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Boquerón: Sed de gloria
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Libro electrónico154 páginas2 horas

Boquerón: Sed de gloria

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Boquerón pasó a la historia paraguaya como una de las batallas más relevantes de la Guerra del Chaco, por su importancia estratégica, por su valor para insuflar ánimos a una tropa que creía que el ejército boliviano era invencible y para corroborar que el plan más pertinente para defender al Paraguay era el de combatir en el Chaco central y no en la costa del Río Paraguay.

Este libro, de la autoría del historiador Claudio José Fuentes Armadans, tiene el gran valor de sintetizar diferentes aspectos que confluyen en la victoria de las armas paraguayas en el fortín Boquerón.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento28 dic 2020
ISBN9789992522547
Boquerón: Sed de gloria

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    A different perspective.
    As a common behave, everybody things that your opponent has the same goals.
    Each country with their own interests.

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Boquerón - Claudio José Fuentes Amadans

Claudio José Fuentes Armadans

boquerón

Sed de gloria

grupo editorial atlas

Prólogo

Este libro sobre la batalla de Boquerón ofrece al lector informaciones contextualizadas de lo que significó el conflicto del Chaco, así como la relevancia de la mencionada batalla en el desarrollo de la guerra.

Con suma claridad e información detallada, el historiador Claudio Fuentes Armadans construyó un relato en el cual se pueden observar los diferentes intereses que estuvieron en juego por lograr la definición de los límites del territorio secularmente reclamado por el Estado paraguayo y disputado por el Estado boliviano.

La riqueza de este libro es que no parte de la concepción de que el Chaco era un territorio salvaje y vacío, sino que describe en forma breve a los pueblos originarios, habitantes y amos por siglos de dichas tierras que hasta entonces no habían podido ser sometidos ni por el Imperio español ni por la República del Paraguay.

Finalmente, la obra incorpora una descripción día por día de la batalla de Boquerón de forma tal que los lectores puedan comprender los avatares que padecieron atacantes y defensores, que demostraron su bravía actitud de defender una causa que para todos era vital, defender a la patria agredida.

Agradecemos al autor este gran esfuerzo de sintetizar de forma magistral lo que significó Boquerón y lo que aún simboliza a 88 años de que fuera librada la batalla de los 20 días, que concluyó con la primaveral victoria de las fuerzas paraguayas.

Herib Caballero Campos

Invierno de 2020

Introducción

Fue en el Chaco donde se produjo el choque de voluntades que se conoce como guerra. Y fue allí donde paraguayos y bolivianos se enfrentaron, con alegre irresponsabilidad, en un conflicto que terminó por arruinar sus economías, devorar decenas de miles de vidas y triturar sus precarias instituciones, para abrir camino a desordenados procesos revolucionarios que generaron, a su vez, interminables estallidos de violencia interna y complejas cadenas de venganzas y resentimientos.

Helio Vera, intelectual paraguayo, en Narrativa boliviana del Chaco.

Si hablamos de la sed de gloria, es porque la Guerra del Chaco (1932-1935) fue una búsqueda incansable por parte de quienes la peleaban de satisfacer una necesidad tanto fisiológica, en el caso del agua, como psicológica, en el caso del bum del discurso nacionalista de ambos Estados nacionales frente a la cuestión chaqueña. Este trabajo, desde nuevas perspectivas críticas, si bien reconoce los sacrificios emprendidos por los soldados de ambos bandos, no se constituye —o por lo menos no pretende constituirse— en una mera exaltación heroica o una sencilla descripción de los hechos bélicos.

El objetivo de este trabajo de divulgación histórica es cuestionar el relato glorificador de la gesta militar, por lo que incluye otras voces, no solo de los conductores militares, políticos e intelectuales, sino también de aquellos a quienes la batalla de Boquerón afectó para siempre. Desde los pueblos originarios que terminaron de perder sus territorios y su autonomía, además del alto grado de violencia al que fueron sometidos, hasta los sectores sociales más humildes que fueron aquellos que no se beneficiaron de la defensa del Chaco, una vez que esta se concretó.

El trabajo realiza en sus diferentes secciones abordajes históricos que van desde lo político y diplomático, los antecedentes y los incidentes, hasta las políticas públicas de preparación bélica, sin olvidar los aspectos sociales, culturales y económicos. De esta forma, Boquerón se nos presenta como una bisagra entre la preguerra y la guerra.

Y si bien los acontecimientos de junio y julio de 1932 en Pitiantuta fueron el inicio del conflicto entre Bolivia y Paraguay, fue en Boquerón en donde se establecieron el ritmo y la cadencia con la cual Marte dirigiría su tenebrosa sinfonía por el Chaco. Es aquí donde este trabajo intenta presentar la lectura no solo del día a día desde la toma boliviana de Boquerón hasta su recuperación luego de sangrientos combates por parte de los paraguayos, sino que busca explorar otros aspectos sociohistóricos que ayuden a explicar la importancia de Boquerón como hecho y su trascendencia a través del tiempo en la memoria del Paraguay.

Para el lector que acuda a estas páginas de forma desprevenida, que este trabajo haya sido escrito desde una perspectiva crítica no significa de modo alguno una falta de respeto a los protagonistas del presente libro. A diferencia de lo sostenido por Juan E. O’Leary en su Apostolado patriótico —escrito previamente a la guerra—, el historiador no es un sacerdote ni la historia es un culto o altar a la patria. La persona dedicada a la investigación histórica presenta los hechos de acuerdo con un abordaje, tras una exhaustiva revisión de fuentes que haya seleccionado. Una historia crítica, que nos permita reconocer los aciertos y los errores del pasado común, nos permitirá reconocer el lugar en donde estamos en el presente, en búsqueda de un futuro mejor para todos.

Finalmente, quiero agradecer al historiador Herib Caballero Campos y al Grupo Editorial Atlas por la invitación para escribir sobre Boquerón. Y al amigo y colega Juan Marcos González, con quien intercambiamos datos y diálogos fecundos sobre la historia social paraguaya de la primera mitad del siglo xx y sobre la Guerra del Chaco.

Claudio José Fuentes Armadans

Asunción, septiembre de 2020

capítulo i

Antecedentes del conflicto

R Nosotros siempre le dimos un carácter patriótico a la enseñanza, siempre se trató al Chaco como paraguayo y creo que eso fue importante y contribuyó a nuestra victoria, porque se peleó por algo que se sabía nuestro.

María Felicidad González, docente y referente feminista paraguaya, en Testimonios para la historia.

En este apartado inicial, veremos cómo se construyó el conflicto del Chaco, desde fines del siglo xix hasta la batalla de Boquerón, pasando por los antecedentes tanto históricos como políticos, económicos, culturales y sociales, analizados bajo una mirada crítica que pretende cuestionar el discurso tradicional.

El Chaco era de los pueblos originarios

El Estado-nación es una categoría que permea la actividad del historiador […]. A veces aparecen las mujeres, la población indígena, la obrera y hasta la esclavizada, pero siempre en el contexto del Estado-nación […]. Todo Estado moderno se afianzó sobre la exclusión y la opresión; Paraguay no fue la excepción.

Ignacio Telesca, Reseña: ¡No llores!

Una historia desde abajo y desde afuera.

No se puede negar que básicamente hasta el final de la Guerra contra la Triple Alianza (1864-1870) el territorio chaqueño estaba habitado por varias culturas o naciones originarias que dominaban la región, en la medida en que la penetración de poder de los Estados nacionales formados hace apenas unas décadas a principios del siglo xix se los permitía.

A partir de las décadas posteriores, los avances territoriales paraguayos con empresas de enclave, colonias agrícolas y fortines militares por las adyacencias del río Paraguay, sumados a la penetración boliviana de carácter más militar por el Pilcomayo, cercaron a los pueblos originarios.

La guerra los sometió a todo tipo de crímenes: trabajos forzados, asesinatos, robos y violaciones de mujeres y niños por parte de ambos Estados beligerantes y sus hombres en armas.

A todo esto hay que sumar la pérdida de control sobre sus modos de vida, las muertes por hambre y epidemias de enfermedades traídas por el movimiento bélico, como la viruela, la violación y la prostitución —a cambio de bebidas alcohólicas, por ejemplo— a las que los soldados bolivianos y paraguayos sometieron a las mujeres, y la obligada asimilación cultural en búsqueda de la sobrevivencia.

Estos pueblos también tienen sus testimonios sobre los acontecimientos durante la contienda, tal como se evidencia en los relatos recolectados por Ernerto Unruh y Hannes Kalisch:

Tal como relatan Haacoc Aamay, Haacoc Yenmongaam, Metyeeyam’u y otros, el ejército paraguayo contactaba a los enlhet para reclutarlos, para aprovechar sus conocimientos del territorio y del medioambiente, y para forzarlos al trabajo como, por ejemplo, la construcción del camino a kilómetro 160 o la excavación de las trincheras en el fortín Boquerón.

O en otros casos, como investigó José Zanardini, la guerra y su violencia también dieron paso a la solidaridad, aunque condicionada al destierro y desarraigo junto con cierta asimilación cultural, que permitió a grupos originarios chaqueños sobrevivir a un escenario casi genocida:

En el testimonio de una mujer maká, muy anciana, publicado en ABC Color el 31 de enero de 1991, leemos: "En ese momento no sabíamos de la existencia del hombre blanco […] al comienzo nos impactó cómo se trataban. Nosotros vivíamos en Boquerón y vimos cómo comenzaban a maltratarse. Fue muy triste ver gente que se mataba y nos mataba. Gracias a la voluntad de un ruso llamado Juan Belaieff no fuimos exterminados. Yo recuerdo cuando nos trajo hacia el otro asentamiento que queda junto al Botánico; estábamos todos muy asustados y las mujeres nos reuníamos en silencio por temor a esos hombres; perdimos casi todas nuestras costumbres, pero por lo menos pudimos convertir nuestro trabajo manual en artesanía

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