo - ¡qué más nos daba- pero con la confianza de aquella edad cuando aún se puede esperar porque uno no se da cuenta que el tiempo pasa, y se conforma con un para- otra- será … Pero juntos. Como los pies, como las manos, como los ojos de aquella niñez, a la que dejamos un día sin saber porqué ni quererlo en un abismo del tiempo despidiéndose traidora de nuestra incertidumbre asombrada. Y allá quedaron rodeadas de almanaques y febreriles comparsas, tostándose al sol de quien sabe que playa, muy atrás, esas huellas, hoy leves cual suspiro, profundas como el alma…

    Y tantas palabras, y tantos silencios, y tanta inocencia pagada como entrada, para ver desde primera fila el inicio inconsciente del repetido cuento que transcurre en el tablado donde enseñan la aventura de la vida.

    ¿Y ahora qué?

    Me dicen que la ilusión se ha hecho pedazos. Que da lo mismo perder que ganar. Que las victorias son efímeras y su fin la vanidad. Quieren conformarme con el verso de que te vino falla la última martingala, y por eso están hoy frios los caminos en tus brazos.

    Si todo fuera verdad y empalmaste mal las cartas, se te cambió de seguro la muestra de oro en espada, y entonces, la flor que orejeaste daba sólo para embido, y aunque gritaste convencido de correrlos al mazo de la calma, ese era el día que la liga, ramera infiel y casquivana, jugaría toda del otro lado, y eso, nunca por más adivino que uno sea -aún imberbe- lo avizora en su horizonte de lances y coyunturas cercanas … Y el retruque se hizo un nudo gordiano que te apretó la garganta, y entre divague y divague, mareado por el baraje, en el instante preciso se te fueron de improviso de la mente -imposible que del alma- nuestros años invertidos en gestar el quimérico Teatro condenado por igual a caducar, el Dullin peregrino y compañero, el de Maroñas, La Curva… el de nuestro Piedras Blancas.

    Si… es posible que olvidaras -apenas por ese instante- distraído por el vuelo sirineico de alguna encachilante serpentina, lo impensable… que hubieron también ensayos en el carnaval sincero de aquellas noches prendidas -¿ te acordás de la guitarra de Carballo, y las llamadas al Café de los que llegarían tarde y a veces nos interrumpían?- y te olvidaste seguro por engaño del destino -crudo, con ventaja y planificado- que todo ensayo supone siempre otra oportunidad, y que así y todo si la obra se representaba adversamente algún día, la función debia seguir igual con su viaje certero del todo hacia la nada -o viceversa- aunque nos castigaran con piedras como esa vez que no digo…

    ¡Qué lejanas parecen hoy las enseñanzas del querido Yiye Carrasco y sus cálidas trovatas! Y el manto de confianza, protección fraterna que nos infundía… tanto en las patriadas del Dullin como en las clases del Victoria en su Teatro del Pueblo, el de su alma.

    Pienso en Piana, aplicado en sus esfuerzos por la causa, en Acosta, el moreno orgulloso de su ancestro -¡como debe ser!- y hermano en tantas movidas cual quijotes intentadas… en Nelson Aguirre, humilde y noble laburante de feria poseedor de una voluntad sin pausas quien fuera el iniciador del sueño que a todos nos juntara… en Duprat y sus etapas a superar, en Pedrito Cal, el de la simpleza y su peluquería sin fallas, en Ortiz, el marinero electricista de las tecnologías prestadas, y en Boris su colega en eso de corrientes y resistencias y focos que nos iluminaban, en Julito Ribarroya, el escenógrafo joven de pelo entrecano y en Estrella, su perseverante hermana, y en Juanjo Gómez y sus logros radiofónicos, y en Murdocco, el del camión del Mercado Modelo que siempre nos transportaba y su amigo Caputo, que a veces colaboraba, en el bigote Contreras y el cara de niño Barboza a quien vimos crecer en el barrio desde su nacimiento, y ambos nos demostraron que aunque tiras y milicos ponían su amistad por encima de ciertos pretextos amañados para reprimir con abusos del poder lo que era justo y válido, al igual que lo hacían si se daba la oportunidad el petiso Rosas y sus milicos a caballo de la Republicana, y en Emilio e Ivone, que se nos antojaban el matrimonio estable capaz de llegar a perfecto si las cosas no cambiaran, y el Conejo Betancourt, el del canto a las palomas y otros desencuentros, en Orrone y el Nené Altesor prestos a colaborar en lo que fuera necesario hacerlo, en Somolinos, en Rodolfo, en Danubio, en Héctor el de los tangos y en Rómulo y su hermana Reina, y en Miguel Sacías y el soñador Hernández y Eros Dotti con sus versos, y en el Bebe del canto a la entonces incipiente bossa nova disparada por Orfeo Negro, y en Fosforito, y en Humberto Varela y Beatriz, y en el aporte experiente de Andrés Oddizio que después de haber arrimado lo suyo en la fundación de un Teatro como El Galpón, afirmaba que le gustaría dar lo más posible en esto, todos ellos a conciencia dedicados a lo suyo, que vale decir a lo nuestro, y en mi hermano Carlos tan botija aún, pero jugado en todo como vos y yo, y en tantos más que pasaron y se fueron en recuerdos… la querida Hilda, eterna Natacha que se quedó en el tiempo, y Eva que a puro compañerismo y entrega cubría todo lo que no quedaba cubierto, y Blanca y Gloria, las hermanas bonitas tanto por fuera como por dentro que tanta ilusion y fe nos dieron, y Mary y Amanda, las amigas que siempre estaban sonriendo, y la muy fiel y ocurrente Ramona con su piel canela intenso, y Teresa que aunque aún muy joven, protegía como madre a los más lerdos, y Milucha puro sentimiento, y Mireya con su entusiasmo y anhelos, y Elizabeth que buscaba algo sin saberlo… todos y tantos más que se han desdibujado por esas trampas del tiempo, pero de tan sólida e inamovible presencia que no hubiera hecho falta convocar sus nombres para que estuvieran, y que no dudo habrán llorado encima tuyo también por mi, y estoy seguro pensaron por un instante que dirá Julio cuando lo sepa…. Y me dan ganas de clamar como lo hacías vos en los versos del Federico inmortal: ¡no te recuerda nadie, no, pero yo te canto!, y de repente, así, despertarte, y de este lado volver a vernos…

    ¡Es que tenés que entenderme! Me había hecho la convicción, la promesa -y como buen sibarita la había ya degustado- de volver un día de estos como se vuelve en los tangos, justo a los veinte años, a transpirar melodrama por el viejo Piedras Blancas sediento de caras mansas. Volver al Club Ciclista Maroñas a tomar gaseosa con un chorrito de vino tinto y jugar toda la tarde a las cartas… pasar por el Ivaró y ver si los naranjales del fondo seguían floreciendo igual… y por ahí colarnos a la matiné del Cine Piedras Blancas, claro, si es que ese domingo -y aunque las supiéramos de memoria- no pasaban películas del Gordo y el Flaco o de Chaplin, nuestras estrellas del celuloide, en la Parroquia de Pompeya… o pedirle a un ya veteranísimo viejo Donato que nos prestara al Barón u otro de sus caballos, para salir a trotar desde la esquina de Bóvedas y Hevecia hasta la Quinta de Batlle, rodear las canteras, y regresando, llegar a la casa que fuera de Domingo Arena… y entrando ya la noche, con pizza y fainá para picotear del café de Isidro, conocer esas historias e ideas que desgranaba en su Carpintería comunitaria nuestro solidario y respetado Viejo Pio, el de los ideales que aun esperan…

    Y aunque canosos por fuera, muy lejos del paradigma aceptado para llevar serenatas, irnos con el petiso Rosas y el Conejo a cualquier bailongo por Toledo Chico, Instrucciones o Manga, a candombear como antes con botijas querendonas que a su riesgo se cruzaran, sacándole ventaja al tiempo, y lustre a las remembranzas…. Y pegar la vuelta al amanecer… despacito… con pachorra como la del que llenó la panza… pateando como al descuido chapitas por las calles arboladas, y con la gula de un hambre por decenios refrenada, rematar el goce con la gloria de los primeros corazanes calentitos en la esquina del gallego Señorans, aromática de chismes y el fresco irresistible a panes flauta, para rellenar así al menos un poco, aquel asombro del que antes te conversaba.

    ¿Y que puedo hacer ahora…? ¿Será cierto lo que dicen…? ¡Cómo quisiera creer que todo es sólo otra farsa de un corregidor … puro invento cervantino… ensayo general de alguna obra que nunca será estrenada!

    ¡Mirá…! ¡Voy a plantearte una escena que ni el Casona de Nuestra Natacha soñara! Veo a dos niños que hablan de muchas cosas, pero entienden poco y nada. Que dudan de Minotauros y recelan laberintos que, a pesar de todo, inmutables, los espantan. Que interrogan al presente y le tiemblan al mañana y se rien de la risa en medio de tanta algazara. Que por cazar mariposas cavilan poder volar. Y que de frente al destino, golpeando mano con mano, exhaustas las aceitunas de aquel Domingo de Ramos, renacen de sus cenizas sin más que un gracias y un vamos. Yo estoy firme en Piedras Blancas. Pantalón corto y moña azul en la escuela. Con los largos y corbata, haciendo pinta en la parada. Y el juego lo tengo armado sobre un paño verde esperanza, aguardando que otra vez los corazones se junten, rueden, y entrechoquen latidos… y se haga espeso el humo… y la tiza cobre alas… ¡y nos tomemos, aunque queme y no nos guste, una buena caña!"

    -o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-

    Y ahora, importante recordar circunstancias que marcaron nuestra vida.

    Tan contradictorio era el Uruguay feliz de aquellas épocas -mediados del siglo XX- que una fuente de origen insospechable (el libro Viven, que plasma memorias de la tragedia de los sobrevivientes de Andes, algunos de ellos entrañables amigos, con quienes debería haber hecho ese viaje, y quedamos en la reunión de despedida en la noche anterior en la parrillada de Avenida Arocena, en encontrarnos temprano en la Base 1, pero el destino quiso que fuera uno de los que llegó tarde, perdiendo el vuelo) basada en información del escritor inglés Piers Paul Read, recibida directamente de los involucrados, no condice con posteriores crónicas engañosas -ya por desconocimiento, o directamente falsas, tal vez por aquello de que repitiendo una mentira se convierte en verdad- donde se asegura que la prosperidad contemporánea del Uruguay, dependía de la exportación de sus productos agropecuarios a Europa, por lo que se puntualiza que, mientras los precios mundiales de la lana, la carne y los cueros se mantuvieron altos, Uruguay disfrutó de su envidiable nivel, y que cuando en los años cincuenta los precios de estos artículos bajaron, el país empezó a decaer. Entonces hicieron su aparición el desempleo y la inflación que, a su vez, provocaron un gran malestar social. Y es pertinente agregar, lo que no obstó para que los dueños de los medios de producción se enriquecieran y aseguraran su presente y futuro financiero, mientras que nada distinto a la diaria supervivencia, fuera lo único que correspondiera -sin opción- a quienes con su trabajo diario hacían real y redituable tal fuente de riqueza. Lo cual lleva a concluir que cuando décadas después los defensores de las políticas anteriores intentan defenestrar las decisiones de los gobiernos progresistas -posteriores- por supuestamente haber desperdiciado un período con viento de cola comercial, lo menos que demuestran es o hipocresía o ignorancia, y ambas desactivan su interesado -cuando no malintencionado- y equívoco criticismo.

    Lo publicado en ese libro con anuencia de los protagonistas de la trágica historia, muchos de ellos miembros de familias pudientes con afiliación a los partidos Blanco y Colorado, no sólo no tiene desperdicio, sino que además es fidedigna historia -creíble e innegable- y por si lo anterior fuera poco, para que se entienda lo que sucedió después, es esencial transcribir lo que sigue: Había exceso de profesionales y estaban mal retribuidos. Los abogados, arquitectos e ingenieros -que antes constituían la aristocracia del país- tenían muy poco trabajo y unos sueldos muy bajos. Muchos de ellos se vieron obligados a dedicarse a otras actividades. Sólo los terratenientes del interior tenían asegurada su prosperidad. Los demás trabajaban en lo que podían, en una atmósfera de economía colapsada y corrupción administrativa. Como resultado de todo esto nació el primer y más conocido movimiento de guerrilla urbana revolucionaria, el de los tupamaros, cuyo objetivo era derrocar la oligarquía que gobernaba en Uruguay por medio de los partidos Blanco y Colorado.

    Todo lo anterior, transcripción exacta del texto del libro -de muy fácil acceso para quien necesite comprobarlo- manifiesta verdades históricas absolutas, que entre otras cosas -y vale redundar en esto- además de testificar la principal razón del origen de la guerrilla tupamara en Uruguay, echan por tierra el caballito de batalla de los partidos de derecha, el que usan para acusar a los gobiernos progresistas de haber desperdiciado un breve y supuesto viento de cola de una coyuntura económica mundial muy favorable, cuando en los hechos, fueron quienes malversaron el muy prolongado período -guerras mundiales y otras casi, como la de Corea- que disfrutaron en sus gobiernos. Nunca más cierto aquello de ver la paja en el ojo ajeno, y no la viga en el propio. Y, además, contando con el factor olvido -y agregada tergiversación- para intentar que su mentira prospere en mentes distraídas y manipulables. Solo hay que repasar la secuencia de acontecimientos sociales, económicos y políticos desde el primer gobierno del Partido Blanco luego de 93 años del Partido Colorado en el poder, hasta los acontecimientos del primer lustro de los años 70, y en esa progresión, se logrará entender la raíz y razones de lo que pasaba en nuestro país, reflejo de lo que sucedía en el mundo. Lo que de paso servirá para prever y en lo posible evitar una repetición de circunstancias con tan tristes consecuencias.

    Lo cierto, es que pasaron unos años repartidos entre un sueño imposible de ser futbolista, cantante, compositor, así como actividades propias de la temprana juventud, y el entusiasmo compartido de querer casarme con mi novia de entonces y para eso asociarme con mi futuro cuñado -que estaba en las mismas- y establecer entre ambos un Taller Mecánico como fuente de ingresos, y en el ínterin terminar mis estudios secundarios y entrar a Facultad de Medicina.

    Luego, resumiendo, surgieron imprevistas situaciones, y vino la ruptura del noviazgo, el estado depresivo consiguiente, y la casi inmediata e inesperada vinculación a las ya mencionadas experiencias teatrales, cuyo resultado fue un alejamiento de la Medicina por siete años, obteniendo a cambio experiencias esenciales e inolvidables.

    Para no alejarme totalmente de la Medicina, estudié y obtuve mi primer título universitario como Técnico de Laboratorio de Análisis Clínicos, donde hice además mis primeras incursiones en los temas gremiales, proponiendo y logrando la formación de una Asociación de Estudiantes y Egresados de Laboratorio, que después incentivamos en los demás cursos de Colaboradores del Médico, dando así las bases para crear una Federación que organizara a todas las asociaciones.

    Y por supuesto que seguí con mis sueños relacionados al mundo musical, y ser jugador de fútbol.

    Pasado ese tiempo y con más conocimientos adquiridos, en especial en lo referente a expresiones artísticas y filosóficas de la vida, en 1966 reingresé a la Facultad de Medicina.

    En el primer año de Facultad, hubo un momento en que surgió la oportunidad de coincidir con algunos compañeros receptivos, y fundar un Club que se inscribiera para competir en la Liga Universitaria de Deportes. Y así nació en 1967 Peñarol Universitario, que también fue propicio para mis primeras experiencias en el periodismo escrito, ya que, al ser designado Secretario de Prensa de la Liga Universitaria, acostumbraba a escribir en las redacciones de algunos periódicos, las reseñas de los fines de semana y demás actividades afines.

    También en 1967 fui invitado a dirigir el ya establecido Teatro de Medicina, y continué a la vez involucrándome en tareas gremiales, lo que derivó a que en el complicado y trágico 1968, pasara a formar parte de la delegación de la Asociación

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