Bruna: Una mirada trans

Por Jaume Cela y Xavier Cela

¡Rara!

¡Indefinido!

¡Ni carne ni pescado!

¡Perversa!

¡Loco de los cojones (o de la vagina)!

A lo largo de mi vida me han catalogado con estas y otras palabras, todas igual de coloridas.

Pero ¿quién soy yo de verdad? Me llamo Bruna y soy una chica trans. Y esta es mi historia.

Una exploración tierna, honesta y divertida sobre la identidad y la sexualidad.

• Idioma: Español
• Editorial: La Galera, SAU
• Fecha de lanzamiento: 17 jun 2021
• ISBN: 9788424670511

Jaume Cela

Jaume Cela va néixer a Barcelona l'any 1949. Va treballar durant un temps en una empresa d'assegurances, però va descobrir que la seva autèntica vocació era fer de mestre i va canviar de feina. Des que era petit que li ha agradat inventar-se històries, perquè té molta imaginació. El que més li agrada fer és anar al cinema i explicar contes i històries als joves. S'ha convertit en un dels escriptors de literatura infantil i juvenil més prolífics, i les seves obres han estat mereixedores de nombrosos premis i guardons. El 2008 li van atorgar la Creu de Sant Jordi de la Generalitat de Catalunya.

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PALMO UNO

De cómo todo empieza gracias al pito, pene, polla,

miembro, nabo, verga... y podéis continuar vosotros

poniendo los nombres que os hagan más gracia

¡Ey!, rectifico, prohibido decir platanito, que es la palabra que empleaba mi canguro cuando me cuidaba y me ponía crema en el platanito para que no se me irritara.

Mi madre y mi padre no quisieron saber qué llevaba mi madre, dentro de su barriga.

Por tanto, fue una sorpresa.

Yo no sé si os habéis dado cuenta de que todo lo que sabemos de la primera época de nuestra infancia es porque los padres, las madres, los abuelos, las amigas, los vecinos... nos lo han ido explicando. Yo no recuerdo nada antes de los tres años. Todo lo que sé de este periodo proviene de la boca y de los recuerdos de otras personas, sobre todo de las madres y padres.

En uno de mis cumpleaños me explicaron que mi madre rompió aguas en casa. Deberían ser las once y media de la noche. Día 11 de marzo. Había llovido y hacía un poco de fresco. Como yo soy el tercero de la familia, ya sabían de qué iba la cosa. Mi padre, que estaba en la cama leyendo, se levantó de un brinco, como si un muelle misterioso lo hiciera saltar, se vistió y revisó que en la maletita no faltase